jueves, 24 de julio de 2014

Crisis de fe (XV)



-Allá van –informó con voz tensa el general Tasse, señalando una de las pantallas-. Saliendo de sus escondites: deben ser casi dos mil.

-La línea defensiva también está avanzando –dijo uno de los otros-. Otros mil quinientos como mínimo. Parece que parte de las tropas personales de Nuso Esva están ahí con ellos.

Tasse gruñó.

-Parece que Nuso Esva ha decidido que no nos queda nada en los transportes que podamos usar contra él, así que ha redirigido su línea de defensa –dijo-. Se imagina que cuantos más cuerpos lance contra los juggernauts, antes podrá abrirse paso a golpes.

Parck hizo una mueca. Nuso Esva estaba realmente en lo cierto en ese aspecto. Ni siquiera la escotilla acorazada de un juggernaut podría aguantar mucho contra tres mil quinientos Soldados con mazas.

-Almirante, dos de los paraguas de escudo han caído –dijo un teniente desde el tablero técnico-. Sector sudoeste.

Así que el contingente de tropas de asalto del teniente Sanjin había logrado pasar.

-¿Los TIEs pueden atravesar la brecha? –preguntó Parck.

-No, señor –dijo el teniente-. Los escudos adyacentes están orientados hacia abajo como los de los bordes externos de la ciudad. Están demasiado bajos para permitir la entrada de cualquier vehículo.

-Como era de esperar –dijo Thrawn con calma-. Si algo es Nuso Esva, es concienzudo. ¿Cuál es el estado de Sanjin?

-Comunica dos bajas –informó el comandante Balkin-. El resto aguanta de momento.

-Ordéneles que continúen presionando en el emplazamiento del cañón láser –dijo Thrawn-. Cuanto más tiempo piense Nuso Esva que estamos siguiendo su guión, más tardará en reaccionar ante la auténtica brecha.

Parck frunció el ceño.

-¿Siguiendo su guión?

-Por supuesto –dijo Thrawn, alzando una ceja como si fuera obvio-. ¿Por qué si no cree que le permití que dispusiera las obras de arte en la Morada de los Huéspedes y luego hice que pareciera que necesitaba verlas? Quería que él pensara que había manipulado nuestra operación y que la tenía bajo su control.

Parck sintió que una sonrisa asomaba a sus labios. Debería haber sabido que se trataba de algo así. Tal y como Thrawn había dicho, Nuso Esva le entendía. O pensaba que lo hacía.

-¿Cuándo planea abandonar su guión?

-Justo ahora. –Thrawn señaló el panel táctico-. Acaba de ser localizado el decimocuarto altavoz. –Pulsó su comunicador-. Comandante Fel, puede comenzar su avance. Buena suerte.



***



-Recibido –dijo Fel, mostrando sus dientes en una fina sonrisa. Por fin-. Escuadrón Gris, a sus posiciones. Stent, sígueme.

Hizo dar la vuelta a si TIE, escuchando de fondo el coro de confirmaciones de sus pilotos mientras observaba la silueta de la ciudad bajo él. Teniendo en cuenta algunas de las trampas que Nuso Esva había tendido en el pasado, pensó, ésta casi era simple. Una única apertura en la cobertura de los paraguas de escudo, que se encontraba allí de forma aparentemente accidental, lo bastante grande para que un caza TIE pudiera deslizarse por ella si entraba justo en el vector adecuado. Y en el mismo vector, un potente cañón laser doble acechando en su escondite, listo para volar en pedazos a un piloto incauto

Pero, como también era típico en Nuso Esva, el cañón láser no era lo único que había allí para cerrar la trampa. Los pilotos de TIE habían tenido tiempo de sobra para mapear las ubicaciones de escudos y armas de la zona, y Fel había localizado al menos otras ocho aperturas más pequeñas en la barrera cercana por las que podían dispararse los lásers. Incluso si un piloto que se acercara saliera del camino de la trampa a tiempo para sobrevivir al primer disparo de los artilleros, tendrían muchas otras oportunidades de terminar el trabajo mientras este huía. Suponiendo, claro está, que los artilleros fueran lo bastante rápidos y lo bastante buenos.

Era hora de averiguar lo rápidos y buenos que eran.

Para cuando Fel había llevado su TIE al vector de la trampa, Stent estaba en posición, formando a cincuenta metros de Fel, ligeramente a estribor. Stent era un chiss, un miembro de la especie de Thrawn, que había cortado sus lazos con su planeta natal para ir allí y servir al gran almirante. También era uno de los mejores pilotos de Fel, motivo por el cual Fel lo había elegido para ese trabajo.

Y ambos dos sólo iban a tener un intento para hacerlo. Lanzando su TIE a plena potencia, oscilando de un lado a otro tanto como pudo mientras seguía manteniendo su vector de inserción, Fel comenzó el avance.

