lunes, 8 de junio de 2015

El arte de la venta subliminal

El arte de la venta subliminal
Michael Allen Horne

El siguiente texto es un fragmento de Mentes y Percepciones: Un Estudio Comparativo de las Técnicas Persuasivas Durante la Guerra Civil Galáctica, por el Dr. Ulm-Aaa-Janzikek (Prensa Triplanetaria)

El Sector Corporativo es un caso único en el arte de la persuasión, ya que es principalmente pasivo. La propaganda imperial abraza los valores marciales e insta a una experiencia comunitaria, un sentido de unidad ante el conflicto, muy en la tradición de la Gran República en sus tiempos duros.
Por otro lado, el Sector Corporativo se centra más en la publicidad subliminal. No hay en ello ninguna ideología real, ninguna percepción radicalmente nueva de lo que debería ser la vida. El fin último de todo es el consumo. De hecho, las transmisiones y los textos de la Autoridad sugieren una comunidad unida únicamente por su persecución del éxito y los beneficios. Observen el siguiente ejemplo de “sub-anuncio” de 20 segundos:
  • Una nueva vida le espera en el Sector Corporativo: ¡La oportunidad de comenzar de nuevo en una tierra dorada de oportunidad y aventura!
O el siguiente, que fue emitido en las frecuencias de medios internas:
  • Para mayor disfrute y eficiencia, el acceso de datos va a ser estandarizado, con tasas correspondientes. ¡Recuerde, cuanto más cara sea la información, más debe costar! Consulte al personal de su COM (Central Operativa Multisistema) local para más información.
El caso de los anuncios subliminales, o sub-anuncios, merece ser tenido en cuenta. Aunque nunca se ha probado fehacientemente que tengan una efectividad importante, el uso constante de subliminales en los medios del Sector Corporativo muestra una visión extrañamente despersonalizada de sus plantillas y empleados. Por ejemplo:
  • Debemos dar gracias de que exista el comercio. Compre más. Compre más ahora y sea feliz.
  • Cambio... Más rápido, mejor. Eso es el progreso. Ajustarse, alterar, aceptar. Consuma y sea feliz.

Espionaje industrial

Espionaje industrial
Michael Allen Horne

El siguiente texto es un fragmento de un manual de entrenamiento para agentes de la Oficina de Servicio Independiente.

Mientras existan secretos empresariales, existirán individuos lo bastante fanáticos o avariciosos como para tratar de poner sus manos o tentáculos sobre ellos.
Con la cantidad de actividad empresarial que tiene lugar en el Sector Corporativo, no debería resultar extraño que el espionaje industrial sea una importante preocupación. De acuerdo con cálculos recientes, cada tres minutos tiene lugar algún acto de espionaje en el Sector. Esta es una especie de guerra secreta entre corporaciones.
La mayor parte del espionaje industrial se realiza entre compañías rivales, aunque las rivalidades entre divisiones de una misma corporación a veces llegan a materializarse en espionaje. Esas compañías se ven involucradas en una feroz competición por su tasa de mercado y el bit adecuado de información puede suponer la diferencia entre dominar el mercado o convertirse en un lejano segundón.
Incluso compañías amistosas se mantienen vigiladas entre sí. Por ejemplo, Deslizadores Ubrikkianos ha sido durante mucho tiempo patrocinador de la ASC (aunque no sea uno de los signatarios originales). Sin embargo, oficiales en posiciones elevadas sugieren que agentes leales a TaggeCo., propietaria de Barredoras y Deslizadores Mobquet, pueden haber usado una feria industrial, donde Ubrikkianos mostró varios prototipos de vehículos, para piratear un diseño de refrigerado de motor. Claramente, las compañías que quieren espiar a las demás lo harán sin importar la situación.
Más del 73% del espionaje industrial está relacionado con el robo de materiales privados. Esto incluye diseño de prototipos de equipos (normalmente almacenados hasta que pueda solicitarse o confirmarse una patente), listas confidenciales de ventas, estrategias de márquetin y materiales de campañas publicitarias.
Otro tipo de espionaje trata acerca de amenazar con revelar datos comprometedores de los empleados o ejecutivos de un competidor. Esas técnicas pueden ser usadas como una forma de chantaje contra la compañía. Más frecuentemente, se contacta directamente al individuo en cuestión del que se dispone de información dañina y se le ordena boicotear trabajos activos para que esa información no vea la luz.
Por supuesto, esto no es todo lo que hay. Los agentes de las corporaciones pueden robar propiedades físicas, como equipo o herramientas. Puede perderse un tiempo muy valioso rastreando maquinaria robada.
Formas más sutiles de espionaje pueden ser altamente efectivas. Por ejemplo, un saboteador industrial puede dejar datos incriminatorios sobre dos ejecutivos en los terminales del otro. Los dos comenzarán una larga guerra de oficinas que con el tiempo acabarán llevando a la compañía a la quiebra.
Una forma más dañina de este juego implica la violencia. Bien contra la propiedad o contra los individuos, es una preocupación creciente. Sabotear laboratorios u oficinas, asesinar líderes de las corporaciones o provocar malestar en los trabajadores puede hacer caer a niveles inaceptables los beneficios de una compañía exitosa.

