jueves, 18 de septiembre de 2014

¿Quién dice que los piratas no tienen sentido del humor?

¿Quién dice que los piratas no tienen sentido del humor?
Simon Smith y Eric Trautmann

El carguero En Las Últimas era un destartalado carguero ligero clase Maso que decididamente había visto días mejores. Lástima, pensó el capitán del carguero, que ciertamente hoy no sea uno de ellos.
-Lo siento, gente –dijo por el intercomunicador de la nave-. El bloqueo del hipermotor de la nave se ha activado en medio de nuestro salto. Navegante Sellbo a la cabina, por favor.
El capitán, un viajero espacial experimentado con miles de horas de vuelo en su historial, se volvió a mirar por la pantalla visora delantera... y vio una tremendamente gigantesca letra “P”.
-¿Qué rayos es eso? –dijo el navegante Sellbo al entrar-. ¿El bloqueo de nuestro hipermotor se activa, y nos saca frente a una “P” gigante? ¿Qué está pasando?
-No es sólo una “P”, ¿sabes? –respondió el capitán. Sellbo era un buen navegante, pero necesitaba curtirse un poco más-. Hay una “L” a su lado. Y una “I”. Y si puedes estirar mucho el cuello, en la distancia, podrás ver una “J-R-O”. Nos están atrayendo con un rayo tractor.
Un súbito pensamiento golpeó al capitán. Comenzó a reír. A carcajadas.
El navegante Sellbo miró fijamente al capitán. Nunca había visto que el viejo contrabandista canoso hiciera otra cosa que no fuera fruncir el ceño.
-Eh... ¿Capitán? ¿Se encuentra bien?
-¡Plijro! –aulló el capitán, golpeándose la rodilla con la mano-. ¿No lo entiendes? ¡JA!
El En Las Últimas se posó en la bahía de atraque de la nave pirata, y el golpe sordo de los agarres magnéticos asegurando la nave resonó fantasmalmente por la cabina. El capitán seguía riéndose.
El navegante Sellbo miró fijamente al capitán un instante, y de pronto comprendió qué era tan gracioso.
-Oh, ya lo pillo. P-lijro. Peligro. Estamos en “peligro”. –El navegante también esbozó una sonrisa-. Al menos estos piratas tienen sentido del humor.

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