martes, 7 de octubre de 2014

¿Qué hay en un nombre?

¿Qué hay en un nombre?
Rick D. Stuart

Admito que Matagorn era un capullo, y que ninguno de nosotros derramó muchas lágrimas por su súbita partida, pero, el modo en que ocurrió, bueno... ¿Por qué no pudo limitarse a mantener cerrada su maldita boca?
Todos sabemos cómo era la prefecto Ursellis antes de que Tremayne hiciera de los DALCAs un modo de vida. Esos versátiles billetes de detención le dieron la carte blanche que había estado buscando para ajustar algunas viejas cuentas y empaquetar indefinidamente a algunos tipos. Y lo que también sabes es que, al ser el sub-prefecto el encargado de toda la burocracia, Matagorn se dejó los ojos en el trabajo, gimiéndose y quejándose del tiempo de descanso perdido, de las largas jornadas de trabajo, ¡y de tener que tratar con ese cazarrecompensas srrors’tok llamado Cex!
Pues bien, si tan sólo hubiera mantenido la boca cerrada, finalmente habría podido disfrutar de esas vacaciones que tanto le preocupaban. ¡Pero no, Mat no! En lugar de eso, no pudo resistirse a usar ese legendario ingenio Matagorn suyo a costa de otra persona. El mes pasado, Tyionsis Cex desciende al planeta y viene después de dejar su último grupo de “detenidos” imperiales bajo los tiernos y amables cuidados de la prefecta. Con tal suerte que se encuentra con Matagorn, y Mat está todo hecho polvo escribir un nuevo montón más de DALCAs. Y entonces Mat decide que no va a dárselos sin hacer algún comentario jocoso a costa de Cex. Así que entrega al cazador la última lista de deseos de la prefecto –debía de haber un centenar de nombres en esa lista-, y va y hace un comentario acerca de que, ya que esos documentos se llaman “DALCAs”, ¡entonces Cex debía ser el “DALCAhuete” personal del Alto Inquisidor Tremayne!
¡Y el idiota suelta después una gran carcajada! Y entonces pude ver que a Cex, que nunca dice ni una palabra, que nunca mueve un dedo, se le eriza el pelo de la espalda. Cex se limita a dar media vuelta, despacio y tranquilo, y mira a Matagorn de arriba abajo un par de veces, ¡como si estuviera tomándole las medidas para un nuevo ataúd! Entonces separó los labios, mostrando esos enormes colmillos suyos; supongo que esa era su versión de una sonrisa. Pude ver sus ojos cuando lo hizo; esos ojos felinos fríos y amarillos. No me da reparo decirte que eso fue suficiente para helarme la sangre. Lo siguiente que se sabe es que Cex apunta con la garra de un dedo a Matagorn como diciendo “¡Has cometido un grave error!” Entonces, da media vuelta y se va. En ese preciso instante supe que Matagorn era hombre muerto.
En todo caso, Cex se va, ¡y al día siguiente Matagorn de pronto recibe la noticia de que le han concedido esas malditas vacaciones que llevaba suplicando durante meses! Dos días después, desaparece. Al día siguiente, un fragmento de él aparece en Ciudad Gevis, al siguiente otro en Verdson, al siguiente... bueno, ya pillas la idea.
Pero, cuidado, ¡no estoy diciendo que Cex lo hiciera! Mi madre no crio a ningún estúpido, ¡no señor! Al menos, nadie le ha acusado nunca de la desaparición de Matagorn, y en cuanto a la prefecta, no podría importarle menos la perdida de uno o dos de sus vasallos, pero lo que sé es lo que sé. Matagorn por fin consiguió esas vacaciones que tanto quería –unas vacaciones realmente largas-, y Cex, bueno, digamos que nadie volverá a atreverse a bromear llamándole alcahuete...

-          Fragmento, Helkson Vall,
Sub-prefecto, Kalandis IV, Sector Pallis
Reunión confidencial con el Agente de Inteligencia 438432

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