sábado, 25 de junio de 2011

El honor de los Jedi (117)

117
El gamorreano se hizo a un lado.
“La ciudad” es una colección de tabiques fabricados con hojas de metal, plasticajas, cables envueltos en telas, o cualquier otra cosa que los habitantes pueden encontrar para dividir los espacios habitables. Cada diez metros o así brillan faroles, dando al lugar un la apariencia de un pueblo primitivo. Seres de todas clases y formas observan pasar el carro repulsor. Luke reconoce ithorianos, calamarianos, quarren, sullustanos, togorianos, kohanos e incluso un jawa. También ve una docena de razas que no puede identificar. La mayoría son bípedas y aproximadamente humanoides. Sin embargo, también pasan junto a una serpiente peluda con hocico canino que le da escalofríos a Luke.
Tormey los detiene finalmente frente a una gran estructura construida enteramente de láminas de metal. Abre la marcha al interior, seguido por Luke y sus acompañantes. Un gran wookiee con pelaje moteado y dientes amarillentos está sentado ante una mesa improvisada. Varios seres están sentados con él, pero sólo uno atrae la atención de Luke; un twi'lek con una cicatriz en forma de gancho sobre la ceja izquierda. El twi'lek no da muestras de reconocer a Luke.
El wookiee gruñe una pregunta a Tormey, observando a Erling como si sintiera instintivamente que él es el líder del grupo.
-Han venido a arrestarnos, Warburton -responde Tormey.
El wookiee ruge alarmado.
-¡Tormey está bromeando! -dice Luke rápidamente. Los wookiees tienen un peculiar sentido del humor-. Somos refugiados del Bloque de la Muerte.
Esto calma a Warburton. Gruñe una pregunta a Erling. Que Warburton asuma que Erling es el líder del grupo molesta a Luke. Más que intranquilidad, le causa incomodidad; Luke no tiene la menor duda de que Erling dirá algo que les meterá en más problemas.
Tormey se vuelve hacia Erling.
-Quiere saber... -Tormey se detiene en mitad de la frase y camina hacia la puerta. Inclina las orejas hacia delante y escucha intensamente durante varios segundos. Nadie dice ni una palabra. Finalmente, regresa-. ¡Los caparazones blancos se acercan, Warburton!
Warburton mira amenazadoramente a Erling y luego ladra una orden.
-Sí. -Tormey se gira hacia Erling-. Vais a encargaros del perímetro externo con mis gorums. Warburton teme que seáis espías imperiales.
Erling comienza a protestar, pero Luke le detiene.
-Demostremos que se equivoca -dice. Sabe que no conviene discutir con un wookiee.
Vuelven al carro repulsor y abandonan la ciudad. Aunque no dice nada, Luke siente que Sidney preferiría evitar el combate y huir. Erling, sin embargo, está entusiasmado con las expectativas. Luke se asombra en silencio por el cambio. Ciertamente, que asesinen a tu familia podría conducir a la violencia incluso al hombre más pacífico. Pero Erling debería estar huraño y retraído, no orgulloso y celoso. Parece considerar el ataque un desafío a su dignidad personal.
Tormey pide a Luke que estacione el carro repulsor. Asigna a Luke y sus compañeros a una pequeña maraña de equipamiento. No deben atacar hasta que no vean a los gorums luchar.
-¿Dónde están todos los demás? -pregunta Erling.
-Están aquí -responde Sidney, agitando las orejas a un lado y a otro-. Nunca había escuchado a unas criaturas tan silenciosas.
Luke desengancha el sable de luz de su cinturón. Las condiciones son ideales para un arma de lucha cuerpo a cuerpo. Mientras esperan, las mariposas en el estómago de Luke se agitan como murciélagos hambrientos. Sabe que no debe pensar en la muerte; ese es un camino seguro hacia el pánico. Pero no puede evitar estar asustado, y cuanto más espera más asustado está. No puede imaginarse cómo se sienten Sidney y Erling; ninguno de ellos tiene la clase de experiencia de combate que él tiene, y él aún se considera un soldado novato.
Finalmente, el zumbido de un motor repulsor anuncia la llegada de los imperiales. Luke se prepara para activar el sable de luz. Un único carro repulsor aparece ante su vista; transporta cuatro soldados de asalto armados con rifles bláster. Luke sabe que este carro es la unta de lanza. Se mueve por delante del grueso del enemigo para descubrir emboscadas.
Erling se agita, tal vez preparándose para atacar.

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