viernes, 7 de mayo de 2010

Ylesia (XV)

Maal Lah soltó un rugido de triunfo cuando los cazas que patrullaban aceleraron súbitamente y apuntaron con sus morros al cielo. La llegada de una flota yuuzhan vong les había dado a los infieles cosas mejores que hacer que el surcar el aire sobre la Ciudad de la Paz.
Era tiempo para enfrentarse al enemigo, pero Maal Lah sabía que la batalla estaba perdida en el centro de la ciudad. No serviría de nada reforzar el fracaso de la Brigada de la Paz.
Otro curso de acción era recomendable. El comandante también sabía donde estaban actualmente las fuerzas de la Nueva República. Sabía que, eventualmente, tendrían que retirarse a sus de desembarco fuera de la ciudad.
Haría su matanza entre estos dos lugares. Y, convenientemente, los establos de los quednak estaban cercanos.
Llamó a través del villip de hombro que comunicaba con sus guerreros.
—¡Nuestra hora ha llegado! —dijo—. ¡Avanzaremos para enfrentarnos al enemigo!

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