jueves, 4 de agosto de 2011

El honor de los Jedi (103)

103
Justo antes de llegar al foco de luz, otro disparo de bláster destella desde el techo. El oficial retrocede ante el disparo y deja caer sus pantalones al suelo.
-Detened esta tortura -ordena Luke-. ¡En nombre de la Alianza! -Espera que el tono de su voz haga que se detengan y que mencionando la rebelión deje claras sus simpatías. Por desgracia, es imposible descifrar el súbito silencio que sigue.
La reacción del imperial es una mezcla de vergüenza, rabia, y extrañeza. Su mirada se enfoca lentamente en el joven piloto que ve ante él, con su sable de luz zumbando suavemente.
-¡La Alianza! ¿Cómo...?
Sin advertencia previa, dos de las criaturas de ojos rojos descienden a la altura de sus hombros, agarran al oficial imperial por los sobacos y lo alzan a la oscuridad que se cierne sobre ellos. El hombre ni siquiera tiene tiempo para gritar.
Luke reacciona una fracción de segundo después, saltando al lugar en el que antes estaba el imperial. Pero su sable de luz no encuentra otra cosa que una red estructural; una lluvia de chispas y un chirriante gemido metálico son testigos de ello. Entonces vuelve el silencio. El rebelde no puede ver nada más allá de las cuatro lámparas ancladas en las negras alturas sobre él. Se detiene, pero parece que se han ido, llevándose al oficial con ellos.
Cierra los ojos brevemente lamentando haber fracasado en liberar al imperial, pero Luke sabe que tiene poco tiempo que perder en lamentaciones. Él mismo es un fugitivo. Abandonar ese lugar debe ser su prioridad máxima.
El uniforme del hombre está en el suelo, arrugado en un montón. Luke lo toma y retrocede al pasillo, donde se lo prueba rápidamente. Es una talla más grande en todas las medidas, pero debería pasar una inspección casual. Luke sujeta su sable de luz al cinturón y luego avanza rápidamente por el pasillo.
Se detiene en el tercer panel de acceso que encuentra. Debería estar lo bastante lejos del lugar de su fuga para evitar ser detectado. ¡Y desde luego no quiere que encuentren ahí abajo vestido con un uniforme imperial!
Tras abrir cuidadosamente el panel para asegurarse de que su salida quedaría inadvertida, Luke sale de la sub-instalación. Vuelve a colocar el panel en su sitio y luego gira por un pasillo transversal. El pasillo transversal comunica con un pasaje más grande y transitado. Es entonces cuando Luke nota una humedad pegajosa en la parte izquierda del cuello de su uniforme.
Frota la zona, ¡y el dedo regresa cubierto de sangre! Luke se arriesga a bajar la mirada hacia el cuello. Por suerte, la naturaleza de la mancha no está clara; simplemente parece ser una zona más oscura y brillante en el uniforme negro. Luke gira pro el pasillo, tratando de mantener su lado izquierdo pegado a la pared.
-¡Teniente!
Un oficial imperial detiene su carro repulsor a tres metros frente a Luke. Un ithoriano está sentado en el asiento del copiloto. Mantiene su largo cuello plano orgullosamente alejado del oficial. Los dos ojos en su cabeza con forma de martillo miran a Luke con desdén.

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