miércoles, 3 de septiembre de 2014

No es culpa mía

No es culpa mía
Pablo Hidalgo

Pese a todo su entrenamiento en la Academia, Solo no era precisamente un hombre que creyera en estar preparado. El Halcón Milenario es un ejemplo claro de eso, ya que su recalcitrante sistema de hipermotor es respaldado por un hipermotor aún más testarudo.
Aproximadamente un mes después de que Solo adquiriera el Halcón, reemplazo el hipermotor de respaldo existente por un modelo inferior, para derivar más potencia a los motores subluz e hiperespaciales principales. El hipermotor de respaldo, un viejo modelo de Sistemas de la República Sienar, ni siquiera estaba conectado al banco de células de energía, lo que significaba que activarlo requería un complejo desvío de potencia. Además, el hipermotor de respaldo ni siquiera estaba enlazado con el ordenador de navegación de la nave, lo que significaba que todas las coordenadas debían calcularse por separado, e introducidas manualmente en las guías de dirección del respaldo.
Después de la osada maniobra de Solo con el Destructor Estelar Vengador, la activación inversa de sus compensadores de aceleración quebró la carcasa del motivador del hipermotor principal, y causó un severo daño en los sistemas del hipermotor de respaldo. Aunque el daño no era crítico, el dolorosamente lento hipermotor de respaldo del Halcón sólo podía operar durante algunas horas.
Solo se arriesgó a usarlo, con pequeños saltos hiperespaciales desde Anoat a Bespin, pero gran parte del viaje fue realizado a velocidad subluz. Con un pilotaje tan lento y en línea recta, el Esclavo I no tuvo ningún problema en rastrear la nave hasta Bespin.

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