Siempre en movimiento está el futuro
Kathy Tyers
Luke estaba de pie detrás de Han en el puente del Halcón. A su lado, Leia se sujetaba al
elevado respaldo del asiento de Chewie. Pter Thanas llevaba varios segundos sin
hablar.
Luke se inclinó sobre el hombro de Han y se dirigió
al micrófono de transmisión del Halcón.
-¿Sigue ahí, comandante Thanas? –preguntó.
-Una pequeña distracción –respondió el comandante imperial-.
Si rindo el Dominante, ¿garantiza que
dejará en libertad a los miembros de mi tripulación, que se han limitado a
obedecer mis órdenes?
-No confíes en él –susurró Han.
Luke empujó el hombro de Han.
-Sí –dijo a Thanas. Se aclaró la garganta-.
Enviaremos a todo el personal imperial a un punto de recogida neutral, y
permitiremos que regresen a sus hogares...
Leia le tomó la mano y apretó con fuerza.
-A menos que alguno quiera desertar –añadió Luke-.
Debe dejarles elegir.
-¡Bien! –le susurró Leia al oído.
-No puedo –respondió Thanas.
-No dejes que se escaquee –murmuró Leia-. Podemos
ocuparnos de los detalles.
-Ya me encargaré yo –dijo Luke.
-Muy sencillo –dijo Han, arrastrando las palabras-.
Cogemos a todos esos simpáticos imperialitos, y...
-Shh. –Luke agarró la pequeña mano de Leia.
Se hizo el silencio entre las dos naves. Luke se
extendió en la Fuerza, tratando de vislumbrar el futuro. Pasó rápidamente por
el ojo de su mente, cambiando y alterándose mientras Thanas dudaba. El futuro
podía fluir en tantas direcciones...
Abruptamente, vio un momento con claridad
cristalina. El comandante Pter Thanas, vestido con ropas civiles, estaba
sentado en sofá repulsor azul con cojines, con su muslo pegado al de Gaeriel
Captison. El suave mantón había caído del hombro izquierdo de la mujer.
Suavemente, Thanas le recorrió con un dedo la curva de la barbilla. Gaeri cerró
los ojos con gesto complacido. Abrió los labios...
-De acuerdo. –La voz de Thanas quebró la visión-.
Llévenme a la Alianza y trátenme como quieran.
La mano derecha de Luke tembló. Llevaría a Thanas
directamente a un calabozo a bordo de alguna nave prisión de la Alianza...
lejos de Bakura. Haría que...
No haría tal cosa. Otras voluntades podrían
conducir al futuro hacia ese punto, incluyendo la de Gaeriel... y la suya
propia.
Aturdido, Luke se dio cuenta de que acababa de
enfrentarse de nuevo a la oscuridad: una tentación de controlar el destino de
otra gente. Esa no era su misión.
Pero, ¿Gaeri? Y... ¿Thanas?
Exhaló un fuerte suspiro. De pronto no quería tener
nada que ver con el comandante Pter Thanas. Pero Dev yacía moribundo, atado con
correas a otro de los catres del Halcón,
más allá de las capacidades curativas de Luke. La rendición de Thanas podría
servir a las necesidades de Dev.
-Acepto su nave –dijo Luke a Thanas, deseando que
ese momento le trajera el placer que brillaba en los ojos de Leia. Debería
hacerlo. Lo habría hecho...-. Y, de momento, su persona. Venga en lanzadera a
mi... –Sonriendo por Leia, volvió a empujar a Han-... a mi nave insignia. Y por
favor traiga un médico con usted.