Esperando la última lanzadera nocturna
Rick D. Stuart
-Hola, Reshig. ¿Vas a alguna parte?
-¡Vexan! Oh, hola, ah, señor.
-Qué curioso encontrarte en el espaciopuerto a
estas horas de la noche. Un poco lejos de tus lugares habituales, ¿no?
-Sí, bueno, ah, voy a encontrarme con un viejo
amigo. Llega en la lanzadera que viene de Dreve.
-¿Sí, eh? Hablando de viejos amigos, el otro día me
encontré con otro amigo tuyo. Sires Vant dijo que te dijera “hola” si te veía.
-¿E-eso dijo? Q-qué amable de su p-parte.
-Muy amable, teniendo en cuenta la gran cantidad de
dinero que le debes, según tengo entendido.
-Sí, bueno, tuve un poco de mala suerte, eso es
todo. He estado enfermo, ¿sabe? Y, bueno, el negocio estaba cerrado y...
-Parece como si necesitaras unas vacaciones,
Reshig. Dime, ¿no será ese el auténtico motivo de tu presencia aquí, verdad,
Resh?
-No, en serio, ya le he dicho, estuve...
-¿No estarías pensando en tomarte unas vacaciones y
pasar un tiempo fuera del planeta, por ejemplo? ¿No estarás pensando en
abandonar a esa gente tan amable que te prestó todo ese dinero cuando tanto lo
necesitabas?
-¿Quién, yo? No, escuche, yo sólo pensaba...
-¡No! ¡Escucha, pedazo de gehlak!
-¡Por favor... suélteme!
-No hay llegadas de lanzaderas a esta hora de la
noche. Y por lo que yo sé, Reshig, no tienes ningún amigo. Tienes a Vant muy
interesado en ti. ¿Creías que podrías salir de la ciudad mientras nadie miraba?
-Me está haciendo daño...
-¿Creías que sería tan fácil? ¿Creías que Vant no
lo averiguaría? ¡Estaba encima de ti en el momento en que compraste ese
billete! Vant me pidió que te diera un mensaje de su parte. Tienes 40 horas
para reunir 50.000 créditos. Consigue el dinero o te prometo que realmente vas
a tomarte unas vacaciones. Unas vacaciones muy largas. ¿Entendido?
-Sí, sí, pero por favor, suélteme.
-No hables de esto con tu mujer ni tus hijos, Resh.
-No, no lo haré, oficial Vexan.
-Bien. ¡Ahora, largo de aquí!
-Ahora mismo. Gracias, agente.
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