Se encontraba a menos de un centenar de metros de la apertura de la trampa cuando advirtió el temblor delator de los cañones láser cuando quedaron finalmente inmóviles apuntando a su objetivo. Instantáneamente, realizo por su parte una última sacudida, haciendo virar su caza bruscamente a estribor. Los láseres brillaron, y los disparos gemelos pasaron silbando junto a su cabina.

Con un estallido de fuego y metal destrozado, su ala de babor estalló en llamas.

Tirando con fuerza de la palanca, Fel volvió a girar a estribor. La inercia le estaba llevando directamente hacia el firme entramado de los paraguas de escudo que había bajo él; volviendo a girar la nave, remontó torpemente el rumbo saliendo de su caída en picado.

Y al hacerlo, voló directamente hacia una de las otras aperturas de disparo del cañón láser.

Sus músculos se tensaron con expectación. Pero Thrawn había estado en lo cierto. El ala trucada y el fuego de sus falsos daños hicieron que Fel pareciera herido de muerte, y los artilleros de Nuso Esva no iban a molestarse por un caza que en cualquier caso iba a estrellarse en cuestión de segundos. Ciertamente no cuando tenían un objetivo mucho más interesante acercándose hacia ellos.

Porque mientras Fel había estado luchando con su nave en llamas, Stent se había alineado con el vector de la trampa y estaba dirigiéndose a la entrada.

Fel continuó con su giro, perdiendo altitud y luchando por evitar que su bamboleo quedara fuera de control, al tiempo que trazaba un retorcido rumbo hacia la apertura de la trampa. Finalmente se enderezó en un rumbo más o menos nivelado sobre la ciudad y perpendicular al vector actual del propio Stent. Desde el nuevo ángulo de Fel, podía ver que Stent estaba avanzando a plena potencia, con la misma maniobra evasiva que Fel había estado intentando cuando los cañones abrieron fuego sobre él. Alternando su atención entre Stent, la apertura de la trampa, y la superficie, Fel levantó la cubierta protectora en la sección añadida a su panel de control y se agarró con fuerza.

Por un instante creyó que Stent se apartaría demasiado tarde, y que los artilleros de Nuso Esva iban a freírlo de verdad. Pero en el ultimísimo segundo el chiss se elevó, apartándose de su vector de aproximación justo cuando el cañón láser disparó. Los disparos pasaron chamuscando la panza de su TIE mientras se retorcía alejándose hacia arriba, buscando altitud mientras pasaba junto a uno de los otros huecos de disparo del cañón. El cañón giró, disparando por el hueco, fallando una vez más por cuestión de milésimas de segundo, y entonces giró buscando otro ángulo mientras Stent pasaba de largo el emplazamiento y cruzaba delante de otro de los huecos de disparo.

Y durante los tres o cuatro segundos siguientes, mientras los artilleros seguían con fiereza la retirada aparentemente aleatoria de Stent, disparándole una vez tras otra a través de un hueco tras otro, la apertura de la trampa quedó completamente desprotegida.

Como de costumbre, Nuso Esva había sido astuto. El tamaño de la trampa había sido diseñado cuidadosamente para que sólo permitiera entrar desde una dirección.

Pero, también como de costumbre, no había sido lo bastante astuto: porque había supuesto que el intruso sería un caza TIE completo, una cabina equipada con la pareja estándar de grandes alas solares hexagonales sobresaliendo a ambos lados.

Con una sonrisa siniestra, Fel pulsó el botón bajo la cubierta de seguridad abierta.

Y mientras los pernos explosivos estallaban en los conectores de las alas, expulsando ambas alas que cayeron hacia su destrucción contra los paraguas de escudo bajo él, Fel diestramente hizo que la sección de la cabina de su TIE se deslizara de lado a través de la apertura de la trampa.

Los artilleros de Nuso Esva sin duda advirtieron instantáneamente su error fatal. Pero ya era demasiado tarde. Mientras trataban de hacer girar de nuevo el cañón, Fel giró con sus elevadores de repulsión y disparó una doble andanada a quemarropa con sus propios cañones láser. Los disparos sacudieron la plataforma giratoria del emplazamiento, dejando las armas inmóviles donde estaban, apuntando inútilmente al cielo.

Luego, volando bajo sobre las casas, descendiendo y esquivando cuando era necesario para evitar los bordes de los paraguas de escudo, Fel abrió fuego contra las casas donde se encontraban los generadores de esos escudos. El resto del Escuadrón Gris estaba justo tras él, entrando a través del agujero que cada vez se hacía más grande y uniéndose a él en la tarea de despellejar sistemáticamente la bonita guarida segura que Nuso Esva se había construido.

Y mientras el resto de su escuadrón continuaba con la destrucción de los generadores de escudo, Fel pasó a su propia tarea especial asignada. Volando por el borde de la ciudad, comenzó a eliminar los altavoces de comunicación de la Reina.

Todos ellos, claro está, salvo uno. Porque el gran almirante Thrawn tenía planeado algo especial para ése.

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