La huida de los Jedi
Phil Sidebotham
Los jóvenes estudiantes de la fuerza llevaban horas
atrapados en ese almacén infernal esperando que regresara Carran, su contacto
en la Rebelión. Fuera, las tropas de asalto patrullaban las calles de la ciudad.
De pronto, la puerta trasera se abrió con un siseo. ¿Carran?
Pero en lugar del anciano, una figura fuerte y canosa se deslizó en la tenue
luz. Antes de que nadie pudiera hablar, la claraboya sobre ellos se hizo
añicos. Al instante el almacén fue ametrallado por fuego de bláster. ¡El
Imperio les había encontrado!
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