jueves, 4 de septiembre de 2014

La pequeña niña perdida

La pequeña niña perdida
Michael Stern

La siguiente historia fue relatada a Voren Na’al por la joven Allania Jakien, y posteriormente corroborada por varios testigos oculares más.

-¡Atención! Aquí Lando Calrissian. El Imperio está controlando la ciudad. Aconsejo a todos que se vayan antes de que lleguen más tropas imperiales.
Desgraciadamente para la niña de 11 años Allania Jakien, se encontraba jugando en los túneles ugnaught cuando se dio ese aviso. Sus dos padres debían de estar trabajando en ese momento: papá en la refinería de gas tibanna, justo en la otra punta de la ciudad, y mamá 10 niveles más arriba, en el restaurante Torres de Vacaciones.
Se suponía que Allania debía estar en clase, pero ella y sus amigos habían decidido hacer novillos ese día, enviando como tapadera mensajes de que estaban enfermos. Así que cuando se realizó el aviso, no hubo forma de que su padre y su madre la encontraran, y muy pocas probabilidades de que pudiera llegar hasta ellos antes de que comenzara el pánico. No tenía ni idea de lo que iba a pasar; sólo estaba muy asustada.
Uno de los compañeros de Allania, un chico de cabello claro llamado Handy, se volvió hacia ella cuando el comunicador se apagó abruptamente.
-¿Qué hacemos ahora, Allie?
Handy, al igual que los demás niños, siempre había visto a Allie como la líder de sus pequeñas expediciones a los túneles ugnaught. Eso era principalmente porque Allie había trabado amistad con un joven niño ugnaught que pasó un tiempo mostrándole el complejo laberinto de pasajes, dejando a Allie con un conocimiento bastante decente de cómo moverse por debajo de la ciudad.
Allie era notablemente serena para su edad, especialmente en momentos de crisis como ese.
-Será mejor que vayamos hacia el túnel grande –ordenó diplomáticamente. Handy se limitó a asentir y la siguió avanzando sobre sus manos y rodillas hacia una estrecha tubería. Cuando llegaron al “túnel grande”, un punto de unión central que conectaba unos 20 túneles más pequeños, pudieron escuchar los sonidos de pánico y terror resonando por la tubería desde todas direcciones.
Por encima del escándalo, podía escucharse claramente el repiqueteo de las botas blindadas, y a juzgar por lo que su padre le había contado acerca de las tropas de asalto imperiales, ese sonido parecía ser precisamente eso.
Allie sabía que si las tropas de asalto estaban invadiendo la ciudad, pasaría un tiempo antes de que pudieran llegar a los niveles inferiores. Con eso en mente, decidió no ascender y tratar de encontrar a su madre, sino más bien atajar a través de las entrañas de la ciudad, tratando de llegar hasta su padre en la refinería de gas tibanna.
Los túneles ugnaught se extendían por el interior de Ciudad Nube, pero avanzaban lentamente, y los jóvenes fugitivos pronto se vieron obligados a usar los pasillos para ganar velocidad. Por todas partes veían señales de caos y la gente huía en todas direcciones. Pero Allie y sus aterrorizados jóvenes amigos pensaron que era mejor mantenerse en las sombras y evitar el contacto con los mayores siempre que fuera posible, hasta que encontraran a su padre.
Allie iba ganando más y más confianza conforme avanzaban, pero en realidad todo lo que consiguió fue perderse. ¡Tan perdida estaba que después de un giro terriblemente equivocado se encontró cara a cara con una escuadra de soldados de asalto!
Allie imaginó que probablemente estarían sonriendo bajo sus horribles máscaras cuando salió disparada por debajo de sus piernas y se escabulló por un conducto de ventilación al otro lado del pasillo. Al volverse para ver si Handy y los demás habían conseguido pasar, vio cómo el soldado en cabeza agarraba a su amigo por el codo, pero pagó caro por ello porque su posición permitía que el enérgico joven propinara al soldado varios puntapiés en la cara. El resto de niños se limitaron a encogerse de miedo.
Los demás soldados se rieron al verlo, pero Allie no se quedó esperando para ver qué ocurría. Handy y los demás estaban perdidos, y lo único que podía hacer ella ahora era llegar hasta su padre sola.
Dejando muy atrás los soldados de asalto, Allie se encontró en una sección de la ciudad que nunca antes había visto. Era oscura, y en cierto modo siniestra, y las profundas sombras proyectaban formas fantasmales en los pozos de ventilación metálicos. Un extraño zumbido parecía surgir de algún lugar cercano, algo que Allie jamás había escuchado antes.
Conforme el ruido se hacía más fuerte, vio brillantes destellos de luz azul y roja bailando en la superficie metálica del muro; su origen estaba justo a la vuelta de una esquina, más adelante. De algún modo, sabía que eso era un error, pero había algo hipnótico en ese sonido y esa luz. Algo que la indujo a doblar la esquina a pesar de su mejor juicio.
Después de doblar la esquina, la pequeña niña fue testigo de una vista asombrosa. A través de una reja metálica vio dos hombres enzarzados en alguna clase de inusual combate. Llevaban espadas de brillante luz de color, y se lanzaban estocadas el uno al otro con una agilidad y una fuerza que a Allie le hizo pensar en alguna clase de danza ritual. Era una batalla que la asustaba y la asombraba a un tiempo.
El hombre más grande era una visión aterradora, envuelto en una capa y una armadura negra y superando por mucho en altura a su adversario. Pero el hombre más pequeño tenía valor y determinación, y no dejaba que su asaltante acorazado le superara. Tanta habilidad tenía este héroe, aparentemente superado en fuerza, que consiguió sorprender con su ferocidad a la figura vestida de negro, y el hombre más grande perdió el equilibrio y cayó por el borde de la plataforma sobre la que habían estado luchando.
El héroe apagó su espada de luz y saltó tras su enemigo acorazado. Allie, maravillada ante esa lucha titánica, siguió el sonido de los pasos del héroe hasta que encontró el conducto que llevaba al lugar donde este había ido. Estaba de nuevo plantado ante el hombre de la armadura, pero esta vez la figura de la capa negra no se molestó en luchar directamente contra su oponente. En lugar de eso, comenzó a lanzar a su enemigo pesados objetos usando alguna clase de magia malvada.
El joven héroe estaba aturdido, y retrocedió a trompicones hasta un gigantesco ventanal. Bombardeado desde todas direcciones, el héroe hizo lo que pudo por rechazar los proyectiles. Finalmente, un pesado objeto dio de lleno en el héroe, y lo lanzó volando a través del ventanal de cristal.
Allie jadeó, con un nudo en la garganta. Rápidamente, corrió a ver qué había sido del héroe caído. No tardó mucho en encontrar el respiradero adecuado y llegó a una reja que dominaba el gigantesco túnel de viento central de Ciudad Nube. Muy abajo, en una pasarela que conducía a una estructura con forma de ala, estaba el héroe. Milagrosamente, había sobrevivido a la caída, y ahora estaba aupándose a la pasarela y luego avanzó hacia la entrada de la estructura en forma de ala.
Sólo pasaron unos instantes antes de que ambos luchadores salieran de la estructura y lucharan avanzando por la pasarela. De alguna forma, la figura de la armadura había logrado llegar a la estructura en forma de ala antes que el héroe.
Los dos lucharon ferozmente, pero el oscuro parecía tener la mano ganadora. Acorraló al héroe contra el suelo de la pasarela, pero no lo mató. De algún modo, el héroe pareció notar eso, y lanzó un tajo al hombro del oscuro, que lanzó una lluvia de chispas. ¡Enfurecido por ello, el malvado respondió golpeando al héroe con violentos mandobles que le hicieron retroceder hasta el borde de la pasarela, y lanzando un golpe salvaje que cortó la mano del héroe de un único y letal corte!
El héroe vencido retrocedió alejándose de su adversario, trepando a la estructura más allá del borde de la pasarela. Estaba sollozando, y Allie lloraba con él. Escuchó el eco de sus palabras resonando por el pozo.
-No hay escapatoria –dijo el oscuro-. No me obligues a destruirte.
Pero entonces el tono cambió. ¡Estaba tratando de razonar con el héroe!
-Todavía no te has dado cuenta de tu importancia. Sólo has empezado a descubrir tu poder. Únete a mí y yo completaré tu entrenamiento. Combinando nuestras fuerzas, podemos acabar con esta beligerancia y poner orden en la galaxia.
Oh, no, pensó Allie, el oscuro quiere corromper al héroe. Es una trampa. Pero el héroe respondió:
-¡Jamás me uniré a ti!
En ese momento Allie no pudo captar algunos fragmentos de la conversación, pero el corazón se le encogió cuando el héroe explicó que el oscuro había matado a su padre.
Entonces otra conmoción sacudió a Allie y al héroe al mismo tiempo.
-No –dijo el oscuro-. Yo soy tu padre.
Eso era más de lo que el héroe podía soportar. Se inclinó por el borde de la estructura y se dejó caer.
Allie no pudo ver lo que pasó finalmente con él, pero el aspecto en el rostro del héroe justo antes de su caída desesperada le indicó que, de algún modo, se encontraría bien. El oscuro observó como desaparecía su adversario en las profundidades del túnel, y luego se volvió, con un suspiro apenas perceptible.
Al comenzar a caminar por la pasarela, la figura acorazada se detuvo de pronto. ¡El corazón de Allie comenzó a latir con fuerza cuando él levantó la cabeza y miró directamente hacia ella! Sin dudarlo, salió como una exhalación, corriendo a ciegas, dirigiéndose hacia arriba sin saber muy bien a donde, y sin importarle cuál fuera la situación allí. Cualquier cosa era mejor que dejar que el oscuro la atrapara.
Finalmente, llegó a la plaza superior, sin parar de correr en todo el camino, y sin mirar nunca hacia atrás por temor a que el oscuro le estuviera pisando los talones. Por suerte, corrió directamente hacia la tienda de Bent Gavler. Bent era amigo de la familia y, al ver a la niña con la ropa hecha jirones, la tomó entre sus brazos y calmó sus sollozos.
Allie, reunida al fin con sus padres, abandonó Bespin en un transporte abarrotado. Un carguero común pasó al otro lado de la ventanilla junto a la que estaba sentada, y, al verlo, de algún modo se detuvieron sus temblores y se calmó la extraña sensación que tenía. El héroe estaba vivo. Estaba segura de ello.

No hay comentarios:

Publicar un comentario