lunes, 30 de marzo de 2009

Ascensión y caída de Darth Vader (XI)

Capítulo 9

Anakin se arrodilló ante el lugar de descanso eterno de su madre, un cementerio a las afueras del complejo de los Lars, donde dos lápidas antiguas se alzaban junto a la nueva.
-No fui tan fuerte como para salvarte, mamá -dijo, tratando de no ahogarse con las palabras. He fallado, pensó. No sólo como hijo tuyo, sino como Jedi-. No fui lo bastante fuerte -repitió-. Pero te prometo que no volveré a fallar. -Se puso en pie-. ¡Cómo te echo de menos! -añadió, apretando los dientes.
Padme, Cliegg, Owen, Beru, y C-3PO estaban reunidos tras Anakin. Mientras se alejaba de la tumba, R2-D2 se acercó rodando al grupo y emitió una serie de pitidos y silbidos.
-¿R2? -dijo Padme, sorprendida de que hubiera abandonado su nave-. ¿Qué haces aquí?
R2-D2 pitó y silbó de nuevo.
-Al parecer -dijo C-3PO, aprovechando la oportunidad de actuar como traductor-, tiene un mensaje de alguien llamado Obi-Wan Kenobi. Amo Anakin, ¿significa algo ese nombre para usted?
Los dos droides siguieron a Anakin y a Padme a la nave.


Obi-Wan había rastreado al cazarrecompensas -un hombre llamado Jango Fett- hasta las fundiciones de droides en el planeta Geonosis, donde había descubierto que Nute Gunray, el virrey de la Federación de Comercio, estaba detrás de los intentos de asesinato de Padme. Obi-Wan también había descubierto que la Federación de Comercio tenía previsto abastecerse de un ejército de droides de fabricación geonosiana, y que varias facciones del comercio interestelar se habían aliado con el movimiento separatista del conde Dooku. Aunque Obi-Wan había logrado transmitir su información desde Geonosis, su grabación holográfica terminaba con él tratando de eludir una salva de fuego láser de los droides enemigos.
Anakin y Padme vieron el mensaje pregrabado en la cabina de su nave, en Tatooine, mientras que el Consejo Jedi y el Canciller Palpatine veían el mensaje retransmitido en Coruscant. Cuando el mensaje de Obi-Wan terminó, el Maestro Jedi Mace Windu ordenó a Anakin que se quedase donde estaba con la sanadora Amidala mientras el Consejo Jedi trataba con el conde Dooku.
-Protege a la senadora a toda costa -dijo Mace Windu por la transmisión holográfica-. Esa es tu máxima prioridad.
-Entendido, Maestro -respondió Anakin. Primero pierdo a mi madre, ahora... a Obi-Wan.
-No llegarán a tiempo para salvarle -dijo Padme mientras el holograma de Mace Windu se desvanecía-. Tienen que cruzar media galaxia. -Hizo girar su asiento para examinar las coordenadas en la consola del ordenador de navegación-. Mira, Geonosis está a menos de un parsec de aquí.
-Si aún sigue con vida -dijo sombríamente Anakin.
-Ani, ¿te quedarás sentado dejándole morir? Es tu amigo, tu mentor. Es...
-¡Es como mi padre! -saltó Anakin. El padre que nunca tuve-. Pero el Maestro Windu me ha ordenado rigurosamente que me quede aquí.
-La orden que te ha dado es la de protegerme -dijo Padme, mientras pulsaba una serie de interruptores y activaba los motores de la nave-, y yo voy a ayudar a Obi-Wan. Si pretendes protegerme, tendrás que venir conmigo.
Anakin sonrío.
Mientras la nave despegaba, alejando a Anakin, Padme y los dos droides de Tatooine, Anakin recordó que ni siquiera se había despedido de Cliegg, Owen o Beru. Tampoco tenía mucho que decirles, de todas formas, pensó. Miró a C-3PO, quien había sujetado con arneses de seguridad su cuerpo metálico gastado por la arena a un asiento detrás de Anakin, y por un instante sintió que había logrado algo.
Al menos he rescatado de Tatooine a alguien que me importaba.


Aunque Obi-Wan Kenobi resultó estar más que vivo, la misión no autorizada de Anakin a Geonosis casi fue un desastre. Él y Padme fueron capturados por los insectoides geonosianos antes de que pudieran rescatar a Obi-Wan, y luego el traicionero conde Dooku y los geonosianos los condenaron a muerte.
Y pese a todo, todo eso resulto ser sólo casi un desastre, porque hubo un momento brillante y significativo para él y Padme. Tras haber sido capturados y encadenados, y cuando estaban a punto de ser conducidos a un gigantesco estadio de ejecución, Padme le miró a la cara.
-No tengo miedo a morir -dijo-. No he dejado de morir día desde que volviste a mi vida.
¿Morir?
-¿De qué estás hablando? -preguntó Anakin.
-Te quiero.
-¿Me quieres? -dijo Anakin con incredulidad-. Creí que habíamos acordado que no nos enamoraríamos, que si no nos veríamos obligados a vivir una mentira, y que eso destruiría nuestras vidas.
-Creo que las van a destruir de todos modos -dijo Padme tristemente-. Te quiero de verdad, profundamente, y quería decírtelo antes de que muramos.
Entonces se besaron, y en ese momento, Anakin pensó que tenía más razones que nunca para seguir viviendo.
Los monstruos casi matan a Anakin, Padme y Obi-Wan en un gigantesco estadio de ejecuciones. Afortunadamente, sus muertes fueron impedidas por la llegada de varios Jedi armados con sables de luz, entre ellos Mace Windu y Yoda, y un inesperado ejército de soldados clon. Aunque Mace Windu fue capaz de acabar con Jango Fett, quien había servido como modelo genético para los clones, muchos Jedi perecieron en la batalla contra los droides de factura geonosiana.
El conde Dooku huyó del estadio de ejecuciones, y Obi-Wan y Anakin le persiguieron a una fábrica de armas abandonada en una alta torre de piedra que Dooku había convertido en hangar para su nave estelar particular, un velero solar personalizado. Con sus sables de luz ya activados, Obi-Wan y Anakin entraron al oscuro hangar para encontrar al antiguo Jedi, elegantemente vestido y de cabellos plateados, cuando se preparaba para escapar de Geonosis. Girándose para enfrentarse a sus perseguidores, Dooku dirigió un a expresión de ligero fastidio a la pareja que le observaba desde el otro lado del hangar.
Incluso aunque Dooku había renunciado a la orden Jedi hacía diez años, Anakin observó que el hombre llevaba un sable de luz de empuñadura curva enganchado en su cinturón.
-Pagarás por todos los Jedi que has matado hoy, Dooku -exclamó Anakin.
Conociendo la reputación de Dooku como espadachín, Obi-Wan mantuvo la vista fija en Dooku mientras se acercaba a Anakin.
-Ataquemos juntos -dijo en voz baja-. Entra despacio por la izquierda.
Pero a Anakin se le había agotado la paciencia.
-¡Yo ataco ya! -gritó mientras ignoraba las protestas de Obi-Wan, y cargó contra Dooku. Apenas había recorrido la mitad del camino sobre el mosaico del suelo cuando Dooku, en lugar de alcanzar su sable de luz, alzó su mano derecha y la apuntó en dirección a Anakin.
Anakin gritó y cerró involuntariamente los ojos cuando azules relámpagos de energía envolvieron súbitamente su cuerpo. Superado por el intenso dolor, ni siquiera podía hacerse una idea de cómo Dooku estaba controlando y dirigiendo los relámpagos hacia él. Anakin sintió que sus pies se despegaban del suelo, y entonces fue lanzado cruzando la cámara y golpeando contra el muro. Gritó de nuevo cuando aterrizó contra el duro duelo, sintiendo aún el flujo de energía oscura que Dooku había desencadenado sobre él. Sentía como si hubieran abrasado su cuerpo, y mientras se incorporaba en el suelo descubrió que surgía humo de su túnica.
Lucho por mantenerse consciente. Tratando de bloquear el dolor, sólo fue consciente a medias de que Obi-Wan había comenzado una lucha de sables de luz con Dooku. ¡Debería haber escuchado a Obi-Wan! Pensó en Padme. ¡No puedo morir así!
Mientras Anakin yacía en el suelo y luchaba por recuperarse, intentó abrir los ojos y sintió más agonía. Era como si la descarga eléctrica aún estuviera lamiendo sus globos oculares. Por un instante, se preguntó si se había quedado ciego por el relámpago.
¡Tengo que concentrarme! Se concentró, tratando de controlar su respiración. Un instante después, su vista volvió, permitiéndole ver incapaz de evitarlo como el sable de luz de hoja de Dooku golpeaba el brazo y la pierna izquierdos de Obi-Wan. Obi-Wan dejó caer su sable de luz al caer al suelo.
Aún salía humo de las ropas de Anakin. Observó con creciente horror cómo Dooku alzaba su sable de luz y se preparaba para rematar al indefenso Obi-Wan.
Encontrando en su interior una inesperada reserva, Anakin rugió, encendiendo su sable de luz y saltando por el hangar para bloquear el golpe mortal de Dooku.
-Muy valiente, muchacho -dijo Dooku, mirando a Anakin, mientras el cuerpo inmóvil de Obi-Wan yacía bajo los sables de luz cruzados-. Pero creí que habrías aprendido la lección
-Aprendo despacio -dijo Anakin mientras obligaba a Dooku a apartarse del cuerpo de Obi-Wan.
-¡Anakin! -gritó Obi-Wan. Usó la Fuerza para recuperar su sable de luz caído, y consiguió lanzárselo a su padawan. Anakin lo atrapó y lo activó, de modo que ahora estaba usando dos sables de luz contra su oponente. Pero sólo varios contactos rápidos después, la hoja de Dooku se abrió paso a través del arma de Obi-Wan, destrozando la empuñadura y casi cortando las puntas de los dedos de Anakin. Anakin aún sostenía su propia arma en la otra mano, y el duelo continuó por el hangar.
Tratando de suprimir su ira, Anakin recurrió a la Fuerza y sus ojos se concentraron en Dooku. Sus sables de luz eran borrones en el límite de su visión, y creyó que la Fuerza le guiaría para vencer a Dooku. Pero conforme seguía enfrentándose a la mirada condescendiente de Dooku, sintió que su rabia comenzaba a crecer de nuevo.
Y entonces Dooku hizo su movimiento, deslizando su hoja a través del brazo de la espada de Anakin, justo por encima del codo. Anakin gritó y sintió que se le escapaba el aliento cuando Dooku usó la Fuerza para lanzarlo hacia atrás por el aire. Entonces todo se volvió oscuro.
Anakin no supo cuantos minutos habían pasado cuando comenzó a volver en sí. Sintió que algo se movía bajo su cabeza y descubrió que estaba apoyado en las piernas de Obi-Wan. Obi-Wan Se puso en pie sobre el suelo del hangar, y luego ayudó a Anakin a alzarse. Anakin vio a Yoda de pie en mitad del hangar, Trozos del techo se habían desprendido, y había escombros por todo el suelo.
¿Qué había ocurrido?
Entonces Anakin se dio cuenta de que el velero solar de Dooku había desaparecido.
-¡Anakin! -gritó Padme. Había llegado al hangar con un escuadrón de soldados clon, y le dolió ver su expresión angustiada al correr hacia él, viendo lo que quedaba de su brazo derecho. Ella le rodeó cuidadosamente con sus brazos.
Al menos estás a salvo, pensó, rodeándola con su brazo izquierdo y atrayéndola hacia él. No le importaba que Obi-Wan o Yoda estuvieran mirando. Estaba aturdido y mutilado, y temía que si dejaba ir a Padme, sus rodillas se doblarían y se desvanecería de nuevo. De modo que siguió así, abrazándola.
Al final, ni siquiera el Maestro Yoda había sido capaz de evitar que el conde Dooku huyera al espacio, o de detener que los mundos de la República entrasen en una guerra civil. Las Guerras Clon habían comenzado.
Para empeorar las cosas, el conde Dooku le había dicho a Obi-Wan que cientos de senadores estaban bajo el control de un Señor del Sith llamado Darth Sidious. Aunque los Jedi no consideraban a Dooku una fuente digna de confianza, convinieron en mantener vigilado de cerca el Senado.
A continuación de su duelo con Dooku, proporcionaron a Anakin un brazo cibernético, y escoltó a Padme de vuelta a Naboo. Allí, en la misma terraza junto al lago donde intercambiaron su primer beso indeciso, organizaron un encuentro secreto con un sacerdote de Naboo. Padme estaba vestida con una túnica blanca con encaje de flores, y Anakin llevaba su túnica oficial de Jedi. Con C-3PO y R2-D2 como únicos testigos, se casaron.
Anakin no tenía ni idea de cuanto tiempo podrían mantener su matrimonio en secreto, pero no le importaba. Es mía. Por fin, mi amada Padme es mía. Realmente era un sueño hecho realidad. Y en el día de su boda, era fácil para él creer que había dejado atrás sus mayores problemas.
Nunca habría imaginado las pesadillas que aún estaban por llegar.

