lunes, 6 de octubre de 2014

La otra cara de la historia

La otra cara de la historia
Rick D. Stuart

En la oscuridad del bar, era difícil distinguir la silueta del hombre en el reservado trasero. Tras examinarle a través de la neblina y el humo durante varios minutos, el joven Rengor Vanth decidió que era el momento de comenzar la entrevista. Comprobó su identificación de la Agencia de Noticias del Sector 242 y se acercó con cautela.
Antes de poder dar dos pasos, el cazador llamado Malis se volvió para mirar fijamente al reportero. Rengor luchó contra el nerviosismo que sentía crecer en su estómago. El cazador observaba desapasionadamente cómo Rengor se acercaba lentamente. El reportero esbozó una débil sonrisa.
-El cazador Malis, ¿no es así?
El cazador apartó la mirada, sin rastro de emoción en su rostro lleno de cicatrices.
-Siéntate. Pide un trago; ayudará a calmarte los nervios.
Rengor se acomodó en el reservado, tratando de ignorar la gran mancha de sangre de la mesa. Usó el teclado integrado para pedir una jarra de lum. Advirtió cómo Malis le evaluaba con la mirada. El cazador tenía un rostro frío, con ojos grises como el acero y mirada resuelta; la mirada de un asesino. De pronto, esta tarea que había elegido le pareció mala idea.
Malis hizo una mueca.
-Nunca habías conocido a un cazador antes, ¿verdad?
Rengor trató de mostrar un aspecto fanfarrón, y fracasó miserablemente.
-No... no hasta ahora. ¿Comenzamos la entrevista?
Rengor extrajo de su bolsillo una pequeña holograbadora y la encendió.
-Sólo audio, nada de vídeo. Es malo para el negocio.
-Usted manda.
El camarero robotizado flotó hacia la mesa, depositando la jarra de lum de Rengor. El precio ascendía a unos exorbitantes 15 créditos. Rengor lo pagó sin protestar.
-Entrevista con el cazador Malis. ¿Está usted listo?
Malis se limitó a asentir con la cabeza mientras tomaba un largo trago de su jarra humeante. Rengor comenzó.
-Cazador Malis, en los últimos años se ha convertido en un cazador famoso. Su reputación ha ido creciendo de forma constante. De hecho, se ha convertido en una especie de celebridad, incluso fuera de los círculos de cazadores. Aun así, no se sabe prácticamente nada de su pasado ni sus motivaciones. La gente quiere saber quién es usted y por qué se convirtió en cazador. ¿Qué le atrajo hasta esta profesión?
Malis sonrió. Rengor lo encontró escalofriante.
-Fue hace mucho tiempo, muchacho. Y es un asunto personal. Basta con decir que tengo mis propias razones para acechar criminales. Se han ganado a pulso lo que les ocurra. La muerte es demasiado buena para la mayoría de ellos.
Rengor bajó la mirada a su tableta de datos, tratando de encontrar una forma aceptable de enunciar su siguiente pregunta.
-Cazador Malis, la caza de recompensas es un campo... controvertido. Para ser honesto, mucha gente se siente incómoda con la forma que tienen usted y sus colegas de ganarse la vida... matar por créditos. ¿Cómo justifica sus acciones?
Malis dejó escapar lentamente un suspiro.
-Es una profesión civilizada para una galaxia incivilizada. Es simple. Me encargo de la gente a la que todos los demás temen.
Extrajo una carabina bláster de su funda. Rengor se preguntó su Malis iba a dispararle ahí mismo. Después de unos segundos, Malis dejó el arma sobre la mesa.
-Muchacho, acabo de matarte del susto. Pero quiero que sepas algo. Si fuera a por ti, lo sabrías. Soy un cazador, no un asesino. Y no tengo que justificar a nadie lo que hago, o cómo lo hago. Hago lo que hago porque alguien tiene que hacerlo... y soy bueno en ello. Soy un cazador de recompensas... para ti, eso equivale a asesino.
”Pero yo soy el hombre que podría detener a ese criminal que, si nadie lo detiene, acabaría matándote a ti o a alguien que te importe. Soy alguien que mantiene el orden, y esta galaxia lo necesita desesperadamente. Mis adquisiciones (así llamamos a las alimañas que cazamos) son personas que se han ganado una sentencia de muerte. Mi última adquisición fue un pequeño gusano de grava llamado Yerlad. Admitiré que fui un poco duro con él, pero esas cicatrices servirán para que me recuerde por siempre. Ahora me teme, y teme a los de mi clase. Eso es bueno, porque el miedo es el único modo de mantener a raya a esos animales. Mató a cinco personas: cinco hombres que habían destacado sus vidas al servicio del Imperio. Él afirmaba luchar por la Alianza Rebelde, y estoy seguro de que las viudas realmente agradecen eso.
Rengor formuló su siguiente pregunta con algo de aprensión.
-Entonces, ¿está diciendo que el fin justifica los medios?
-Por supuesto. El Imperio está tratando de mantener el orden, de proteger a la galaxia de sí misma. Sin el Imperio, sería una anarquía. ¿Quieres regresar a como estaban las cosas durante la República? Alderaan fue un ejemplo perfecto. Ese planeta y sus revolucionarios eran una amenaza para la estabilidad del Imperio y la galaxia. Se merecían lo que recibieron. Ahora, mira lo que defiende esa llamada Alianza. Una revolución armada. ¿Alguna vez has pensado en lo que eso significa? Si se salen con la suya, habrá millones de muertos en la lucha... todo por una “noble” causa que será olvidada en cuanto saboreen el poder. Mira a su mayor héroe, ese chico del Borde Exterior. Él asesinó a más de un millón de personas. Esas personas tenían familia e hijos. Esa es la clase de escoria que cazo. Y si eso no es lo bastante bueno para ti y para los drones sin carácter a los que entretienes, podéis intentar detenerme.
Rengor estaba comenzando a sentirse enfermo. Iba a ser un día muy largo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario