domingo, 10 de enero de 2010

El honor de los Jedi (48)

48
Luke niega con la cabeza casi imperceptiblemente. Sidney asiente, y luego desaparece de la vista. Los soldados escoltan a Luke y Gideon al piso superior, luego sujetan sus manos con grilletes de duracero y los encierran en un armario.
El armario es pequeño y oscuro como boca de lobo. Gideon está apretujado contra Luke. Luke está aprisionado contra la pared y apenas puede moverse. Los soldados han apretado los grilletes tanto que el metal se clava en el hueso, enviando un constante latigazo de dolor subiendo por sus antebrazos. La única buena noticia es que el sable de luz aún cuelga de su costado.
-Bueno, al menos hemos encontrado un modo de entrar en Tol Ado -dice Gideon.
-Puede que hayas tenido una idea -dice Luke-. ¿No dijo Parnell que íbamos a ir al mismo bloque de celdas que Erling?
-¡Espera un momento, hijo! Sólo estaba bromeando. Estaríamos locos si no tratásemos de escapar.
-No estoy seguro de estar de acuerdo contigo.

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