Donde las dan…
Rick D. Stuart
Toc, toc.
El primer indicio de que las cosas iban
terriblemente mal fue una explosión de termita que arrancó la puerta del hotel
de su marco, lanzándola hasta la siguiente habitación. El acto reflejo de echar
mano al bláster que tenía en la mesilla de noche dio como resultado que un
abrasador destello de fuego bláster alcanzase la muñeca izquierda de Brahle. A
partir de entonces, las cosas dieron un definitivo giro a peor, cuando tropas
acorazadas luciendo el emblema de tres estrellas de los Guardias del Sector
rodearon el colchón de flotación.
Conforme más y más figuras se apiñaban en la
habitación, Brahle pensó para sí mismo que la potencia de fuego total que se
encontraba en ese reducido espacio era suficiente para mantener a raya a un pelotón
de soldados de asalto.
Y todo por
mí.
-Brahle Logris, quedas arrestado por los delitos de
asesinato e intento de asesinato. Cualquier negativa a obedecer mis órdenes
concretas será interpretada como un acto de resistencia armada. Si te resistes,
se te disparará. ¿Lo has entendido?
Logris se derrumbó y dejó escapar un largo suspiro.
-¡Supongo que esto significa que esta noche no
podré ver las eliminatorias de G-cero, después de todo!
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