Decían que no se podía
Rick D. Stuart
-Y te digo que el mejor esclavista por estos lares
es el viejo Seland’Ir. Bueno, claro que voy a decirte por qué, siempre que me
invites a un trago... Buen chico...
”Recordarás hace un tiempo cuando esa estrella de
holovídeos... cómo se llamaba... ah, sí, Janissa Locrin... Cómo desapareció y
el holo-estudio terminó pagando seis millones de créditos para recuperarla.
Pues bien, ¿quién crees que planeó esa pequeña travesura...?
”Claro que estoy seguro. Por supuesto, te diré cómo
lo hizo. Oye, ponme un trago para refrescar la memoria, ¿quieres? En primer
lugar, Seland’Ir encuentra a un manitas que le pudo proporcionar una copia de
los planos de construcción de la finca privada de Janissa. ¡Si lo sé, es porque
yo estaba allí, claro! Escucha.
”Seland’Ir echa un vistazo a los planos, ¿sabes?, y
poco después sabe exactamente lo que hay que hacer. No hay nada que Seland’Ir
no tenga en cuenta, vaya. Así es como lo llevamos a cabo: en primer lugar, a
primera hora de la mañana nos acercamos como a escondidas. Fase uno, llenamos
las inmediaciones con cargas explosivas de microtón. Usamos pequeñas
granadas-cohete para diseminarlas por todo el perímetro. Estaban cableadas con
espoletas retardadas para que todas estallasen al mismo tiempo. No son lo
bastante grandes como para causar daños reales, pero activan todos los sensores
de movimiento del perímetro al mismo tiempo. Los peleles de seguridad del
interior no saben lo que está pasando...
”Gracias, tomaré uno de esos. Tabernero, traiga
otra ronda...
”Ahora, no intentamos forzar una puerta. Esas cosas
eran de duranio reforzado. No es necesario. Pasamos por encima con garfios de
escalada asistidos con cohetes. ¡Sí, lo sé, había bestias guardianas
devaronianas acechando por todo el lugar! ¿Cómo sabías tú eso? Oh, sí, bueno,
Seland’Ir también se lo había imaginado. Todos teníamos emisores ultrasónicos.
Los activamos y los arrojamos delante de nosotros al descender el muro. A
nosotros no nos hizo ningún daño, pero deberías haber escuchado cómo esas
bestias gemían y lloraban. Debió de darles un terrible dolor de cabeza.
”Seland’Ir había untado a alguien de la industria,
alguien en el interior. Ese alguien consiguió una prenda de ropa que Janissa
había llevado en su última toma. De algún modo, nuestros chicos consiguieron
sacar de ahí una muestra de ADN. Cuando entramos, tenía activado el rastreador,
configurado con su patrón genético. ¡Usamos eso para localizarla más rápido que
un rayo!
”Oye, se me está secando un poco la garganta, muchas
gracias...
”Así que la localizamos arriba, en el tercer piso.
Yo y el resto del equipo de Zjek trepamos mano sobre mano por el muro exterior.
Mientras tanto, los equipos de Heksa y Sujir disponen agentes anti-persona por
todo el patio. Un par de nuestros chicos tienen lanzallamas y algunos de esos
compuestos bioquímicos son bastante delicados. Terminamos incendiando todo el
patio. El calor mantuvo dentro también a los droides.
”Hablando de droides, Seland’Ir supuso que Janissa
tendría su propia guardia droide junto a ella, y en efecto, en cuanto Fenrij
abre la ventana de un disparo, ese pequeño Mark 65 le chamusca la nariz desde
dentro de la habitación. Bueno, pues antes de que saliéramos Seland’Ir se
aseguró de tener una charla con nosotros y decirnos qué hacer en caso de que
nos encontráramos con uno de esos hojalatas. Dijo: “¡Rendíos!”
”Sé que parece una locura, ¡pero eso solamente demuestra
lo astuto que es en realidad ese viejo esclavista verpine! Mira, los droides no
son ni de lejos tan listos. Están preparados y dispuestos para defender a sus
propietarios si hay una buena pelea, pero no se esperan que alguien aparezca y
se rinda sin recibir antes ninguna herida. Y desde luego no están programados
para comprobar que no hay engaños, analizando al mismo tiempo un puñado de
señales más. Fenrij siempre fue un buen mentiroso.
