El pozo
Michael Stern
La siguiente historia es un
relato de juventud de Luke Skywalker, narrado a Voren Na’al por el Jedi en
persona.
El surf de arena era una de las actividades de ocio más excitantes y
estúpidas de las que disfrutaban los jóvenes salvajes de la Estación Tosche de
Anchorhead. Lo creó un joven al que apodaban Fixer. Después de volver a ser
superado una vez más en las carreras de saltacielos y la caza de ratas womp por
el joven Luke Skywalker y su temerario amigo Biggs Darklighter, Fixer decidió
inventarse su propio deporte –algo en lo que pudiera ser mejor que nadie-
aunque se matara en el proceso.
El “deporte” consistía en dejarse arrastrar detrás de un esquife de
arena que viajaba a velocidades exorbitadas. El surfista estaba conectado al
esquife por un fino cable sujeto a un juego de manillas, y se mantenía en el
aire por un par de discos repulsores sujetos a sus pies. Cuando el esquife avanzaba,
el surfista se deslizaría tras él sobre la superficie del desierto, saltando en
la arena y salvajes volteretas, giros y otras maniobras arriesgadas en las
ondulantes dunas.
Naturalmente, el mejor lugar para surfear arena era el Mar de las
Dunas. Sus grandes extensiones de arena sin obstáculos y sus incontables dunas
proporcionaban el terreno más desafiante para un buen surfista de arena. Fixer,
que era todo lo bueno que se podía ser, sólo surfearía en el Mar de las Dunas.
Biggs y Luke, que nunca rechazaban un buen desafío, también aceptaron el reto
de surfear esas laderas. El Mar de las Dunas tenía la virtud añadida de estar
alejado y prácticamente deshabitado, disminuyendo drásticamente las probabilidades
de que les viera algún adulto entrometido.
Para gran consternación de Fixer, Luke y Biggs eran buenos surfistas
de arena. Parecía que el plan de Fixer de crear algo en lo que pudiera poner en
evidencia a “esos dos suertudos” le había salido totalmente por la culata.
Después de que Biggs realizara tres volteretas dobles consecutivas, incluso
Camie quedó impresionada, y se colgó del brazo de Biggs en la celebración de la
victoria, cuando volvieron a la estación. Eso era más de lo que Fixer podía
soportar. Camie era su chica, y ningún chulito iba a quitársela.
La mañana siguiente, hizo que todos subieran a sus saltacielos y lo
siguieran al Mar de las Dunas. Les dijo que estaba a punto de intentar la “mayor
acrobacia de todos los tiempos”. Para cuando se dieron cuenta de lo que
pretendía, ya era demasiado tarde.
Fixer no usó un piloto; en lugar de eso pre-programó el piloto
automático del esquife para que se pilotara solo. Eso era inusual, pero no
demasiado: si el programador era bueno, podía conseguir que el esquife
realizara maniobras con una precisión y sincronización que pocos humanos podían
igualar. Por supuesto, el programador también podía programar el esquife para
realizar maniobras que pocos humanos estarían tan locos como para imitarlas...
La gran carrera de Fixer comenzó bien. Hizo una media luna aceptable,
y realizó un medio giro hacia atrás con tirabuzón tan limpio como nunca antes
se había visto. Siguió con varias piruetas, y finalmente hizo una doble
voltereta hacia atrás... algo que nunca nadie había hecho.
Sus amigos, que lo observaban desde los vehículos repulsores a más
altura, pensaron que ese era el gran final de su exhibición, y descendieron
para felicitarle.
-Ese chico está loco, pero, ¡caray!, sí que sabe surfear –dijo Biggs
con admiración, y los ojos de Camie brillaban. Todo el mundo se quedó de piedra
cuando, de pronto, el esquife tomó velocidad, realizó un brusco giro de 45
grados, ¡y se dirigió directamente hacia el Pozo de Carkoon! No daba tiempo a
que nadie le detuviera. Mientras el esquife llevaba a Fixer en paralelo al
infame pozo, el grupo sólo podía observar horrorizado cómo el atolondrado joven
se preparaba para el salto.
Era obvio que Fixer había planeado eso desde el principio. Se había
creado torpemente una rampa de arena improvisada al borde del pozo,
proporcionando a Fixer la elevación que necesitaría para cubrir la peligrosa
distancia, y una rampa similar en el otro extremo le ofrecía un lugar seguro
donde aterrizar. Fixer atacó a la perfección la rampa de lanzamiento, surcó el
aire... todo el mundo contuvo el aliento... y se quedó corto por medio metro,
estampándose en un costado del pozo, desapareciendo en una gigantesca explosión
de arena.
El choque en sí no preocupó especialmente a sus amigos; habían
sobrevivido a cosas peores que esa con poco más que algunos cortes y hematomas,
y la arena del pozo era particularmente blanda. Era lo que yacía en el fondo de
ese infame agujero lo que hizo que todo el mundo saliera disparado al lugar del
choque en cuestión de milisegundos.
Camie fue la primera en llegar, con las lágrimas bañando su preocupado
rostro, y Luke tuvo que impedir que saltara de cabeza al pozo detrás de Fixer.
Biggs se acercó al pozo con más cautela, volando directamente por encima, a
cuatro metros de altura. Después de ocuparse de Camie, Luke le siguió con su
esquife. Biggs señaló hacia abajo con aire lúgubre.
La cosa pintaba mal. Fixer estaba inconsciente. Yacía boca abajo en la
pendiente de arena, y se iba deslizando con ritmo uniforme hacia la boca del
sarlacc. Se deslizaba muy lentamente; tal vez aún hubiera tiempo de salvarle.
¡De pronto, un desagradable tentáculo rosa emergió de la boca del
sarlacc y comenzó a tantear a ciegas en la arena! Sólo era cuestión de segundos
que encontrara el cuerpo de Fixer.
Biggs actuó sin dudarlo. Atándose un cable en la cintura, arrojó el
otro extremo a Luke, y comenzó a descender hacia el pozo. Prácticamente no
había dónde apoyarse –la arena suelta se limitaba a ceder bajo sus pies- y tuvo
que moverse con cuidado para evitar empujar aún más abajo a su amigo inconsciente.
¡Justo cuando alcanzaba a Fixer, el tentáculo encontró el cuerpo del
muchacho y se enrolló con fuerza alrededor de su pecho! Agarrándose
desesperadamente con una mano a la cuerda, Biggs extrajo su vibrohoja y comenzó
a acuchillar al tentáculo con todas sus fuerzas.
Mientras Biggs hacía eso, otro de esos malvados tentáculos comenzó a
reptar sigilosamente hacia arriba en dirección a Biggs. Y le siguió otro. Y
otro. Y otro. Sudando de miedo por sus amigos, Luke ató la soga al esquife y
desenfundó su arma perforadora. El ángulo era muy malo, y el objetivo estaba
demasiado lejos, pero estaban a punto de quedarse sin opciones. Cerró un ojo,
contuvo el aliento, y realizó un disparo, cortando limpiamente el tentáculo que
rodeaba a Fixer.
-¡Sujeta a Fixer, Biggs! –gritó Luke, y lanzó su esquife en una rápida
ascensión, sacando a los dos jóvenes del pozo, milisegundos antes de que los
tentáculos les alcanzasen.
Pensando en ello, Fixer salió bastante bien parado. Quedó con una leve
conmoción y la nariz rota; la leve conmoción por el choque, la nariz rota por
Camie después de que se recuperara de la conmoción. Pasó dos semanas en el
centro médico de Anchorhead, y el mes siguiente convaleciente en su casa.
Luke y Biggs admitieron que no podían duplicar su acrobacia; era el
rey de los surfistas de arena, y bienvenido fuera. De algún modo, eso no le
hizo sentirse tan bien como creía.
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