jueves, 15 de octubre de 2015

Informe al Consejo Provisional de la Alianza de Planetas Libres

Informe al Consejo Provisional de la Alianza de Planetas Libres
Eric S. Trautmann

-Historiador Na’al, es la obligación de este consejo notificarle de que esta reunión está siendo grabada –dijo Mon Mothma mirando de frente al joven.
-Lo entiendo –asintió gravemente el joven-. Soy consciente de la naturaleza sensible de la información acerca de la que se va a hablar hoy, y quisiera aprovechar esta oportunidad para remitir al consejo a mi juramento de seguridad firmado en la página 2.348,283 de la tableta de datos. –Voren Na’al se tomó un instante para poner en orden sus pensamientos mientras los miembros del consejo confirmaban sus palabras. Vamos, pensó el joven historiador. Este es tu gran momento. Trata de no balbucear incoherentemente.
-Damas y caballeros –comenzó, mostrando sólo ligeramente nerviosismo en su voz-, las últimas semanas han visto una actividad militar sin precedentes, y por petición suya he preparado un informe detallado señalando los hechos tal y como los conocemos.
”Como seguramente ya sabrán, habitualmente obtengo mi información de entrevistas y observación personal, pero en este caso no siempre ha sido posible hacerlo. Inteligencia de la Alianza ha sido de lo más cooperadora proporcionando acceso sin precedentes a la información que necesitaba para completar el informe. Además, la ayuda del personal del general Rieekan ha sido inestimable al formular un análisis de los datos tácticos y estratégicos, que debo admitir que no son mi especialidad.
Na’al hizo una pausa, sopesando sus palabras con cuidado.
-En pocas palabras, podría decirse que los eventos de Bakura, conocidos ahora como el Incidente de Bakura, podrían tener efectos a largo plazo que afecten negativamente a la seguridad de la Alianza y nuestros planes de crear una nueva República.
Un torbellino de murmullos estalló entre los miembros del comité, hasta que Mon Mothma hizo un gesto pidiendo silencio.
-Sr. Na’al –dijo-, esa es una afirmación vaga y provocativa. Por favor, explíquese.
-Dicho sencillamente –dijo Na’al sin perder la compostura-, si se corriera la noticia de lo que son capaces de hacer exactamente los Ssi-ruuk, y de lo que casi hicieron al comandante Skywalker, el pánico que se extendería podría causar, y probablemente causaría, daños irreparables en cualquier alianza que tratemos de efectuar. Es probable que cualquiera con el que podamos contactar y haya sabido de los Ssi-ruuk esté convencido de que estamos luchando una guerra en dos frentes. Obviamente, parecerá que estamos en una situación muy precaria, y como le suele gustar indicar al general Calrissian, “no es buena forma de apoyar una mala mano”.
Tras detenerse para respirar profundamente, Na’al continuó.
-Mi recomendación es que Inteligencia de la Alianza entierre todo el asunto lo más profundamente posible. La contención es nuestra única alternativa y, como tal, nuestro aparato de inteligencia debería darle la máxima prioridad.
-Tonterías –exclamó el bothano Borsk Fey’lya-. Los Ssi-ruuk son una amenaza, pero ciertamente no del nivel que usted sugiere. Nuestros datos indican que los Ssi-ruuk permanecerán en su propio rincón de la galaxia. Si no lo hacen, tendrán que luchar contra nosotros y contra el Imperio.
-Permítame disentir –replicó Na’al, como si sermoneara a un alumno particularmente agudo que hubiera cometido un error crucial y obvio-. Si el Emperador, que en absoluto sentía reparos a la hora de demostrar su poder, mantuvo los Ssi-ruuk en secreto, probablemente nosotros también debamos. Dudo que la ciudadanía imperial hubiera aceptado demasiado bien una alianza con una fuerza tan potencialmente destructiva. Estoy seguro de que los aliados de la Alianza se sentirán inquietos si descubren que los Ssi-ruuk están ahí fuera.
¿Acabo de levantarle la voz a un delegado del consejo? Tal vez finalmente le esté pillando el tranquillo a esto, pensó Na’al para sí mismo, suprimiendo una sonrisa.
-Además –continuó Na’al, suavizando ligeramente su tono-, si se corriera la voz acerca de la tecnología de “tecnificación” Ssi-ruuvi, cada gobernador imperial con deseos de obtener el poder probablemente intentaría hacerse con ella. Estoy seguro de que la flota Ssi-ruuvi haría adelgazar un poco las filas imperiales, pero su relativamente pequeña flota nunca podría soportar todo el poderío de la Armada Imperial. –El joven historiador hizo una pausa antes de concluir-. En última instancia, la tecnología de tecnificación caería en manos del Imperio. Por tanto, es vital para nuestra supervivencia que mantengamos el Incidente de Bakura bajo el velo del más absoluto secreto. Ahora, si pasan a la página 928.391,2 de la tableta de datos, podemos comenzar a profundizar en la sesión informativa...

***

-Para comprender los eventos de Bakura, es necesario que se familiaricen con los principales individuos involucrados –explicó Voren Na’al a los miembros del consejo, que seguían estudiando sus tabletas de datos, inmersos en las notas que el joven historiador había preparado-. No debería ser ninguna sorpresa que los llamados “Héroes de Yavin” aparezcan de nuevo en el centro de la actividad.
-Ya estamos bastante familiarizados con esas personas, historiador Na’al –dijo Mon Mothma en voz baja.
-Sin duda, señora –convino Na’al-, aunque puede que alguno de los demás participantes les sea desconocido. En concreto, la difunta capitana Manchisco y su tripulación jugaron papeles cruciales en los eventos de Bakura. Dado que se unieron a la Alianza justo antes de la Batalla de Endor, puede que no estén familiarizados con ellos.
”Además –continuó Na’al-, he entrevistado a los “Héroes de Yavin” y, más que volver a contar sus, en efecto, más que sabidas hazañas, he proporcionado sólo la información más reciente disponible. Además, sus visiones acerca de los Ssi-ruuk, los bakuranos y los imperiales en lo concerniente al Incidente de Bakura son muy esclarecedoras.
-Excelente –dijo Mon Mothma con una sonrisa-. Por favor, continúe, historiador Na’al.

***

Voren Na’al se aclaró la garganta, reclamando atención.
-Como pueden ver, esta escaramuza “menor” tiene ramificaciones de largo alcance. Creo que hay suficientes argumentos para mantener este incidente en secreto. Los Ssi-ruuk siguen ahí fuera, y debemos encontrar un modo de combatirlos.
Mon Mothma asintió con seriedad.
-Historiador Na’al, ¿puede ofrecer usted algún plan de contingencia?
-Así es, señora. –Na’al hizo una pausa, antes de continuar, dubitativo-. No soy un militar, señora. Creo que debo indicar mi inexperiencia en tales asuntos antes de continuar.
-Tomamos nota –respondió Mothma, asintiendo lentamente con la cabeza.
-En primer lugar –comenzó Na’al-, podemos tratarlos como una amenaza directa, y tratar de destruir sus naves en cuanto las veamos. Esa es la solución más obvia, aunque personalmente no creo que sea el curso de acción más adecuado.
-Yo tampoco. –Mothma sonrió-. Enfrentamientos militares contra culturas recién descubiertas no es exactamente lo que tenía en mente cuando creamos la Alianza.
-Exactamente. Si los tratamos como hostiles, puede que preservemos nuestras propias vidas, pero habremos adoptado políticas muy similares a las del Imperio.
”Lo que me lleva a mi segunda opción: negociaciones.
-¿Negociar con los Ssi-ruuk? Historiador Na’al, si todo esto –el delegado bothano Fey’lya señaló la pila de hojas de plastifino y tarjetas de datos sobre la mesa- es cierto, ¡no podemos darnos el lujo de acercarnos sin más a la primera nave que encontremos y comenzar conversaciones de paz!
-Eso es cierto –replicó Na’al-. Sin embargo, no digo que debamos negociar desde una posición de debilidad. Ahora sabemos dónde está su sistema natal. Una fuerza de trabajo, como la que enviamos a Bakura, podría debilitar las defensas del sistema y establecer una presencia militar antes de comenzar las negociaciones.
”De hecho, sugiero enviar al comandante Skywalker para negociar con los Ssi-ruuk. Dado que los Ssi-ruuk son “ciegos a la Fuerza”, el comandante tendrá una ventaja innegable sobre ellos. Eso, unido al temor que les causan sus habilidades, le convierte en una poderosa herramienta de negociación. En Bakura, casi captura él solo su crucero de batalla principal. Sin duda le temerán y le respetarán.
-Probablemente le odien, también –dijo Mon Mothma en voz baja-. ¿Se da cuenta de que está sugiriendo que enviemos a uno de nuestros mejores soldados y el último de los Caballeros Jedi a una situación donde se verá irremediablemente superado en número por un pueblo que le despreciará rotundamente?
-Sí, señora, me doy cuenta –replicó Na’al-. Sin embargo, el comandante Skywalker y sus socios han demostrado ser bastante solventes al enfrentarse a probabilidades imposibles. ¿Quién mejor que los “Héroes de Yavin” para acabar con la amenaza de los Ssi-ruuk?
-¿Y cómo propone usted que lo hagan –bufó Fey’lya- cuando ni siquiera sabemos por qué esos malditos lagartos están entrando de pronto en nuestro espacio?
-Sabemos exactamente por qué están viniendo aquí –espetó Na’al-. Necesitan una fuente de energía. Parece que si les encontramos una fuente de energía alternativa, podemos aplacar a la facción militante del gobierno Ssi-ruuvi y establecer una paz. Sin duda, en los tiempos venideros persistirán algunos conflictos culturales, será una paz inestable, pero podemos paliar la excusa principal del conflicto.
Después de una breve pausa, Mon Mothma indicó el final de la reunión.
-Su informe ha sido de lo más ilustrativo, historiador Na’al –dijo con serenidad-. Tomaremos en consideración sus planes. Se da por concluida esta reunión del Consejo Provisional de la Alianza de Planetas Libres.

Epílogo: El Imperio

Extracto del diario de la tableta de datos del capitán Dren Jamer, Armada Imperial

Los últimos días han sido confusos: el interrogatorio por las tropas rebeldes tras la traición de Thanas, y el posterior interrogatorio por los agentes de la COMPNOR cuando volvimos. Estos días han sido increíblemente ajetreados.
Es difícil aceptar que el Emperador esté muerto. Su ideal de un Nuevo Orden mantenía junta nuestra fragmentada galaxia. Realmente es un día aciago cuando la Alianza Rebelde pasa de ser una heterogénea mezcla de matones a convertirse en un “órgano de gobierno”, sin importar lo débiles y poco capacitados que sean los miembros de la Alianza. Y la amenaza de los Ssi-ruuk todavía existe.
Extrañamente, los agentes de la COMPNOR no aceptaron mi opinión de que los Ssi-ruuk suponen para el Imperio una amenaza tan grande como la Alianza. Aunque los indicios muestran que los Ssi-ruuk poseen una flota pequeña, es aterrador imaginar naves rebeldes equipadas con droides de batalla y equipo de tecnificación. Los que parecen estar al mando sólo contemplan a los Ssi-ruuk como poco más que una amenaza menor y distante. No se han desarrollado ninguna clase de planes para entrar al espacio Ssi-ruuvi y neutralizar el peligro.
Encuentro particularmente inquietante que la estructura de mando de la Armada se encuentra actualmente desorganizada. Al faltar Palpatine como una fuerza unificadora, los líderes imperiales están siguiendo sus agendas personales en apuestas por el poder con las miras muy cortas. Órdenes contradictorias de distintas fuentes de mando están reduciendo la efectividad de la flota que se está reagrupando en Annaj. Los rumores de luchas internas y ansias de poder en los sistemas del Núcleo y otras zonas me dejan intranquilo. Si comenzamos a golpearnos a nosotros mismos, en lugar de atacar a nuestro auténtico enemigo –la Alianza-, estamos condenados.
La desconfianza ha florecido entre los agentes de la COMPNOR... aún más de lo habitual para la COMPNOR, si eso es imaginable. Aquellos de nosotros que huimos de Bakura hemos sido tratados como poco más que traidores debido a la rendición de Thanas. Un operativo de la COMPNOR sugirió que aquellos de nosotros que no desertamos somos simpatizantes rebeldes en una misión de sabotaje. Afortunadamente, un exabrupto particularmente indignado por mi parte pareció convencerles de que no albergo ninguna simpatía hacia los rebeldes, pero al menos otros tres han sido ejecutados por traición. No sé si eran realmente rebeldes o no.
Un sentimiento de intranquilidad está impregnando la flota. Muchos tripulantes murmuran en voz baja acerca de la muerte del Imperio. Por supuesto, también están los rumores habituales: que el Emperador, de hecho, sigue vivo; o que un señor de la guerra imperial está en el Borde reagrupando las fuerzas de Palpatine. Hay otras historias, aún más descabelladas. Es difícil saber cuál es la verdad, o a dónde ir. Después de mi interrogatorio, se me ha dado el mando del Alcaudón, un crucero de ataque Loronar.
Después de revisar los informes de Endor, pretendo localizar a Gilad Pellaeon, que ahora es capitán a bordo del Destructor Estelar Quimera. Estaba en mi clase en la Academia Imperial, y no puedo imaginar un soldado más leal que Gilad. Tal vez juntos podamos ayudar a reunir a algunos de los demás lealistas que estén interesados en preservar los ideales de Palpatine, y a eliminar a aquellos que fragmentarían el Imperio para satisfacer su propia sed de poder.
Creo que puedo convencer a otros oficiales –particularmente a aquellos con los que serví en Bakura- de que los Ssi-ruuk deben ser destruidos. Si es necesario, entraré al espacio Ssi-ruuvi para destruir tantas de sus naves como me sea posible, aunque no es una tarea que me entusiasme.
Estos son tiempos inciertos... tiempos que jamás pude imaginar. Antes, veía el Imperio como algo eterno, pero los rebeldes han cambiado eso. Sólo los fuertes sobrevivirán a los eventos que se avecinan...

No hay comentarios:

Publicar un comentario