Emisiones Sombra de la CSI (III)

Edición emitida en 14:4:12

Wat Tambor liberado

Denos, Fundición - El capataz de la Unión Tecno e Ingeniero Supervisor de Combate de la CSI Wat Tambor se está recuperando en un globo de recarga hiperbárico en su finca privada de Fundición tras una atrevida misión de rescate ejecutada por miembros de élite de la plantilla de Tambor.
Tras su captura por fuerzas de la República, Tambor fue enviado a un centro de arresto en Delrian. La plantilla del centro de arresto emplea una empresa de seguridad privada que pertenece al Gremio de Comercio, lo que permitió a la Confederación obtener especificaciones detalladas del esquema de la instalación y de los sistemas de seguridad.
Hace cinco días, se permitió a Tambor recibir una visita de sus hombres, que consistió en dos representantes legales skakoanos más un anónimo cómplice clawdite. Una vez dentro de la instalación, los skakoanos descomprimieron heroicamente sus conchas de presión, produciendo una explosión que incapacitó a la escuadra de ocho soldados clon asignados para escoltar al capataz Tambor.
El clawdite pudo entonces desviar las defensas automatizadas del complejo con dispositivos todavía no identificados proporcionados por la Unión Tecno. «Era indudablemente una tarea simple liberar al capataz. Somos los amos de tecnología», comentó un trabajador de la Unión Tecno que no deseaba ser identificado. «Pensar que la República pudiera inventar maquinaria para frenarnos es risible.»
No sorprendentemente, esta historia aún tiene que ser divulgada en los medios de comunicación de la República, claramente dominados por el gobierno.


La República rompe el pacto de desmilitarización de Ando

Ciudad Quantill, Ando - Rompiendo sus propias antiguas restricciones de armas contra el pueblo andoano, la República ha armado los aqualish lealistas contra los nativos andoanos que se han separado de la República. Cuando el mundo de Ando se separó el año pasado, las Colonias Libres Andoanas periféricas, representadas por el senador Gorothin Vagger, permanecieron formando parte de la República. Representados por el senador Po Nudo, los nativos andoanos inmediatamente rechazaron los esfuerzos de desmilitarización de la República y pudieron finalmente protegerse con armamento proporcionado por la Confederación.
Navíos mercenarios contratados por los lealistas andoanos -en violación directa del Tratado de Raquish- empezaron a atormentar a los nativos andoanos. El examen de los restos de las embarcaciones mercenarias indica que pertenecen al Orgullo de Ualaq, un grupo extremista de alineación lealista. Los expertos encontraron modernas tecnologías de la República modificadas para su singular visión de cuatro ojos, haciendo pensar en una complicidad directa por parte del gobierno. Por supuesto, el senador Vagger no ha hecho comentarios sobre las acusaciones de violación del tratado, como tampoco la República o los medios de comunicación Coloniales Andoanos informaron del ataque.
Estrategas de la confederación teorizan que el cercano planeta de Rodia es el proveedor principal del armamento de los colonos andoanos y probablemente esto provoque su entrada en la creciente guerra civil.

Noticias de la HoloRed de la República (XVI)

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Edición del Núcleo 14:4:14

Los Separatistas dejan Atraken en ruinas
Ciudad Kattellyn, Atraken - El Movimiento de Ayuda al Refugiado ha declarado al planeta Atraken -el escenario de una prolongada batalla entre la República y las fuerzas Separatistas- un «desastre irrecuperable» incapaz de albergar vida humanoide.
El mundo, anteriormente una fuente rica de doonio, se convirtió en campo de batalla cuando las fuerzas proteccionista de la CSI se negaron a abandonar el control de la operación minera establecida allí. Atrincherados en la corteza del planeta, los Separatistas liberaron agentes bioquímicos para detener a los soldados clon de la República. Esto produjo miles de bajas de civiles cuando las toxinas llegaron a la mayoría de fuentes de agua del planeta y ecosistemas.
Como uno de los primeros frentes del actual conflicto, Atraken ha sido arrasado por la guerra durante casi un año. Su ubicación alejada de la Dorsal de Comercio Coreliana estorbó los esfuerzos de la República de reabastecer a los soldados clon estacionados allí, pero el reciente empujón de la Operación Katabatic ha dado la vuelta al asunto, permitiendo conquistar a los ejércitos droides Separatistas.
Aunque ha sido una victoria táctica, negando a los Separatistas el acceso al valioso mineral para construcción naval, la Batalla de Atraken ha resultado una tragedia para el millón de habitantes del mundo colonia. Se estima que el 90 por ciento de la población del planeta ha sido envenenada, desplazada, o muerta en la lucha. Aquellos que pudieron permitírselo huyeron a los mundos vecinos, mientras se cree que otros han buscado refugio en Trilos, la única luna de Atraken con una atmósfera respirable.
«Tristemente, Atraken nunca se reconstruirá. Pero todavía pueden salvarse las vidas de esas familias desgarradas por la brutalidad de la guerra», dijo Kaysil Verwood, portavoz del MAR.
Naves de transporte del MAR esperan actualmente el despeje de un campo de minas orbital para examinar asentamientos de refugiados en la luna Trilos.


Guardias de Sector para acabar con el fraude de las raciones

Arcología judicial, Coruscant - La Oficina de la República de Investigación Criminal ha encargado a los Guardias de Sector acabar con el fraude de las raciones y reforzar el Plan de Regulación y Ordenamiento de las Raciones de Victoria.
Cuando la guerra empezó hace un año, el Ministerio General anunció el PRORV para ayudar a conservar material vital para el esfuerzo de guerra y para retardar la creciente inflación del crédito estándar de la República. Uno de los primeros efectos laterales fue una súbita ola de falsificaciones de marcadores de autorización para combustible de naves estelares. El plan de raciones limita la cantidad de combustible y aprovisionamiento de energía permitida a una nave privada.
«Hay individuos poco escrupulosos que están intentando aprovecharse de una República distraída», dijo la administradora de precios Kachariss Weng. «No vamos a hacer la vista gorda con esto. Cada ergio de energía ilegalmente obtenido podría haberse entregado para cargar las armas que el Conde Dooku apunta sobre nosotros.»
Los marcadores de autorización de combustible son de seis clases diferentes. Los más populares para ser falsificado son los marcadores T y E, los que deben llevar los transportes autorizados y naves de emergencia. Se han encontrado operadores de carga sin licencia, contrabandistas, y naves privadas luciendo marcadores falsos. Weng no hizo ningún comentario cuando se le preguntó si pensaba que el crimen organizado estaba detrás de las falsificaciones.
Con la Orden Jedi comprometida luchando en la guerra, la vigilancia y el refuerzo a las regulaciones de raciones ha recaído en los Guardias de Sector. El uso de marcadores falsos es una Infracción de Clase Tres, que acarrea la confiscación inmediata de una nave, una multa de 5.000 créditos, dos años de prisión, y la posible pérdida del negocio o de la certificación de vuelo.

Relatos de los Jedi: Caballeros de la Antigua República (III)

Iziz — Palacio Real — Pasillo que conduce a los aposentos de la Reina
Ruido de pasos a la carrera.
Jinete 1: Date prisa, Gobee. Eres más lento que un droide de entrenamiento de tercera clase.
Gobee: ¡Estoy corriendo tan rápido como puedo! ¡Estoy acostumbrado a montar a lomos de mi Bestia, no a correr por los pasillos del palacio Real!
Guardaespaldas: Ésta será vuestra primera y última visita, Jinetes Salvajes.
Jinete 1: Que me aspen si no son dos de los guardaespaldas Reales. Y también está la Reina... y su encantadora hija...
Galia: Madre...
Amanoa: ¡Guardias, defiéndannos!
Guardaespaldas 2: ¡Ríndanse o mueran, invasores!
Jinete 1: (Divertido) ¿Ha dicho “mueran”?
Gobee: Eso es lo que dijo.
Los dos Jinetes Salvajes abaten a los dos guardaespaldas con sus blásters.
Jinete 1: Ahora, Reina Amanoa...
Amanoa: ¡¡¡Malditos enemigos!!! (Su voz se llena de ecos) ¡¡¡Invoco el poder del antiguo Jedi, Freedon Nadd, sobre vosotros!!!
Jinete 1: ...Hmm, no ocurre nada.
Gobee: ...Oh, bueno.
Gobee dispara a la Reina.
Gobee: (Riéndose) ¡Parece que Freedon Nadd no quiso hacer "nadd"a!
Galia: ¡¡Malditos Jinetes Salvajes, la habéis matado!!
Jinete 1: No te preocupes, Princesa, sólo está ligeramente aturdida. Se repondrá en unos segundos. Ahora, vamos. ¡Te vienes con nosotros!
Los Jinetes Salvajes (con la Princesa Galia a cuestas) se apresuran a salir del corredor. Un momento más tarde, los dos Caballeros Jedi irrumpen en él.
Amanoa gime al volver en sí. Comienza a sollozar.
Cay: ¡Vamos, Tott! ¡Creo que están por aquí!
Amanoa: Se ha ido... mi hija se ha ido...
Cay: ¡Tott, encontré los cuerpos! ¡Los Jinetes Salvajes mataron a los guardias, y a la Reina Amanoa!
Tott: No, Cay. La Reina está viva.
Amanoa: ¡¡¡Malditos Jedi!!! ¡¡¡Dijisteis que veníais a protegernos!!!
Cay: ¿Majestad, dónde está su hija?
Amanoa: Se la han llevado. Mi pobre Galia... ¡¡¡raptada por esos salvajes!!!
Ulic llega corriendo.
Ulic: Cay, Tott, os seguí tan pronto como pude. Los Jinetes Salvajes retrocedieron y comenzaron a huir... Supongo que éramos demasiados... ¿Qué... qué pasó aquí?
Amanoa: ¿¡¿Ulic Qel-Droma, es esta mi recompensa por pediros ayuda para nuestra ciudad sitiada?!? La pérdida de mi hija..... ¡¡Yo exijo, en nombre de la República, que busquéis a los secuestradores y la traigáis de vuelta!!
Ulic: Tiene nuestra palabra, Majestad.
Tott: (En voz baja) Ulic... ¿puedo hablar contigo? (Pausa. Luego, confidencialmente) El Maestro Arca te puso a cargo de esta misión, Ulic, pero también dijo que eres confiado en exceso. Creo que deberíamos informar al Maestro Arca y dejar que él decida
Ulic: No. No, es nuestra oportunidad de demostrar al Maestro Arca que somos dignos de ser llamados Caballeros Jedi.
Tott: No sé, Ulic. Yo no confío en estas personas... hay algo en ellos...
Ulic: ¡Reina Amanoa, partiremos enseguida hacia las tierras salvajes de Onderon! ¡No volveremos hasta que hayamos liberado a su hija!
Los tres Caballeros Jedi comienzan su marcha.
Amanoa: (Con una ligera risita) ¡¡Excelente, joven Jedi!! (Perversamente) Excelente...


