La otra cara de la historia
Rick D. Stuart
En la oscuridad del bar, era difícil distinguir la
silueta del hombre en el reservado trasero. Tras examinarle a través de la
neblina y el humo durante varios minutos, el joven Rengor Vanth decidió que era
el momento de comenzar la entrevista. Comprobó su identificación de la Agencia
de Noticias del Sector 242 y se acercó con cautela.
Antes de poder dar dos pasos, el cazador llamado
Malis se volvió para mirar fijamente al reportero. Rengor luchó contra el
nerviosismo que sentía crecer en su estómago. El cazador observaba
desapasionadamente cómo Rengor se acercaba lentamente. El reportero esbozó una
débil sonrisa.
-El cazador Malis, ¿no es así?
El cazador apartó la mirada, sin rastro de emoción
en su rostro lleno de cicatrices.
-Siéntate. Pide un trago; ayudará a calmarte los
nervios.
Rengor se acomodó en el reservado, tratando de
ignorar la gran mancha de sangre de la mesa. Usó el teclado integrado para
pedir una jarra de lum. Advirtió cómo Malis le evaluaba con la mirada. El
cazador tenía un rostro frío, con ojos grises como el acero y mirada resuelta;
la mirada de un asesino. De pronto, esta tarea que había elegido le pareció
mala idea.
Malis hizo una mueca.
-Nunca habías conocido a un cazador antes, ¿verdad?
Rengor trató de mostrar un aspecto fanfarrón, y
fracasó miserablemente.
-No... no hasta ahora. ¿Comenzamos la entrevista?
Rengor extrajo de su bolsillo una pequeña
holograbadora y la encendió.
-Sólo audio, nada de vídeo. Es malo para el
negocio.
-Usted manda.
El camarero robotizado flotó hacia la mesa,
depositando la jarra de lum de Rengor. El precio ascendía a unos exorbitantes
15 créditos. Rengor lo pagó sin protestar.
-Entrevista con el cazador Malis. ¿Está usted
listo?
Malis se limitó a asentir con la cabeza mientras
tomaba un largo trago de su jarra humeante. Rengor comenzó.
-Cazador Malis, en los últimos años se ha
convertido en un cazador famoso. Su reputación ha ido creciendo de forma
constante. De hecho, se ha convertido en una especie de celebridad, incluso
fuera de los círculos de cazadores. Aun así, no se sabe prácticamente nada de
su pasado ni sus motivaciones. La gente quiere saber quién es usted y por qué
se convirtió en cazador. ¿Qué le atrajo hasta esta profesión?
Malis sonrió. Rengor lo encontró escalofriante.
-Fue hace mucho tiempo, muchacho. Y es un asunto
personal. Basta con decir que tengo mis propias razones para acechar
criminales. Se han ganado a pulso lo que les ocurra. La muerte es demasiado
buena para la mayoría de ellos.
Rengor bajó la mirada a su tableta de datos,
tratando de encontrar una forma aceptable de enunciar su siguiente pregunta.
-Cazador Malis, la caza de recompensas es un
campo... controvertido. Para ser
honesto, mucha gente se siente incómoda con la forma que tienen usted y sus
colegas de ganarse la vida... matar por créditos. ¿Cómo justifica sus acciones?
Malis dejó escapar lentamente un suspiro.
-Es una profesión civilizada para una galaxia
incivilizada. Es simple. Me encargo de la gente a la que todos los demás temen.
Extrajo una carabina bláster de su funda. Rengor se
preguntó su Malis iba a dispararle ahí mismo. Después de unos segundos, Malis
dejó el arma sobre la mesa.
-Muchacho, acabo de matarte del susto. Pero quiero
que sepas algo. Si fuera a por ti, lo sabrías. Soy un cazador, no un asesino. Y
no tengo que justificar a nadie lo que hago, o cómo lo hago. Hago lo que hago
porque alguien tiene que hacerlo... y soy bueno en ello. Soy un cazador de
recompensas... para ti, eso equivale a asesino.
”Pero yo soy el hombre que podría detener a ese
criminal que, si nadie lo detiene, acabaría matándote a ti o a alguien que te
importe. Soy alguien que mantiene el orden, y esta galaxia lo necesita
desesperadamente. Mis adquisiciones (así llamamos a las alimañas que cazamos)
son personas que se han ganado una sentencia de muerte. Mi última adquisición
fue un pequeño gusano de grava llamado Yerlad. Admitiré que fui un poco duro
con él, pero esas cicatrices servirán para que me recuerde por siempre. Ahora
me teme, y teme a los de mi clase. Eso es bueno, porque el miedo es el único
modo de mantener a raya a esos animales. Mató a cinco personas: cinco hombres
que habían destacado sus vidas al servicio del Imperio. Él afirmaba luchar por
la Alianza Rebelde, y estoy seguro de que las viudas realmente agradecen eso.
Rengor formuló su siguiente pregunta con algo de
aprensión.
-Entonces, ¿está diciendo que el fin justifica los
medios?
-Por supuesto. El Imperio está tratando de mantener
el orden, de proteger a la galaxia de sí misma. Sin el Imperio, sería una
anarquía. ¿Quieres regresar a como estaban las cosas durante la República?
Alderaan fue un ejemplo perfecto. Ese planeta y sus revolucionarios eran una
amenaza para la estabilidad del Imperio y la galaxia. Se merecían lo que
recibieron. Ahora, mira lo que defiende esa llamada Alianza. Una revolución
armada. ¿Alguna vez has pensado en lo que eso significa? Si se salen con la
suya, habrá millones de muertos en la lucha... todo por una “noble” causa que
será olvidada en cuanto saboreen el poder. Mira a su mayor héroe, ese chico del
Borde Exterior. Él asesinó a más de
un millón de personas. Esas personas tenían familia e hijos. Esa es la clase de
escoria que cazo. Y si eso no es lo bastante bueno para ti y para los drones
sin carácter a los que entretienes, podéis intentar detenerme.
Rengor estaba comenzando a sentirse enfermo. Iba a
ser un día muy largo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario