Punto de equilibrio
Kathy Tyers
El primer ministro Yeorg
Captison miró a través del panel de la vidriera de su ventana al Parque de
Estatuas. La indecisión le desgarraba. Los líderes rebeldes mantenían una
actitud discreta por el momento; los Ssi-ruuk estaban en órbita, esperando...
Y Wilek Nereus esperaba a que
atacaran los alienígenas. Cuando el Imperio tomó el control, Yeorg quedó
complacido por la política de Nereus de dejar en su sitio el gobierno de
Bakura. Pero en su corazón, Yeorg sabía hacia dónde Nereus estaba llevando
ahora a Bakura. Años de experiencia le aseguraban que el 90% de los bakuranos
estarían contentos si el Imperio tuviera el control directo, pero la autoridad
del gobierno nativo iba decreciendo constantemente...
Si Bakura se realineaba con los
rebeldes, habría terribles dificultades para muchos bakuranos.
En cuanto a su familia... Tiree
merecía ciertas comodidades, y el programa de impuestos de Nereus la iban
privando lentamente de sus terrenos.
Eso, se dijo a sí mismo, es
un pensamiento indigno. Necesitaba una transfusión de joven idealismo para
equilibrar el pragmatismo que se había instalado en su alma con la edad y las
comodidades.
-¿Ellice? –dijo hacia un panel
de su escritorio-. Contacte con la princesa Leia. Sugiérale que... que tengamos
una charla –ordenó. No parecía nada comprometedor, pero él sabía que no era
así.
Y la senadora Organa también lo
sabría.
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