En vivo y en directo
Rick D. Stuart
...¡En el momento en que el vehículo de asalto
Juggernaut entró en la plaza, se desató el caos! El cobre usado en los sistemas
de ordenadores de alta tecnología convertía el cargamento en un objetivo
apetecible. A pesar de la fuerte seguridad que rodeaba el cargamento, fuego
bláster procedente de una docena de ubicaciones ocultas azotó el transporte que
avanzaba lentamente.
Los cañones láser del vehículo devolvieron el fuego
y sus guardias de seguridad efectuaron un devastador fuego de cobertura
mientras el Juggernaut se lanzaba hacia delante. Derrapando en las esquinas,
esquivando a duras penas a los peatones a su paso, el vehículo se deslizó por
la calle Garimor a toda velocidad.
En el extremo opuesto de la calle, una barricada
improvisada de vagonetas, vigas y planchas de ferrocemento bloqueaba su camino.
Al otro lado de la barricada, un par de miembros de la banda efectuaban
disparos de bláster.
Segundos antes del impacto, el Juggernaut se detuvo
con un chirriante frenazo, ¡apenas a unos centímetros de distancia de la
barrera! Aparentemente, los sensores de a bordo habían detectado la presencia
de un campo de fuerza sólo a unos metros de distancia. Si el Juggernaut no se
hubiera detenido, habría atravesado la improvisada obstrucción sólo para
lanzarse de lleno a toda velocidad contra el campo de fuerza.
Aparentemente, los oficiales del gobierno subestimaron
la minuciosidad de la operación de esta tarde. El generador de campo de fuerza
no era la única pieza de equipo portátil usada en el lugar. Aunque cambia según
los relatos de los testigos, parece que el Juggernaut fue atrapado por no menos
de seis generadores de rayo tractor portátil.
Al ser atraído y repelido alternativamente desde
varias direcciones distintas, las presiones resultantes devastaron las planchas
de blindaje del Juggernaut. Los testigos presentes en el lugar recuerdan
escuchar el característico sonido de metal chirriante mientras el transporte se
sacudía y se hacía pedazos.
Aunque es destacable que nadie resultó herido en el
ataque, la tripulación del Juggernaut estaba demasiado aturdida para ofrecer
resistencia de forma efectiva. Se vieron un par de vehículos de combate estilo
Teklos acudiendo rápidamente al lugar de los hechos, después de lo cual el
mineral fue transferido y los atacantes pudieron escapar sin problemas.
Las autoridades siguen examinando los restos del
Juggernaut y el equipo abandonado por los asaltantes, pero fuentes internas
informan de que las probabilidades de encontrar algo de importancia son
dudosas. En este momento, una investigación posterior parece improbable. Quien
quiera que esté detrás de este ataque, aparentemente saldrá impune del mismo y,
una vez más, el crimen obtiene recompensa en Andasala.
Te devuelvo la conexión, Sellis...
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fragmento de una transmisión in situ de Jarina
Gatsori,
Noticias de Éxito de Andasala
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