jueves, 20 de agosto de 2009

El honor de los Jedi (22)

22
Luke activa su micro de garganta.
-Gideon, cubre mi flanco de babor. Viraré hacia el TIE de estribor cuando nos acerquemos a media distancia. ¿Lo has entendido?
-Sip. No te preocupes por nada, hijo.
Luke desactiva su micro de garganta y devuelve su atención a su computadora de objetivo. A pesar de la seguridad de Gideon, Luke tiene el estómago incómodamente revuelto. Incluso con la superioridad de su ala-X sobre los cazas TIE, las probabilidades están en su contra. Debe destruir rápidamente al menos a dos imperiales, o la fuerza de TIEs pronto le derribará.
Cuatro ráfagas de energía brotan de los TIEs, muriendo bastante por delante del ala-X. Luke hace una mueca; los pilotos imperiales están siendo poco cuidadosos. A esa distancia, deberían estar apuntando, no disparando. Por su parte, él continúa reteniendo el fuego, confirmando ocasionalmente las coordenadas de objetivo de forma visual. Ahora los TIEs parecen ser pequeñas bolas con dos alas y una cola ardiente. Le recuerdan a Luke las abejas de fuego de las junglas de la luna de Yavin; las mismas que acosaron a Wedge aquella vez que salieron a escondidas...
Los TIEs vuelven a disparar. Esta vez, Luke puede identificar claramente dos disparos viniendo de los cañones láser dobles de cada caza. Los rayos explotaron por todo alrededor del ala-X, agitándolo como una balsa en el mar. ¡Los cazas imperiales han llegado a su alcance medio!
Luke vira bruscamente el ala-X a estribor, acelerando a la máxima potencia. Su objetivo es presa del pánico y comienza a disparar a ciegas; Luke tranquilamente incrementa la potencia en sus escudos deflectores delanteros. Los otros TIEs dudan antes de responder a su maniobra, inseguros del alcance de la amenaza que ofrece la nave minera que protege el flanco de Luke.
A pesar del ansia de disparar, Luke mantiene su dedo fuera del gatillo. Cree en la concentración, no en la simple potencia de fuego. Cuando su computadora consiga un bloqueo en el blanco, entonces descargará sus armas, ni un momento antes. El TIE, por otra parte, sólo muestra la suficiente disciplina para mantener la formación. El piloto sigue disparando a ciegas, convirtiendo el vacío frente a Luke en una tormenta de feroces nubes. Aunque la tempestad golpea los escudos de Luke, ningún disparo tiene la suficiente puntería para causarle ningún daño.
Finalmente, Luke consigue un bloqueo sobre su objetivo. Aprieta el gatillo y cuatro disparos surgen destellando desde sus cañones láser enlazados. Los rayos de energía se reúnen justo a babor del TIE, estallando en una magnífica llamarada roja. El TIE se estremece salvajemente, y luego cae en un salvaje picado en espiral, sin preocuparse ya por la formación. Luke gruñe ante su poco atinado disparo y le sigue con sus cañones láser disparando.
Mientras tanto, los otros TIEs deciden por fin ayudar a su compañero. Para cuando giran, Luke ya está persiguiendo a su objetivo en un picado salvaje. Cuando los TIEs cruzan el camino de Gideon, las baterías de aspecto tan poco amenazador de la nave minera descargan una andanada sorprendentemente agresiva. Una línea de feroces nubes estalla siguiendo un patrón de cien metros de largo en la parte inferior del diamante de TIEs.
Cuando el huracán se desvanece, los tres TIEs siguen persiguiendo a Luke. Su posición súbitamente precaria no se le escapa.
-¿A eso lo llamas fuego de cobertura? -exclama el piloto rebelde. Los primeros disparos de sus perseguidores pasan destellando junto a la cabina. Vuelve a disparar sus propias armas. Esta vez, el objetivo destella brillantemente por un instante, y luego se disuelve en un millón de astillas relucientes.
-Lo siento, estoy un pelín oxidado -responde Gideon-. Te están empujando fuera de mi alcance. ¡Media vuelta!
Luke considera su situación. Si se vuelve, deberá enfrentarse a tres cazas enemigos cara a cara. Por otra parte, si continúa en su actual dirección, podría ser capaz o no de dejar atrás a sus perseguidores, pero al menos no se estará enfrentando a ellos con todas sus fuerzas. Por supuesto, escapar le dejaría fuera del alcance de Gideon, y más allá de cualquier esperanza de ayuda. La pregunta era cuánta ayuda podía esperar de un viejo y una destartalada nave minera.

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