La reunión
operativa del Grupo Rojo
Michael Stern
El siguiente
texto es un relato de primera mano de la reunión de datos de misión previa al
ataque sobre la segunda Estrella de la Muerte. Fue narrado a Voren Na’al por el
comandante Antilles.
La sala era una extraña mezcla de susurros de excitación y
conversaciones calmadas, como solía ser el caso cuando la inusual combinación
de pilotos novatos y veteranos del Grupo Rojo iba a recibir datos de misión. El
sonido rápidamente se apagó cuando entré yo, con un holodisco y un puntero
electroiluminado.
Introduje el disco en el proyector, y una brillante imagen holográfica
roja de la nueva Estrella de la Muerte apareció en el centro de la sala.
Obviamente, seguía en construcción, rodeada de vigas y puntales estructurales y
con muchos grandes huecos en su superestructura. Pero eso no hizo nada para
reducir su asombroso tamaño ante los ojos de esos jóvenes pilotos.
En todo caso, el hecho de que un veterano superviviente del ataque a
la primera Estrella de la Muerte estuviera dirigiendo su escuadrón parecía
suavizar mucho de su miedo y aprensión. Sabedor de lo poco que tuve que ver con
el milagroso disparo de Luke, yo mismo no estaba tan confiado en mis propias capacidades
como parecían estarlo ellos.
Sin embargo, hablé con la seguridad en mí mismo que sabía que
necesitaban.
-Muchos de vosotros habéis estudiado la Batalla de Yavin en vuestros
programas de entrenamiento. Olvidaos de ella.
Me volví para mirar la holoimagen.
-Esta es una historia completamente distinta.
Usando el puntero, señalé la trinchera central que recorría el ecuador
de la estación de combate incompleta, que contenía el fatídico puerto de ventilación,
y continué hablando.
-En esa batalla, recorrimos esta trinchera ecuatorial para llegar a
este pequeño puerto de ventilación. –Hice parpadear el puntero en un punto
resaltado apenas perceptible-. Pero el Imperio ha solucionado ese pequeño fallo
de diseño.
”Esta vez, no vamos a entrar en la trinchera, sino en la propia
superestructura.
Un cuchicheo nervioso comenzó entre los pilotos.
-Entraremos aquí –continué, señalando una apertura circular en la estructura
de la superficie de la estación-, y continuaremos por este camino hasta que
lleguemos al núcleo del reactor.
Hobbie, el habitual escéptico del grupo, tomó la palabra.
-Me parece bastante estrecho, jefe.
Alcé una ceja con gesto inquisitivo. Hobbie siempre odia cuando hago
eso.
-Te he visto pilotar un deslizador de nieve entre las patas de un
caminante AT-AT en marcha, ¿y me dices que esto es demasiado estrecho?
El resto del grupo estalló en risitas.
Janson se volvió hacia Hobbie.
-Limítate a quedarte cerca de mí y yo te haré de niñera por el camino,
figura.
Más risas. Continué con la exposición.
-En la parte de los pros, esperamos que sus baterías turboláser no
estén activas, y no estamos seguros de qué complementos de cazas podrán
desplegar si les tomamos por sorpresa.
Pulsé unos cuantos interruptores en el transmisor y la imagen de la
Estrella de la Muerte encogió a un tercio de su tamaño previo, mientras la
holoimagen de un gran mundo verde aparecía a su lado.
-En la parte negativa, toda la estación de batalla está protegida con
un escudo de energía proyectado desde la luna boscosa de Endor.
Una brillante holoimagen amarilla del escudo de energía surgió de la
luna para rodear la Estrella de la Muerte.
-Un equipo de asalto dirigido por el general Solo y el comandante
Skywalker se encargará de desactivar el generador de escudo.
Entonces habló Randi, el piloto más joven y novato del grupo.
-¿Y si llegamos ahí y el escudo aún está activo? Nos quedaremos colgados
para que nos frían.
Me limité a sonreír mientras apagaba el holotransmisor.
-No conoces demasiado a Han y Luke, ¿verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario