miércoles, 30 de mayo de 2018

Luego Existo: El Relato de IG-88 (VIII)


VIII

Meses más tarde, IG-88 encontró su oportunidad tanto para estudiar a Darth Vader más detenidamente... como para subir a bordo del magnífico Ejecutor.
Multiprocesando, IG-88C monitorizaba transmisiones de los miles de droides sondas dispersos, recibiendo novedades de los progresos de sus droides con programación especial infiltrados por todas las civilizaciones galácticas. En el momento en que fue testigo de la autodestrucción de un probot Arakyd Víbora en el lejano mundo helado de Hoth, IG-88 dirigió instantáneamente toda su atención a la situación en ese lugar.
El super destructor estelar de Vader había estado patrullando las rutas espaciales, esperando una señal que anunciara el descubrimiento de la base rebelde. Sin duda Vader reaccionaría inmediatamente. El probot había entregado su información de reconocimiento... como Vader esperaba. Y ante la primera amenaza de posible captura y descubrimiento de su reprogramación droide, el probot se había autodestruido... como esperaba IG-88.

***

IG-88B, con su experiencia directa como cazador de recompensas, tomó la elegante nave IG-2000 y permaneció en las inmediaciones de la flota imperial, dispuesto a actuar espontáneamente con la esperanza de ser detectado por Darth Vader, la negra síntesis de hombre y máquina...
IG-88B no participó en la batalla de Hoth. No deseaba involucrarse en esa insignificante disputa política entre alimañas biológicas. Observó cómo se marchaban las naves rebeldes en fuga, algunas dañadas, otras sobrecargadas de equipo y refugiados.
Pensó en rastrearlas, porque las ubicaciones de nuevos escondites rebeldes sin duda serían de valor para el Imperio. Pero efectuó un análisis de probabilidades y finalmente decidió que ninguno de esos objetivos tendría suficiente interés para Lord Vader como para hacerle cambiar sus prioridades. En el sistema Hoth, IG-88 esperó y observó, su nave un diminuto parpadeo en los límites del alcance de los sensores, demasiado pequeño para ser distinguido de la estática espacial.
Acechó tras la flota imperial en su persecución de otra pequeña nave insignificante por el cinturón de asteroides. Así pues, IG-88 estaba esperando cuando Darth Vader puso un anuncio pidiendo cazarrecompensas para encontrar a Han Solo.

***

IG-88 permanecía de pie y sin hablar en la cubierta del puente del super destructor estelar Ejecutor. Observó en silencio, almacenando detalles para su posterior consideración. Las luces de su cápsula craneal parpadearon en rojo mientras se embebía de los datos de sus sensores ópticos. La cubierta del puente era un hervidero de oficiales imperiales de diversos rangos a los que no prestó atención, ya que eran simples humanos.
-Cazadores de recompensas –murmuró el humano conocido como almirante Piett, suponiendo que se encontraba lo bastante lejos para que los cazarrecompensas reunidos no pudieran escucharle-. ¡No necesitamos esa porquería!
-Desde luego, señor –dijo su compañero.
IG-88 sabía que los imperiales estaban doblemente intranquilos debido a la bien conocida orden de destruir al droide asesino en cuanto lo vieran. Pero Vader la había ignorado descaradamente, con la esperanza de asegurarse sus preciados cautivos.
-Esos rebeldes no escaparán.
Bossk, un trandoshano con aspecto de reptil y garras en sus manos y pies provistos de escamas, le dijo algo desde arriba al almirante Piett con una mezcla de gruñido, gorgoteo y siseo. Él también había escuchado el comentario despectivo del humano. Piett, temeroso, dio un paso hacia atrás.
-Señor, tenemos una llamada de prioridad del destructor estelar Vengador –dijo otro de los biológicos uniformados.
-Bien –respondió Piett, alejándose de allí.
Los demás cazadores de recompensas estaban allí, cada uno manteniendo su propia postura. El más cercano era Dengar, un humanoide encorvado y de rostro huraño con la cabeza envuelta en vendajes que sostenía un arma pesada. Zuckuss y 4-LOM estaban el uno junto al otro. Zuckuss era un gand, una especie de criatura orgánica que no respiraba la misma atmósfera que esos humanos, y por tanto llevaba una máscara respiratoria con tubos e inyectores de gas dirigidos a sus pulmones. Su traje protector le hacía parecer corpulento y poco ágil.
Por el contrario, su compañero droide 4-LOM tenía el aspecto de un insecto, esbelto, independiente y eficiente. IG-88 estudió al droide negro, considerando la posibilidad de reclutarlo para la revolución venidera... pero decidió no hacerlo. I-88 no se atrevía a correr el riesgo de que un gatillo fácil como 4-LOM desvelara sus planes tan cuidadosamente trazados.
El último de ellos era Boba Fett, con su maltrecha armadura mandaloriana y su impenetrable casco. Parecía un droide, pero se movía como un humano... para su desventaja.
Sin embargo, lo que reclamaba toda la atención de IG-88 era la silueta envuelta en una capa negra de Darth Vader, que caminó con paso firme por la cubierta superior, inspeccionando a los cazarrecompensas.
-Habrá una sustanciosa recompensa para el que encuentre al Halcón Milenario –dijo Vader-. Pueden utilizar los métodos que crean convenientes... pero los quiero vivos. –Señaló a Boba Fett como si el humano de la armadura fuera la mayor amenaza-. Nada de desintegraciones.
-Como desee –dijo Boba Fett con voz rasposa.
IG-88 escuchó la información, pero dedicaba su atención a analizar el modo en que Darth Vader se movía, estudiando las inflexiones de tono entre los siseos de su respirador. Vader era mucho más interesante que cualquier cazarrecompensas... pero IG-88 debía mantener la farsa.
-¡Lord Vader! –exclamó el almirante Piett-. ¡Milord, los tenemos!
El Ejecutor se lanzó a la persecución, y los cazadores de recompensas reunidos mostraron un visible gesto de decepción... pero los imperiales eran estúpidos orgánicos con exceso de confianza, y sin duda volverían a perder su presa en cuestión de instantes.
IG-88 tenía otras preocupaciones. No le importaba Han Solo, ni el Halcón Milenario, ni la rebelión, ni el Imperio. Pronto todo eso sería... borrado. Pero tenía su floreciente reputación como cazarrecompensas, y había aceptado esa misión, aunque sólo fuera una tapadera. Una vez que aceptaba encargarse de una misión, IG-88 no tenía otra elección que terminarla, de acuerdo a su programación principal como droide asesino... incluso aunque no le otorgara total prioridad.
Mientras los demás cazarrecompensas se apresuraban a ir donde les proporcionarían información adicional sobre su presa, IG-88 retrocedió a uno de los pasillos del Ejecutor. Detuvo a un pequeño droide correo que pasó rodando a su lado cumpliendo sus urgentes tareas. IG-88 envió un pequeño pulso binario y descubrió –como sospechaba- que ese droide correo había sido manufacturado en Mechis III después de la toma de poder de los droides. Su programación especial permitía que IG-88 soslayara lar órdenes dadas por los humanos para que siguiera los deseos de su señor.
IG-88 extrajo un conjunto de micro-trazadores ultra pequeños, diminutos rastreadores inteligentes que podían colocarse de forma invisible en cualquier nave. Con una ráfaga de programación de control, IG-88 dirigió al desapercibido droide correo en dirección a las bahías de atraque. Plantaría los micro-rastreadores en la nave de cada cazador de recompensas.
Mientras IG-88B estaba ocupado con su más importante misión de conquista galáctica, los otros podrían encontrar a Han Solo... y entonces IG-88 se apropiaría de su cautivo. Dejaría que Boba Fett, Dengar, Bossk, Zuckuss y 4-LOM salieran a la carrera en su frenética búsqueda, e IG-88 cosecharía los beneficios. El plan mostraba la superioridad de una inteligencia droide.
En un pasillo vacío del vasto super destructor estelar, IG-88 finalmente obtuvo lo que quería. Encontró un terminal sin atender y se conectó al núcleo informático central del Ejecutor. Normalmente, las defensas de programación del destructor estelar habrían bloqueado una intrusión similar, pero IG-88 era más rápido y muy superior al torpe ordenador de cualquier nave estelar. Además, sus droides infiltrados ya habían plantado gran parte de los caminos electrónicos para proporcionarle acceso.
IG-88 permaneció inmóvil como un monolito, con los láseres de las puntas de sus dedos activados y listos para disparar a cualquiera que pudiera tropezarse con sus actividades clandestinas. IG-88B necesitó varios minutos para descargar y condensar toda la base de datos del núcleo informático del Ejecutor: un pantagruélico festín de información que digeriría lentamente en la intimidad de la IG-2000.
Satisfecho, con los circuitos rebosantes de información imperial secreta, IG-88 trotó por el pasillo, sin prestar atención a los atareados soldados de asalto –humanos intentando parecer droides- mientras su flota se preparaba a entrar en el hiperespacio.
IG-88 introdujo su mole en la cabina de su rápida nave y dejó atrás el Ejecutor, con la mente bullendo con información nueva y todavía sin asimilar...
Mientras la IG-2000 volaba en piloto automático siguiendo un curso aleatorio para despistar cualquier intento de rastreo, se recostó en el asiento y repasó mentalmente los millones de archivos que había robado del Imperio. La mayor parte eran basura irrelevante, y los borró para liberar más capacidad en su cerebro.
Pero fueron los archivos secretos, las entradas de los registros personales de Darth Vader con codificación privada, los que proporcionaron la mayor sorpresa de todas. Vader no sólo estaba ocupado con su nave insignia y la flota imperial bajo su férreo mandato; también conocía el nuevo proyecto favorito del Emperador, una segunda Estrella de la Muerte, más grande que la anterior, que se estaba construyendo en la órbita de la luna santuario de Endor.
Mientras IG-88 digería la información, tuvo otro destello de intuición. Algunos lo habrían considerado delirios de grandeza, pero IG-88 –que ya se había copiado en tres homólogos idénticos, con su personalidad distribuida en cuerpos droides separados- no vio ninguna razón por la que no pudiera descargarse a sí mismo en el gigantesco núcleo informático de la nueva Estrella de la Muerte.
Si lo lograba, IG-88 podría ser la mente regidora de una estación de combate invencible, en lugar de estar confinado en una forma bípeda... ¡Una forma basada en los despreciables biológicos! Podría convertirse en un titán de proporciones inimaginables. Su poder de cálculo se vio forzado hasta sus límites al tratar de efectuar simulaciones de todo lo que podría lograr si estuviera armado con un super laser capaz de destruir planetas.
Podría lanzar su rebelión droide mucho antes. Nadie podría enfrentarse a él. Flotas militares enteras podrían ser barridas con el poder de sus sistemas de armamento.
Definitivamente merecía la pena intentarlo.
IG-88B voló rápidamente hacia Mechis III para unir su cerebro al de sus homólogos y compartir sus nuevos planes.

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