Selva de Onderon
Ruidos de la selva.
Gobee: (Bostezo) Eh, tío, odio este tipo de trabajo. No sé por qué Oron Kira nos ha situado aquí fuera en medio de la selva.
Guarda 2: Vamos, Gobee, mantén la vista en tus instrumentos. Oron Kira es el jefe. Y dice que éstos torpedos de seguimiento que estamos manejando son importantes. Ahora que tenemos cautiva a la Princesa, seguro que la Reina manda patrullas de búsqueda.
Gobee: Sí, claro. Pero esos operadores de sensores de la ciudad no podrían ni encontrar sus espaldas en la bañera. Jamás nos encontrarán en este bosque...
Suena la alarma del sensor. El Nebulon Ranger ruge justo sobre sus cabezas, yendo a toda velocidad.
Guarda 2: ¿¿Sí?? ¿¡¿Entonces qué es eso?!?
Gobee: ¡¡Es una nave extraplanetaria, y está dirigiéndose directamente hacia el escondite de Oron Kira!!


Cabina del Nebulon Ranger
Sonidos normales de la cabina. Ulic realiza algunos ajustes en los instrumentos. Suena la alarma del sensor.
Cay: Ulic, tengo una lectura de potencia justo delante. Parece un generador principal... lo suficientemente grande como para dar energía a una ciudad pequeña.
Tott: Contacto visual... ¡es una pequeña fortaleza, construida en la ladera de la montaña! Puedo ver varias de esas Bestias aladas, rodeando la torre.
Ulic: Ése debe ser el escondite de los Jinetes Salvajes, Cay. Tott, baja nuestra velocidad a impulso medio, y dirígete a...
Se activa otra alarma.
Cay: Ulic, capto un objeto pequeño en vuelo, dirigiéndose hacia nosotros.
Ulic: ¿Qué pasa, más Jinetes Salvajes con blásters manuales?
Cay: Negativo. ¡Es un torpedo de seguimiento, avanzando a seis puntos sobre la velocidad de sonido! ¡¡Tott, activa los escudos!! Activa los esc...
Hay una gigantesca explosión... y a continuación una estruendosa caída.


Exterior del Nebulon Ranger — Un poco más tarde
La compuerta del Ranger se abre con un crujido. Los tres Jedi descienden de la nave.
Tott: (Toses) Creo que aún estamos vivos.
Ulic: Eh, Cay… ¿sigues de una pieza?
Cay: (Jadeo) Desde luego. (Tos) De una pieza. Una pieza realmente magullada, pero una pieza. No puedo creer que hayamos sobrevivido a eso.
Ulic: Lo hicimos, gracias a Tott.
Tott: Activé los escudos. Demasiado tarde para detener el torpedo, pero los escudos absorbieron parte de la energía de la explosión. Entonces, cuando el Ranger cayó, angulé los escudos para amortiguar nuestra caída.
Ulic: ¿Informe de daños, Cay?
Cay comienza a hurgar en el destrozado motor del Ranger.
Cay: Activando computadora.
Pitido de la computadora.
Computadora: Valoración de Daños. Especifique parámetros.
Cay: Impulso sublumínico.
Computadora: En progreso... valoración de daños. Sistemas sublumínicos: Impulso iónico... operacional al 20%. Retropropulsores de combustible sólido... operacionales al 40%. Estabilizadores inerciales... inoperantes. Plano de deriva lateral... inoperante. Transpondedor sublumínico... inoperante.
Ulic: Hmm. Supongo que eso significa que la nave no se moverá.
Cay: Eso es lo que significa. Yo puedo arreglar los estabilizadores y el plano de deriva lateral, pero... me llevará un día por lo menos.
Ulic: Bien, Cay. Quédate aquí con la nave y mira qué puedes hacer. Tott y yo investigaremos esa fortaleza que avistamos antes de que cayéramos.


Selva
Pasos en suelo húmedo.
Guardia 1: ¿Estás seguro de que cayeron en esta zona, Gobee?
Gobee: ¡Sé cómo interpretar mi visor de rastreo! Esos Jedi están cerca de aquí, en alguna parte... El problema es que la misma selva que nos oculta de los moradores de la ciudad oculta a esos Jedi de nosotros.
Guarda 1: Tendremos que seguir buscando hasta que...
Ulic: ¿Hasta que nos encuentres, Jinete Salvaje?
Guardia 1: ¡¡Allí están!!
Los dos Jinetes Salvajes alzan sus armas.
Guardia 1: ¡Bien, Jedi, mantened vuestras manos lejos de esos sables de luz!
Tott: No necesitamos sables de luz para enfrentarnos a vosotros.
La Fuerza se vuelve audible, como un zumbido creciente.
Guardia #1: ¿Eh?
Ulic: (Su voz suena con eco) Debéis apartar vuestras armas.
Guardia 1 y Gobee: Debemos apartar nuestras armas.
Ulic: (Su voz suena con eco) Y decirnos dónde estamos.
Gobee: Estáis en las tierras salvajes de Onderon, cerca de la fortaleza de nuestro líder, Oron Kira.
Tott: Buen trabajo, Ulic. Tus habilidades de control se han vuelto poderosas.
Ulic: (Su voz suena con eco) ¿Dónde está la Princesa Galia?
Gobee: En la fortaleza. Va a casarse con Oron Kira.
Ulic: ¿¡Casarse!?
Tott: ¡¡Ulic, debemos detenerlos!!
Ulic: (Su voz suena con eco) ¡Condúcenos hasta Oron Kira!

viernes, 27 de marzo de 2009

El honor de los Jedi (86)

86
Tol Ado es una cavidad en el telón estrellado del espacio. Es un mundo oscuro y sombrío sepultado por capas y capas de nubes negras como el carbón. Es como un remolino de ausencia negra donde deberían brillar las estrellas; es, en definitiva, el auténtico corazón de la oscuridad.
Sebastian Parnell ha elegido bien su planeta prisión. Sus nubes son tan negras que absorben la luz del débil sol naranja del sistema y la asimilan igual que la planta frutanegra digiere al insecto del néctar. La visión del planeta prisión succiona la esperanza y la fuerza de ánimo igual que un agujero negro succiona la luz. Cuanto más cerca se aventura un viajero, más teme que haya alcanzado finalmente ese oscuro lugar de leyenda… ese lugar oscuro del cual no escapa ningún alma.
A Luke Tol Ado le parece adecuadamente siniestro. No espera menos de la crueldad de Parnell. El Imperio otorga tal importancia a aplastar los ánimos, que el mero hecho de que semejante planeta negro exista garantiza que permanezca bajo control imperial. Pero Luke ya se ha enfrentado antes al corazón oscuro del Imperio, y sabe que puede iluminarse. Si tiene un modo de hacerlo, no tardará mucho en abrir un agujero en el manto negro de Tol Ado.
Un sistema de más de 100 estaciones orbitales regularmente espaciadas cuelga sobre el planeta. Pequeñas bolas con un par de alas revolotean de estación en estación, con sus gases de escape creando estelas que no recuerdan otra cosa más que una tela de araña. Si no fuera tan amenazador, el sistema de satélites contrastaría hermosamente contra las nubes de Tol Ado.
Gideon pilota la nave minera hacia la mayor de las estaciones, ubicada justo sobre el polo norte del planeta. Una voz rudamente eficiente les guía hacia una bahía de atraque en el extremo más alejado de la estación. Cuando finalmente descienden la rampa de entrada de la nave minera, un soldado de asalto armado les recibe.
-Formen una fila en la entrada –dice, señalando un mamparo. Una docena de otras criaturas ya están allí, esperando nerviosamente la siguiente visita. Tres “cabezas de calamar”, más correctamente conocidos como quarren, están los primeros de la fila. Los quarren, humanoides, tienen piel correosa, ojos color turquesa, y dedos con ventosas. Sus cabezas parecen calamares con cuatro tentáculos… de ahí el apodo que muchos viajeros espaciales prefieren.
Tras los cabezas de calamar hay siete miembros de una familia stictex. Los stictex no son siquiera remotamente humanoides. Tienen ocho patas, y pueden permanecer sobre dos cualesquiera de ellas. Un brillante caparazón cubre la parte trasera de sus cuerpos cilíndricos, y un conjunto de alas transparentes surge de una ranura en el centro de su caparazón. Para un humano, sus cabezas son desagradables… y simplemente no hay otro modo de describirlas. Una docena de nervios ópticos sobresalen en unos cortos palpos prensiles por todos los ángulos del cráneo. Seis rendijas del tamaño de un dedo sirven como nariz, mientras que un par de pinzas completamente articuladas sobresalen de una mandíbula dentada.
Un macho y una hembra twi’lek están tres metros por detrás de los stictex, con sus tentáculos craneales entrelazados en una muestra de cariño. Ambos sonríen esperando ansiosamente la visita.
Tan pronto como Luke y sus amigos asumen sus lugares en la fila, la puerta del mamparo se abre. Un oficial imperial se dirige al grupo.
-En nombre del gobernador general Sebastian Parnell, saludos. Esta muestra ha sido preparada para instruir a los ciudadanos acerca de las consecuencias de las actividades criminales en este sector del Imperio. Soy el teniente Salva, su guía en esta visita. Síganme.
Dirige al grupo hacia una sala de observación desde la que se veía directamente el planeta negro.
-Como pueden haber observado, Tol Ado está enterrado en todo momento por una pesada cobertura de nubes. Estas nubes contienen una mezcla de fluoruro de hidrógeno, sulfato de hidrógeno, cloruro de hidrógeno, monóxido de carbono, dióxido de carbono, y otros compuestos químicos generalmente letales para la mayor parte de las formas de vida. Aparte de su atmósfera venenosa, el planeta también posee otra característica desagradable; una temperatura en la superficie de aproximadamente 477 grados Celsius. Es lo bastante caliente como para derretir algunos metales ligeros. Además, la presión atmosférica es diez veces la de la mayoría de los planetas habitables; lo suficiente para aplastar a un individuo de casi cualquier especie. No es necesario decir que escapar de las instalaciones de la prisión a la superficie del planeta es una imposibilidad. Síganme.
Camina al siguiente expositor, que contiene una imagen holográfica del sistema de satélites del planeta.
-El planeta está protegido por un sistema de 124 estaciones sensoras orbitales. Cada estación vigila un sector designado ante entradas o salidas no autorizadas. En caso de que alguien sea lo bastante estúpido para penetrar esta pantalla, cada estación alberga un caza estelar TIE. Podemos rodear fácilmente un intento de brecha en cualquier punto. Síganme.
El siguiente expositor es la reproducción de una celda.
-Tol Ado está compuesto por 1.400.036 bloques de celdas. Cada bloque de celdas contiene 4.000 celdas idénticas a esta. –Abre una puerta de duradero, y luego activa una antorcha de mano en el interior-. Cada celda tiene exactamente tres metros de largo y dos metros de ancho. Contiene una litera como esta… -Dirige la luz a una lámina de metal que cuelga del muro-. Como pueden ver, las instalaciones sanitarias están ubicadas cerca de la cabecera de la litera. No malgastamos valiosos recursos iluminando las celdas de los prisioneros. Para evitar la ceguera, cada prisionero puede abrir la cobertura de esta rejilla de 50 centímetros cuadrados durante dos horas de cada 20.
-Bonito detalle –dice la hembra twi’lek. Tanto ella como el macho sueltan una risita.
El teniente Salva ignora el comentario.
-A través de este panel de acceso –señala una delgada ranura en la base de la puerta-, un droide sirve una comida equilibrada al día. Síganme.
El siguiente expositor era un holograma de una barcaza de suministros en un muelle de atraque.
-Alguno de ustedes puede haber calculado ya que tenemos cerca de seis mil millones de celdas en Tol Ado. Actualmente, tenemos una ocupación del 90%. Esto requiere un gran esfuerzo en apoyo logístico. En la superficie, tenemos alojamiento para más de 2.000.000 escuadrones de tropas de asalto, 3.000 tiendas de equipamiento, 10.000 muelles de suministros para recoger los suministros de nuestro almacén de Poe 76.995...
Salva continúa recitando estadísticas diseñadas para impresionar al turista ocasional con la eficiencia del encarcelamiento imperial de Tol Ado.
Finalmente, la visita termina y el grupo vuelve a la bahía de atraque. Los quarren parecen incómodos; desilusionados, o posiblemente asustados. Los twi’leks sonríen y ríen, aparentemente ellos han disfrutado bastante, y ¿quién puede decir qué sienten los stictex? Luke sube de nuevo a bordo de la nave minera de Gideon.
-¿Qué piensas? –pregunta Gideon.
-Debe haber un modo de entrar –dice Luke.
-Conseguir entrar es fácil –dice Gideon con una risita-. Tan sólo diles quién eres. Reconozco que conseguir salir es la parte difícil.
-Quizá podamos colarnos como polizones en la barcaza de suministros –sugiere Sidney-. Sabemos dónde está el almacén.
Gideon suelta un bufido.
-¿Y cómo vas a encontrar a Erling una vez que estés dentro?
Erredós silba con confianza.
Gideon mira al droide con una mezcla de malicia y asombro.
-De acuerdo, entonces. Incluso si lo encuentras, ¿cómo vas a sacarlo? Con tu nave, lo mejor sería que te abrieras camino luchando para llegar; al menos, si lo logras, sabrías que puedes volver a luchar para abrirte el camino de salida.
-Que la Fuerza nos proteja del loco sediento de sangre –murmura Sidney.
-¿Tienes alguna idea mejor? –pregunta el minero.

Emisiones Sombra de la CSI (II)

Edición emitida en 14:3:10

EN PORTADA - Las fuerzas de la República arrasan a los bassadroanos

Agao, Bassadro - Demostrando las medidas desesperadas a las que la República va recurrir en su conquista de los mundos periféricos, las pruebas han demostrado que un batallón de soldados clon comandados por Jedi arrasó completamente el pueblo minero de Agao-Nir en los vítreos riscos volcánicos de los Montes de Agao, matando una cifra estimada de 400 lugareños nativos.
Transmisiones del mayor de la CSI Domb Treetor, anterior Jefe de Apropiaciones de la Unión Tecno, indican que los clones empezaron disparando a las formaciones de roca naturales que rodean el pueblo bassadroano, y el general Jedi sólo ordenó un alto el juego cuando obtuvo la rendición de Treetor.
La andanada de misiles de conmoción antiblindaje en la obsidiana afilada como navajas de afeitar creó una tormenta mortal de esquirlas que atravesó el pueblo minero. Los fragmentos de roca que cayeron del aire también dañaron muchos recursos de la CSI bajo el mando de Treetor.
En lugar de permitir a las fuerzas de la República llevar más allá sus objetivos sobre paisanos o potenciales obreros, Treetor se rindió. Con la pérdida de Bassadro, el Presidente del Gremio de Comercio Shu Mai está recalculando cuotas mineras entre los mundos productores estratégicos para recuperar el déficit.
«La flagrante falta de valor mostrada por la República en este ejercicio es espantosa», dijo Shu Mai en una declaración oficial. «Cada uno de esos mineros representaba un duro trabajador con niveles de habilidad que costaron obtener. Los el valor como trabajadores del total del pueblo estaba mucho más que la suma del valor de cada individuo.»


Los créditos confederados logran la paridad

Harnaidan, Muunilist - Aunque el pacto de no-exclusividad del Clan Bancario InterGaláctico puede haber limitado sus contribuciones militares a la causa de la Confederación de Sistemas Independientes, ha permitido a la entidad de comercio continuar operaciones dentro de los círculos financieros de la República y sostener el valor del crédito de la CSI.
«Nuestro linaje, de siglos de antigüedad dentro del Núcleo, ha avalado a la divisa recientemente creada, que representa los fondos de los mundos Separatistas», dijo el Oficial de Comunicaciones Bancarias Lo Vapeet en su declaración mensual. «En muchos mundos del Borde Medio, se está cambiando a más de 50 por ciento del valor de un crédito estándar de la República, y en el Borde Exterior es el dinero exclusivo de centenares de mundos.»

Noticias de la HoloRed de la República (XV)

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Edición del Núcleo 14:3:22

El Ministerio de Ciencia revela vacuna contra la guerra biológica

Arcología del MINISCI, Coruscant - El reciente azote de armas biológicas empleadas por las fuerzas Separatistas ya no es ninguna amenaza, según un informe del Ministerio de Ciencia de la República.
«Los avances en contra-agentes biológicos han vuelto inofensivos a los patógenos Separatistas», dijo el ministro Glimmet Ledd, un miembro del prestigioso Enclave Genético Luurian. «Datos proporcionados por los Caballeros Jedi nos han dado la clave para entender cómo los Separatistas fabrican estos microbios y cuál es la mejor forma de destruirlos.»
Muchos colonos gunganos murieron por la descarga de un arma biológica en Ohma-D'un, una luna de Naboo. Investigadores Jedi pudieron recuperar hace ocho meses una muestra viva de toxina del fortín Separatista de Queyta. Desde entonces, el Ministerio de Ciencia ha estado desarrollando vacunas contra el arma mortal.
«El análisis de la estructura subyacente de estas armas sugiere que todas ellas son creadas siguiendo los mismos principios», dijo Ledd. «Comparando estos datos con nuestra investigación de la amenaza del trihexalon de hace unos años, pudimos crear una vacuna efectiva.»
Los críticos se preguntan si el anuncio de una cura tan solo incitará a los Separatistas a desarrollar armas biológicas más letales. «Nuestros científicos están listos para tratar con cualquier avance; en este caso, es imperativo que anunciemos a la gente de la República que se espera una solución preventiva», dijo Ledd.
El Ministerio de Ciencia y el Movimiento de Ayuda al Refugiado se han asociado para producir y distribuir la vacuna a los centros médicos a lo largo de la República. El informe indica que varias especies no-humanas son especialmente susceptibles a las toxinas Separatistas y se les anima fuertemente a acercarse a las organizaciones de salud de la República para su inoculación inmediata.


Palpatine premia los esfuerzos de los Jedi

Templo Jedi, Coruscant - En reconocimiento «al desinteresado valor en la protección de la República y sus mundos», el Canciller Supremo Palpatine reconoció hoy las honorables hazañas del Caballero Jedi Avan Post y de la Maestra Jedi Shaak Ti con la entrega de un bosquecillo de árboles ch'hala en una ceremonia que tuvo lugar en el Templo Jedi.
Avan Post de Chandrila fue reconocido póstumamente; pereció el mes pasado en una escaramuza sobre Ando durante la que destruyó siete navíos de la Unión Tecno de clase Hardcell. Post había servido anteriormente en muchos frentes del conflicto. Asran Headows, Maestro Conservador del Museo Galáctico de Coruscant anunció la creación hacia finales de año de año de una exhibición especial que honrará al Jedi caído.
«Los árboles Ch'hala están entre mis especimenes favoritos de los jardines de la República. Ellos son rígidamente implacables pero sensibles incluso a la perturbación más ligera, como nuestros venerados amigos del Templo Jedi. Le pido humildemente que acepte estas muestras de aprecio», dijo Palpatine.
«Me siento muy honrada por recibir esta distinción en servicio a la República. No obstante, los Jedi evitamos las posesiones, y por consiguiente dono este regalo al Templo Jedi», dijo Ti. Sus acciones en Geonosis, Centares, y Dagu fueron citadas por Palpatine en una lista de notables logros de la Maestra Jedi togruta.
Ti donó el bosquecillo de cuatro docenas de retoños de árboles púrpuras y verdes al Consejo Jedi. Los espectaculares árboles ch'hala tienen pigmentación sensible a la presión en su corteza, lo que les permite cambiar de color y de dibujo cuando son expuestos a sonidos.
«Aceptamos este reconocimiento con gratitud, aunque es nuestro deber proteger la República», dijo el Maestro Jedi Mace Windu. El Maestro Jedi prometió entonces que el bosquecillo de retoños encontraría un lugar de honor dentro del Templo Jedi.

Relatos de los Jedi: Caballeros de la Antigua República (II)

Arkania — Pista de aterrizaje — Al día siguiente
La nave de Ulic y Cay —el Nebulon Ranger— calienta motores, preparándose para el despegue.
Ulic: Tott Doneeta y mi hermano ya están a bordo el Nebulon Ranger, Maestro Arca. Yo sólo quería darte gracias de nuevo. No te fallaremos.
Arca: Los onderonianos han pedido ayuda para terminar con siglos de guerra. Querrán que luchéis, pero recuerda, Ulic... los Jedi traen paz. Usad vuestras armas como último recurso.
Ulic: Haremos lo que pides, Maestro. Sólo queremos que nos guardes en tus pensamientos.
Arca: En el poder de la Fuerza, yo estaré contigo, Ulic. Pero esto va a ser una prueba de tu fortaleza como Caballero. Tú y tus compañeros debéis crear vuestro propio camino a través de las dificultades que encontraréis. Que la Fuerza os acompañe.
Un momento más tarde, el Nebulon Ranger despega.


Cabina del Nebulon Ranger — Varias horas más tarde
Sonidos normales de la cabina. Un pitido más fuerte.
Cay: Ulic, la computadora de navegación dice que estamos aproximándonos el sistema onderoniano. Sentiremos el efecto de su gravedad cualquier momento.
Ulic: Deja de trastear con los instrumentos, Cay. Relájate. Tott Doneeta me estaba contando más cosas acerca de su planeta natal.
Tott: Como iba diciendo... mi pueblo, los Twi'leks, tenemos una antigua y rica historia de no violencia. Preferimos el intelecto y la astucia a la fuerza bruta.
Cay: Entrando en el pozo de gravedad de Onderon, Ulic. Estoy conectando los motores sublumínicos.
Ulic: Pero yo he oído que algunos Twi’leks han empezado a formar alianzas con seres extraplanetarios, Tott. Incluso con contrabandistas como los Hutts.
Cay: Motores sublumínicos conectados. Entrando en la atmósfera.
Tott: Todas las especies tienen sus miembros perdidos, Ulic. No puedes hacer a una raza responsable de las acciones de...
Una sirena detiene toda la conversación.
Cay: ¡Siento interrumpir vuestra charla con mis problemas, muchachos, pero tengo una bandada de pájaros gigantes en trayectoria de colisión!
Ulic toma los controles.
Ulic: Bien. Angula el escudo deflector, Tott. Haré descender al Nebulon Ranger otros 1.000 metros. Eso debería...
Cay: No parece buena idea, Ulic. La bandada entera está maniobrando para golpearnos.
Ulic: ¿Qué clase de pájaros locos haría...?
Tott: Tengo contacto visual, Ulic. No son pájaros. ¡Son los Jinetes Salvajes! ¡Armados con...
El Nebulon Ranger recibe fuertes golpes. Disparos bláster. Gritos de las Bestias.
Ulic: ...blásteres pesados! Comenzando maniobras evasivas...
Tott: Los deflectores aguantan. ¿Devuelvo el fuego?
Ulic: No. El Maestro Arca nos envió aquí para conseguir la paz. Volaremos a través de la bandada sin disparar un tiro. Cay, avisa la ciudad.
Cay: Estoy en ello. (Activa el comunicador) Atención, ciudad de Iziz. Aquí el Nebulon Ranger, pidiendo permiso para aterrizar. ¡Repito, Nebulon Ranger pidiendo permiso para aterrizar!
Novar: (Una voz orgullosa, distorsionada por el comunicador) Le recibimos, Nebulon Ranger. Le estábamos esperando. Cambie a curso 030 hacia el muelle espacial real.
Ulic: Tenemos un pequeño problema, Iziz. De hecho, estimamos que son de 30 a 40 pequeños problemas. Los Jinetes Salvajes usan nuestra nave para hacer prácticas de puntería.
Novar: Continúe con su actual rumbo, Nebulon Ranger. Nuestras baterías defensivas se encargarán de esos Jinetes Salvajes.
El fuego del cañón pesado de la ciudad golpea a las Bestias.