La Autoridad del Sector Corporativo

La Autoridad del Sector Corporativo
Michael Allen Horne

 ¡Desarrollando la galaxia para todo el mundo!

La Autoridad del Sector Corporativo proporciona de todo, desde materias primas hasta bienes de mercado elaborados. ¡Con recursos que se extienden por decenas de miles de sistemas, la ASC cubre cualquier necesidad, produciendo cada año estándar bienes por valor de más de cinco trillones de créditos! ¡La ASC crea más de 10.000 millones de empleos directos!
Por los productos, por el empleo, por el futuro, ¡recuerde a la Autoridad del Sector Corporativo!

lunes, 1 de junio de 2015

La Banda de Sangre

La Banda de Sangre
Michael Allen Horne

El siguiente texto es un fragmento de la transcripción de una historia oral recopilada hace algunos años por el profesor emérito Skynx, en la Universidad de Ruuria. El sujeto es Alexsandr “Soldado” Badure, antiguo instructor en la Academia Militar de la República y el Imperio, así como militar veterano de carrera (sus misiones incluyeron el Conflicto de la Especia Twi’lek, los Enfrentamientos Territoriales Corellianos y las Guerras del Borde Exterior).

Los corellianos siempre han tenido la reputación de hacer las cosas de forma un poquito diferente. Algunos dicen que inventaron el hipermotor sólo porque estaban cansados de ir más despacio que la luz como el resto de la gente. No pondría la mano el fuego laser por que eso sea cierto, pero ya captas la idea.
Esa individualidad también incluye honrar a sus héroes. Procede de su idea del valor. Ellos no lo entienden como saltar por aros en llamas mientras te disparan con rifles bláster. Ellos lo ven más como una convicción moral.
Es decir: cualquiera puede correr por una trinchera para tomar una posición enemiga. Para ellos, eso es instinto. No es algo robre lo que reflexiones; no llegas a tener tiempo para ello.
Tal y como lo ven los corellianos, hace falta un valor más real para hacer algo que puedas meditar. Especialmente si te resulta desagradable a ti personalmente. A nadie, o al menos a muy poca gente, le gusta ver sufrir a gente extraña, así que no es un gran logro ir a ayudarles. Pero si te mantienes firme por algo en lo que crees y sabes que va a dolerte, entonces eso es un héroe.
Mientras otros mundos otorgan medallas o cintas para premiar el valor, los corellianos, siempre gente práctica, prefieren un acercamiento menos absurdo que brillantes trozos de cerámica o tela. Desde luego, tienen buenos premios a la ciudadanía, pero el importante, el auténtico, es una marca especial para que los demás siempre sepan que pueden confiar en esa persona.
Lo que hacen es premiar con algo que llaman Banda de Sangre. Es una banda discontinua de cordoncillo, de tres centímetros de ancho, cosida a lo largo de una costura de los pantalones.
La tienen de dos tipos. La de Segunda Clase es una banda discontinua dorada. La de Primera Clase es una banda discontinua roja. De entrada, es realmente difícil conseguir la de Segunda Clase, y la de Primera Clase habitualmente es póstuma.
Como dije, no es por cosas llamativas, así que no puedes asumir automáticamente que cualquiera que la lleve sea un héroe galáctico o algo así. Por supuesto, el campo de batalla es de las cosas más duras que puedes encontrarte, así que 999 de cada 1.000 son por valor bajo el fuego enemigo.
Puedes llevarla tanto como quieras, tan a menudo como quieras, pero es un compromiso. Dice: “Me mantengo firme por algo, un código, un sistema de creencias, algo. Y honro mis deudas.”
