La causa del mes
Morrie Mullins
Un pintor rodiano afirmó una vez
que “todo el mundo es famoso durante quince parsecs”. Cuando se le preguntó qué
quería decir, dado que el parsec es una medida de distancia, el pintor soltó un
bufido y le dio la espalda a su interlocutor, diciendo que “si no entiendes mi
arte, no es problema mío”. El hecho de que cierta cantidad de fama puede recaer
incluso en quien menos lo merezca, sin embargo, no ha pasado inadvertido en la
galaxia.
Tomemos por ejemplo el caso de
San Herrera y Nia Reston. Estos dos jóvenes humanos han conseguido, a lo largo
de los cuatro últimos años, encontrarse repetidamente en el lugar y momento
equivocados, han publicado un ensayo reflexivo acerca de la naturaleza de la
muerte, fueron posteriormente entrevistados en directo en “El Ojo de Cularin”
por Yara Grugara, y más recientemente han publicado un ensayo haciendo un
llamamiento a la inmediata liberación de todos los droides de Cularin... de
toda la galaxia, en realidad. Ahora han vuelto a ser invitados a una segunda
entrevista por Yara. En su nuevo papel “serio”, Yara vuelve a tener algunas
sorpresas para la joven pareja.
San y Nia no tienen el aspecto
juvenil que solían tener. Parecen más cansados que antes, y ambos tienen cercos
oscuros bajo los ojos. Sin embargo, lo más notable es el hecho de que han
comenzado a vestirse como adultos. En lugar del atuendo de
chaleco-camisa-pantalones-botas que siempre vestían en el pasado, ahora tanto
San como Nia visten pulcramente con trajes que parecen haber sido hechos a
medida... si no en una de las tiendas más caras de la galaxia, al menos sí en
una lo bastante competente. Están sentados, con las manos sobre sus regazos, en
un sofá negro de respaldo alto. Ambos se esfuerzan por evitar mirar a la
holograbadora.
Yara entra desde la izquierda de
la imagen, estrecha sus manos y toma asiento en una silla frente a ellos.
Comienza hablando a la grabadora.
Yara: Bienvenidos a una edición
especial de “El Ojo de Cularin”. Este ya no es el programa de Yara, y ella no
tenía planeado regresar... nunca... pero supongo que Yara aceptó presentar esta
entrevista, y la cadena la tiene obligada por contrato. Así que aquí estamos.
Nia: Gracias por recibirnos.
Yara asiente.
San: En realidad usted fue nuestra
inspiración, ¿sabe?
Hasta este momento, Yara había
estado bastante taciturna. Ahora su rostro se ilumina, remplazando la gris
seriedad de su gesto de presentadora de noticias con una media sonrisa
juguetona que parece mucho más acorde con el plató de “El Ojo de Cularin”.
Yara: ¿Yara? ¿Una inspiración? Sin
duda está de broma.
San: En absoluto. Algo que usted
dijo la última vez que hablamos fue lo que nos hizo pensar.
Yara: (Radiante de alegría) Bueno, para ser honesta, Yara realmente no ha
tenido tiempo de revisar íntegramente nuestra última entrevista. Una especie de
disputa con los productores se interpuso. Entonces, ¿qué fue eso tan brillante
que dijo Yara?
Nia: No estoy segura de que
“brillante” sea la palabra...
San: Nos preguntó si la Fuerza
estaba en los droides.
Yara: Ah. Ahora lo recuerdo. Bueno,
me alegro de que Yara pudiera serles de ayuda. ¡Santo cielo, Yara ha ayudado a
mucha gente últimamente! Entonces, ¿qué tal si pasamos a las preguntas, no les
parece?
San: Muy bien.
Nia parece ligeramente
preocupada. Ha advertido el abrupto cambio en el humor de Yara, y no parece que
confíe demasiado en la dirección que pueda tomar la entrevista.
Yara: Entonces, ¿qué pretenden esta
vez ustedes dos? ¿Conspirar para derrocar el gobierno?
San: (Riendo entre dientes) No, Yara, En absoluto.
Nia: (Seria) Queremos que los droides sean liberados.
Yara: ¿Y de qué droides estaríamos
hablando?
Nia: De todos.
Yara mira a Nia, luego a San, y
luego a alguien fuera del rango de visión de la grabadora. Pasa una larga uña
roja por una tableta de datos integrada en el brazo de su silla y asiente para
sí misma.
Yara: Eso es interesante. Entonces
díganos, San... la última vez que estuvieron aquí, la conversación giró en
torno a ustedes dos y su relación. Había una tercera parte. Creo que su nombre
era Philinda, ¿no es así? ¿La “caliente”? ¿Cómo van las cosas?
San: En realidad lleva bastante
tiempo fuera del sistema. Estaba en Coruscant visitando a su familia cuando las
cosas con Thaere comenzaron a ponerse feas, y no le ha sido posible regresar.
En cuanto a mí y a Nia, realmente no ha cambiado nada entre nosotros. No lo
creo.
Yara: ¿Entonces ustedes dos son
pareja?
San: No.
Nia: Sí.
Se miran mutuamente.
San: Sí.
Nia: No.
Yara: Todo esto me resulta muy
familiar.
Nia: ¿Podemos hablar acerca de los
droides? Hemos venido aquí a hablar de eso. Es decir, usted dijo que nos entrevistaría
cuando publicáramos nuestro ensayo acerca de los droides y la Fuerza, y eso
hemos hecho. Más o menos.
Yara: Espere. ¿Hablaba en serio?
Nia: Desde luego. ¡Libertad para las
personas sintéticas!
Yara: ¿Las qué?
