Un paso por delante

Un paso por delante

Michael Stern

Alarmas y explosiones cercanas resonaban en los aturdidos oídos de Han corría a paso ligero por los serpenteantes pasillos de hielo. Tiraba de Leia tras él, agarrándola del brazo. Sabía que más tarde iba a tener que soportar un sermón por ello, pero decidió preocuparse de eso cuando ya no estuvieran en peligro. Si llegaba ese momento.

-¡Esperen! ¡Por favor, esperen!

Los servomotores pélvicos de Trespeó gemían en protesta por el ritmo que trataba de mantener. Sus membranas auditivas estaban igual de dañadas que las de cualquier humano en la Base Eco, pero era capaz de discernir bastante entre la cacofonía gracias a su eficiencia de droide. Podía oírlos: soldados de asalto, tras él.

Trespeó dobló la esquina, encontrándose con una puerta blindada sellada. Pegada en la puerta había una etiqueta de peligro, amarilla y naranja. Una antigua parte de él, un recuerdo de alguno de sus osados antiguos amos, pareció apropiarse de él. Trespeó alargó la mano y arrancó la etiqueta. Continuó su carrera, más rápido que antes, doblando otra esquina para tratar de alcanzar al capitán Solo y la ama Leia.

***

Los soldados de asalto cargaron en tropel al doblar la esquina del pasillo, con los sensores de sus cascos listos para detectar a cualquier rebelde desprevenido.

Su líder, un veterano de la guarnición de Akuria II, curtido en muchos mundos helados, condujo a sus hombres a la puerta sellada. Saboreó el momento mientras presionaba los controles. Hacían falta algo más que simples cerraduras para detener una tormenta imperial. La puerta se abrió deslizándose, y los soldados irrumpieron en la cámara con eficiencia militar.

***

Vader echó un rápido vistazo a la cámara. Grandes pedazos de su muro trasero habían sido excavados, exponiéndola a la luz de la superficie. Bajo montones de nieve manchada de sangre, había algunos de sus soldados más experimentados y mejor entrenados.

-¿Tropas rebeldes? –murmuró el Señor Oscuro.

-No lo creo, señor –respondió su teniente.