Recibiendo al Señor Oscuro
Michael Stern
El siguiente texto es un relato
personal del encuentro de Lando Calrissian con Darth Vader
Era uno de esos días increíblemente brillantes y hermosos en los que
sabes que algo va a salir mal. Por su puesto, cuando digo que algo sale “mal”,
habitualmente me refiero a una pelea en Ciudad Puerto, o el accidente de un
coche de las nubes, o a una disputa de sindicatos. Pero cuando me informaron de
que había llegado una lanzadera imperial con Lord Darth Vader y un pelotón de
tropas de asalto, “uno de esos días” se convirtió en el día que siempre había
temido que llegara.
Mientras caminaba por la plataforma de aterrizaje para encontrarme con
el Señor Oscuro, no estaba seguro de cómo debía saludarle exactamente. ¿Qué se
le decía a alguien así? “¿Está aquí por negocios o por placer?” no me sonaba
realmente adecuado. En cualquier caso, esperaba que me llegaran las palabras
adecuadas, y deseé que esta sólo fuera alguna especie de visita sin
importancia. Sabía que no sería así.
Vader salió por la rampa de acceso y caminó pasando por delante de
todo el mundo hasta quedar frente a frente conmigo. Detrás de él, Boba Fett
observaba en silencio.
Vader era un hombre gigantesco, si es que realmente era un hombre.
Podía sentir el calor que emanaba de su casco al hablar. Sentí una auténtica
presión en la garganta.
-¿Es usted Calrissian? –preguntó inexpresivo.
-Lo soy –fue mi única respuesta.
Se tomó unos instantes para examinarme, y parecía como si estuviera
mirando directamente mis pensamientos.
-Debo hablar con usted –dijo.
-Por favor, adelante –fue mi petulante respuesta.
Sentí nuevamente la presión en mi tráquea mientras él añadía:
-En privado.
El Señor Oscuro hizo una señal y habló mientras comenzaba a cruzar la
plataforma.
-No será necesaria una escolta –siseó. De algún modo, él sabía que yo tenía
una escuadra de la Guardia Alada oculta, dispuesta a entrar en acción si era
necesario-. Estoy aquí por un asunto personal. Un asunto que puede resultar...
mutuamente provechoso.
Estaba tratando de no dejarme intimidar, pero fracasaba
miserablemente.
-Suena interesante –fue mi excesivamente despreocupada respuesta-.
¿Por qué no pasa a mi despacho? –Entonces me volví para mirarle de frente-.
Puede dejar fuera al cazarrecompensas. Los de su clase me ponen nerviosos.
No sabía cómo iba a reaccionar a Vader ante eso y, para mi sorpresa,
esta fue su respuesta:
-Como desee.
Detrás de mí, pude escuchar el sonido de los láseres de muñeca de Fett
al activarse, pero ni siquiera me di la vuelta para mirar. Ya habría otro
tiempo y lugar para eso.
Después de mi tentativo tanteo inicial, resultaba obvio que Vader
estaba dispuesto a hacer ciertas concesiones para conseguir sus fines. Decidí
intentar sacar provecho de ello. Aparentemente, Vader había investigado por su
cuenta mi pasado, dado que mencionó mi antigua amistad con Han Solo. Había
escuchado que habían puesto precio a la cabeza de Han, pero no sabía que el
Imperio iba tras él. Ciertamente, ahora el viejo pirata estaba metido en líos
hasta las trancas. No ayudaría de nada negar que conocía a Han, así que intenté
un enfoque diferente.
-Ese estafador asqueroso y bueno para nada aún tiene grandes deudas conmigo
–exclamé. Por supuesto, el movimiento me salió por la culata.
-Bien –respondió el Señor Oscuro-. Entonces, estoy seguro de que
tendré su completa cooperación en este asunto.
Sentí que mi corazón se desplomaba cuando el Señor Oscuro me golpeó
con su propuesta. Era la vida de un viejo amigo a cambio de la seguridad total.
No había trato posible... no tenía ninguna elección en todo el asunto. O
accedía a la oferta de Vader, o sus tropas ocuparían Ciudad Nube y Vader
obtendría lo que quería igualmente.
Tenía vidas que proteger. Accedí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario