Conversaciones con Lanius
Morrie Mullins
Aunque no ocurre tan a menudo
como nos gustaría, recientemente hemos sido invitados de nuevo a la academia de
Almas para hablar con el Maestro Jedi Lanius Qel-Bertuk. Se suponía que esta
sería, al contrario que en otras ocasiones, una entrevista bastante espontánea.
Muchas cosas han pasado en Cularin desde la última vez que tuvimos la
oportunidad de hablar con el Maestro Lanius de modo informal.
Aunque la informalidad
permanecía, pronto quedó claro que el Maestro Lanius no está tan desvinculado
de los problemas de Cularin como se nos podría haber inducido a pensar. Él es,
como siempre, un hombre de profundas convicciones que cree que, en última
instancia, harán falta más que palabras para sanar todo lo que está mal en
Cularin.
-Hola, Maestro Lanius. Gracias
por recibirnos.
-Es un placer. Confío en que su
viaje haya sido cómodo.
-Mucho. Debo admitir que
quedamos algo sorprendidos de que aceptaran nuestra invitación, con las
críticas que se han levantado recientemente en Cularin contra los Jedi.
-¿Críticas? Siempre hay
críticas. Hacemos demasiado, no hacemos lo suficiente, apoyamos a las personas
equivocadas, no apoyamos a nadie en absoluto... ¿Tenía en mente alguna crítica
en particular?
-Quedamos bastante sorprendidos
al ver las imágenes de Yara Grugara criticando a los Jedi de Cularin. Se han
emitido una y otra vez durante algún tiempo, y estamos seguros de que las han
visto.
-¿En el funeral? Fue algo
inoportuno y desacertado. La Srta. Grugara ya se ha disculpado por aquello. Ya
hay más que suficiente descontento en el sistema sin necesidad de azuzarlo para
conseguir audiencia, y creo que ella lo sabe.
-Entonces, ¿los Jedi aceptan sus
disculpas?
-No hay nada de lo que
disculparse. Tal vez cometiera un error, pero no se puede pretender que nadie
sea perfecto. Si es importante que alguien lo diga públicamente, entonces sí,
al menos yo acepto sus disculpas. Pero no tengo el honor de hablar por el resto
de la Orden. Aunque dudo que alguien albergue ira por sus palabras; en ese
momento muchos dijeron cosas que en el fondo no sentían. Fue un momento
difícil.
-Me alegro de oírle decir eso,
ya que Yara tenía muchas ganas de estar aquí. ¿Yara?
Una puerta se abre y entra Yara,
con una túnica que parece seguir el patrón de las túnicas tradicionales Jedi,
pero confeccionada en tonalidades de violeta. Se acerca a Lanius y le estrecha
la mano, aparentemente sin advertir la media sonrisa cansada y tolerante de
éste.
YG: Maestro Lanius... Eso es
bastante largo, ¿puedo llamarle Lan?
LQB: Si dijera “No”, ¿eso la
detendría?
YG: Probablemente no. Mire, es
fantástico volver a verle. Estoy muy feliz de que haya aceptado mis disculpas
en nombre de los Jedi. Realmente no sé en qué estaba pensando en ese momento.
LQB: Sólo puedo hablar por mí mismo,
Srta. Grugara. En mi opinión, no es necesaria ninguna disculpa. Y en mi
opinión, yo tampoco sé en qué estaba usted pensando. Por un momento, había
comenzado a preguntarme si alguien la había remplazado por un clon, o por un
droide particularmente empalagoso.
YG: No, esa fue Yara en todo
momento.
LQB: ¿Yara siempre habla de ella en
tercera persona?
-¿Es una pregunta para mí?
LQB: Para ambos. Es un patrón de
habla extraño. Me hace preguntarme qué ha visto o hecho exactamente que le haga
sentir que es indigna de hablar de sí misma como algo que no sea una entidad
externa... una cosa. Recientemente hice una entrevista acerca del apego y sus
riesgos, pero ahora me encuentro preguntándome por los riesgos del desapego. Si
uno se observa a sí mismo demasiadas veces en un holovídeo, ¿comienza a
disociarse a sí mismo de la identidad que tenía previamente establecida? ¿O se
trata de alguna otra cosa?
YG: ¿Eso es una pregunta para Yara?
LQB: No, la pregunta para usted era
si siempre habla de usted misma en tercera persona.
YG: No.
-Creo que esa es la frase más
corta que le haya escuchado decir nunca a Yara. Maestro Lanius, ¿cómo van las
cosas aquí en la Academia? ¿Cómo va la búsqueda del nuevo miembro de la
facultad?
YG: ¿Tienen planeado enfrentarse
pronto a los Sith?
Lanius alterna la mirada entre sus dos entrevistadores. Sus ojos
traicionan que no está seguro de a qué pregunta responder primero.
LQB: Incluso con una guerra teniendo
lugar, es más fácil encontrar Jedi para ocupar puestos en la Academia que
encontrar Sith. Después de todo, sólo hay dos de ellos.
YG: ¿No podría ser eso una ficción
conveniente inventada por los Sith supervivientes para disminuir la
probabilidad de que cualquiera de ellos pueda ser identificado como tal, o en
caso de que uno resultara identificado, que permitiera al ingente número de
Sith que realmente vaga pro la galaxia seguir libres de intentos de capturarlos
o matarlos durante una o dos décadas? Muchos de nosotros hemos oído hablar de
esa “regla del dos”... pero si los Sith son unos completos mentirosos, ¿por qué
deberíamos creer que seguirían su propia regla?
LQB: No tenemos ninguna razón en
particular para creerles, pero seguiríamos teniendo pocas aunque lo
escucháramos de sus propios labios. Tiene cierta lógica. El lado oscuro es
codicioso y celoso, e inspira a aquellos que lo siguen a matar a sus camaradas
para obtener y mantener poder. La “regla del dos” es una necesidad para que una
orden como la suya sobreviva. A lo largo de la historia registrada ha ocurrido
que fuerzas malvadas especialmente poderosas han tenido problemas trabajando
juntas, y si se dejan llevar por su propia naturaleza, generalmente se matan
unas a otras.
YG: ¿Entonces podría ser todo una
mentira?
LQB: Por supuesto.
-Bueno, antes de que Yara llegue
a ello, ¿cuál es su opinión acerca de la situación con Thaere? Muchos de
nosotros escuchamos hace unas semanas hablar a Minos Fel’Kona sobre lo que
parecía ser la posición “oficial” de los Jedi. ¿Sus afirmaciones se
trasladarían directamente a la política Jedi?
LQB: No existe la política. Sólo la
Fuerza. (Ríe entre dientes.)
YG: Humor Jedi. Qué mono. ¿Y qué
pasa con Thaere?
LQB: ¿Qué pasa con ellos?
-¿Me permite? ¿Qué hay de su
crecientemente violenta y molesta conducta hacia el pueblo de Cularin? ¿Qué hay
de su abierto alarde de su carta de protección? ¿Qué hay del hecho de que están
reclamando derechos y privilegios que para empezar nunca deberían haber tenido?
-Está siendo obtuso. ¿Qué es lo
le molesta? (Hace una pausa.) Parece
que quiera que yo denuncie a Thaere. No puedo hacer eso. Thaere fue nombrado
protector de Cularin por el Senado, y hasta el momento que el Senado retire a
Thaere de su posición, los Jedi están obligados a servir a la voluntad del
Senado.
YG: ¿De modo que realmente son
impotentes? Hmm, quiero decir, probablemente no sean impotentes como tal, ¿pero
no van a hacer nada respecto a ese problema?
LQB: ¿Qué problema? No, no ponga esa
cara de asombro. Siendo generosos, las pruebas han sido flojuchas. Thaere ha
tenido razones y documentos para apoyar cada cosa cuestionable que ha hecho, y
para las cosas que no han hecho, han mantenido una negación plausible. No hay
nada contra lo que actuar, incluso en el caso de que hubiera aquí suficientes
Jedi para actuar... que no los hay.
-Entonces, si usted no cree que
Thaere presente una amenaza para Cularin...
LQB: No recuerdo haber dicho eso. He
dicho que no hay pruebas, y sin pruebas no puede haber “problema”.
YG: ¿Pero usted cree que son una
amenaza?
LQB: No recuerdo haber dicho eso,
tampoco. No creo haber realizado ninguna declaración acerca de si Thaere
representa o no una amenaza para Cularin.
YG: ¿Lo va a hacer?
LQB: ¿Hacer qué?
YG: Realizar una declaración.
LQB: Estoy seguro de que realizaré
muchas e importantes declaraciones a lo largo de mi vida. Esta ha sido una,
ahora mismo. Y aquí va otra. Srta. Grugara, aunque parece haber llegado muy
lejos como periodista, tiene usted una tendencia a presionar demasiado y
escuchar las respuestas que le son de más utilidad, en lugar de escuchar las
respuestas que le dan realmente.
YG: ¿Eh?
LQB: ¿Por qué es usted periodista?
-No creo que el objeto de esta
entrevista deba ser Yara.
LQB: ¿Srta. Grugara?
YG: No, está bien. Quiero ser
periodista para poder ayudar a la gente. Quiero decir, no es por eso por lo que
quise ser periodista en primer lugar. Quería viajar y ver la galaxia, y lo
hice, y ahora parece como si no hubiera estado haciendo nada importante. Y
todos necesitamos sentirnos como si fuéramos importantes, ¿verdad?
LQB: ¿No es suficiente con ser
simplemente quien eres?
YG: Eh, ¿hola? El resto de los
protectores de la galaxia le saludan desde el templo de Coruscant. Los Jedi son
intrínsecamente importantes, gracias a todas cositas de la Fuerza que pueden
hacer.
LQB: ¿”Cositas de la Fuerza”?
YG: Acéptelo, Lan. Usted y los Jedi
tienen mucho más poder que el resto de nosotros, y es duro ser “normal” en la
galaxia. Tal vez nunca ha tenido que intentar buscar algo especial en usted
porque siempre ha sido un Jedi, y eso es lo bastante especial. Pero algunos de
nosotros tenemos que trabajar cada día para tratar de dar un sentido a nuestras
vidas, y...
El rostro de Yara se ha puesto de un rojo brillante. Evita mirar
en dirección al equipo de holo-grabación.
-Bueno, eso es interesante.
Maestro Lanius, ¿le importaría hacer algún comentario sobre el papel del Conde
Dooku en la organización separatista?
LQB: En realidad, no. Pero
preferiría responder a la Srta. Grugara, si no le importa.
-Si me importara, podría
limitarse a ondear la mano y hacer que me pareciera bien.
LQB: Pero no lo haría. Porque ser
sensible a la Fuerza y usar la Fuerza para tareas mundanas son dos cosas muy
distintas. Hay una percepción extendida de que los Jedi somos tan diferentes
del resto de criaturas vivas como los banthas lo son de los droides. Pero las
cosas no son así. Cada persona de la galaxia, cada ser vivo, es parte de la
Fuerza viva. Es una parte esenciar de cada uno de nosotros, y simplemente
resulta que los Jedi, y algunos otros, son capaces de sentir la Fuerza y pueden
usarla... y ser usados por ella. Los Jedi también buscan el sentido de su vida,
tal como la Srta. Grugara ha descrito por sus propias experiencias. Ser un Jedi
no es un objetivo final. Conozco Jedi que, en su juventud, no querían otra cosa
salvo ser Caballeros Jedi. Lo consiguieron, y entonces descubrieron que aún
tenían que encontrar cosas por las que luchar. Si consigues un objetivo –ya sea
ser Jedi o ser periodista- y luego no haces nada después, estás malgastando tu
vida. Los Jedi no somos estáticos. No nos quedamos sentados, una vez que
creamos nuestros sables de luz y nos vestimos nuestras túnicas, a esperar que
la galaxia nos trate con respeto. También buscamos un sentido, y aunque nuestra
propia búsqueda puede ser distinta de la de la Srta. Grugara –nosotros buscamos
comprender la voluntad de la Fuerza, mientras que ella busca ayudar a la gente-
tampoco hay tanta diferencia como inicialmente podamos sospechar. Porque la
voluntad de la Fuerza podría ser que la Srta. Grugara ayude a la gente.
”No puedo decir que la culpe por
su frustración. Los Jedi siempre han parecido ser remotos y apartados de la
población. Antes de que estallara la guerra ya éramos bastante escasos, de modo
que cuando uno o dos de nosotros aparecíamos en un planeta, éramos noticia.
Pero seguimos siendo quienes somos. Cada uno de nosotros –Jedi y no Jedi- sólo
puede ser una persona, y parte de ser esa persona es la búsqueda de nuestra
identidad única. Así que si usted se encuentra a sí misma a través del acto de
comunicar y ayudar a los demás, diría que como poco no es peor que ninguno de
los Jedi que he llegado a conocer, y probablemente sea mejor que un
considerable número de nosotros.
-Eso ha sido todo un discurso,
Maestro Lanius. ¿Cree que es buena idea admitir esa fragilidad en este tiempo
de crisis?
LQB: No es fragilidad. Nos
quebraríamos mucho más fácilmente si nos creyéramos invencibles, y, si nos
presentáramos como invencibles, daríamos muchos más ánimos a nuestros enemigos cada
vez que un Jedi cayera.
-Yara, parece que tienes algo
que decir.
YG: Lan, ¿se le permite tener citas?
LQB: ¿Disculpe?
-Y con esto, creo que deberíamos
concluir nuestra conversación. Me gustaría agradecer al Maestro Lanius y a Yara
Grugara su presencia con nosotros. Hasta la próxima...
***
En el pasado, el Maestro Lanius
Qel-Bertuk de la Academia Jedi de Almas ha sido tan amable de conceder
entrevistas con los medios de Cularin para debatir la “perspectiva Jedi” en los
asuntos que afectan al sistema. Aunque insiste en señalar que no habla por los
Jedi en su conjunto, es la voz que la mayoría de Cularin asocia con los Jedi, y
es el rostro que una “persona de la calle” cualquiera asocia con la Orden Jedi.
Ha pasado algún tiempo desde la última de esas entrevistas, y han cambiado
muchas cosas en torno al sistema. Los Jedi son más escasos de lo que eran, la
galaxia está en guerra, y el propio Cularin está siendo atacado. Si se añade
esto a un creciente nivel de críticas sobre cómo está funcionando la academia,
está claro que el Maestro Lanius tiene muchas cosas en mente.
Yara Grugara se sentó recientemente
con el Maestro para hablar de este y otros temas. Debido a la ocupada agenda de
Lanius, el encuentro tuvo lugar en su oficina, desde la que se ven los campos
de kaluthin que se extienden hacia el distante horizonte meridional de Almas.
Yara: Maestro Lanius, gracias por
aceptar reunirse conmigo.
Lanius asiente y sonríe. Ha envejecido notablemente desde su
anterior entrevista con Yara, pero parece estar alerta. Está sentado con las
manos entrelazadas sobre el escritorio. Yara está sentada frente a él al otro
lado del escritorio. Viste con un modesto atuendo gris, muy distinto de lo que
vestía en entrevistas anteriores.
Lanius: Me alegro de poder hacerlo.
Tiene usted buen aspecto.
Yara: (Reprimiendo su sonrojo) Gracias. Mire, antes de que empecemos...
mis productores, de forma algo cruel, me han hecho revisar las grabaciones de
nuestra última entrevista. Si le he ofendido de cualquier modo...
Ella se detiene cuando Lanius levanta la mano y niega con la
cabeza.
Lanius: Somos quienes somos. No
tiene nada de lo que disculparse.
Yara: Bueno, Yara vestía una túnica
Jedi de color púrpura.
Lanius: Violeta, si no recuerdo mal.
Y el corte no era del todo el adecuado para ser una túnica Jedi. En cualquier
caso, no veo dónde podría estar el problema. Los Jedi no tienen el monopolio de
la moda hortera.
Yara: (Parpadeando) Eso ha sonado como si
fuera una broma.
Lanius: Sólo en el sentido de que
pretendía ser gracioso, supongo. Después de todo, a los Jedi se nos permite
tener sentido del humor.
Parece que Yara necesita un instante para procesar esta
información. Vemos cómo una pregunta asoma en su rostro. ¿Se supone que los
Jedi pueden ser graciosos?
Yara: Bien. Así que la túnica no fue
un problema. También está el asunto de que Yara le llamó “Lan”.
Lanius: Cómo me llame usted no
cambia quien soy en el fondo. Si realmente me hubiera molestado que me llamara
“Lan”, le habría detenido. Después de todo, no es como si me estuviera llamando
“Darth Lan”.
Yara: Bueno, y luego estaba el...
bueno...
Lanius se recostó en su asiento con una media sonrisa. Parece
saber lo que viene a continuación.
Yara: Yara más o menos le pidió
salir. En una cita.
Lanius: (Suelta una risita) Me preguntó, si no recuerdo mal, si se me
permite tener citas. La respuesta a lo cual es no, como dejamos claro después
de que terminara la entrevista. Me sentí halagado, por supuesto. Usted es una
mujer admirable, que ha mostrado un gran crecimiento personal y profesional
durante el pasado año, y ciertamente siento un profundo afecto por usted.
Yara jadea. Lanius se da cuenta demasiado tarde de lo que ha
dicho.
Yara: ¿Ah, sí?
Lanius: En el sentido de que siento
un profundo afecto por todas las criaturas vivas. No es que usted no sea
especial y única... todos lo somos. Cada criatura es una parte crítica de la Fuerza
viva, y usted no lo es menos que cualquier otro. Estoy orgulloso de en quién se
ha convertido, del mismo modo que estoy orgulloso cuando veo cómo uno de
nuestros Padawans pasa las pruebas y se convierte en Caballero Jedi. He visto
sus emisiones. Yara se graduado en un nivel superior de empatía y comunicación.
Yara: Entonces, ¿significa eso que
acepta las disculpas de Yara?
Lanius: Como he dicho, no tiene nada
de lo que disculparse. Pero si eso le hace sentir mejor y así deja de referirse
a sí misma en tercera persona, con gusto aceptaré cualquier disculpa que ella
crea que necesite ofrecer.
Yara: Gracias. Bueno, hay mucho de
lo que hablar. ¿Comenzamos con las preguntas grandes o con las pequeñas?
Lanius: Comience por donde quiera.
Si tiene alguna pregunta que le preocupa que yo no quiera responder,
probablemente sea mejor que la suelte ahora.
Respirando profundamente, Yara comprueba la tableta de datos que
sostiene en su regazo. Fuerza una sonrisa y, sin levantar la mirada, lee la
pregunta que ha buscado en la tableta de datos.
Yara: Maestro Lanius, hay informes
acerca de que sus métodos pedagógicos han vuelto a ser puestos en tela de
juicio. Que las decisiones que se están tomando en la gestión del entrenamiento
de los jóvenes Jedi en Almas puede no reflejar la filosofía de la Orden Jedi en
su conjunto, y que al Templo Jedi de Coruscant han llegado diversas quejas
presentadas por Padawans a los que se pidió que abandonaran la academia, o que
decidieron hacerlo por propia voluntad porque ser un Jedi no es lo que
imaginaban que sería. ¿Qué respuesta tiene a esas afirmaciones?
Lanius se recuesta en su asiento, apoyando la barbilla sobre sus
dedos y mirando al techo por unos segundos. Entonces mira por la ventana que
conforma el muro sur de su oficina.
Lanius: He tenido esta conversación
muchas veces...
Yara: Si prefiere no contestar,
aceptaré un “Sin comentarios”.
Lanius: (Negando con la cabeza) No. “Sin comentarios” no es lo que la gente
de Cularin querrá escuchar. Si esta pregunta me llega a través de usted,
entonces significa que otras personas también quieren respuestas. Pero el
asunto es complicado... en varios niveles. (Se
pone en pie y camina hacia la ventana, entonces se encoge de hombros y
retrocede para apoyarse sobre su escritorio, a un metro de distancia de donde
está sentada Yara.) Supongo que mi primera respuesta es que no hay una
forma “correcta” de ser un Jedi, por lo que la idea de que pueda haber una
forma correcta de enseñar a alguien cómo ser un Jedi es extraña en sí misma.
Ser un Jedi consiste en aprender y seguir el código Jedi. Consiste en
comprender el papel que tenemos en la galaxia –no sólo los Jedi, sino todos
nosotros- y hacer lo que podamos para proteger la vida. Pero el código Jedi
está en el centro de quienes somos, y está en el centro de todas las enseñanzas
aquí en la academia. (Se aparta del
escritorio y comienza a caminar de un lado a otro, gesticulando, entrando
claramente en modo “conferencia”.) La cuestión que tenemos que preguntarnos
es si un único modelo puede realmente ajustarse a la diversidad de especies
representada tan sólo por los estudiantes presentes aquí, en Almas, o incluso
si tal modelo debería ajustarse a la fuerza, en caso de que existiera.
¿Queremos crear Jedi que sean todos iguales? ¿Queremos entrenar a nuestra nueva
generación de Jedi de tal modo que sus acciones sean predecibles? Y no, no
estoy diciendo que los Jedi seamos predecibles, o que el entrenamiento que yo
mismo –y otros- recibimos en Coruscant nos hiciera así. Nada más lejos. Pero si
adoptáramos un único modelo y usáramos ese modelo para entrenar a todos los
Jedi, ¿no sería fácil que así nos convirtiéramos en objetivo para la
exterminación? Incluso aquí no hay un único modelo. Están las clases, pero el
énfasis de cada alumno será distinto, y cómo se manifieste ese énfasis depende
de bajo la tutela de qué Caballeros estudia un Padawan, o con cuáles de ellos
sale de misión.
Yara: ¿Qué opina de las quejas? ¿O
de la idea de que alguien pudiera venir a Almas para evaluar la academia?
Lanius: ¿Puedo responder a esas
preguntas por separado? Acerca de las quejas, siempre las habrá. El camino de
los Jedi no es para todo el mundo. Algunos de los que comienzan el
entrenamiento descubren que no están bien capacitados para la Orden, y
persiguen otras direcciones en la vida. En otros casos, vemos que les falta la
disciplina o la personalidad requerida para ser un Caballero Jedi, y se les
anima a explorar otras opciones.
Yara: En otras palabras, se les
expulsa.
Lanius vuelve a hundirse en la silla acolchada tras su escritorio,
apoyando una vez más la barbilla en sus manos entrelazadas.
Lanius: Algunos de ellos sienten que
se les ha expulsado. Otros sienten que se les ha dado la oportunidad de hacer
algo distinto. La vida de un Jedi es muy restrictiva. No todo el mundo es feliz
haciendo lo que hacemos. No todo el mundo puede serlo. Y sí, alguno de aquellos
a los que se ha animado a abandonar la Orden, a dejar de seguir el camino de
los Jedi, albergan hacia nosotros –a menudo, hacia mí personalmente, ya que soy
yo quien toma la decisión final y la comunica a dichos Padawans- cierto
resquemor. Si se vuelven tan furiosos como para actuar contra nosotros, eso no
hace sino justificar la decisión que tomamos. Aún tengo que leer una queja
presentada contra la academia por un antiguo estudiante contrariado en la que
no quede evidenciado, por el contenido de la queja, por qué el estudiante no
logró convertirse en Caballero Jedi.
Yara: Estoy segura de que se da
cuenta de por qué algunos pueden encontrar que esa conducta es elitista o
condescendiente.
Lanius: Tal vez. Pedir a un Padawan
que abandone la Orden no es algo que haga a la ligera. Me mantengo en cada una
de tales decisiones de las que he sido parte. Si hay un modo de que un
individuo sensible a la Fuerza sea entrenado en las tradiciones Jedi, es mejor
que lo hagamos. El camino Jedi proporciona estructura y disciplina. Ayuda al
individuo en sintonía con la Fuerza a usar esa conexión de un modo responsable.
Sería imprudente entrenar de modo rutinario a los Padawans hasta alcanzar un
nivel dado y luego soltarlos en las calles, sin ningún apoyo posterior de los
Jedi. También sería insensato negarse a entrenar a individuos sensibles a la
Fuerza que pudieran ser capaces de ayudarnos en nuestra causa. ¿Comprende el
dilema al que nos enfrentamos?
Yara: Creo que sí. ¿Podría
aclararlo?
Lanius: (Inclinándose hacia delante) Es mi responsabilidad ayudar a
proteger la galaxia. Es lo que hago, como Jedi. El modo en que he elegido
hacerlo es entrenando más protectores... más Jedi. Lo mejor para nosotros es
que entrenemos a todo el mundo que podamos. Ese es un punto en el que el
Consejo y yo discrepamos. Ellos no creen en aceptar Padawans pasada cierta
edad. Yo creo que es más peligroso dejar que individuos que son sensibles a la
Fuerza encuentren su propio camino. Hay influencias presentes en la galaxia que
tomarían a esos individuos y los usarían, los doblegarían, los empujarían hacia
el lado oscuro.
”Por eso, con el permiso del
Consejo, decidí que esta academia sería más integradora. Aunque encontramos
maravillosos individuos que habrían sido pasados por alto si se siguiera el
modelo de entrenamiento más riguroso, también encontramos muchos que creían que
sería emocionante convertirse en Jedi, pero para los cuales ese estilo de vida
–por el motivo que sea- no es adecuado. Por un lado, creo que deberíamos
entrenar a todo el mundo que podamos. Esto parece especialmente cierto viendo
cuántos de mis colegas Jedi han perecido ya en las Guerras Clon. Pero por otro
lado, con este modelo, hay más individuos que abandonan a los Jedi con su
entrenamiento parcialmente incompleto. Sin embargo, creo que la mayoría de
ellos lo hace por su propia voluntad, y no alberga en su corazón ningún odio
hacia los Jedi.
Yara: ¿Qué piensa de la idea de una
comisión de evaluación o algo similar?
Lanius: Me gustaría pensar que, con
la guerra que está teniendo lugar, el Consejo tendría mejores usos para sus
recursos que enviar a alguien a Almas para evaluar nuestras operaciones. Hay
varias personas, incluido yo mismo, que realizamos informes regulares para el
Consejo. Me sorprendería que encontrasen algo lo bastante cuestionable como
para enviar personal aquí, dados los dolorosos problemas en otras partes de la
galaxia.
Yara: Esa última respuesta ha
sonado... bueno, diferente. ¿Más fría? ¿Sabe usted algo, Maestro Lanius?
Lanius: Sé muchas cosas. Pero
ninguna de ellas es especialmente pertinente al tema que nos ocupa.
Asintiendo con la cabeza, Yara continúa. Su tableta de datos
destella ante ella, y ella coloca la mano sobre la pantalla.
Yara: Recientemente han tenido en la
academia algunos cambios de personal. ¿Cómo son las cosas trabajando con la
Maestra Devan, y con el artesano duros, Felanil Baaks?
Una tensa sonrisa irónica asoma en la comisura de los labios de
Lanius.
Lanius: En primer lugar, si me
permite... Devan es una Maestro Jedi. Darle un género al término es algo que
ella encuentra inaceptable, y yo también. Eso sí, no estoy tratando de
controlar el lenguaje que usted usa. Sólo le digo cómo prefiere ella que se la
denomine. Dicho eso, la Maestro Devan es una de los mejores combatientes con
sable de luz que he conocido, desde un punto de vista defensivo. Si ella quiere
protegerse a sí misma o a alguna otra persona... esa persona quedará protegida.
Esto también le permite analizar mejor la defensa de sus oponentes, y encontrar
potenciales debilidades. Tiene reflejos rápidos y es tan diestra como cualquier
humano que he conocido. Más allá de eso, es bastante brillante. Ha tenido que
ocupar una posición difícil, tras la pérdida de Kirlocca, y lo ha hecho con
gracia, dignidad, y habilidad.
”En cuanto a Baaks, es uno de
los individuos más cautivadores con los que he hablado jamás, y diría que sabe
más que nadie en la galaxia acerca de construcción, historia y teoría de los
sables de luz. Tenerle en Almas nos hace más felices de lo que pudiera llegar a
expresar.
Yara: ¿Algún comentario acerca de la
guerra?
Lanius: Que acabe pronto, y que la
paz llegue de nuevo a la galaxia.
Yara: Bien dicho. Y con eso, creo
que acabamos de agotar mi tiempo con usted. Gracias por ser tan amable de
hablar conmigo. ¿Quiere decir unas últimas palabras?
Lanius: De hecho, sí. Unas palabras
para Cularin, y otras para usted.
Yara: ¿Para mí?
Lanius: (Ignorando la pregunta) Cularin, sé fuerte. El futuro está nublado.
No puedo decir qué nos traerán las Guerras Clon o a qué batallas nos
enfrentaremos en nuestros umbrales. Pero creo que la Fuerza nos guiará, y que
al final, si los héroes de Cularin continúan avanzando, Cularin perdurará.
Yara: ¿Para mí?
Lanius: (Con una sonrisa amable) Haga lo que es importante, pero no pierda
de vista quién es usted. No sienta que debe encajar con tanta perfección en el
molde del comunicador serio. Sea un comunicador serio, pero no deje de ser la
Yara Grugara que el pueblo de Cularin conoce y en la que confía.
Yara: No estoy segura de entenderlo.
Lanius: Sonría, Yara. Eso es lo que
quiero decir. La vida es seria, y necesitamos a aquellos que aún recuerdan cómo
tomársela a la ligera algunas veces. Necesitamos gente que no tenga miedo de
decir lo que debe decirse. Necesitamos gente que pueda llamar “Lan” a un
Maestro Jedi.
Fundido a negro.
***
En el pasado, el Maestro Lanius
Qel-Bertuk de la Academia de Almas ha accedido a varias entrevistas con los
medios de Cularin. Esas entrevistas han ido desde lo estrambótico hasta lo
pedagógico, y gran parte del tono de las mismas se debió a la persona que
realizaba la entrevista. El Maestro Lanius, por su parte, siempre permanece
como la imagen de la compostura, el educador serio-pero-amable que se toma las
vidas de sus pupilos -y del resto de la galaxia- realmente muy en serio.
La persona sentada frente a él
en esta ocasión es la misma que realizó las dos últimas entrevistas con él: la
mismísima Yara Grugara de Cularin. La cobertura de Yara sobre el conflicto
thaereiano, así como sus continuas editoriales sobre el conjunto del esfuerzo
bélico, han comenzado a hacerle ganar reconocimiento en toda la galaxia.
Incluso existen rumores de que recientemente un sindicato de noticias de
Coruscant ha realizado ofertas a la antigua presentadora de “El Ojo de Cularin”,
aunque hasta ahora no se ha efectuado ningún anuncio.
La situación en Cularin, y en la
galaxia en su conjunto, es muy diferente que la última vez que estas dos
personas hablaron. Aunque hay otra importante diferencia con este encuentro. Cuando
las holocámaras comienzan a zumbar, Yara comprueba su tableta de datos, respira
profundamente, y comienza a hablar.
Yara: Amigos, os habla Yara Grugara.
Estoy en la oficina del Maestro Jedi Lanius Qel-Bertuk en Almas. Maestro
Lanius, gracias por invitarme hoy aquí.
Lanius: (Con una inclinación de cabeza) Siempre es un placer.
Yara: Debo decir que esto ha sido
toda una sorpresa. Normalmente, soy yo quien debe contactar con las
personalidades importantes de Cularin. Pero esta vez, ha sido usted quien ha
contactado directamente con mi oficina. ¿Me equivoco si deduzco que tiene algunos
temas específicos de los que quiere hablar? ¿Le importaría responder a alguna
pregunta más cuando haya acabado con sus propios temas?
Lanius sonríe. Es una sonrisa cansada, acentuada por las dos
medias lunas oscuras que cuelgan bajo sus ojos. Descansa la barbilla sobre la
punta de los dedos e inclina la cabeza.
Lanius: No. Y no. Aunque supongo que
sería apropiado que usted realice si lo desea algún comentario preliminar. Después
de todo, el programa es suyo.
Yara: ¿Preliminar? Es difícil saber
por dónde empezar, con todo lo que está pasando. Ha sido un año ajetreado.
Podríamos hablar de Thaere, podríamos hablar de Nirama, podríamos hablar sobre
las maniobras políticas locales, o los Creyentes, o sobre cualquier otra cosa.
Pero nuestros espectadores ya se han mantenido informados de todos esos temas,
así que supongo que el tema por el que me gustaría empezar –si no le importa-
es simplemente este: ¿Qué le pasa por la cabeza?
Lanius vuelve a inclinar la cabeza, y luego se recuesta en su asiento
y entrelaza los dedos antes de posarlos sobre su pecho.
Lanius: Todo eso. Todo eso y más.
Supongo que lo que realmente quiero hacer es asegurar al pueblo de Cularin de
que los Jedi no vamos a abandonarlos. Y decirles que lamentamos profundamente
cualquier pérdida ocasionada como resultado del droide que fue enviado aquí
para darnos caza. Nos ocupamos del problema de la forma más adecuada que
pudimos, y estamos agradecidos a la Milicia de Cularin por su papel vital a la
hora de resolver la situación. Sin individuos como el Comandante Starmine, es
improbable que ni siquiera el más capaz de nuestros Jedi pudiera haberlo
logrado.
Yara: Se oye hablar a menudo de los “héroes
de Cularin”. Tenemos muchos, ¿no es así?
Lanius: Desde luego. Habría sido muy
fácil que la gente de Cularin cayera en la trampa que parece haber asolado gran
parte de la galaxia. Pero no lo hicieron.
Yara: (Claramente confusa) ¿Trampa? ¿Qué trampa?
Lanius suspira.
Lanius: Puede que no haya un modo
diplomático de decir esto. De hecho, probablemente no lo haya. Así que supongo
que bastará con decirlo sin más. La trampa es esperar demasiado de los Jedi.
Amamos y protegemos la galaxia, pero somos pocos, y la galaxia grande. He
viajado –en mi juventud, viajé bastante- y he visto mundos donde cuando
cualquier cosa iba mal, los ciudadanos contactaban con Coruscant y solicitaban
una presencia Jedi. Nunca he visto eso en Cularin. La gente –contables,
bibliotecarios, mecánicos, pilotos- han estado dispuestos a dar un paso
adelante cuando ha aparecido un peligro. No han esperado a que otra persona se
ocupase de sus problemas. Ellos mismos se han ocupado de ellos. Lo que es
bueno. Me da esperanza.
Yara: ¿Podría explicarse? Hace que
parece que, si la gente no hubiera estado dispuesta a hacer lo que debía
hacerse, podría faltarle la esperanza. ¿Habría sido tan malo si hubiéramos contado
con los Jedi?
