martes, 13 de noviembre de 2012

Las aventuras de Dannen Lifehold: Cambiando las probabilidades (I)


Las aventuras de Dannen Lifehold: Cambiando las probabilidades
Dave Marron

-¿Hemos llegado ya?
Dannen miró a Purr. Era la cuadragésima vez que se lo había preguntado durante ese viaje de dos semanas a través del hiperespacio, y le había estado volviendo loco. Esta vez, sin embargo, tenía una respuesta para ella.
-Pronto deberíamos salir en Rafft -dijo.
-¿Entonces nos encontraremos con esta... Rebelión?
-Más o menos. Vamos a conocer a un grupo de rebeldes que trabajan fuera de este sistema.
Purr miró las líneas estelares.
-¿Qué dijiste que hacían?
Dannen puso los ojos en blanco.
-Dije que eran guerrillas Se especializan en tácticas de ataque y huida: llegan, hacen explotar algo, y se van.
Los ojos de Purr se abrieron como platos.
-¿Estamos llevando bombas?
-No, estamos llevando suministros médicos. Parece que su tanque bacta falló y explotó, por lo que tenemos uno nuevo con un poco de bacta fresco.
-¿La gelatina curativa?
-Si. Eso y otras cosas. Son sólo suministros médicos, Purr. No vamos a salir volando. -Por lo menos, espero que no, pensó.
En ese momento, el hiperimpulsor se desactivó. Las estrellas recuperaron su apariencia normal fuera de la carlinga, con aspecto de diamantes alrededor de la esfera verde que flotaba en medio de ellos.
Dannen comprobó sus lecturas, y luego señaló con la cabeza hacia el planeta.
-Ya está, Purr. Eso es Rafft.
A medida que el Salvavidas se acercaba al planeta, Purr miró a Dannen con curiosidad.
-¿Qué es la Rebelión?
Dannen hizo una mueca.
-No es algo que se pueda describir en pocas palabras. ¿Sabes qué son los soldados de asalto imperiales?
-¿Los hombres de armadura blanca?
-Sí. Bueno, ellos son el brazo de la ley del gobierno galáctico, que está controlado por un hombre llamado Emperador. Pues bien, hay algunos que creen que el Emperador es malvado, y están tratando de destruirlo.
Purr pensó en eso.
-¿Lo es?
Dannen la miró.
-¿Es qué?
-Malvado.
Dannen pensó en mentir, pero después eligió decir la verdad.
-Sí, lo es. Quiere controlarlo todo y a todos.
-¿Por qué no quieres trabajar para ellos?
-¿Qué, para la Rebelión? Bueno, es una batalla perdida. El Imperio es demasiado poderoso para ellos. Y, por supuesto, si se enteran de que trabajas para los rebeldes, te matan. -Dannen sonrió con tristeza-. Linkaas es un ser que me quiere muerto. No necesito todo un gobierno detrás de mí... eh, de nosotros.
Purr sonrió al ser incluida.
-¿Entonces Krell arregló esto para nosotros? Tiene que ser un muy buen amigo.
-Sí. El mejor. -Dannen contempló en el planeta, perdido en sus pensamientos...

***

-Y esa es la historia, Krell.
Krell se había quedado mirando boquiabierto a Dannen, luego a Purr, y luego a Dannen otra vez.
-No puedo creerlo. Linkaas nunca fue muy dado a la sutileza. Entonces, ¿qué estáis haciendo vosotros dos aquí en Alderaan?
-Lo que siempre he estado haciendo. Buscar cargas para transportar. Transportar cargas y permanecer fuera de su camino.
-¿Qué hay de la Rebelión?
-¿La Rebelión? -dijo Purr.
-Es una larga historia... Te la explicaré más tarde -dijo Dannen-. No me interesa la política, Krell.
Krell se levantó para sacar una botella fresca de la unidad de refrigeración en la sala de estar de su casa.
-¿No os habéis enterado? He oído rumores de que el Imperio está desarrollando un proyecto especial -dijo, inclinándose hacia adelante, convirtiendo sus palabras en susurros-. Y cualquier proyecto especial que desarrolle el Imperio ciertamente pone en peligro la libertad de los mundos amantes de la paz.
Dannen sonrió.
-¿Has estado tomando la especia de Linkaas? ¿Cómo sabes lo que está haciendo el Imperio?
-Tengo algunos amigos de confianza que tendrían acceso a esa información...
-Mira, Krell -dijo Dannen-, sólo necesito un consejo sobre dónde puedo ir para conseguir algunos créditos. Te conozco desde hace mucho tiempo... Tú lo sabes todo. Dame una idea.
Krell pensó, y miró a su compañero de toda la vida.
-¿Estás dispuesto a trabajar para la Rebelión?
-¿Cómo, a tiempo completo? Nones. Sabes lo que siento por ellos, pero por lo general no me involucro en política. –Lo pensó durante un momento-. Te diré lo que haré: Transportaré algún cargamento para ellos, pero no voy a implicarme.
-Está bien, prepararé una reunión. Cuando tenga algo para ti, te dejaré un mensaje. ¿Estás en el espaciopuerto?
-Sí, no podemos permitirnos una suite de lujo, precisamente -sonrió Dannen.
-Por supuesto, por supuesto. Dadme un par de días; dejaré un mensaje con la palabra clave en el puerto cuando tenga algo.
Dannen se levanto.
-Bien. Alderaan es un lugar agradable para visitar, pero está demasiado cerca del límite para mí, ¿sabes?
Krell sonrió mientras les mostraba la puerta.
-Sí, lo sé.


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