jueves, 30 de octubre de 2014

En vivo y en directo

En vivo y en directo
Rick D. Stuart

...¡En el momento en que el vehículo de asalto Juggernaut entró en la plaza, se desató el caos! El cobre usado en los sistemas de ordenadores de alta tecnología convertía el cargamento en un objetivo apetecible. A pesar de la fuerte seguridad que rodeaba el cargamento, fuego bláster procedente de una docena de ubicaciones ocultas azotó el transporte que avanzaba lentamente.
Los cañones láser del vehículo devolvieron el fuego y sus guardias de seguridad efectuaron un devastador fuego de cobertura mientras el Juggernaut se lanzaba hacia delante. Derrapando en las esquinas, esquivando a duras penas a los peatones a su paso, el vehículo se deslizó por la calle Garimor a toda velocidad.
En el extremo opuesto de la calle, una barricada improvisada de vagonetas, vigas y planchas de ferrocemento bloqueaba su camino. Al otro lado de la barricada, un par de miembros de la banda efectuaban disparos de bláster.
Segundos antes del impacto, el Juggernaut se detuvo con un chirriante frenazo, ¡apenas a unos centímetros de distancia de la barrera! Aparentemente, los sensores de a bordo habían detectado la presencia de un campo de fuerza sólo a unos metros de distancia. Si el Juggernaut no se hubiera detenido, habría atravesado la improvisada obstrucción sólo para lanzarse de lleno a toda velocidad contra el campo de fuerza.
Aparentemente, los oficiales del gobierno subestimaron la minuciosidad de la operación de esta tarde. El generador de campo de fuerza no era la única pieza de equipo portátil usada en el lugar. Aunque cambia según los relatos de los testigos, parece que el Juggernaut fue atrapado por no menos de seis generadores de rayo tractor portátil.
Al ser atraído y repelido alternativamente desde varias direcciones distintas, las presiones resultantes devastaron las planchas de blindaje del Juggernaut. Los testigos presentes en el lugar recuerdan escuchar el característico sonido de metal chirriante mientras el transporte se sacudía y se hacía pedazos.
Aunque es destacable que nadie resultó herido en el ataque, la tripulación del Juggernaut estaba demasiado aturdida para ofrecer resistencia de forma efectiva. Se vieron un par de vehículos de combate estilo Teklos acudiendo rápidamente al lugar de los hechos, después de lo cual el mineral fue transferido y los atacantes pudieron escapar sin problemas.
Las autoridades siguen examinando los restos del Juggernaut y el equipo abandonado por los asaltantes, pero fuentes internas informan de que las probabilidades de encontrar algo de importancia son dudosas. En este momento, una investigación posterior parece improbable. Quien quiera que esté detrás de este ataque, aparentemente saldrá impune del mismo y, una vez más, el crimen obtiene recompensa en Andasala.
Te devuelvo la conexión, Sellis...

-          fragmento de una transmisión in situ de Jarina Gatsori,
Noticias de Éxito de Andasala

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