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-En marcha –dice Luke, volviendo a ocupar su asiento.
Gideon acelera y el buggy de supervisión pasa de largo la videopantalla parpadeante. En cuestión de segundos, se mueven a toda velocidad por el pasadizo. El rugido aumenta en volumen, y la brisa cobra más fuerza a cada metro que avanzan.
De pronto, Luke se da cuenta de que Gideon está conduciendo imprudentemente rápido; el suelo se desliza por el rayo de luz de su linterna a tal velocidad que apenas es un borrón.
-¿A qué viene tanta prisa¿ -pregunta Luke.
-No hay ninguna prisa –responde Gideon.
-¿Entonces por qué estás acelerando tanto?
-¿Quién acelera? –pregunta Gideon-. Estoy en marcha atrás. Están tirando de nosotros.
-¿Qué? –grita Luke.
Gideon no tiene ocasión de responder. El pasadizo se abre súbitamente en una caja cuadrada de duradero.
-¡Saltad! –exclama Gideon, arrojándose desde el asiento del conductor.
Cae directamente hacia arriba, agitando enloquecidamente los brazos al intentar agarrarse a algo para sujetarse. Luke siente que el tractor se desploma bajo él. Mira hacia abajo justo a tiempo para ver cómo se estrella contra un muro de acero. Sale rebotado del muro, luego comienza a desplomarse lentamente al fondo de la caja. La camilla de Dena permanece sujeta al banco de la parte trasera.
Luke siente que el corazón se le cae a la boca del estómago. Si no está muerta ya, los tumbos que estaba dando el tractor están golpeando a Dena hasta la muerte ante sus ojos. Él no puede ayudarla porque se encuentra cayendo HACIA ARRIBA en un pozo.
Aunque se da cuenta de que su vida está en peligro, el miedo no molesta a Luke. En cambio, está furioso… furioso con Sebastian Parnell por atacar el complejo de los Tredway, furioso con las tropas de asalto por perseguir a Dena bajo tierra, y, sobre todo, furioso consigo mismo por permitir que muriera.
Pequeñas piezas del tractor comienzan a subir. Para Luke, su situación es dolorosamente clara. Definitivamente han encontrado uno de los pozos de ventilación. Sus poderosos ventiladores están superando la débil gravedad del asteroide y haciendo ascender a Luke y sus amigos por el pozo.
Luke ya no ve el fondo. La luz de Gideon continúa dando tumbos a pocos metros sobre su cabeza, y ocasionalmente puede ver fugazmente a Sidney dando vueltas bajo él. Aparte de eso, el pozo está completamente a oscuras.
Aunque su comunicador todavía funciona, Luke desearía poder desactivarlo. Tanto Sidney como Gideon estaban gritando a pleno pulmón, pero él no puede distinguir ninguna palabra. El rugido del ventilador casi supera en potencia sus gritos. Luke espera que pronto lo haga… no puede pensar con claridad con esos gritos desesperados pidiendo auxilio.
La situación podría parecer cómica su Luke no supiera lo que les esperaba en lo alto del pozo. Las hojas del ventilador tienen con seguridad más de dos metros de largo, y deben girar a varios miles de revoluciones por minuto. Cuando pasen por el plano de las hojas… bueno, nadie tendrá que preocuparse por recuperar los restos.
Luke y Sidney tienen una pequeña oportunidad de sobrevivir, pero Gideon está más allá de cualquier ayuda. Luke desengancha su sable de luz y lo activa, sujetando la hoja de energía directamente sobre su cabeza… en la dirección que espera que sea arriba.
Para su sorpresa, sólo tiene segundos para observar su plan. Súbitamente la estática reemplaza los gritos de Gideon. Siente que algo impacta en la hoja de energía de su sable. Llueven chispas sobre su cabeza y varios choques ensordecedores resuenan en los muros invisibles.
Luke cambia de dirección; ahora vuela perpendicularmente al suelo. Su plan ha funcionado... ¡ha cortado las hojas del ventilador! Un instante después, sale disparado a un túnel bien iluminado. Una inmensa reja de duradero bloquea el camino más adelante. Está en el sistema de filtrado.
Luke choca contra la pesada red de duradero con un estremecedor golpe. La succión del pozo uno lo estampa contra la reja, y siente que está a punto de perder el conocimiento. Tanto el cuerpo como la cabeza le duelen terriblemente, y está demasiado débil para abrirse paso fuera de la reja. Conforme su visión se desvanece, se pregunta cuánto tardaran los ventiladores en quedarse sin combustible. ¿Horas? ¿Años? Hasta entonces, teme que está ahí atascado como un ala-aguijón aplastado en un parabrisas.
La situación no es tan mala como Luke teme. Al tiempo, recobrará el conocimiento y saldrá arrastrándose de la reja, pero no estará en condiciones de continuar esta aventura. Vuelve a la sección uno y prueba de nuevo.
-En marcha –dice Luke, volviendo a ocupar su asiento.
Gideon acelera y el buggy de supervisión pasa de largo la videopantalla parpadeante. En cuestión de segundos, se mueven a toda velocidad por el pasadizo. El rugido aumenta en volumen, y la brisa cobra más fuerza a cada metro que avanzan.
De pronto, Luke se da cuenta de que Gideon está conduciendo imprudentemente rápido; el suelo se desliza por el rayo de luz de su linterna a tal velocidad que apenas es un borrón.
-¿A qué viene tanta prisa¿ -pregunta Luke.
-No hay ninguna prisa –responde Gideon.
-¿Entonces por qué estás acelerando tanto?
-¿Quién acelera? –pregunta Gideon-. Estoy en marcha atrás. Están tirando de nosotros.
-¿Qué? –grita Luke.
Gideon no tiene ocasión de responder. El pasadizo se abre súbitamente en una caja cuadrada de duradero.
-¡Saltad! –exclama Gideon, arrojándose desde el asiento del conductor.
Cae directamente hacia arriba, agitando enloquecidamente los brazos al intentar agarrarse a algo para sujetarse. Luke siente que el tractor se desploma bajo él. Mira hacia abajo justo a tiempo para ver cómo se estrella contra un muro de acero. Sale rebotado del muro, luego comienza a desplomarse lentamente al fondo de la caja. La camilla de Dena permanece sujeta al banco de la parte trasera.
Luke siente que el corazón se le cae a la boca del estómago. Si no está muerta ya, los tumbos que estaba dando el tractor están golpeando a Dena hasta la muerte ante sus ojos. Él no puede ayudarla porque se encuentra cayendo HACIA ARRIBA en un pozo.
Aunque se da cuenta de que su vida está en peligro, el miedo no molesta a Luke. En cambio, está furioso… furioso con Sebastian Parnell por atacar el complejo de los Tredway, furioso con las tropas de asalto por perseguir a Dena bajo tierra, y, sobre todo, furioso consigo mismo por permitir que muriera.
Pequeñas piezas del tractor comienzan a subir. Para Luke, su situación es dolorosamente clara. Definitivamente han encontrado uno de los pozos de ventilación. Sus poderosos ventiladores están superando la débil gravedad del asteroide y haciendo ascender a Luke y sus amigos por el pozo.
Luke ya no ve el fondo. La luz de Gideon continúa dando tumbos a pocos metros sobre su cabeza, y ocasionalmente puede ver fugazmente a Sidney dando vueltas bajo él. Aparte de eso, el pozo está completamente a oscuras.
Aunque su comunicador todavía funciona, Luke desearía poder desactivarlo. Tanto Sidney como Gideon estaban gritando a pleno pulmón, pero él no puede distinguir ninguna palabra. El rugido del ventilador casi supera en potencia sus gritos. Luke espera que pronto lo haga… no puede pensar con claridad con esos gritos desesperados pidiendo auxilio.
La situación podría parecer cómica su Luke no supiera lo que les esperaba en lo alto del pozo. Las hojas del ventilador tienen con seguridad más de dos metros de largo, y deben girar a varios miles de revoluciones por minuto. Cuando pasen por el plano de las hojas… bueno, nadie tendrá que preocuparse por recuperar los restos.
Luke y Sidney tienen una pequeña oportunidad de sobrevivir, pero Gideon está más allá de cualquier ayuda. Luke desengancha su sable de luz y lo activa, sujetando la hoja de energía directamente sobre su cabeza… en la dirección que espera que sea arriba.
Para su sorpresa, sólo tiene segundos para observar su plan. Súbitamente la estática reemplaza los gritos de Gideon. Siente que algo impacta en la hoja de energía de su sable. Llueven chispas sobre su cabeza y varios choques ensordecedores resuenan en los muros invisibles.
Luke cambia de dirección; ahora vuela perpendicularmente al suelo. Su plan ha funcionado... ¡ha cortado las hojas del ventilador! Un instante después, sale disparado a un túnel bien iluminado. Una inmensa reja de duradero bloquea el camino más adelante. Está en el sistema de filtrado.
Luke choca contra la pesada red de duradero con un estremecedor golpe. La succión del pozo uno lo estampa contra la reja, y siente que está a punto de perder el conocimiento. Tanto el cuerpo como la cabeza le duelen terriblemente, y está demasiado débil para abrirse paso fuera de la reja. Conforme su visión se desvanece, se pregunta cuánto tardaran los ventiladores en quedarse sin combustible. ¿Horas? ¿Años? Hasta entonces, teme que está ahí atascado como un ala-aguijón aplastado en un parabrisas.
La situación no es tan mala como Luke teme. Al tiempo, recobrará el conocimiento y saldrá arrastrándose de la reja, pero no estará en condiciones de continuar esta aventura. Vuelve a la sección uno y prueba de nuevo.
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