martes, 13 de septiembre de 2011

El honor de los Jedi (116)

116
-Ah, sí, el código de autorización -dice Luke-. Espera un momento.
Aunque no cierra los ojos, Luke se concentra en su interior. Erling pronto tendrá que tragarse sus irrespetuosas palabras contra el camino de los Jedi.
Al no ocurrir nada, respira profundamente tres veces y se relaja, tratando de encontrar esa calma interior que sirve como conducto para la Fuerza. Siente un cosquilleo en la base del encéfalo. Bien... está funcionando.
-¿Qué estás haciendo? -susurra Erling.
-¡Cállate! -exclama Luke. Luke maldice a Erling en silencio por interrumpir su meditación. Una tormenta de fastidio recorre su cuerpo, llevándose consigo su tranquilidad. El cosquilleo se desvanece tan rápido como había llegado-. ¡Ben... ayúdame! -murmura.
-¿Cual es su código de autorización? -pregunta el guardia.
Luke agarra su sable de luz. Pone el carro repulsor marcha atrás y salta hacia el guardia.
-¡Sal de aquí! -grita.
El guardia, sorprendido, reacciona lentamente. Luke activa su sable de luz y da un tajo en el hombro del soldado. Incluso antes de que el soldado herido caiga al suelo, Luke se gira para enfrentarse al segundo guardia.
Se encuentra mirando de frente a un rifle bláster. Se arroja al suelo. Un destello de energía brilla, y Luke da una voltereta hacia los pies del soldado. Se pone en pie haciendo girar su arma. La hoja de energía corta limpiamente por la mitad el arma del asombrado guardia.
Un destello blanco ciega a Luke. Una onda de choque le arroja cuan largo es contra el suelo y un golpe hueco resuena en su cráneo. Todo se funde en la oscuridad.

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