Las aventuras de Dannen Lifehold: Cambiando
las probabilidades
Dave Marron
-¿Hemos llegado ya?
Dannen miró a Purr. Era la cuadragésima vez
que se lo había preguntado durante ese viaje de dos semanas a través del
hiperespacio, y le había estado volviendo loco. Esta vez, sin embargo, tenía
una respuesta para ella.
-Pronto deberíamos salir en Rafft -dijo.
-¿Entonces nos encontraremos con esta...
Rebelión?
-Más o menos. Vamos a conocer a un grupo de
rebeldes que trabajan fuera de este sistema.
Purr miró las líneas estelares.
-¿Qué dijiste que hacían?
Dannen puso los ojos en blanco.
-Dije que eran guerrillas Se especializan en
tácticas de ataque y huida: llegan, hacen explotar algo, y se van.
Los ojos de Purr se abrieron como platos.
-¿Estamos llevando bombas?
-No, estamos llevando suministros médicos.
Parece que su tanque bacta falló y explotó, por lo que tenemos uno nuevo con un
poco de bacta fresco.
-¿La gelatina curativa?
-Si. Eso y otras cosas. Son sólo suministros
médicos, Purr. No vamos a salir volando. -Por
lo menos, espero que no, pensó.
En ese momento, el hiperimpulsor se desactivó.
Las estrellas recuperaron su apariencia normal fuera de la carlinga, con
aspecto de diamantes alrededor de la esfera verde que flotaba en medio de
ellos.
Dannen comprobó sus lecturas, y luego señaló
con la cabeza hacia el planeta.
-Ya está, Purr. Eso es Rafft.
A medida que el Salvavidas se acercaba al planeta, Purr miró a Dannen con curiosidad.
-¿Qué es la Rebelión?
Dannen hizo una mueca.
-No es algo que se pueda describir en pocas
palabras. ¿Sabes qué son los soldados de asalto imperiales?
-¿Los hombres de armadura blanca?
-Sí. Bueno, ellos son el brazo de la ley del
gobierno galáctico, que está controlado por un hombre llamado Emperador. Pues
bien, hay algunos que creen que el Emperador es malvado, y están tratando de
destruirlo.
Purr pensó en eso.
-¿Lo es?
Dannen la miró.
-¿Es qué?
-Malvado.
Dannen pensó en mentir, pero después eligió decir
la verdad.
-Sí, lo es. Quiere controlarlo todo y a todos.
-¿Por qué no quieres trabajar para ellos?
-¿Qué, para la Rebelión? Bueno, es una batalla
perdida. El Imperio es demasiado poderoso para ellos. Y, por supuesto, si se
enteran de que trabajas para los rebeldes, te matan. -Dannen sonrió con
tristeza-. Linkaas es un ser que me quiere muerto. No necesito todo un gobierno
detrás de mí... eh, de nosotros.
Purr sonrió al ser incluida.
-¿Entonces Krell arregló esto para nosotros? Tiene
que ser un muy buen amigo.
-Sí. El mejor. -Dannen contempló en el
planeta, perdido en sus pensamientos...
***
Krell se había quedado mirando boquiabierto a
Dannen, luego a Purr, y luego a Dannen otra vez.
-No puedo creerlo. Linkaas nunca fue muy dado
a la sutileza. Entonces, ¿qué estáis haciendo vosotros dos aquí en Alderaan?
-Lo que siempre he estado haciendo. Buscar
cargas para transportar. Transportar cargas y permanecer fuera de su camino.
-¿Qué hay de la Rebelión?
-¿La Rebelión? -dijo Purr.
-Es una larga historia... Te la explicaré más
tarde -dijo Dannen-. No me interesa la política, Krell.
Krell se levantó para sacar una botella fresca
de la unidad de refrigeración en la sala de estar de su casa.
-¿No os habéis enterado? He oído rumores de
que el Imperio está desarrollando un proyecto especial -dijo, inclinándose
hacia adelante, convirtiendo sus palabras en susurros-. Y cualquier proyecto
especial que desarrolle el Imperio ciertamente pone en peligro la libertad de
los mundos amantes de la paz.
Dannen sonrió.
-¿Has estado tomando la especia de Linkaas?
¿Cómo sabes lo que está haciendo el Imperio?
-Tengo algunos amigos de confianza que tendrían
acceso a esa información...
-Mira, Krell -dijo Dannen-, sólo necesito un
consejo sobre dónde puedo ir para conseguir algunos créditos. Te conozco desde
hace mucho tiempo... Tú lo sabes todo. Dame una idea.
Krell pensó, y miró a su compañero de toda la
vida.
-¿Estás dispuesto a trabajar para la Rebelión?
-¿Cómo, a tiempo completo? Nones. Sabes lo que
siento por ellos, pero por lo general no me involucro en política. –Lo pensó
durante un momento-. Te diré lo que haré: Transportaré algún cargamento para
ellos, pero no voy a implicarme.
-Está bien, prepararé una reunión. Cuando
tenga algo para ti, te dejaré un mensaje. ¿Estás en el espaciopuerto?
-Sí, no podemos permitirnos una suite de lujo,
precisamente -sonrió Dannen.
-Por supuesto, por supuesto. Dadme un par de
días; dejaré un mensaje con la palabra clave en el puerto cuando tenga algo.
Dannen se levanto.
-Bien. Alderaan es un lugar agradable para
visitar, pero está demasiado cerca del límite para mí, ¿sabes?
Krell sonrió mientras les mostraba la puerta.
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