Nia: Las personas sintéticas. Es
como llamamos a los droides en nuestro ensayo. ¡Y deberían ser liberados!
Yara: Si han venido aquí para eso,
¿por qué San está aquí sentado hablando de cierta amiguita cuya compañía, si
Yara recuerda correctamente, usted se quejaba de qué él frecuentaba demasiado a
menudo? ¿Por qué se encuentran ustedes dos discutiendo de su conmovedora vida
amorosa, ahora sí, ahora no, en un foro tan público como este?
Nia: ¡Porque usted lo preguntó!
Yara: Oh. Supongo que lo hice.
Bueno, supongo que para eso estamos. Ahora, dejen que vea si Yara ha entendido
correctamente el contexto. Lo que conocemos sobre ustedes y forma parte del
dominio público es que trataron de proporcionar “ayuda” a los tarasin cuando en
realidad no necesitaban ayuda alguna, que se quedaron atrapados en un bar de
Tilnes cuando las minas se derrumbaron parcialmente -¿realmente tienen edad
suficiente para estar en un bar de Tilnes?- y que mientras se encontraban
visitando Uffel, consiguieron dejar que un droide loco les convenciera para
atacar a un grupo de civiles inocentes que estaban dando caza a dicho droide
loco. ¿Me he dejado algo?
San: Se ha dejado la parte donde los
thaereianos nos secuestraron.
Yara: Ups. Error de Yara. Bueno,
después de haber hecho todas esas cosas, de haber mostrado una capacidad de
juicio bastante cuestionable tratando de ayudar a aquellos que no necesitaban o
no querían ayuda, ¿qué demonios les ha poseído ahora para tratar de liberar a
los droides?
Nia: “Personas sintéticas”.
Llamarles “droides” es degradante. Es obligarles a ser cosas, en lugar de
reconocer el hecho de que son simplemente personas que resulta que tienen
cuerpos metálicos en lugar de órganos internos.
Yara: ¿Eso no los convierte en
máquinas?
Nia: ¡Pero pueden pensar! Pueden
sentir.
Yara: Yo puedo programar mi
tostadora para que actúe exactamente como quiero que lo haga, y si comienza a
quemar mi tostada, se da cuenta y se apaga. ¿Necesito liberar mi tostadora?
Nia: Eso es una tontería. Hay una
diferencia entre un aparato de cocina y una persona sintética. Una persona
sintética es un individuo que debería tener los mismos derechos que todos los
demás tenemos. Yara, piense en ello: ¡las personas sintéticas no son sino
esclavos!
San: En eso ella tiene razón.
Discutimos mucho acerca de esto después de la última vez que estuvimos en su
programa. Sí están vivos, no lo están, la Fuerza está en ellos, no lo está, una
y otra vez. Pero lo que importa es esto: ¿Las personas sintéticas tienen
sentimientos? ¿Tienen sus propias aspiraciones, más allá de “debo complacer a
mi amo”? Si es así, no podemos justificar mantenerlos como nuestra servidumbre.
Tenemos que liberarlos.
Yara: Una vez, mis productores enviaron
a Daveed con una cámara nueva para seguir a Yara en un reportaje. La cámara
simplemente no podía capturar el tono natural de piel de Yara. Siempre hacía
que Yara pareciera un poco anaranjada. Al principio, pensamos que era algo
atmosférico, pero luego, después de un rato, alguien sacó la cámara de
repuesto. ¿Y saben qué? Capturó la auténtica esencia de Yara. Pero la primera
cámara simplemente se negaba a hacerlo.
San: Creo que no le sigo.
Nia: Ni yo. Está volviendo a mezclar
todas las máquinas. Las personas sintéticas no son tostadoras, y no son
cámaras. Son seres racionales que merecen nuestro respeto. La cámara que le
hacía parecer naranja no era racional. No se estaba negando a hacer nada.
Simplemente funcionaba de manera incorrecta.
Yara: Algunas personas podían
sugerir que un droide que piense que tiene aspiraciones más allá de “debo
complacer a mi amo” también funciona de manera incorrecta.
Nia: Hmff. No me esperaba del “Ojo
de Cularin” esa clase de comentario especista. Sabe, ese es precisamente el
modo en que los hutts hablan sobre sus esclavos.
Yara: ¿Qué funcionan
incorrectamente?
Nia: No. Como su fueran cosas, en
lugar de personas. Tenemos que romper ese círculo vicioso, Yara. Tenemos que
ayudar a que los demás vean que las personas sintéticas no son sólo cosas. Son
individuos. Merecen ser protegidos igual que el resto de nosotros.
Yara sonríe. Pasa los dedos por
el brazo de la silla y asiente con la cabeza a alguien que no podemos ver.
Yara: Bueno, niños, ha sido un
placer. Yara siempre encuentra refrescante ver a qué se dedica la juventud de
Cularin, cuál es la causa del mes. Derechos de los droides. Fascinante. Nia...
¿quiere añadir algo más?
Nia: Sí. ¡Libertad para las personas
sintéticas! ¡Entreguémosles Uffel! ¡Prohibamos los borrados de memoria!
Yara: Ah, bien. Ahora les estamos
cediendo territorio. San... ¿pensamientos finales?
San: Nia tiene razón. Debemos
contemplar largo y tendido el modo en que tratamos a los droides...
Nia le pega un codazo. He hace
una mueca de dolor.
San: A las personas sintéticas,
quiero decir. Trabajan duro para nosotros, y merecen respeto y la oportunidad
de trabajar duro para sí mismos.
Yara: Bien dicho. ¿Algo más?
San: (Sonrojándose) ¿Estará viéndonos? ¡Hola, Philinda!
Nia le da un manotazo en la
nuca. Fundido a negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario