Está oscuro
Michael Stern
La criatura está sentada en silencio, escuchando los sonidos de la
jungla que entran por la ventana abierta.
-Pronto –la jungla parece susurrar-. Pronto llegará, y entonces podrás
descansar.
Viejo, es. Demasiado viejo para calcularlo. Como un poderoso río, los
años han fluido, apartándolo de su planeta, su gente, su familia –sonríe ante
un recuerdo repentino-, para finalmente depositarlo como un pedazo de naufragio
en ese planeta.
Grandes y terribles cosas ha visto. El ascenso y la caída de imperios.
El nacimiento y la destrucción de civilizaciones. La vida y la muerte de cientos
–no, de miles- de seres. Ha amado. Ha odiado (aunque eso fue hace mucho
tiempo). Ha matado. Ha sanado. Ha reído y ha llorado. Es suficiente –más que
suficiente- para una vida. Su mente sigue siendo fuerte, pero su cuerpo falla.
Está cansado más allá de lo imaginable.
Sólo queda una cosa más antes de que pueda dormir. El último y mejor
de sus hijos regresa a él. Mantiene su promesa; eso es bueno. Un fuerte Jedi él
será. Si tiene el valor.
Pero ve gran peligro para el muchacho; incluso su fuerza juvenil puede
no ser suficiente contra el poder corrupto que se enfrentará a él.
La criatura suspira y menea la cabeza. Viejo y estúpido eres por
preocuparte. Ya has acabado con esas cosas. Ahora es su historia.
Inclina la cabeza y mira al cielo. Un rayo de luz destella en la
noche.
-Él viene –susurra la jungla-. Pronto podrás descansar.
La criatura sonríe.
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