El Proyecto Ando
Chris Doyle
Miras cansado a tus compañeros mientras te frotas
los ojos para desperezarte. Esforzándote por permanecer alerta, te revuelves
incómodo en la implacable superficie de una silla de duroplástico. La sobria
sala de reuniones, como la mayor parte del resto en la base Chiron, por la
noche está tenuemente iluminada y calentada por escasos calefactores para
conservar recursos. Sin embargo, ahora la base Chiron es tu hogar. Aunque no
hay nada bonito que ver, su ubicación en Tomark II es ideal para tácticas de
ataque y fuga sobre convoyes imperiales. Echas un vistazo a tu crono,
preguntándote cómo habría sido acurrucarse otras tres horas bajo las cálidas
mantas. De pronto, la puerta se abre con un siseo, rompiendo el silencio.
La capitana Amarith entra con grandes zancadas en
la cámara; no podía encontrarse ni una arruga ni una mancha en su uniforme ni
en sus pulidas botas negras. Tu oficial superior se coloca en la cabecera de la
mesa y hace una pausa para elegir cuidadosamente sus palabras.
-Gracias por responder a mi convocatoria de
urgencia. Lamento interrumpir su descanso, pero ha surgido una situación
delicada. –Hizo otra pausa, como si no estuviera segura de cómo continuar-. Se
les ordena dirigirse directamente al Gambito,
mi nave personal, sin hablar de esta reunión con nadie. Suban a bordo,
despeguen, y planeen un salto hiperespacial usando las coordenadas del
ordenador de navegación para llegar a su destino. Sólo cuando estén de camino y
a salvo deben reproducir este holovídeo.
La capitana Amarith echa un vistazo de un lado a
otro mientras extrae un pequeño disco negro de una parte oculta de su uniforme.
Lo coloca en la brillante superficie de la mesa y lo desliza hacia tu grupo.
Continúa en un susurro rasgado.
-Contiene información sobre su misión. Me gustaría
poder decirles más, pero me temo que haya traidores en la base.
”El Gambito
está equipado con todos los objetos necesarios que puedan necesitar en la
misión. Y, por favor, tengan cuidado con mi nave. Me gustaría que me la devuelvan
de una pieza. Buena suerte, y que la Fuerza les acompañe. –Dicho eso, se dio la
vuelta y salió apresuradamente de la cámara, con el resonar de los tacones de
sus botas traicionando sus, por otra parte, sigilosos movimientos.
Abandonáis la sala de reuniones y entráis con
cautela en la extensa bahía del hangar. Parece desierta, salvo por un droide astromecánico
que trabaja en un baqueteado caza ala-A, emitiendo cháchara electrónica. Os
dirigís hacia el lado más alejado del hangar entes de poder ver la forma
estilizada del yate espacial, el Gambito.
Debe medir unos 30 metros
de largo y está cubierto con ventanas de transpariacero opaco. El casco no
tiene ni una sola mancha y está pulido hasta el punto de que brilla, incluso
bajo la tenue luz del hangar. Estacionado entre dos cazas ala-Y cubiertos de
carbonilla, la nave de recreo destaca como un bantha en una llanura de sal.
Ascendéis por la rampa de acceso y os abrís camino
hasta el puente. Estás sorprendido de que la capitana os confíe su nave para
esta misión. En cuestión de minutos, los motores se calentaron y salís
disparados fuera del hangar, con cuidado de no rozar el delicado casco con las
puertas del hangar. La nave asciende firme, sin el menor gemido de sus motores.
En cuestión de instantes, las coordenadas se descargan y, empujando una
palanca, los puntos de las estrellas se estiran formando las líneas blancas del
hiperespacio.
La temblorosa imagen incorpórea de la capitana
Amarith cobra vida de repente en la plataforma del holoproyector. Viste su
meticuloso uniforme, permaneciendo sobriamente en posición de firmes.
-Saludos. Lamento no haberles informado en la base,
pero esta es una misión de alto secreto y no podía ponerla en peligro
discutiendo los detalles donde podían ser espiados.
La imagen parpadea y luego continúa.
-Se encuentran de camino a Ando, un mundo acuático a
varias horas de camino. El planeta está bajo férrea observación imperial, de
modo que tendrán que tirarse un farol para poder tomar tierra en la superficie.
Les sugiero que finjan ser turistas adinerados visitando lugares exóticos. La
apariencia del Gambito apoya esa
afirmación, y hay un guardarropa entero de ropas caras en el almacén de popa
para mantener esa tapadera. También hice que prepararan tarjetas de pase falsas
para su grupo.
La imagen hace una pausa, como si esperase una
respuesta.
-Después de que hayan aterrizado, deben dirigirse
al Mirador Celeste, un popular punto turístico elevado sobre el océano. Su
contacto es un aqualish aquala con un parche negro cubriéndole el ojo
izquierdo. Tiene la descripción de su grupo, de modo que él hará el primer
contacto.
”Hay equipamiento adicional oculto en un
compartimento secreto del almacén de popa. Sírvanse usar cualquier cosa que
crean que sea necesaria para la misión, pero recuerden no malgastar nada. La
Alianza tiene problemas para conseguir suministros, y los recursos deben
conservarse si resulta posible. El ordenador del Gambito también contiene archivos de datos sobre Ando y los
aqualish, así que tal vez quieran hacer uso de ellos.
”Una última nota: va contra las leyes imperiales
poseer una nave armada en Ando. Gracias al anterior dueño de esta nave, las
armas están bien ocultas. Mientras estén cerca de Ando, no las revelen salvo
que sea absolutamente necesario. Buena suerte, y que la Fuerza les acompañe.
Con una profunda respiración, la capitana Amarith
se cuadra antes de que la proyección oscile y desaparezca.
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