martes, 12 de enero de 2021

Entrevista: Lama Su

Entrevista:
Lama Su

Kevin Rubio
Ilustración: Ken Steacy

Una sincera conversación con el prestigioso clonador sobre mutaciones genéticas, Dick Clark y aprender a quererse a uno mismo

Aunque pocos han escuchado hablar de los kaminoanos, aquellos que los conocen saben que son los clonadores más preeminentes de la galaxia. Sus habilidades se desarrollaron como medio de supervivencia cuando los océanos de su planeta cubrieron la tierra. La práctica de la crianza selectiva fue necesaria para mantener viable la especie kaminoana.

Los aparentemente serenos e inocentes kaminoanos poseen un ingenio científico que les permite destacar en la manipulación genética de las especies. Se enorgullecen de su trabajo, aparentemente ajenos a las consecuencias de su destreza.

Los kaminoanos son educados en la superficie, pero albergan una profundamente asentada intolerancia a la imperfección. En la clonación, un simple fallo puede causar dañinas mutaciones genéticas en una remesa completa. Supervisan minuciosamente cada remesa, en busca de cualquier desviación en la bioquímica durante el proceso de crecimiento y reacondicionando a clones díscolos que se hayan vuelto demasiado individualistas durante el entrenamiento.

Los kaminoanos se interesan poco por la vida más allá de su sistema solar, excepto cuando realizan un pedido. Están muy apartados de la política galáctica y no tienen reservas éticas acerca de su trabajo. Sin embargo, desde que proporcionaron un ejército hecho a medida para la República, han sido arrastrados al meollo de los asuntos galácticos. Hemos pensado que sería interesante dar a nuestros lectores la oportunidad de conocer a estos seres y aprender un poco acerca de su “producto”.

Así pues, hemos enviado al guionista/director Kevin Rubio a Ciudad Tipoca, capital del mundo asolado por tormentas de Kamino. El vuelo chárter de Kevin se perdió ligeramente navegando por el laberinto Rishi, pero afortunadamente pudo evitar ser engullido por agujeros negros. Después de que le ofrecieran una muy necesaria toalla, una sorprendentemente buena comida, y una exhaustiva visita a las instalaciones de clonación, Kevin se sentó con el primer ministro Lama Su y una “muestra” de su producto.

 

LS: Bienvenido, Señor Rubio. Confío en que nuestra visita le haya resultado instructiva.

KR: Ha sido muy educativa, gracias. Me ha extrañado un poco que uno de los miembros del equipo quisiera uno de mis cabellos...

LS: ¿Puedo ofrecerle algo antes de comenzar?

KR: ¿Tendría un poco de agua?

LS: Muy divertido. Tengo entendido que es usted un poco gracioso.

KR: En realidad, no trataba de ser gracioso. Tanto caminar me ha dado mucha sed... ¿qué quiere decir con “un poco”?

LS: (a su ayudante) Un vaso de agua para el señor Rubio, por favor.

KR: Gracias. ¿Qué tal si empezamos por las preguntas sencillas? ¿Por qué la clonación?

LS: Es lo que mejor sabemos hacer. Al principio, era para salvarnos a nosotros mismos de la extinción. Lo que inicialmente era crianza selectiva para fortalecer la base genética evolucionó en una forma muy avanzada de duplicación genética. Por tanto, clonación.

KR: ¿Hay mucho mercado para los clones?

LS: Nuestra clientela es mínima, pero lucrativa. Por supuesto, siempre hay margen para la expansión. La República tiene que recibir otro millón de soldados clon dentro de pocos años, nuestro mayor encargo hasta la fecha.

KR: ¿Quién fue su primer cliente?

LS: Por favor, discúlpeme. No tengo la libertad de divulgar esa información. Nos enorgullecemos de nuestra confidencialidad. Puedo decirle que era un encargo pequeño y personal que nos proporcionó mucho reconocimiento.

KR: La clonación está en auge allá de donde vengo, pero aún no está ni de lejos a su nivel. ¿Cree que hay mercado en la Tierra para sus servicios?