Lanius: ¿Malo? Tal vez. La gente
necesita contar consigo misma. Si otra persona está luchando tus batallas por
ti, protegiéndote, ¿qué ocurre si un día miras a tu alrededor y no están allí?
Ahora es Yara quien frunce el ceño. Comprueba su tableta de datos.
Yara: ¿Tiene esto algo que ver con
los ejércitos clon y esa opinión cuestionable que fue publicada recientemente
en la holored?
Lanius: (Confuso) ¿Disculpe? No leo muy a menudo la mayoría de los foros
públicos. Si no viene de alguna de las principales organizaciones de noticias,
puede que no lo haya escuchado. Estoy muy ocupado, ¿sabe?
Yara: Sólo estoy tratando de
comprender a qué se refiere. Acerca de protegernos a nosotros mismos. ¿Es
alguna cosa de la Fuerza? ¿Sabe usted algo que el resto de nosotros
desconozcamos?
Lanius: Nada relevante, estoy
seguro. No sé qué nos deparará el futuro. Solía creer que lo sabía, pero, para
todos nosotros, el futuro está nublado.
Yara: ¡Suena tan “Jedi” cuando dice
eso!
Entonces se da cuenta de lo que acaba de salid de su boca y se
ruboriza. Lanius levanta una ceja.
Lanius: Bueno, hay una razón para
ello...
Yara: (Arreglándose innecesariamente el cabello) Bueno, volvamos al tema.
Está orgulloso de la gente de Cularin.
Lanius: No es que eso debiera importarles,
pero sí. Lo estoy. Por toda la galaxia hay sistemas estelares donde se ha
estado luchando esta guerra, donde los lugareños han hecho todo lo que podían
por mantenerse al margen. El pueblo de Cularin ha estado tan dispuesto a luchar
por lo que creía como los wookiees de Kashyyyk, y más dispuesto que decenas de
otros sistemas que podría nombrar. Esta academia ha prosperado gracias al
pueblo de Cularin... no al revés.
Yara: Pero ahora al menos las cosas
deberían estar calmándose. Parece que nuestra guerra –lo que localmente se ha
dado en llamar el “Conflicto Thaereiano”- está cerca de finalizar. Y el resto
de la galaxia tampoco puede permanecer mucho más tiempo en guerra, ¿no?
Lanius: Eso es algo que no puedo
responder. Sé que parece que las cosas parecen estar calmándose, volviendo al
algo parecido a la “normalidad”. ¿Pero cuándo algo ha sido “normal” en Cularin?
Somos un lugar excepcional, en una época excepcional. Una fortaleza Sith, una
academia Jedi, guerras entre contrabandistas, al menos dos grupos distintos que
veneran el lado oscuro de la Fuerza, y el habitual grupo de criminales y
descontentos, por no hablar de las amenazas económicas de aquellos que
explotarían nuestros recursos naturales. No hay tiempo para la complacencia.
Los héroes no se retiran, sino que...
Aparta la mirada.
Yara: ¿Mueren?
Él vuelve a mirarla.
Lanius: Eso no es lo que iba a
decir.
Yara: Pero lo hacen. Eso es lo que
crea a un héroe; el sacrificio glorioso. ¿No es así?
Lanius se inclina hacia delante. Sus ojos tienen la mirada de un
hombre que ha pensado mucho acerca de la pregunta que se le plantea... tal vez
demasiado.
Lanius: (Entrando en su estado de conferenciante) Ser un héroe no consiste
en cómo mueres. Consiste en cómo vives. Tenemos muchos héroes en Cularin... la
mayoría de ellos, afortunadamente, siguen viviendo. Estar vivos no hace que sus
acciones sean menos heroicas. Y tener a la vista el final de nuestro conflicto
local no elimina para ninguno de nosotros la responsabilidad de proteger
nuestros hogares. El heroísmo no termina sólo porque no haya nadie tratando de
hacer volar tu planeta.
Yara: ¿Quién está tratando de hacer
volar un planeta?
Lanius: (Un poco alterado) No estoy seguro de dónde ha venido eso. Nadie
está tratando de volar un planeta... no que yo sepa. Era solo un ejemplo.
Probablemente desafortunado. No importa si alguien está tratando de hacer volar
una nave, una ciudad, o un planeta. Siempre ha habido amenazas. Siempre habrá
amenazas. Algunas serán más mundanas que otras, pero en última instancia cada
acción debe tomarse con el bien mayor en mente. Cada acción. El pueblo de
Cularin no puede volverse complaciente; aún quedan demasiadas amenazas sueltas.
Yara: (Frunciendo el ceño) ¿Está seguro de que no sabe algo que el resto
de nosotros debamos saber?
Lanius: (Con una sonrisa triste) No habría elegido el camino de un educador
si no lo creyera. Pero ahora no es el momento de esa lección en particular.
Supongo que podemos continuar con cualquier pregunta que quiera hacerme. Ya he
dicho lo que necesitaba saber.
A partir de aquí, la entrevista
continuó; la transcripción completa está disponible en varias ubicaciones de la
holored de Cularin.
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