Zuxu |
El que no consiguió escapar...
Rick D. Stuart
Debe comprender, doctor, que
para empezar acepté ir de vacaciones porque sabía que necesitaba un descanso.
La producción de la fábrica por fin estaba cubriendo sus cuotas, de modo que
pensé que sería un buen momento para alejarme por un tiempo. Hendrixen sugirió un
poco de paz y tranquilidad, una inofensiva escapada de pesca a un recóndito
lago en Ganlihk. Pensé, ¿por qué no? Así que alquilé algo de equipo y nos
trasladamos allí sin problemas.
Comenzó desde el primer día,
¿sabe? Estábamos fuera, en el lago... qué rincón tan hermoso; tan agradable y
sereno. Esa mañana llevábamos fuera cosa de una hora cuando por primera vez le
vi a Él. ¿Que a quién? Pues a Él, claro. ¡Al pez! Al pez en el agua.
Vi cómo Él daba vueltas continuamente alrededor del barco. Vueltas y vueltas,
como si Él estuviera tratando de decidir algo. Se lo mencioné a Hend’, pero siempre
decía que no veía nada. Pero Él estaba allí, se lo aseguro.
Oh, Él se alejó después de un
rato y conseguí echar una cabezada, pero Él regresó nuevamente. Él regresó y
asomó su cabeza fuera del agua. Ahora me doy cuenta de que Él quería echarme un
buen vistazo. ¡Él quería recordar cuál era mi aspecto! Le grité a Hend’, pero
se limitó a decir que eran imaginaciones mías. Pero yo sabía que no era así.
Mire: esa noche, cuando
terminamos de cenar y nos retiramos a pasar la noche, le escuché. Escuché como
Él saltaba dentro y fuera del agua. “Splish,
splash, splish, splash.”
Él ya se había decidido, ¿sabe?
Ya había tomado una decisión. Iba a ir a por mí. Al principio traté de no
pensar en Él. Traté de ir a dormir, pero no hubo forma. Sabía que Él estaba ahí
fuera... ahí fuera aguardando su momento.
A eso de la medianoche, escuché
un sonido extraño. Al principio, pensé que sólo eran los ronquidos de Hend’,
pero escuchando con más atención pude darme cuenta de que era otra cosa. “Flop flop, flop flop.”
Y entonces escuché ese horrible
sonido de crujidos. Después de un rato, ya no pude aguantar más, así que me
levanté y salí fuera. Alumbré con mi vara luminosa los restos de la hoguera del
campamento, ¡y allí estaba Él! Había esperado hasta que nos durmiéramos, ¿sabe?
Y entonces Él salió reptando del agua, caminando sobre sus aletas, buscándome.
Estaba comiéndose lo que quedaba de nuestras capturas de la tarde cuando le vi.
Cuando la luz le alumbró, Él detuvo su infernal crujido y comenzó a
perseguirme.
Era rápido, debo admitirlo,
¡pero yo lo era más! Me persiguió, pero conseguí llegar al bosque. Comenzó a
buscarme. En una ocasión Él casi me atrapó, pero yo era demasiado listo para
Él. Supuse que Él no podía trepar a un árbol ryless, ¡y así fue cómo le vencí!
Trepé, tan rápido como pude, ahí estaba él, allá abajo, alzando la mirada hacia
mí, y abriendo y cerrando una y otra vez sus inmensas mandíbulas. Seguí
lanzándole conos de semillas hasta que Él finalmente se fue reptando. Esa mañana,
más tarde, Hend’ me encontró. No me creyó, lo sé. Pero yo había sobrevivido.
¡Yo era el vencedor! Eso era lo importante.
Más tarde, le dije a Hend’ que
pensaba volver al pueblo y conseguir un bláster. Le dije a Hend’ que no tenía
motivos para tener miedo. Le protegería de esa maldita criatura. Conozco mis
deberes hacia mis amigos, puede creerme. Me dije que cuando Él regresara,
estaría preparado. ¡Y Él regresaría, doctor! Sabía que Él querría igualar el
marcador. ¡Lo sabía!
Así que ya ve, doctor, en
realidad no me pasa nada malo. Admito que puede que haya exagerado un poco
cuando comencé a plantar trampas a lo largo del borde del lago. Cuando vuelvo a
pensar en ello, habría sido mucho mejor dejar que el monstruo saliera de nuevo
a la orilla, dejar que se acercara de verdad esta vez, ¡y entonces acabar con
Él! ¡Sería un trofeo único, se lo puedo asegurar! Podría enseñárselo a Hend’.
Se lo enseñaría. ¡Se lo enseñaría a todos ustedes! Soy realmente bueno con un
bláster, ¿sabe? Si me quita estas esposas, puedo enseñárselo. ¡Tire un pez al
aire y le daré, justo en medio, antes de que golpee el suelo! Póngame a prueba,
y lo verá. No habrá traído ningún pez con usted, ¿no, doctor?
¿No? Bueno, no pasa nada. En
realidad, creo que estamos p-progresando mucho. Aunque me gustaría que aflojase
estas ataduras un poco, doctor. Realmente
estoy Mucho Mejor, ¿sabe...?
-Fragmento de conversación grabada con el Paciente 3287, en la
Instalación Psiquiátrica Londorim, bajo la supervisión del Doctor G.L. Kisheb.
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