de Rob Valois
Los disparos de bláster pasaban disparados junto a mi cabeza, estrellándose en el muro de piedra detrás mía. Estos cazarrecompensas se están volviendo bastante osados, pensé. O eso, o simplemente más estúpidos. Hubo una época en la que no se habrían aventurado muy lejos de la seguridad del Borde Exterior, pero ahora eran casi una vista habitual en las callejuelas de Coruscant. En Conde Dooku y los separatistas estaban dispuestos a pagar una considerable suma a cualquiera que pudiera secuestrar a un miembro del Senado Galáctico, de modo que cualquier loco con un bláster y una nave estelar vino aquí, a mi ciudad. Y como comandante de la Guardia de Coruscant, era mi trabajo detenerlos. La Guardia estaba compuesta por lo mejor de la élite de los soldados clon de la República, y era nuestro deber proteger al Canciller Supremo y a los miembros del Senado Galáctico.
De detrás de un viejo deslizador, un cazarrecompensas trandoshano asomó su reptilesca cabeza marrón. Le pude ver apuntando su rifle de dispersión APC2. Tenía una mirada nerviosa en sus ojos naranjas. Iba a por su cabeza, y él lo sabía. Ningún cazarrecompensas había logrado jamás secuestrar a un senador en Coruscant, no bajo mi vigilancia. Cuando se supo que la senadora Shayla Paige-Tarkin estaba en peligro, movilicé a mis hombres inmediatamente. Dooku no era el único que tenía espías. Conocía el complot de los trandoshanos antes de que su nave aterrizase siquiera en el espaciopuerto. Pocas cosas ocurrían en Coruscant que yo no supiera.
¡Fiuuu! Un segundo disparó paso rugiendo por mi rostro. Sentí fragmentos del disparo rebotando en mi armadura. Alcé mi bláster y apunté. Tenía un disparo limpio. Qué lástima que los quisieran vivos; me habría gustado cargármelo. Pero esas eran mis órdenes. El trandoshano echó un vistazo a mi bláster y comenzó a correr. Yo iba justo tras él, no había manera de que pudiera escapar. Me conocía las calles de la vieja ciudad mejor que nadie.
Me comuniqué con mis hombres y en pocos instantes las calles se inundaron con la familiar armadura roja de los guardias de Coruscant. El cazarrecompensas se detuvo, helado. No había lugar al que pudiera ir... salvo hacia arriba. Al parecer, el trandoshano tenía una mochila cohete. Realmente debería haberla visto antes. Pero bueno, yo estaba entrenado para estas circunstancias inesperadas. Y con un rápido disparo del cable de ascensión de mi bláster, ya estaba a mitad de camino por la pared del edificio antes de que el cazarrecompensas aterrizase en el tejado.
Tras unas rápidas zancadas, me alcé por el borde al tejado. Disparos del rifle de dispersión del trandoshano me pasaron rozando. Blandí mi bláster mientras me cubría tras una salida de ventilación, disparando por el camino unos cuantos disparos de advertencia.
–¡Ríndete, cazarrecompensas! –le grité mientras rodaba para ponerme en pie. El trandoshano quedó fijo en mi punto de mira–. No hay forma de escapar de aquí. Tira tu bláster y pon tus escamosas manos sobre tu cabeza.
–¡T'doshok no se rinde! –aulló mientras su dedo de garras afiladas apretaba el gatillo de su rifle de dispersión. Menos mal que los trandoshanos son lentos, pensé mientras apretaba el gatillo de mi propio bláster. Con un sonoro chasquido, mi descarga láser golpeó su arma y la hizo caer al suelo. El cazarrecompensas gritó algo en dosh mientras se agarraba la garra humeante.
–Ríndete –le advertí–. No hay modo de que puedas escapar vivo de mi ciudad. Ríndete ahora y te prometo que vivirás.
El trandoshano gritó algo más en su lengua nativa mientras ojeaba el borde del edificio.
–Y no pienses siquiera en usar tu mochila cohete –añadí–. Con gusto yo mismo te haría volar por los aires.
El cazarrecompensas sabía que había perdido. El fuego se diluyó en sus ojos naranjas mientras permanecía cabizbajo en el tejado, sujetándose la mano herida.
–¿Cuándo aprenderéis, idiotas? –dije al cazarrecompensas mientras el resto de los guardias de Coruscant llegaba al tejado y lo ponían bajo custodia–. Nadie escapa del comandante Fox.
1 El título original, Out Foxed, parece jugar con la expresión “outnumbered”, que vendría a ser “superado en número”. De ahí la traducción elegida. (N. del T.)
2 Aceleración de Partículas Cargadas. En el original, ACP (Accelerated Charged Particle) (N. del T.)
De detrás de un viejo deslizador, un cazarrecompensas trandoshano asomó su reptilesca cabeza marrón. Le pude ver apuntando su rifle de dispersión APC2. Tenía una mirada nerviosa en sus ojos naranjas. Iba a por su cabeza, y él lo sabía. Ningún cazarrecompensas había logrado jamás secuestrar a un senador en Coruscant, no bajo mi vigilancia. Cuando se supo que la senadora Shayla Paige-Tarkin estaba en peligro, movilicé a mis hombres inmediatamente. Dooku no era el único que tenía espías. Conocía el complot de los trandoshanos antes de que su nave aterrizase siquiera en el espaciopuerto. Pocas cosas ocurrían en Coruscant que yo no supiera.
¡Fiuuu! Un segundo disparó paso rugiendo por mi rostro. Sentí fragmentos del disparo rebotando en mi armadura. Alcé mi bláster y apunté. Tenía un disparo limpio. Qué lástima que los quisieran vivos; me habría gustado cargármelo. Pero esas eran mis órdenes. El trandoshano echó un vistazo a mi bláster y comenzó a correr. Yo iba justo tras él, no había manera de que pudiera escapar. Me conocía las calles de la vieja ciudad mejor que nadie.
Me comuniqué con mis hombres y en pocos instantes las calles se inundaron con la familiar armadura roja de los guardias de Coruscant. El cazarrecompensas se detuvo, helado. No había lugar al que pudiera ir... salvo hacia arriba. Al parecer, el trandoshano tenía una mochila cohete. Realmente debería haberla visto antes. Pero bueno, yo estaba entrenado para estas circunstancias inesperadas. Y con un rápido disparo del cable de ascensión de mi bláster, ya estaba a mitad de camino por la pared del edificio antes de que el cazarrecompensas aterrizase en el tejado.
Tras unas rápidas zancadas, me alcé por el borde al tejado. Disparos del rifle de dispersión del trandoshano me pasaron rozando. Blandí mi bláster mientras me cubría tras una salida de ventilación, disparando por el camino unos cuantos disparos de advertencia.
–¡Ríndete, cazarrecompensas! –le grité mientras rodaba para ponerme en pie. El trandoshano quedó fijo en mi punto de mira–. No hay forma de escapar de aquí. Tira tu bláster y pon tus escamosas manos sobre tu cabeza.
–¡T'doshok no se rinde! –aulló mientras su dedo de garras afiladas apretaba el gatillo de su rifle de dispersión. Menos mal que los trandoshanos son lentos, pensé mientras apretaba el gatillo de mi propio bláster. Con un sonoro chasquido, mi descarga láser golpeó su arma y la hizo caer al suelo. El cazarrecompensas gritó algo en dosh mientras se agarraba la garra humeante.
–Ríndete –le advertí–. No hay modo de que puedas escapar vivo de mi ciudad. Ríndete ahora y te prometo que vivirás.
El trandoshano gritó algo más en su lengua nativa mientras ojeaba el borde del edificio.
–Y no pienses siquiera en usar tu mochila cohete –añadí–. Con gusto yo mismo te haría volar por los aires.
El cazarrecompensas sabía que había perdido. El fuego se diluyó en sus ojos naranjas mientras permanecía cabizbajo en el tejado, sujetándose la mano herida.
–¿Cuándo aprenderéis, idiotas? –dije al cazarrecompensas mientras el resto de los guardias de Coruscant llegaba al tejado y lo ponían bajo custodia–. Nadie escapa del comandante Fox.
1 El título original, Out Foxed, parece jugar con la expresión “outnumbered”, que vendría a ser “superado en número”. De ahí la traducción elegida. (N. del T.)
2 Aceleración de Partículas Cargadas. En el original, ACP (Accelerated Charged Particle) (N. del T.)
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