No tuve ninguna posibilidad
Rick D. Stuart
Eran hábiles, eso tengo que reconocerlo. Sabían que
tenía un droide de seguridad a bordo, así que tuvieron que encontrar un modo de
sortear al viejo D-Mot. Así que uno de ellos crea una imagen holográfica mía.
Supongo que usaron un traje de suplantación; ya saben, uno de esos proyectores
de holovídeo tridimensional miniaturizados que a veces tienen los
cazarrecompensas. Entonces, a última hora de esta mañana dos de ellos llegan
tambaleándose a la rampa con lo que parece ser mi figura arrastrándose entre
los dos. Comienzan a golpear la compuerta, con la mayor desvergüenza. Convencen
al viejo D-Mot de que estoy borracho como un fengrill lucrusiano y de que ellos
me están ayudando a volver a casa.
Bueno, D-Mot es un droide bastante lúcido, pero
está programado para saltarse ciertas funciones de seguridad si cree que estoy
en peligro. Bueno, para abreviar, consiguieron entrar y desactivar a D-Mot.
Ahora imaginen mi sorpresa cuando llego a casa esta mañana, cargado de regalos
para los niños. Tecleo mi código de acceso, la escotilla se abre, y ahí estoy
yo, ¡mirándome a mí mismo cara a cara! En el tiempo que me costó darme cuenta
de lo que había pasado, ya tenían mi bláster y todo fue cuesta abajo a partir
de ahí. A decir verdad, no tuve ninguna posibilidad...
-Fragmento de la declaración oficial
tomada al capitán Raquid Krev,
del carguero Lexus Primal
No hay comentarios:
Publicar un comentario