Casi lo tenía
Rick D. Stuart
¡Llamamos al viejo Renlo “La Perdición de Solo”!
Parece que apareció por aquí el año pasado y anunció a los cuatro vientos que él iba a ser quien capturara al infame
Han Solo. Parece que se gastó hasta su último crédito en mejorar su nave con lo
último en equipamiento; los mejores técnicos que los créditos podían comprar,
incluyendo, según contó, algunos chismes supersecretos de los que nadie sabía
nada. Oh, y también fue y contrató un puñado de instructores privados que,
según él, iban a ayudarle a tener una importaaaaante
ventaja, o algo así. De modo que invita a todos a bebidas gratis durante toda
la noche y se va.
Quince meses más tarde, vuelve sin nada, salvo su
túnica rota y ensangrentada. Había perdido la nave, le habían destrozado sus
bonitos juguetes uno a uno, y encontró que su “ventaja” no era tan definitiva
como pensaba. Ahí estaba él, en la esquina, vaciando copas y murmurando para sí
mismo “Casi lo tenía”, una y otra vez, noche y día. Pobre viejo Renlo. Pobre
estúpido Renlo.
La tecnología no te convierte en cazador. Es el
cerebro, las agallas, y estar dispuesto a derramar sangre –la tuya y la de la
presa- lo que te convierte en uno. Comienza con esa materia prima y, con un
poco de suerte y mucho sentido común, ¡no te verás superado y abatido como el
viejo Perdición de Solo!
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Conversación con un cazador anónimo,
Bar-Asador “Arco de Fuego”, Selenius VII
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