Exterior del Nebulon Ranger

Jinete 1: Esa nave está logrando abrirse paso. Va a llegar a la ciudad.
Jinete 2: ¡Debemos detenerlo! ¡No debemos permitir que los Jedi alcancen Iziz! ¡Mandaré a mis Jinetes Salvajes tras ellos! (Azuza a su Bestia) ¡¡Hi-yah!!
Jinete 1: ¡Espera! ¡Aquí no! Estamos demasiado cerca del perímetro. Esos turboblásters pueden...
Los turbobláster disparan. Se oye el grito del Jinete Salvaje cuando él y su Bestia mueren carbonizados.
Jinete 1: Demasiado tarde. Otro buen jinete perdido a manos de los moradores de la ciudad. Lo pagarán... con sangre.


Iziz — Pista de aterrizaje
El Nebulon Ranger aterriza en la pista. Se abre la compuerta.
Novar: Caballeros Jedi. Sed bienvenidos. Yo soy Novar, consejero de la Reina Amanoa, gobernante de Iziz.
Ulic: ¿La Reina Amanoa? Habíamos oído que el Rey Ommin gobernaba la ciudad.
Novar: Tristemente, el Rey ha... caído en la oscuridad recientemente. La Reina Amanoa gobierna aquí en su gran nombre.
Ulic: Yo soy Ulic Qel-Droma. Éste es mi hermano Cay. Y éste...
Novar: (Enfurecido súbitamente) ¡¡¡Una forma de vida alienígena!!! ¡¡¡Guardias!!! ¡¡¡Deténganlo!!!!
Tott es abordado por dos corpulentos guardias.
Ulic: (Alarmado) ¿¡¿Eh, qué está pasando?!? ¡Éste es Tott Doneeta, nuestro compañero! Di a tus matones acorazados que...
Novar: (Fríamente) Está estrictamente prohibido que los alienígenas entren en la ciudadela Real. Los protectores Reales se llevarán a éste para... interrogarlo.
Dos sables de luz se encienden simultáneamente.
Ulic: (Enfadándose) ¿¡¿Qué os he dicho?!? ¡¡¡Somos Jedi!!! ¡¡¡¡Soltadle!!!!
Novar: Ten cuidado, Jedi. Las amenazas mortales por tu parte causarán severas repercusiones políticas.
El comunicador de Novar emite un pitido.
Consejero Real: Novar, la Reina ordena conducir a los tres Jedi al salón del trono. ¡¡Enseguida!!


Iziz — Palacio Real — Pasillo / Salón del Trono
Se oye, en la distancia, a la corte real.
Novar: El salón del trono de la Reina está justo enfrente.
Cay: Es una ciudad imponente. ¿No crees, Tott?
Tott: Desde luego, Cay. Cubre cientos de millas cuadradas. Deben de vivir millones de personas dentro de sus muros. Pero le encuentro algo... perturbador.
Ulic: Oh, simplemente estás enfadado por el malentendido en la bahía de atraque, Tott. Recuerda... estamos aquí para restablecer la paz.
Se abre la puerta que da acceso al salón del trono. El murmullo de la corte real desaparece para dejar paso al silencio.
Novar: Caballeros Jedi, ésta es Su Majestad, la Reina Amanoa. Y su hija, la Princesa Galia.
Amanoa: (Con voz vieja y gastada) ¿¿Éstos son los Jedi??
Galia: (Con una voz mucho más joven, de 16 años) Parecen jóvenes sin experiencia.
Ulic: Reina Amanoa, yo soy Ulic Qel-Droma. Éstos son mis compañeros.
Amanoa: Ven, ven, muchacho. Cuando pedimos ayuda para tratar con éstos Jinetes Salvajes, esperábamos a un gran Maestro Jedi. No a unos muchachos.
Ulic: El Maestro Arca ha confiado en nosotros encargándonos la tarea de traer paz a este sistema. Por favor, compréndalo, Reina Amanoa... una vez se una a la República, la fuerza de todos los Jedi estará para servirle.
Amanoa: (No parece impresionada) Un buen discurso, muchachito. Pero nos reservaremos nuestra opinión. Entretanto, déjame presentarte a mi hija, La Princesa Galia.
Galia: Es un honor conocer a un Jedi tan... joven.
Cay: (Irritado) Ohh... Me estoy cansando de esto...
Amanoa: Jedi, como sabéis, estamos infestados por bandidos. Estos Jinetes Salvajes son liderados por un salvaje llamado Oron Kira. Mi pobre hija ni siquiera puede ir al bosque sin cien hombres armados. Pero yo creo que la amenaza se ha vuelto aún más seria. El ataque a tu nave sugiere que los bandidos tienen ahora espías dentro de la propia ciudad. De algún modo, supieron de tu llegada incluso antes que nosotros. Yo…
Explosiones lejanas en el exterior.
Amanoa: ¿Qué fue eso? ¿Novar?
Novar: ¡En pantalla!
La pantalla se activa
Guardia: (En el comunicador, lleno de estática) ...Baluarte norte, dirigiéndose hacia el palacio... ¡Repito, los Jinetes Salvajes han penetrado por el baluarte norte! Se dirigen hacia el...
¡¡Una GRAN explosión, justo en el salón del trono!! Las vidrieras estallan, y el aullido de las Bestias llena la cámara. Comienzan a llover disparos bláster...
Ulic: ¡¡Los Jinetes Salvajes!!
Amanoa: ¡¡Guardias!! ¡¡Protegednos!!
Tott: ¡Por la diosa Twi'lek... es el mismo hatajo de canallas que atacó el Ranger!
Amanoa: Aquí tienes la oportunidad de demostrar la fuerza de tu promesa, Jedi. ¿Nos ayudarás ahora a defender nuestra ciudad?
Ulic: Sí.
Ulic enciende su sable de luz. Cay y Tott hacen lo mismo.
Ulic: Me sentiré muy honrado de hacerlo. ¿Cay, Tott, estáis conmigo?
Cay: ¡Estamos contigo, hermano! ¡¡Vamos!!
Los tres Jedi se lanzan contra los Jinetes Salvajes, tajando y acuchillando.
Amanoa: Ven, hija mía. Huiremos mientras los Jedi retienen a nuestros enemigos.
Galia: (Sorprendentemente vacilante) Pero Madre, yo...
Amanoa: ¡Ven! Mis guardaespaldas personales nos defenderán.
Una Bestia grita en el fragor de la batalla.
Jinete 1: ¡Peste de Jedi!! ¡Mi bestia os comerá vivos!
Una cuchillada del sable de luz, y el golpe húmedo de algo que cae al suelo.
Ulic: ¡Primero tendrás que reinsertarle la cabeza en el cuello!
Cay: ¡Buen trabajo, Ulic!
Ulic: ¡Éstos Jinetes Salvajes no son ningún problema! ¡Entre nosotros y los guardias de palacio, acabaremos con ellos!
Tott: No te precipites demasiado, Ulic. Vi como dos Jinetes Salvajes lograban pasar. Apostaría el rescate de un Hutt a que persiguen a la Reina.....
Ulic: Bien, Tott. Tú y Cay seguidles. Yo mantendré a este grupo ocupado.
Tott: ¿Estás bromeando? ¡No puedes ocuparte de este grupo tú solo!
Ulic: ¡No te preocupes, Tott! ¡Ve! ¡Éstos Jinetes Salvajes son más lentos que un droide de entrenamiento de tercera clase!

El honor de los Jedi (2)

2

El rostro del piloto rebelde muestra determinación.
-Iremos a Tol Ado.
-Deberíamos ir primero al centro de visitantes -dice Gideon.
-¿Centro de visitantes? -exclama Luke. Nunca ha oído hablar de algo semejante en una prisión imperial-. ¿Está de broma?
-El Parnell considera su prisión como la obra de arte -explica Sidney-. Ha construido la vitrina de exposición adecuada.
-Sí. Y es un recordatorio de lo que puedes esperar si te sales de la línea. Es un buen lugar para un pase rápido de reconocimiento y planificación.
-De acuerdo -dice Luke.
-Sidney y yo tomaremos mi Cubo de rocas -sugiere Gideon-. Tú puedes seguirnos. Dos naves podrían resultarnos útiles.
Luke sonríe con picardía.
-No creo que eso sea muy inteligente -dice-. Mi nave es un ala-X.
Tanto Gideon como Sidney alzan una ceja. La mayor parte de los pilotos saben que el ala-X es el caza estelar favorito de la Alianza.
-Si viniste en el ala-X... -comienza a preguntar Sidney.
-No hagas al muchacho preguntas que no pueda contestar -interrumpe Gideon-. Pero lo que está claro como una nova es que no podemos dejar esa cosa aquí. No tengo duda de que Parnell volverá.
Sidney ofrece un plan.
-Milton 40.005 está cerca, y tiene muchos cráteres profundos y minas antiguas. Recientemente me detuve allí para reparar el activador del repulsor. Nadie ha tocado su superficie durante décadas.
-Suena bien -dice Luke-. Indica el camino.
Cuando Luke vuelve a su caza estelar, Erredós no para de hacer advertencias y preguntas acerca del general imperial. Mientras se prepara para el lanzamiento, Luke le explica pacientemente lo que ha pasado y que pretende rescatar a Erling. Erredós pita y silba, lanzando comentarios en la videopantalla tan rápidamente que Luke apenas puede leerlos.
-¿Realmente te gusta la idea? -Luke despega. La nave minera con forma de caja de Gideon ya flota sobre Henryson-. Recuérdame que haga que revisen tus circuitos de motivación -dice frívolamente Luke-. Además, tú no vas.
Erredós chirría y sisea enfadado.
-Porque lo digo yo, por eso -responde Luke-. Lo que voy a hacer ya es bastante malo. El general Dodonna se volvería loco si resultas dañado.
El droide permanece en silencio un largo rato, y luego muestra un breve mensaje en la videopantalla.
-¡Eso es chantaje! -exclama Luke-. No te atreverás.
El mensaje permanece.
Luke suspira.
-Vale, pero definitivamente voy a hacer que revisen tus circuitos de motivación. ¿Quién ha oído hablar nunca de un droide con sed de aventuras?
Poco después, Gideon lidera el camino hacia una roca de unos treinta kilómetros de ancho, con forma más o menos cuadrada. Descienden en un pequeño cráter negro, de no más de 20 metros de ancho. De repente se encienden las luces de la parte delantera del Cubo de rocas. El cráter es realmente un profundo túnel que conduce al interior del asteroide. Luke admira la pericia y la confianza de Gideon. La nave del minero apenas tiene dos metros de margen a cada lado.
Finalmente, tras tres tensos minutos, alcanzan un ensanchamiento en el túnel y Gideon hace girar su nave. Luke aterriza el ala-X, se ajusta dentro su traje de vacío, y luego ayuda a Erredós a subir por la rampa de entrada del Cubo de rocas.
El interior de la nave minera de Gideon es oscuro sin llegar a ser tétrico. Como la mayor parte de las naves mineras, la nave de Gideon consiste principalmente en una inmensa y destartalada bahía de carga. Los motores repulsores, lentos pero potentes, quedan justo a popa de la bahía de carga. Los camarotes de la tripulación, que Gideon mantenía inmaculados sin decoraciones extrañas, estaban organizados tanto para la comodidad como para la eficiencia.
-¿Por qué te has traído eso? -pregunta Gideon, señalando a Erredós.
-Es una larga historia -dice Luke-. Pero podría resultar útil. Ya he usado a este pequeñín en situaciones similares.
Gideon refunfuña, sin dejarse impresionar.
-A mí no me gustan demasiado los droides.
Erredós suelta un agudo silbido.
-¿Qué ha dicho? -pregunta Gideon.
Luke se encoge de hombros.
-No puedo entenderle a menos que esté conectado.
En este caso, Luke está seguro de estar tan contento como el propio droide por no poder entenderlo.
Gideon cierra la esclusa de aire y conduce a Luke a un asiento. Poco después, abandonan Milton 40.005 y avanzan lentamente hacia el centro de turistas de Tol Ado.

Recuerda que Luke deja su caza en el asteroide “Milton”. Puede necesitarlo más tarde.

jueves, 26 de marzo de 2009

Gazapo de Star Trek IV

Bueno, ya sé que esta página trata de Star Wars, no de Star Trek, pero ya que han hablado de mí en la tele qué menos que divulgarlo un poquito.
Ese Javier Hernández (aunque luego lo repitan diciéndolo y escribiéndolo mal) del que hablan soy yo.

martes, 24 de marzo de 2009

Dibujando los mapas de la paz: El relato del granjero de humedad (y IX)

Día 50, noche: Me convierto en rebelde

El comandante imperial me ordenó que fuera a Mos Eisley a prestar declaración, y tuve que ir. Ariela me pidió que llevara a su madre y su hermana al espaciopuerto. Se quedó con los demás granjeros para prepararse ante la ofensiva que los moradores de las arenas llevarían a cabo como revancha.
-Eyvind me ha dejado su granja –me dijo Ariela-. Me gustaría que me ayudases a explotarla cuando esto acabe… cuando podamos volver a ella.
Así que estuve pensando en eso durante mi viaje a Mos Eisley.
Dejé a la madre y la hermana de Ariela en el espaciopuerto. En poco tiempo, estarían a salvo en Alderaan. Hice mi declaración, y los imperiales confiscaron mi mapa y me dejaron ir.
Me pregunté por cuánto tiempo.
Mientras tanto, mi granja estaba abandonada.
Mis esperanzas para conseguir la paz con los jawas y los moradores de las arenas estaban arruinadas.
Los moradores de las arenas seguramente se sentirían traicionados y matarían gente inocente.
Mis mapas, mis sueños, mis exitosas negociaciones no significaban nada para el Imperio.
Todo porque el Imperio no quería que tuviéramos paz. Todo porque el Imperio no se preocupaba por la seguridad y el trabajo y las vidas de sus ciudadanos. Éramos peones de usar y tirar… canalizando nuestros esfuerzos en la medida de lo posible por caminos “aprobados”.
Me detuve en la cantina para echar un trago. No podía volver sin más.
Me senté en un rincón oscuro y observé a la gente que me rodeaba; gente de todos los rincones del Imperio. Representantes de pueblos que habían sido, cada uno a su manera, oprimidos por el Imperio. Todos lo habíamos soportado.
Pero había otro camino. Yo sabía que había otro camino.
Estaba la Rebelión.
El Imperio me había conducido a la rebelión.
Pedí otra bebida y miré a mí alrededor. No sabía cómo encontrar a la Rebelión. No sabía cómo unirme. Pero esta cantina sería el lugar apropiado para averiguarlo, pensé. Si hacía las preguntas adecuadas, quizá lo averiguara. Decidí preguntar al ithoriano sentado unas mesas más allá.
Pedí otra bebida, para tomar valor, pero antes de que pudiera moverme, Luke, el sobrino de Owen y Beru, entró con alguien a quien no conocía y dos droides a los que ordenaron que salieran.
¿Dónde estaban el tío y la tía de Luke?, me pregunté. Y eso hizo que comenzase a pensar. La granja de Owen y Beru estaba bastante lejos de la mía y la de Ariela. Quizá les vendrían bien una o dos manos extras hasta que las cosas se asentasen y fuera seguro para Ariela y para mí volver a nuestras granjas.
Luego podríamos comenzar a trabajar para la Rebelión.
Ariela me seguiría a la Rebelión. La mayoría de los demás granjeros probablemente también lo harían después de lo que había pasado hoy. Los jawas podrían ayudar. Con el tiempo, tal vez incluso los moradores de las arenas llegarían a entender qué les había ocurrido… y que restaurar la República acabaría con las atrocidades imperiales. Los granjeros como yo, en extraña alianza con los jawas y quizá con los moradores de las arenas, tendríamos que luchar por muestro derecho a vivir en paz en el mundo al que llamábamos hogar.
Cuando terminé de pensar eso, algo me dijo que encontraría perfectamente la Rebelión, en las montañas y los valles y las granjas de agua de Tatooine.
Algo me dijo que las cosas iban a cambiar en Tatooine, en modos que los imperiales nunca habían imaginado o deseado.
Algo me dijo que, al final, algún día, de algún modo, habría paz aquí.
Dibujaríamos los mapas de la paz.

jueves, 19 de marzo de 2009

El honor de los Jedi (31)

31

-¿Dónde está Tol Ado? -pregunta Luke.
-¿Entonces rescatarás al Erling Tredway?
Luke asiente con la cabeza como respuesta.
-No debería, pero lo haré.
Sin duda, el general Dodonna desaprobará la decisión, y Luke será presionado para argumentar sus motivos racionalmente. Pero un indefinido y misterioso sentimiento oculto en su pecho le incitaba a rescatar al extraño. Quizá el sentimiento no es más que la vaga afinidad que siente por otro hijo de un Jedi, o quizá es algo mucho más fuerte y más importante. Sea cual sea el motivo, no importa. Luke sólo sabe que debe rescatar a Erling Tredway.
-Será mejor que nos movamos, entonces -dice Gideon, dirigiendo a un confuso bípedo de pelaje amarillo hacia la entrada.
-¿“Nos”? -pregunta Luke.
-Sí, “nos” -responde Gideon-. Si estás lo bastante loco como para entrar en un planeta prisión imperial y pensar que puedes lograr salir, entonces estás lo bastante loco como para lograr que te maten. No me apetece dejar que eso ocurra; hace ya demasiado tiempo desde que luché junto a un portador de sable.
Los decididos pasos del minero le llevan hacia un lugar definido.
-¡Pero yo no puedo! -objeta el bípedo de hocico chato, tratando de liberarse de la mano de Gideon.
-Claro que puedes, Sidney -responde Gideon alegremente, apretando su agarre.
-¡Pero puede que haya muertes! El Pada no puede matar... ¡está mal!
-¿Y? -pregunta Gideon-. ¿Cuál es la diferencia si lo hacemos este jovencito y yo, o si tú nos echas una garra? Las muertes son muertes.
Las orejas redondas de Sidney se inclinaron hacia delante como muestra de frustración.
-Pero si alguien muere...
-Demasiado tarde -presiona Gideon-. El joven Erling es tu héroe. No puedes pedir a nadie que luche por tú libertad, por tu causa, si tú no lo haces.
Sidney no tuvo argumentos.
-Muy bien. En marcha. -Se libera del agarre de Gideon y empieza a caminar hacia la salida.
Luke duda si seguirles o no. Aunque Gideon y Sidney parecen bastante dignos de confianza, no sabe nada acerca de sus capacidades de combate. Fácilmente podrían ser más una carga que una ayuda.
-Quizá debería ir yo solo -dice Luke-. Tengo una nave monoplaza.
Gideon sonríe abiertamente a Luke.
-Tienes miedo de que no sepamos pelear, ¿verdad? -Gideon espera un instante, pero Luke no sabe cómo expresar sus reservas de forma educada-. Quizá sepamos y quizá no. Eso no importa; este es nuestro sector, y sería un error dejarnos fuera de la lucha. Si alguien gana nuestra libertad por nosotros, no es realmente nuestra.
Luke asiente. Siente cierto respeto por el minero. Sigue a los mineros por un ventoso flexipasillo que conduce a la esclusa aérea. Mientras se colocan sus trajes de vacío, Luke se detiene cerca de la inmensa compuerta de la esclusa aérea y estudia el asteroide sobre el que se sitúa el hostal.
El hostal en sí es una colección de burbujas de plastiespuma conectadas por largos y ondulantes flexipasillos. Robustos cables de duracero anclan las burbujas y los flexipasillos a protuberancias de suelo rocoso que sobresalen de la polvorienta y cubierta de cráteres superficie. Los cables son necesarios porque el campo gravitatorio del pequeño asteroide es tan débil que un niño puede lanzar una roca al espacio. Salta-asteroides y maquinaria minera quedaban en un disperso radio alrededor del hostal, anclados a los edificios del hostal, a rocas cercanas o entre sí.
Conocido formalmente como Henryson 400.324, el planetoide tiene poco más de un kilómetro de largo, y la mitad de ancho y de espesor. El numero de designación que sigue al nombre indica que Henryson es el planetoide número 400.324 del Cinturón Sil'Lume en ser catalogado como propiedad de un ser racional. El nombre se refiere a su dueño original. Cuando Luke estaba investigando los registros del sector, Erredós informó que los números de catálogo ascienden hasta 895.256, pero nadie sabe cuántos asteroides nunca han sido reclamados.
Henryson rota tan rápido que Luke se marea cuando aparta la mirada del suelo. Las estrellas parecen volar sobre el horizonte como meteoros. Para empeorar las cosas, el sol nunca se pone en Henryson. Su disco del tamaño de una uva oscila en el cielo como si colgase de un péndulo. Como punto de referencia más importante en el cielo, sirve como constante recordatorio de que Luke no está más que en un gigantesco tío-vivo.
-Tol Ado es el tercer planeta de este sistema -dice Gideon, cerrando el último sello de su traje de vacío.
-Genial -dice Luke-. Pongámonos en marcha.
Gideon duda.
-No tan rápido, jovencito. Podría merecer la pena visitar Tredway 24 antes. Tol Ado es inmensamente grande. La familia de Erling puede tener alguna idea sobre cómo encontrarle. Además, deberían ser advertidos; Parnell podría no quedar satisfecho sólo con arrestar a Erling.
El hocico de Sidney se arruga en una bolita amarilla, y sus orejas tiemblan con impaciencia.
-El Parnell puede destruir al Erling en cualquier momento -insiste-. No deberíamos perder el momento.

Dibujando los mapas de la paz: El relato del granjero de humedad (VIII)

Día 50, primera hora de la tarde: Espero junto al evaporador con un último presente de agua

Esperé junto al evaporador porque pensé que los moradores de las arenas llevarían a Ariela a su campamento principal, en algún lugar al noroeste de aquí. Podía viajar más rápido que los adolescentes en mi deslizador de superficie, así que estaría por delante de ellos y ellos tendrían que pasar junto a mí. Probablemente se detendrían a ver si les había dejado algo de agua.
Y había pensado lo que les diría. Ellos eran adolescentes que necesitaban probarse dignos de ser adultos. Podría ofrecerles un modo de ser recordados por siempre en los relatos y de ganarse una madurez que sería honrada siempre: negociar con los jawas y conmigo para asegurar las fronteras de su tierra y por tanto su modo nómada de vida. Sabía que tendrían que consultar con sus adultos, pero los adolescentes podían comenzar el proceso y convencerles de que esto era necesario.
Esperaba que estuvieran de acuerdo conmigo. Esperaba que no me decapitasen antes. Esperaba que aceptasen que Ariela era un asunto banal comparado con esto y que el agua y la tela que Wimateeka y yo habíamos traído de mi casa para negociar por ella sirvieran para rescatarla.
Así que esperamos en la arena, con nuestro agua y nuestra tela, y la unidad de holopantalla y mi mapa.
Y entonces, de repente, llegaron junto a nosotros. En un instante estábamos rodeados por jóvenes moradores de las arenas, cada uno de ellos armado con un bastón gaffi, con su afilada hoja brillando bajo la dura luz del sol. Las dunas estaban cubiertas por moradores de las arenas. Busque a Ariela, pero al principio no pude verla.
Me puse en pie y alcé mi brazo y cerré mi puño y les saludé.
-Koroghh gahgt takt.
Todos estaban inmóviles y silenciosos. Ninguno de ellos habló ni alzó su brazo. Entonces fue cuando vi a Ariela: atada y amordazada y vigilada en lo alto de una duna hacia el sur.
-Diles a los moradores de las arenas lo que yo diga -pedí a Wimateeka, y sabía que tenía que hablar rápidamente y bien para salvar la vida de Ariela, y probablemente la de Wimateeka y la mía propia.
Les dije que podíamos detener los problemas como el que había tenido lugar hoy. Conocía un modo. Les conté mi plan, y mi esperanza de que el Imperio llegase a reconocer lo que habíamos hecho, y lo que eso significaría para su pueblo y el mío.
Wimateeka tuvo problemas para explicar el mapa, y yo no sabía si podrían entender qué era un mapa. Wimateeka y yo preparamos una zona llana en la arena, y coloqué allí la unidad de holopantalla y presenté mi mapa. Algunos de los moradores de las arenas retrocedieron, sorprendidos, pero otros pronto avanzaron, arremolinándose a su alrededor, y el mapa comenzó a tener sentido para ellos.
Pero yo no negociaría hasta que hubieran liberado a Ariela.
-Lo que estamos a punto de hacer es mejor que más muertes -dije-. Quiero que liberéis a vuestra cautiva; entregádmela. Es mi amiga. Aceptad este agua y estas telas como compensación por los problemas que habéis tenido al ocuparos de ellas hasta ahora.
Discutieron acerca de eso, pero al final tomaron el agua y las telas y los pasaron hacia alguna parte al fondo de la multitud, y cortaron las ataduras de Ariela, la liberaron y dejaron que se acercase a mí.
Avanzaba lentamente a través de la muchedumbre de moradores de las arenas. Apenas se apartaban para dejarle pasar. Pero era más alta que todos ellos, de modo que mantuvo la vista fija en mí y Wimateeka y al final llegó junto a nosotros. La abracé, y ella nos abrazó a mí y a Wimateeka.
Y comenzamos a regatear y a negociar y a dibujar las líneas en mi mapa.
Estaba funcionando.
Pensé en todas las generaciones de antropólogos que habrían querido estar aquí con los moradores de las arenas. El día brillaba con la luz del sol, y yo podía sentir cómo la tensión se diluía y nos abandonaba. Mi mapa nunca había lucido tan hermoso, pensé, como lo hizo entonces brillando en la superficie sobre la arena y dividido por las líneas negras de las fronteras.
Terminamos de negociar, seis horas antes del final de mi plazo marcado.
Ariela y Wimateeka y yo nos preparamos para irnos.
Los moradores de las arenas permanecieron de pie mirándonos, luego comenzaron a alejarse hacia las dunas, dirigiéndose al noroeste, hacia su campamento.
Ariela subió a mi deslizador terrestre.
Ayudé a Wimateeka a subir a él y luego subí yo.
Y la duna al oeste estalló en llamas. Mi evaporador explotó en pedazos, y salió vapor de él como su fuera humo. Explosiones desgarraron el aire... y los jóvenes moradores de las arenas gritaban y corrían.
Seis horas antes del final de nuestro plazo... después de todo lo que habíamos trabajado para evitar que ocurriera. Tenía que detener ese tiroteo.
Volé directamente al lugar del que provenían los disparos -un alzamiento rocoso al sur- y no nos alcanzó ningún disparo. A nuestro paso se abría un camino entre los disparos.
Tropas de asalto. Había tropas de asalto imperiales en las rocas. Los granjeros que se me oponían los habían llamado, fue todo lo que pude pensar. Detuve violentamente el deslizador terrestre y corrí hacia las rocas.
-¡Dejad de disparar! -grité-. ¡Ni siquiera son adultos lo que estáis matando!
Pero nadie me escuchó ni dejó de disparar. Empecé a empujar a los soldados de asalto y desvié sus armas para hacer que se detuvieran... y me agarraron por detrás y me arrojaron contra la roca.
-¡Detente! -me gritó alguien.
Eran los otros granjeros quienes me tenían, ocho o diez de ellos.
-Los soldados de asalto te matarán -me siseó alguien al oído-. Sobrevive al día de hoy y ya hablaremos más tarde de lo que ha ocurrido.
Traté de liberarme, y me empujaron de nuevo.
-El Imperio nunca dejará que tu plan funcione -me siseó al oído otra persona, y entonces Ariela apareció enfrente mío, con la cara pálida y surcada por lágrimas.
-¿No lo ves? -me dijo-. Quieren problemas en todos los mundos para que la mayoría reciba con los brazos abiertos su presencia para mantener la paz. Si creas aquí la paz, nuestros verdaderos enemigos se mostrarán con claridad... ¿y entonces qué?
Debería haber previsto esto. Debería haber sabido que ocurriría desde el primer día que los gobernadores imperiales rechazaron cartografiar esta región.
El fuego se detuvo. Los demás granjeros dieron las gracias a las tropas de asalto por “rescatarnos” a Ariela y a Wimateeka y a mí.
-Ahora tendrá que evacuar su granja durante un tiempo -me dijo un soldado de asalto-. No será seguro permanecer en su casa, tan aislada como está.
No sólo tendría que evacuar por un tiempo. Este podría ser el final de mi granja. Los moradores de las arenas seguramente querrían matarme... a menos que pudiera encontrar un modo de convencerles de que yo no les había traicionado, a menos que pudiera encontrar un modo de convencerles de quién les había traicionado en realidad.
-Escoltaremos al jawa a su casa -dijo otro soldado de asalto.
-No -dije-. Lo llevaré yo mismo.
Y lo hice. No iba a dejar que lo llevasen solo. Pensé que podrían matarlo si lo llevaban solo; para enfurecer a los jawas y levantar un muro entre ellos y los granjeros. De modo que un contingente de las tropas de asalto nos escoltó a la fortaleza jawa.
Bajé a Wimateeka de mi deslizador, cerca de las puertas de su fortaleza, y se apresuró a entrar sin decirme ni una palabra.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Ascensión y caída de Darth Vader (X)

Capítulo 8

Los soles comenzaban a ponerse cuando Anakin se detuvo en el exterior de la cúpula de entrada del hogar de la familia Lars. Owen le había ofrecido a Anakin su moto barredora, y la moto estaba ahora estacionada flotando a poca distancia de la cúpula. No debería estar enfadado con Owen y Cliegg por rendirse, pensó Anakin. Se preocupaban por mi madre, pero sólo son humanos. Sólo pueden hacer eso.
Padme salió de la cúpula de entrada y se acercó a Anakin. Sabía que ella quería ayudar, pero también sabía que por nada del mundo iba a arriesgar su vida más de lo que ya había hecho.
-Tendrás que quedarte aquí -dijo-. Son buena gente, Padme. Estarás a salvo.
-Anakin...
Se abrazaron. Anakin casi deseó haber podido congelar ese momento, sólo para mantener a Padme por siempre junto a él. Pero la oscuridad estaba acercándose rápidamente, y su madre seguía en algún sitio ahí fuera. Está viva, sentía. ¡Sé que lo está!
Separándose de los brazos de Padme, Anakin caminó hacia la moto barredora.
-No tardaré -dijo. Saltó sobre la moto, encendió el motor, y salió disparado cruzando la superficie del desierto.

Con el cálido viento ondeando su túnica, Anakin cruzó los Páramos de Jundlandia, donde se sabía que los incursores tusken se ocultaban y cazaban entre las inmensas formaciones rocosas. No se preguntó por qué los tuskens se habían llevado a su madre, o por qué no la habían matado igual que habían hecho con los otros granjeros. Por lo que sabía, los tusken estaban actuando siguiendo algún tipo de ritual profano. Sus motivos no le importaban. Sólo quería recuperar a su madre.
Pero además quería recuperarla intacta. Pensó en lo que los tuskens habían hecho a Cliegg Lars, y aceleró la moto sobre los Páramos.
Estaba a unos 150 kilómetros del hogar de los Lars cuando avistó las altas siluetas de los reptadores de arena contra el cielo crepuscular. Era un campamento jawa. Aunque los jawas temían a los incursores tusken tanto como cualquiera en Tatooine, Anakin sabía que los pequeños chatarreros de ojos brillantes estarían más que dispuestos a proporcionar información si les daba algo a cambio. Una multiherramienta y un escáner portátil que encontró en las alforjas de su moto prestada sirvieron para que, a cambio, los jawas le dijeran que debía dirigirse al este para encontrar un campamento tusken.
Los soles de Tatooine ya se habían ocultado hacía un buen rato, y las lunas colgaban a poca altura sobre el horizonte cuando Anakin vio el racimo de oscilantes hogueras en las profundidades de un profundo valle. Dejando la moto barredora al borde de un alto acantilado, se mantuvo en las sombras mientras se aventuraba hacia la parte baja del valle y avanzaba silenciosamente hacia el campamento.
El campamento consistía en cerca de dos docenas de tiendas hechas con pieles y trozos de madera recuperados de los desaparecidos bosques de Tatooine. Dos tuskens permanecían a corta distancia de una tienda, vigilándola. Anakin lanzó sus sentidos de la Fuerza y percibió que su madre estaba dentro. Sin hacerse notar, rodeó la tienda hasta la parte trasera, usó su sable de luz para abrir un agujero a través de la gruesa cubierta de piel, y pasó al interior.
Anakin encontró a su madre en el centro de la tienda, amarrada a un marcho fabricado con finas estacas de madera. Un pequeño fuego ardía en un pote cercano y recortaba cálidas y retorcidas sombras por las paredes de la tienda. Shmi no se movía.
-¿Mamá? -dijo Anakin, asustado como un niño pequeño. No hubo respuesta. Pudo ver por la sangre seca en su rostro y sus brazos que había sido terriblemente golpeada-. ¿Mamá? -Seguía sin haber respuesta. Apenas estaba viva. Gimió mientras él le liberaba las muñecas de las tiras de cuero que la habían sujetado al marco. Suavemente la descendió al suelo, acunando su torso en sus brazos-. ¿Mamá?
Los magullados párpados de Shmi se abrieron con dificultad, y tuvo que esforzarse para enfocar el rostro de Anakin.
-¿Ani? -balbuceó-. ¿Eres tú?
-Estoy contigo, mamá -dijo-. Estás a salvo.
-¿Ani? ¿Ani? -Parecía confusa, como si tratase de discernir si realmente él estaba allí. Entonces, de forma increíble, consiguió sonreírle-. Qué guapo estás, hijo-. Ella frotó el rostro de él con su propio pelo, y él besó la palma de la mano abierta de ella-. Hijo mío. Mi hijo que ya se ha hecho grande. Estoy muy orgullosa de ti, Ani.
Anakin tragó saliva con dificultad y sintió el aguijón de las lágrimas en sus ojos.
-Te he echado de menos.
-Ahora estoy completa -dijo Shmi-. Te quier...
Anakin se tensó cuando su voz se cortó.
-Aguanta un poco, mamá. Todo se...
Quería decir que todo iba a ir bien. Y quería decirle muchísimo más. Pero antes de que pudiera decir nada, Shmi volvió a hablar.
-Te quie...
Entonces sus ojos se cerraron u su cabeza cayó hacia atrás. Ella murió en sus brazos.
Anakin se sentó en el tenso silencio, simplemente sosteniendo a su madre. Si hubiera llegado allí antes, habría podido salvarla. Pasó sus dedos por el enmarañado cabello de Shmi. No la dejaré aquí. Me la llevaré de vuelta en la moto deslizadora. Pero esos guardias tusken...
Recordó al tusken que se encontró cuando era un niño.
¡Le salvé la vida!
Antes, Anakin no se había cuestionado los motivos de los tusken. Ahora, se preguntaba si se habrían llevado a su madre de haber sabido que su hijo una vez salvó a uno de los suyos. ¿O es que es así como los tusken dicen gracias? Se preguntó de pronto si el tusken que rescató seguiría vivo, posiblemente en ese mismo campamento. ¡Debería haberle dejado morir! ¡Debería haberlo hecho!
Pensó en cómo los tusken se habían llevado a su madre, imaginó por lo que había pasado en el último mes...
¿Por qué harían esto? ¿Cómo puede nadie hacer esto?
La respuesta le llegó de los oscuros rincones de su propio corazón. Han hecho esto porque querían hacerlo. Lo han hecho porque podían hacerlo. Mientras su pesar se convertía en odio, supo exactamente lo que iba a hacerles a los guardias tusken.
Abandonando temporalmente el cadáver de su madre, Anakin Skywalker salió fuera de la tienda y reactivó su sable de luz.
No se detuvo con los guardias.

Cuando Anakin volvió al hogar de los Lars con el cuerpo de su madre envuelto en una manta, Cliegg Lars, Owen, Beru, Padme y C-3PO surgieron de la cúpula de entrada. Le observaron en silencio mientras alzaba a su madre muerta de la moto y la llevaba hacia la entrada de la cúpula. Anakin no estaba de humor para hablar, y había reconsiderado su afirmación de que la familia Lars estuviera compuesta por “buena gente”.
¿Qué ventaja tiene ser bueno si eres débil?
Su expresión sombría y ceñuda se fijó en Cliegg Lars, quien bajó la mirada.
¿Quizá estás deseando no haberla dado por perdida tan pronto?
Sin perder el ritmo de zancada, Anakin redirigió su mirada a Owen y Beru.
¿Quizá mi madre nunca te habló acerca de cómo prepararse para cuidar de las cosas?
Anakin ni siquiera miró a Padme ni al droide de protocolo mientras bajaba con su madre hacia la residencia subterránea.
Más tarde, Anakin estaba junto a un banco de trabajo en el garaje del domicilio, reparando una pieza de la moto barredora, cuando Padme entró llevando una bandeja de comida.
-Te he traído algo. ¿Tienes hambre?
Anakin siguió examinando la pieza de la moto, moviéndose lentamente, como si estuviera ligeramente aturdido.
-Se le ha roto el cambio -dijo-. La vida parece más sencilla cuando arreglas objetos. Soy bueno arreglando cosas. Siempre lo he sido. Pero no he podido... -Dejó de trabajar y miró a Padme-. ¿Por ha tenido que morir? ¿Por qué no he podido salvarla? Sé que habría sido capaz. -Se dio la vuelta, mirando a un rincón oscuro del desordenado garaje. Su rabia había dejado paso momentáneamente al dolor.
-A veces hay cosas que nadie puede arreglar -dijo Padme-. No eres todopoderoso, Ani.
-¡Pues tendría que serlo! -le respondió en un grito, causando que Padme se estremeciera-. Algún día lo seré -continuó-. ¡Me convertiré en el Jedi más poderoso que haya existido! Eso te lo prometo. Y aprenderé a evitar que las personas mueran.
Padme se quedó clavada en el sitio, confusa y alarmada ante sus palabras.
-Anakin...
-Toda la culpa es de Obi-Wan. ¡Tiene celos! ¡No me deja avanzar! -Lanzó una llave cruzando el garaje. Chocó contra un muro y cayó con estrépito al suelo.
-¿Qué te pasa, Ani?
Evitando aún su mirada, Anakin trató de calmar su voz.
-Los... los maté. Sí, a todos. Están muertos. Todos están muertos. -Se giró lentamente para mirar a Padme, revelando las lágrimas que corrían por su rostro-. Y no sólo los hombres, también las mujeres, al igual que los niños. Son como animales, ¡y los he aniquilado como animales! -Luego rugió-: ¡Los ODIO!
Anakin comenzó a sollozar y se derrumbó en el suelo. Padme se arrodilló a su lado y le rodeó con sus brazos.
-Enfurecerse es humano -dijo.
-Soy un Jedi -balbuceó Anakin entre sollozos-. Sé que estoy por encima de esto.
Y además también sabía otra cosa, algo mucho peor que el haberse permitido darle rienda suelta a su rabia.
Matar a los tuskens le había dado satisfacción.

Emisiones Sombra de la CSI (I)

Emisiones Sombra de la CSI
de Pablo Hidalgo

Edición emitida en 14:2:14

La República continúa con su presencia ilegal en Aargau

Arcología del CBI, Aargau
- A pesar de ocho meses de diálogo diplomático involucrando a los niveles más altos del Clan Bancario InterGaláctico, la República continúa desplegando fuerzas militares dentro de los territorios neutrales de Aargau, desatendiendo la neutralidad de los mundos bancarios en la guerra.
Argumentando la protección de la ciudadanía de la República y de los negocios que mantienen transacciones en Aargau, las autoridades de la República enviaron varias compañías de tropas a los mayores núcleos de población, llegando incluso al punto de posicionar guardias dentro de la inmensa arcología piramidal del CBI.
«La ley de Aargau estipula claramente que los forasteros no pueden ir armados mientras permanecen en el planeta», dijo Lo Vapeet, el Portavoz de Comunicaciones del CBI. «Estos soldados fuertemente acorazados están erizados con armamento mortal, en violación directa a la ley planetaria y la neutralidad del planeta.»
Las tropas desautorizadas llegaron a Aargau como resultado de la desaparición de un equipo de inspección de la República para intentar demostrar que el origen de los droides hailfire capturados en Geonosis eran las plantas industriales dentro de la arcología del CBI. Hasta la fecha, ninguna evidencia del equipo de inspección o de las plantas industriales se ha producido, y las tropas aún permanecen.
«Aargau siempre le ha prometido neutralidad a nuestros inversores a pesar de cualquier levantamiento político. La presencia de estas tropas está trastornando la economía y ha producido notables fluctuaciones del valor del dinero en mundos confederados y no asociados», dijo Vapeet.
Una vez la Mesa Ejecutiva de Aargau comenzó a plantearse la secesión en protesta, la República respondió con enviados diplomáticos, incluyendo representantes camaasi.
«Estamos seguros de que puede alcanzarse un compromiso justo», dijo el diplomático de la República Gaddatha In'Kro. «El CBI ha tenido conexiones Separatistas. Quizás si ellos redujeran el número de droides de combate armados en las negociaciones, nosotros no sentiríamos la necesidad de permanecer como protección de los recursos de la República.»
«Estos droides de seguridad son propiedad de ejecutivos del Clan Bancario que ostentan la ciudadanía de Aargau», dijo Lo Vapeet. «Según la Carta Constitucional de Aargau, la ciudadanía está constitucionalmente autorizada para armarse; esto se extiende al uso de autómatas de combate a aquellos cuyos recursos líquidos les permitan el lujo de la Ciudadanía Premium.»

Dooku responde a los informes “espurios” de la República

Kaantay, Neimoidia - El Conde Dooku reafirmó la seguridad de los mundos base centrales de la Confederación de Sistemas Independientes tras dudosos informes de los medios de comunicación de la República que decían que incursiones lideradas por Jedi habían conquistado centros de mando Separatistas esenciales.
«Leyendo los informes espurios de Coruscant con respecto a nuestra retirada de mundos temporales tales como Raxus Prime y Ord Janon, la República tendrá su ciudadanía creyendo que nosotros estamos a la fuga», dijo Dooku. «Dada la corrupción desenfrenada en el Senado, no es ninguna sorpresa que sus sesgadas agencias de comunicación sean igual de corruptas.»
Dooku llevó más allá su alarde sobre la fuerza del ejército Separatista que protege las principales sedes comerciales de los gremios de comercio constituyentes. «Las fuerzas en nuestras fronteras y los asentamientos coloniales periféricos se están enfrentando a fuerzas claramente mayores en número, pero con nuestro suministro inagotable de tropas y material de los mundos-cofre neimoidianos, los hogares-fundición de la Unión Tecno y otros poderosos mundos-gremio, es sólo una cuestión de tiempo que la República se vea superada.»

Otros titulares
  • Éxito en la prueba del interferidor en Balamak
  • Los aqualish al borde de una guerra civil
  • Ord Canfre se rinde

martes, 17 de marzo de 2009

Noticias de la HoloRed de la República (XIV)

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Edición del Núcleo 14:2:12

Creado equipo de contraespionaje informático


Arcología del SBI, Coruscant
- El director del SBI, Armand Isard, anunció la formación de un Comité de Inteligencia dedicado especialmente a la protección de los canales de la HoloRed gubernamental, para oponerse a los esfuerzos de los hackers Separatistas que han estado transmitiendo propaganda de la CSI.
«El núcleo de comunicaciones de la República se ha convertido en el blanco preferido de los Separatistas», dijo ayer Isard en una rueda de prensa. «Algunos ataques han sido completamente destructivos, pero los insidiosos esfuerzos por corromper nuestros canales con desinformación y virus de datos son igualmente peligrosos.»
Las diversas Oficinas de Análisis esparcidas a lo largo de la galaxia, incluyendo la Oficina Central de Análisis en Coruscant, empezarán asignando agentes a la nueva Sección de Criptoanálisis. Dirigiendo la nueva sección del Centro está el sub-director Ilko Deminar.
«Nuestros métodos de contratación para los equipos de criptología son agresivos y inauditos, lo cual es indicativo de la importancia del tema», dijo Isard.
Aunque los líderes de la sección serán seleccionados de entre los agentes de Inteligencia existentes, se les ha dado carta blanca para reclutar civiles y expertos en datos de sector privado. La prueba del candidato es simple. Una única guía de contratación encriptada se transmite al potencial contratado. Los detalles del siguiente paso sólo pueden ser determinados desencriptando la guía.
«Los candidatos de nuestra primera lista A ya han sido avisados. Estoy esperando ávidamente las respuestas de nuestros probables lignyots», dijo Deminar, usando la frase en clave para los potenciales agentes de criptoanálisis.
«No tengo libertad para decir lo que el término lignyot identifica», dijo Deminar, bromeando con los reporteros. «Puede que deducirlo sea la prueba para conseguir mi trabajo.»


Prototipo de interferidor de la CSI destruido

Dorum, Balamak
- Las redes de transmisión volvieron a funcionar hoy en el sector de Taldot cuando las fuerzas de la República destruyeron una plataforma de bloqueo experimental empleada por los Separatistas.
Se habían perdido las comunicaciones durante cuatro días estándar, tras la llegada de una flotilla de la Confederación de Sistemas Independientes sobre Balamak, un importante mundo productor de alimentos en el Borde Medio. Uno de los navíos Separatistas era una nave de control de droides de la Federación de Comercio con una matriz de transmisión modificada para transmitir señales de bloqueo capaces de anular un nodo clave de la HoloRed.
Una fuerza expedicionaria de la República, liderada por los Jedi Obi-Wan Kenobi y Nanda-Ree Janoo entabló combate con la flotilla con un ataque de cazas estelares. Fue el aprendiz de Kenobi, Anakin Skywalker, quien lanzó la descarga del misil que destruyó la nave de bloqueo. La victoria también debe acreditarse a Adar Tallon, el renombrado táctico de cazas estelares que planeó el ataque.


El Ejército de la República libera Bassadro

Agao, Bassadro - El ataque de madrugada del General Jedi Empatojayos Brand contra los Separatistas asentados en los Montes de Agao ha permitido ganar la Batalla de Bassadro, que llevaba doce días en marcha. Brand condujo a su batallón blindado de soldados clon a los riscos de obsidiana alisados por la lluvia de los montes volcánicos inactivos de Bassadro que ofrecían cobertura a las fuerzas Separatistas. Brand ordenó el ataque con misiles de conmoción contra las formaciones de roca, no sólo destruyendo la cobertura de los Separatistas, sino también diezmando la infantería de droides de batalla con las esquirlas afiladas como navajas resultantes. El comandante Separatista, el mayor Domb Treetor, un skakoano, firmó un tratado con Brand, rindiendo Bassadro y su riqueza mineral de nuevo al seno de la República.

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