domingo, 4 de abril de 2010

Ylesia (VII)

El flujo de estrellas brilló y se detuvo en el cielo, y el sistema de Ylesia apareció en las pantallas de Jacen. Las alarmas pitaron al descubrir que las naves en órbita alrededor del planeta eran enemigas. Jacen se acercó a Jaina, la líder de la formación, con su ala-X oculto pulcramente detrás del caza de su hermana.
—¡Escuadrón Soles Gemelos, informad! —dijo la voz de Jaina por el comunicador.
—Gemelo Dos —dijo la compañera de ala nemoidiana de Jaina, Vale—, en espacio real con todos los sistemas operativos.
—Gemelo Tres —dijo otro piloto—. En espacio real. Todos los sistemas operativos.
Todos los pilotos fueron informando, hasta que le tocó el turno a Jacen, que había sido agregado al vuelo de Jaina como Gemelo Trece. Hizo su informe, con la Fuerza llenando su mente, y a través de ella sentía a los Jedi: el feroz,y fiel Lowbacca, y los jubilosos Tesar Muy cerca de él; Corran Horn distraído por la lista de control de sus propios pilotos; la sangre fría y el júbilo de Saba Sebatyne y sus Caballeros Salvajes. Y, a más distancia, otros elementos de la flota, la concentración de Tahiri, la determinación melancólica de Alema Rar, la confianza de Zekk, y el puro poder de Kyp Durron, un poder muy semejante a la rabia.
Y, stacando claramente entre todos, Jacen sentía la presencia de Jaina, su mente ardiendo con cálculos como un ordenador.
La fusión Jedi llenaba la mente de Jacen, un mecanismo de comunicación psíquico entre él y los demás Jedi. Estaba impresionado por el poder de la fusión, y por cómo había crecido desde que la había experimentado por última vez en Myrkr. Allí, había sido una bendición con sus pros y sus contras, pero luego el grupo de asalto Jedi en Myrkr se había dividido internamente. Aquí, estaban unidos en un solo propósito.
La sensibilidad de Jacen a la Fuerza había crecido dentro de la fusión, y era consciente de las demás vidas que lo rodeaban, de los pilotos no Jedi del Escuadrón Soles Gemelos, y de otros cercanos, particularmente las mentes disciplinadas del escuadrón Chiss de Jagged Fel que volaba a babor y ligeramente detrás de ellos. Jag había ofrecido su escuadrón para esta lucha, aunque ellos no eran técnicamente una parte de las fuerzas mandadas por Kre'fey. Una vez que le recordaron a Kre'fey que los veteranos de Jag habían sido originalmente una parte del Escuadrón Soles Gemelos antes de separarse, él aceptó la oferta de Jag.
—Escuchad, gente. —dijo la voz de Jaina por el comunicador de nuevo—. Sé que excedemos en número al enemigo, pero eso no hace que la artillería que dispararán contra nosotros sea menos real. Esto no es una maniobra de prácticas, y podéis terminar muertos si no tenéis cuidado. Quiero que todos os peguéis a vuestro compañero de ala y mantengáis los ojos abiertos para evitar que cualquier enemigo consiga maniobrar para ponerse por detrás de vosotros. Manchas —dijo a Lowbacca—, quiero tu vuelo a nuestra derecha, un par de klicks por detrás. Tesar, vosotros volad por encima y detrás.
Encima era un término sin sentido en el espacio, pero era más fácil que decir “a noventa grados del eje entre Lowbacca y yo”, y en cualquier caso Tesar sabía lo que ella quería decir.
—Recibido —dijo Tesar, y Lowbacca dio un rugido de respuesta.
—Recordad que Jagged Fel está a nuestra izquierda. ¿Entendido?
Se escuchó un coro de asentimientos.
—De acuerdo entonces —dijo Jaina—. Enseñemos una o dos cosas a estos traidores.
Jacen estaba impresionado. No se había dado cuenta de que Jaina se había convertido en una líder tan eficaz. Su actuación era aún más impresionante porque, a través de la fusión Jedi, él podía sentirla también examinando sus pantallas mientras hablaba, comprobando sus canales de comunicaciones, y preocupándose por sus pilotos inexpertos mientras trataba de hacer funcionar tácticas que impidieran que se matasen.
Jacen mantuvio su caza pegado en formación detrás de Jaina, un compañero de ala extra para el Líder Gemelo. Sus ojos examinaron las pantallas y vieron que que la armada entera de Kre'fey acababa de entrar ahora en el espacio real, tres fuerzas de tarea agrupadas tan cerca de Ylesia como la sombra de masa del planeta lo permitiera. Cada uno de los tres grupos era equiparable a la totalidad de la flota de la Brigada de la Paz, y tenían la fuerza enemiga atrapada entre ellos. La única esperanza para el comandante enemigo era salir de la órbita al instante y atacar una de las fuerzas de tarea de Kre'fey, esperando poder abrirse paso a través de ella antes de las otras llegaran para superarle.
Los momentos pasaban como el tictac de un reloj, y el comandante enemigo no hizo ningún movimiento. Su única esperanza real estaba resbalándose a través de sus dedos.
Y entonces la flota enemiga se movió, escogiendo como objetivo el Escuadrón Soles Gemelos, y la fuerza de tarea tras ellos.

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