Mucha gente piensa que una Banda de Sangre Corelliana indica una actitud elevada y poderosa, como un Caballero Jedi o alguien de los Hijos de la Libertad. Eso es un error. Alguien con una Banda de Sangre sigue siendo humano, sigue cometiendo errores, y esa Banda de Sangre no le convierte automáticamente en tu amigo. No te acercas a un completo extraño con la Banda y de repente piensas que él o ella te debe algo más que darte la hora. Pero sí indica que esa persona se ha probado a sí misma anteriormente... y que puede volver a hacerlo.
Deje que le hable de un amigo mío. Nos conocemos de hace tiempo, Han Solo y yo. Es un perfecto ejemplo a tener en cuenta. ¿Le recuerda de Dellalt, en Tion?
A los corellianos también les gusta tener su privacidad, y él me contó cómo consiguió la Primera Clase a condición de que no lo hiciera de conocimiento público, y yo lo respeto. Si quieres saberlo, pregúnteselo usted mismo, pero sí que le diré esto: la de Segunda tuvo que ver con un wookiee.
Han Solo ha elegido durante mucho tiempo no llevar la de Primera Clase. Después de todo, en su línea de trabajo, destacar demasiado puede ser letal, y en determinados lugares una Banda de Sangre llama demasiado la atención. Una vez escuché que casi realiza el salto final después de que algún cazarrecompensas le reconociera por ella.
Ahora que es un rebelde de cierta fama, algunos actúan sorprendidos de que procediera de un origen tan “bajo”. Por mi parte, yo siempre supe que llegaría lejos.

Mensaje a Arhul Hextrophon

Mensaje a Arhul Hextrophon
Michael Allen Horne

El siguiente texto es un mensaje personal entre Voren Na’al y Arhul Hextrophon.

Estimado Arhul,
Siento no haber tenido la oportunidad de escribirte desde hace tanto tiempo, pero últimamente el Consejo ha estado sobrecargándome de trabajo; ya sabes cómo es la cosa. Sin embargo, tengo algunas buenas noticias. Acaban de informarme desde Adarlon de que han decidido no tomar en el futuro semejante licencia creativa: tu estudio acerca de la holo-iconografía en la era de Xim no se convertirá próximamente en un musical.
En otro orden de cosas, he decidido seguir tu consejo y he hablado con el general Solo. Con nuestra reciente expansión a regiones limítrofes con la Autoridad del Sector Corporativo, parece el momento perfecto para recopilar toda la información útil que podamos. Solo ha pasado un tiempo considerable en el Sector Corporativo y sus conocimientos podrían resultar valiosos.
Por supuesto, la mejor parte es que ha tenido tratos con ambos lados de la ley, y eso da a sus palabras un peso añadido. El Sector parece apostarlo todo a que el Imperio salga de esta, y más vale que estemos preparados para tratar con ellos según sus propios términos.
Aunque inicialmente parecía un poco avergonzado por escarbar en su “sórdido” pasado, pronto se hizo a la idea. Tengo varios cristales de almacenamiento repletos de sus hazañas. En realidad, a decir verdad, esto se ha expandido un poco más allá de una simple guía del Sector Corporativo y se ha convertido en una especie de biografía del ex general. Algunas cosas parecerían casi demasiado alocadas para creérselas, pero Chewbacca lo confirma todo.
Rivoche le echó un vistazo a algunos fragmentos. Dijo que deberíamos ofrecérselos a los mismos jefes de estudio que nos estuvieron dando tantos problemas últimamente. Si realmente quieren hacer más accesibles sus holocintas “edificantes”, entonces esto es exactamente lo que están buscando.
Te adjunto los fragmentos que he terminado de editar hasta ahora, y espero que me hagas saber tu opinión.
Tu amigo,
Voren