miércoles, 8 de octubre de 2014

Casi lo tenía

Casi lo tenía
Rick D. Stuart

¡Llamamos al viejo Renlo “La Perdición de Solo”! Parece que apareció por aquí el año pasado y anunció a los cuatro vientos que él iba a ser quien capturara al infame Han Solo. Parece que se gastó hasta su último crédito en mejorar su nave con lo último en equipamiento; los mejores técnicos que los créditos podían comprar, incluyendo, según contó, algunos chismes supersecretos de los que nadie sabía nada. Oh, y también fue y contrató un puñado de instructores privados que, según él, iban a ayudarle a tener una importaaaaante ventaja, o algo así. De modo que invita a todos a bebidas gratis durante toda la noche y se va.
Quince meses más tarde, vuelve sin nada, salvo su túnica rota y ensangrentada. Había perdido la nave, le habían destrozado sus bonitos juguetes uno a uno, y encontró que su “ventaja” no era tan definitiva como pensaba. Ahí estaba él, en la esquina, vaciando copas y murmurando para sí mismo “Casi lo tenía”, una y otra vez, noche y día. Pobre viejo Renlo. Pobre estúpido Renlo.
La tecnología no te convierte en cazador. Es el cerebro, las agallas, y estar dispuesto a derramar sangre –la tuya y la de la presa- lo que te convierte en uno. Comienza con esa materia prima y, con un poco de suerte y mucho sentido común, ¡no te verás superado y abatido como el viejo Perdición de Solo!

-          Conversación con un cazador anónimo,
Bar-Asador “Arco de Fuego”, Selenius VII

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