LS: Por lo poco que sé de su cultura, deduzco que la mayoría de estrellas de cine resultarían fuentes populares... particularmente ese tal Brad Pitt; tengo entendido que sus servicios son muy solicitados.

KR: Si tuviera la oportunidad, ¿a quién de la Tierra estaría interesado en clonar?

LS: El líder espiritual que oficia el ritual anual de la caída de la estrella ante miles de devotos feligreses. ¿Cómo lo llaman?

KR: ¿Dick Clark?[1]

LS: ¡Sí! Un ejemplar excelente.

KR: ¿Qué hay de Albert Einstein, o Gandhi?

LS: No conozco a esos dos. ¿Siguen en activo?

KR: Bueno, ambos están muertos, pero pensaba que todo lo que necesitaban era una muestra genética.

LS: Cierto, pero nos preciamos de buscar la perfección. Las muestras más viables proceden de donantes vivos, y la reanimación está en contra de nuestra política. Sin un donante disponible para estudiarlo en detalle, no podemos asegurar que el producto alcance nuestros elevados estándares.

KR: ¿Alguna vez han tenido una... hm, remesa mala?

LS: No desde hace bastante tiempo. Hemos perfeccionado el proceso, eliminando virtualmente todas las mutaciones aleatorias.

KR: Teniendo en cuenta su línea de negocio, ¿qué opina sobre la teoría del caos? Ya sabe, “la vida se abre camino...”

LS: La teoría del caos sólo puede aplicarse a entornos naturales donde las variables están en constante estado de flujo. Dado que nuestro proceso está bajo meticulosa supervisión, su “teoría del caos” es irrelevante. Seríamos negligentes si permitiéramos tal cosa aquí.

KR: ¿Han eliminado todas las mutaciones aleatorias?

LS: Ninguna mutación es realmente aleatoria; sólo es cuestión de lo bien que las documentes. Tenemos una media de siete clones aberrantes cada doscientos. Habitualmente podemos corregir mutaciones dañinas mediante condicionamiento intensivo.

KR: Hablando de acondicionamiento, he visto la última remesa de clones –eso todavía sigue sonando raro- con esos alucinantes auriculares. Parecían aprender a un ritmo acelerado.

LS: En realidad estaban jugando a uno de esos juegos multijugador masivo en línea. Es triste, en realidad. Siempre acaba del mismo modo: Todos quieren ser soldados, así que no hay nadie para cosechar comida, construir tabernas, o fabricar armas. Sin nadie que les diga qué hacer, se limitan a dar vueltas y esperar a que el siguiente monstruo aparezca y se los coma.

KR: Este último pedido –el Ejército de la República- ¿es su mayor logro?

LS: Desde luego que sí. Nuestro éxito se debe a nuestra fuente original tanto como a nuestros elevados estándares. Jango Fett es uno de los mejores ejemplares que hemos visto jamás. No sólo proporciona su material genético, también ayudó en el entrenamiento de la primera remesa. Nunca antes habíamos tenido una fuente tan involucrada en el proceso. El material genético de Jango se ha usado para producir 200.000 ejemplares totalmente desarrollados y entrenados, y el millón restante en proceso. ¿Le apetecería conocer a uno?

KR: Claro.

LS: (señalando la entrada de la habitación) Le presento al soldado clon CT-282-SD00001-98372513B. Puede llamarle “dos-ocho-dos” para abreviar. Si no le importa, les dejaré a los dos a solas por instante. Se requiere mi atención inmediata, pero regresaré en breve.

KR: Es un placer conocerle.

282: Gracias, señor.

KR: Bueno, ¿qué se siente al levantarse cada mañana y encontrarse con uno mismo durante todo el día?

282: Es bastante reconfortante, señor. No tengo necesidad de demostrar que soy mejor que ningún otro, porque todos somos iguales.

KR: Si dos clones se enfrentasen en una pelea, ¿quién ganaría?

282: Eso dependería de su entrenamiento, señor. Una competición entre dos miembros de la misma clase terminaría en tablas.

KR: Eso debe de ser frustrante.

282: No, señor. Confirma que todos somos igualmente capaces.

KR: ¿Cómo el comunismo?

282: En realidad sería más como el socialismo, pero la analogía seguiría siendo incorrecta. La palabra que está buscando es “militarismo”.

KR: Muy bien... ¿Hay alguna cosa en la que usted como individuo sea mejor, que no tenga que ver con su entrenamiento?

282: Sí, puedo... no, espere. Hay como otros 30.000 que pueden hacer eso... Bueno, yo... hmm. Hay una... no, ellos también pueden hacer eso. Me temo que debo decir que no, señor.

KR: Entonces supongo...

282: ¡Espere! Puedo manejar un... no. Maldición, todo el mundo puede hacer eso. Eh, continúe, por favor.

KR: Entonces realmente no sabe lo que es ser “uno entre un millón”, ¿verdad?

282: No, en realidad es más como ser uno de un millón.

KR: ¿Alguna vez os hacéis bromas entre vosotros, como fingir ser otro?

282: Con el debido respeto, señor, esa broma se hizo vieja antes de mi primer cumpleaños.

KR: Lo siento... bueno, parece que Lama Su está de vuelta, y ha traído a alguien más... ¡Oh, dios mío! ¡Soy yo!

LS: Señor Rubio, confío en que dos-ocho-dos le haya resultado instructivo.

KR: Eh... parece que la clonación añade unos cuantos kilos, ¿no? Sin embargo, tengo muy buen aspecto, aunque sea yo quien lo diga. De todas formas, es un poquito espeluznante... Lo siento, primer ministro, ¿qué decía?

LS: Su editor me dijo que tiene usted cierta tendencia a entregar sus encargos a última hora. Le presento esta muestra de nuestro trabajo, sin coste para usted. Esperamos que nuestro presente le ofrezca buen servicio.

KR: Eso es muy amable, pero, eh...

KR2: ¿A quién tratas de engañar? Si alguien necesita esto, eres . Primer ministro, ¿le ha preguntado acerca de su loca teoría de la “mente colmena”?

LS: Bueno, no, él no...

KR2: ¿No le has preguntado eso?

KR: Me despisté un poco con todos los clones rondando...

KR2: ¿Y la pregunta del marxismo frente al socialismo?

282: En realidad, él pensó que era comunismo.

KR2: Qué idiota...

KR: ¡Eh!

LS: Asombroso, señor Rubio, ¿no cree?

KR: No es exactamente la palabra que yo usaría...

KR2: No me sorprende, teniendo en cuenta tu vocabulario.

KR: Oh, cállate.

KR2: Cállate tú.

KR: Sabes, si no fueras yo, te...

KR2: ¿Qué, me agredirías verbalmente con coletillas mal citadas de películas icónicas de los 80?

KR: ¡Basta! Cuando salgamos de aquí...

KR2: ¿Sabían que su predilección por las rubias se basa en el hecho de que nunca pudo olvidar a una chica que le rechazó en el instituto?

LS: ¿En serio? Qué triste. Podríamos ser capaces de conseguir otra muestra que pueda ayudarle con su, hm, “problema”.

KR: ¡Espera a que te ponga las manos encima! ¡Estás muerto!

KR2: ¿Cómo se llamaba? ¡Ah, sí, Pamelyn Ferdin!

KR: ¡Deja de huir, cobarde!

KR: ¡Atrápame si puedes, pringado!

LS: Ha sido un placer, señores Rubio. Por favor, vuelvan otro día, y hablen de nosotros a todos sus amigos.



[1] Dick Clark (1929-2012) fue un conocido presentador de televisión estadounidense que se encargó durante cuatro décadas (de 1972 a 2012) de retransmitir la llegada del año nuevo desde Times Square, en Nueva York. En la fecha de publicación original de este artículo (abril de 2003) contaba con 73 años de edad y ya era una de las personas de más edad en activo en la televisión. Aún permaneció en activo hasta su muerte, con 82 años. (N. del T.)

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