”En cualquier caso, tan pronto como ve el droide,
arroja su bláster al suelo y entra, gritando “me rindo, me rindo” tan fuerte
como le permiten sus pulmones. Ese estúpido cubo de tuercas se queda ahí
quieto, pensando en ello, a menos de tres metros de distancia. Entonces, Fen’
se adentra un par de pasos, con los brazos en alto, ¿sabes?, y acto seguido ese
droide comienza a crepitar, a lanzar chispas y le estalla la cabeza...
”Eso es porque llevábamos Trajes-E, tal y como
Seland’Ir dijo que debíamos hacer. La carga electrostática generada por los
propios impulsos eléctricos del droide a esa escasa distancia causó una sobrecarga.
”Gracias, tomaré otro de esos. Se me olvidaba
hablarte de Keshid. Keshid no tuvo tanta suerte. Keshid entró por la ventana
justo cuando el droide se desplomaba ante él. Esto atrae su atención demasiado
tiempo. La damita ve que su droide mascota se derrumba, ¿sabes?, saca un
pequeño bláster de mano y dispara a Kesh’ en la pierna. ¡Un tanto para ella!
Uno es todo lo que obtuvo. Fen y yo lanzamos una red de captura y eso, como
suele decirse, fue todo.
”Claro, ya sé que el lugar estaba rodeado de
jungla. Costaría una semana abrirse camino para escapar, llevando a la damita a
cuestas y todo eso. ¿Cómo puedes...? Ah, sí, has visto imágenes en las noticias,
claro. Bueno, eso realmente demuestra lo astuto que es el viejo Seland’Ir. No
tuvimos que andar vagando por ninguna jungla. Ese viejo mentiroso había pensado
en todo. Tan pronto como conseguimos entrar, el equipo de Sujir sube al tejado
y nos prepara el invento. Para cuando subimos allí, tienen una cápsula de
bloque preparada esperando.
”¡Sapor, otra ronda!
”¿Una cápsula de bloque? No es mucho más que un
pequeño ataúd de aleación metálica con un pequeño impulsor. Genial para echar
la basura al jardín del vecino. Tiene un alcance de unos doscientos metros.
Pero es todo lo que necesitábamos. En cuanto llegamos arriba, Greko envía la
señal de recogida. Seland’Ir no nos dejó en la estacada. Para cuando introdujimos
a la bella durmiente en la cápsula, ya veíamos la lanzadera en el horizonte. Le
dimos un par de segundos para que estuviera a la distancia adecuada y
entonces... ¡zas! ¡Arriba con ella! Directa al cielo, tal vez un par de
centenares de metros, subiendo por encima de los muros hasta que el impulsor se
apaga. Pero no hay problema, porque entonces la lanzadera ya está rugiendo
encima y usa un rayo tractor para agarrarla y llevarla a bordo. Todo el asunto
no duró más de un minuto.
”¿Nosotros? ¡Después de eso nos rendimos!
¡Claaaroo, claro que tiene sentido! Y mira, eso es justo lo que Seland’Ir había
previsto. Mira, nadie había salido realmente herido, y en realidad a nadie le
importan unos pocos droides. El estudio sabía que si presentaba cargos nunca
volvería a ver a su pequeña holoestrella. Probablemente supusieron que ya
teníamos algún cliente esperando a quedarse con ella. Así que nadie llama a las
autoridades, nadie presenta ningún cargo, y tenemos vía libre de vuelta a la
ciudad mientras concluyen las negociaciones. O sea que, ¿trabajamos para el
esclavista más astuto de estos lares o qué?
-Debo admitir, Iquar, que tu jefe es un tipo listo.
Quiero darte las gracias por contarme todo esto. De hecho, ni siquiera
estábamos seguros de que Seland’Ir estuviera involucrado en este secuestro en
particular hasta ahora mismo. Has sido de gran ayuda. De hecho, la conversación
que acabamos de grabar será un gran paso para encarcelar a tu jefe de una vez
por todas.
-... Eh, pero, ¿quién te crees que eres?
-Iquar, quedas arrestado por trata de esclavos y
secuestro, y probablemente un puñado de cargos más una vez estemos en la
central. Acompáñame en silencio.
-¡Vigilantes del Sector! Maldita sea mi suerte. Oh,
bueno. Supongo que el gremio me sacará pronto de esta. Oye, ¿puedo terminarme la
copa antes?
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