viernes, 5 de septiembre de 2014

El pozo


El pozo
Michael Stern

La siguiente historia es un relato de juventud de Luke Skywalker, narrado a Voren Na’al por el Jedi en persona.

El surf de arena era una de las actividades de ocio más excitantes y estúpidas de las que disfrutaban los jóvenes salvajes de la Estación Tosche de Anchorhead. Lo creó un joven al que apodaban Fixer. Después de volver a ser superado una vez más en las carreras de saltacielos y la caza de ratas womp por el joven Luke Skywalker y su temerario amigo Biggs Darklighter, Fixer decidió inventarse su propio deporte –algo en lo que pudiera ser mejor que nadie- aunque se matara en el proceso.
El “deporte” consistía en dejarse arrastrar detrás de un esquife de arena que viajaba a velocidades exorbitadas. El surfista estaba conectado al esquife por un fino cable sujeto a un juego de manillas, y se mantenía en el aire por un par de discos repulsores sujetos a sus pies. Cuando el esquife avanzaba, el surfista se deslizaría tras él sobre la superficie del desierto, saltando en la arena y salvajes volteretas, giros y otras maniobras arriesgadas en las ondulantes dunas.
Naturalmente, el mejor lugar para surfear arena era el Mar de las Dunas. Sus grandes extensiones de arena sin obstáculos y sus incontables dunas proporcionaban el terreno más desafiante para un buen surfista de arena. Fixer, que era todo lo bueno que se podía ser, sólo surfearía en el Mar de las Dunas. Biggs y Luke, que nunca rechazaban un buen desafío, también aceptaron el reto de surfear esas laderas. El Mar de las Dunas tenía la virtud añadida de estar alejado y prácticamente deshabitado, disminuyendo drásticamente las probabilidades de que les viera algún adulto entrometido.
Para gran consternación de Fixer, Luke y Biggs eran buenos surfistas de arena. Parecía que el plan de Fixer de crear algo en lo que pudiera poner en evidencia a “esos dos suertudos” le había salido totalmente por la culata. Después de que Biggs realizara tres volteretas dobles consecutivas, incluso Camie quedó impresionada, y se colgó del brazo de Biggs en la celebración de la victoria, cuando volvieron a la estación. Eso era más de lo que Fixer podía soportar. Camie era su chica, y ningún chulito iba a quitársela.
La mañana siguiente, hizo que todos subieran a sus saltacielos y lo siguieran al Mar de las Dunas. Les dijo que estaba a punto de intentar la “mayor acrobacia de todos los tiempos”. Para cuando se dieron cuenta de lo que pretendía, ya era demasiado tarde.
Fixer no usó un piloto; en lugar de eso pre-programó el piloto automático del esquife para que se pilotara solo. Eso era inusual, pero no demasiado: si el programador era bueno, podía conseguir que el esquife realizara maniobras con una precisión y sincronización que pocos humanos podían igualar. Por supuesto, el programador también podía programar el esquife para realizar maniobras que pocos humanos estarían tan locos como para imitarlas...
La gran carrera de Fixer comenzó bien. Hizo una media luna aceptable, y realizó un medio giro hacia atrás con tirabuzón tan limpio como nunca antes se había visto. Siguió con varias piruetas, y finalmente hizo una doble voltereta hacia atrás... algo que nunca nadie había hecho.
Sus amigos, que lo observaban desde los vehículos repulsores a más altura, pensaron que ese era el gran final de su exhibición, y descendieron para felicitarle.
-Ese chico está loco, pero, ¡caray!, sí que sabe surfear –dijo Biggs con admiración, y los ojos de Camie brillaban. Todo el mundo se quedó de piedra cuando, de pronto, el esquife tomó velocidad, realizó un brusco giro de 45 grados, ¡y se dirigió directamente hacia el Pozo de Carkoon! No daba tiempo a que nadie le detuviera. Mientras el esquife llevaba a Fixer en paralelo al infame pozo, el grupo sólo podía observar horrorizado cómo el atolondrado joven se preparaba para el salto.
Era obvio que Fixer había planeado eso desde el principio. Se había creado torpemente una rampa de arena improvisada al borde del pozo, proporcionando a Fixer la elevación que necesitaría para cubrir la peligrosa distancia, y una rampa similar en el otro extremo le ofrecía un lugar seguro donde aterrizar. Fixer atacó a la perfección la rampa de lanzamiento, surcó el aire... todo el mundo contuvo el aliento... y se quedó corto por medio metro, estampándose en un costado del pozo, desapareciendo en una gigantesca explosión de arena.
El choque en sí no preocupó especialmente a sus amigos; habían sobrevivido a cosas peores que esa con poco más que algunos cortes y hematomas, y la arena del pozo era particularmente blanda. Era lo que yacía en el fondo de ese infame agujero lo que hizo que todo el mundo saliera disparado al lugar del choque en cuestión de milisegundos.
Camie fue la primera en llegar, con las lágrimas bañando su preocupado rostro, y Luke tuvo que impedir que saltara de cabeza al pozo detrás de Fixer. Biggs se acercó al pozo con más cautela, volando directamente por encima, a cuatro metros de altura. Después de ocuparse de Camie, Luke le siguió con su esquife. Biggs señaló hacia abajo con aire lúgubre.
La cosa pintaba mal. Fixer estaba inconsciente. Yacía boca abajo en la pendiente de arena, y se iba deslizando con ritmo uniforme hacia la boca del sarlacc. Se deslizaba muy lentamente; tal vez aún hubiera tiempo de salvarle.
¡De pronto, un desagradable tentáculo rosa emergió de la boca del sarlacc y comenzó a tantear a ciegas en la arena! Sólo era cuestión de segundos que encontrara el cuerpo de Fixer.
Biggs actuó sin dudarlo. Atándose un cable en la cintura, arrojó el otro extremo a Luke, y comenzó a descender hacia el pozo. Prácticamente no había dónde apoyarse –la arena suelta se limitaba a ceder bajo sus pies- y tuvo que moverse con cuidado para evitar empujar aún más abajo a su amigo inconsciente.
¡Justo cuando alcanzaba a Fixer, el tentáculo encontró el cuerpo del muchacho y se enrolló con fuerza alrededor de su pecho! Agarrándose desesperadamente con una mano a la cuerda, Biggs extrajo su vibrohoja y comenzó a acuchillar al tentáculo con todas sus fuerzas.
Mientras Biggs hacía eso, otro de esos malvados tentáculos comenzó a reptar sigilosamente hacia arriba en dirección a Biggs. Y le siguió otro. Y otro. Y otro. Sudando de miedo por sus amigos, Luke ató la soga al esquife y desenfundó su arma perforadora. El ángulo era muy malo, y el objetivo estaba demasiado lejos, pero estaban a punto de quedarse sin opciones. Cerró un ojo, contuvo el aliento, y realizó un disparo, cortando limpiamente el tentáculo que rodeaba a Fixer.
-¡Sujeta a Fixer, Biggs! –gritó Luke, y lanzó su esquife en una rápida ascensión, sacando a los dos jóvenes del pozo, milisegundos antes de que los tentáculos les alcanzasen.
Pensando en ello, Fixer salió bastante bien parado. Quedó con una leve conmoción y la nariz rota; la leve conmoción por el choque, la nariz rota por Camie después de que se recuperara de la conmoción. Pasó dos semanas en el centro médico de Anchorhead, y el mes siguiente convaleciente en su casa.
Luke y Biggs admitieron que no podían duplicar su acrobacia; era el rey de los surfistas de arena, y bienvenido fuera. De algún modo, eso no le hizo sentirse tan bien como creía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario