Vencimiento con prejuicio extremo
Rick D. Stuart
-Chico, hay dos tipos de adquisiciones en la
galaxia. Aquellos que se enfrentan al cañón de un bláster con calma y, cómo
diría... dignidad, sí, dignidad. Y luego están aquellos que ruegan y se
retuercen y gimen con toda su alma, una y otra vez, hasta que finalmente te ves
obligado a apretar el gatillo sólo para que se callen.
”Bueno, Philo siempre había sido uno de esos
débiles babosos, y hacía tiempo que Raxine y yo habíamos decidido que no íbamos
a molestarnos en capturarlo mientras todavía respirase. Hicimos la caza juntos,
pero los créditos no podían repartirse equitativamente en dos partes, así que
Raxine decidió que debíamos decidirlo agarrando al viejo Philo por las piernas
y tirar como si fuera un hueso de los deseos, ¡y el ganador se quedaría con la
mayor parte! Con todos esos gritos y llantos y súplicas, Raxine se hartó y lo
dejó frito con ese bláster del tamaño de una pinta que tenía...
-¿Por casualidad ese bláster se parecía en algo a
este?
-Ah, sí, ahora que lo mencionas... ¿Oye, de dónde
lo has...?
En los confines de la pequeña y recogida taberna,
el estallido del bláster fue casi ensordecedor. El agujero resultante en el
cuerpo de Krestock, de treinta centímetros de diámetro, hacia juego con un
agujero similar en la silla de cuero de respaldo alto contra la que yacía ahora
su cuerpo sin vida.
-Krestock, maldito gusano. Philo era mi hermano. No
había ninguna recompensa por Philo, ¿me oyes, Krestock? ¡Ninguna recompensa! Todo debió ser un error. ¡Un maldito y
terrible error administrativo! Pero tú y esa bruja tuya nunca os molestasteis
en comprobar las últimas actualizaciones de inteligencia. Oh, no. Si lo
hubierais hecho, habríais sabido que la recompensa había sido cancelada.
Teníais un maldito enlace directo con la Central de Seguridad, y nunca os
molestasteis en usarlo...
Tanteando amargamente los restos carbonizados,
Reglis encontró la bolsa de créditos de Krestock. Reglis hizo una pausa para un
último comentario.
-Por cierto, Krestock, como se suele decir, hay dos
tipos de cazadores en esta galaxia; los que hablan y los que disparan. Espero
que lo recuerdes en la próxima vida...
-
Reglis Taal
Finales y Comienzos:
Una Autobiografía
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