viernes, 23 de abril de 2010

El honor de los Jedi (106)

106
-Puentea el código, Erredós -ordena Luke.
Erredós silba con excitación, y luego se pone manos a la obra. En la pantalla destellan alternativamente mensajes de error y advertencias de seguridad. Erredós ronronea y cloquea tranquilamente, ajeno al tenso silencio de los demás en la sala.
Dos minutos más tarde, la videopantalla muestra una ruta desde su situación actual hasta un pequeño cuadro en el nivel más bajo del complejo administrativo. Un instante después, el diagrama de un bloque de celdas parpadea en la pantalla. Contiene sólo 500 celdas, pero tiene el doble de guardias de lo normal y emplazamientos de armas pesadas. Las celdas rodean una zona de interrogatorios abierta, lo que Luke lentamente se da cuenta que debe hacer que sea imposible que cualquier prisionero escape a los gritos de cada víctima torturada.
La tercera celda del lado derecho, nivel dos, se ilumina. Es la número 205.
-Bien, Erredós -dice Luke.
Como si esa fuera la señal, el rostro de un oficial imperial reemplaza al diagrama.
-Terminal PN-9854, explique su violación del procedimiento de autorización con respecto al Bloque de la Muerte.
-¡Bloque de la Muerte! -jadea Sidney.
-¡Mal funcionamiento de droide! -responde Luke rápidamente, deseando tapar con sus palabras la frase del pada-. Estoy analizando patrones de pérdidas de suministro.
-¡Esta violación no ha sido ningún mal funcionamiento de droide! Debería haber pedido la autorización adecuada.
-No puedo esperar tanto -responde Luke, apagando la videopantalla-. Deja que me pruebe ese uniforme, Sidney.
Luke no sabe aún cómo rescatarán a Erling, pero ahora no tiene la menor duda de que requerirá engaño y suplantación de personalidad.
Tras encontrar un uniforme que le sirva a Luke, el grupo abandona la sala. Luke espera que el sable de luz de su cinturón no atraiga atención indeseada. Aunque los oficiales imperiales no llevan sable de luz, Luke rehúsa abandonar su arma favorita. Además, parece improbable que vaya a encontrarse con nadie que pudiera reconocer un sable de luz inactivo.
Dos horas más tarde, giran una esquina para encontrarse cara a cara con dos soldados de asalto. Detrás de los soldados de asalto, un comandante imperial introduce a un twi'lek vestido con harapos por un panel de acceso en el suelo. El twi'lek tiene una tortuosa cicatriz sobre su ceja izquierda.
-Grupo de trabajo de la sub-instalación -dice el primero de los soldados de asalto-. Dad media vuelta.
-No me importa quienes seáis -dice Luke, permaneciendo inmóvil-. He capturado estos dos prisioneros cerca de la instalación de atraque. Voy a confiscar vuestro transporte.
-Tu código de autorización no invalida el nuestro -replica el soldado, alzando amenazadoramente su rifle bláster-. Debéis dar media vuelta.

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