viernes, 27 de marzo de 2009

El honor de los Jedi (2)

2

El rostro del piloto rebelde muestra determinación.
-Iremos a Tol Ado.
-Deberíamos ir primero al centro de visitantes -dice Gideon.
-¿Centro de visitantes? -exclama Luke. Nunca ha oído hablar de algo semejante en una prisión imperial-. ¿Está de broma?
-El Parnell considera su prisión como la obra de arte -explica Sidney-. Ha construido la vitrina de exposición adecuada.
-Sí. Y es un recordatorio de lo que puedes esperar si te sales de la línea. Es un buen lugar para un pase rápido de reconocimiento y planificación.
-De acuerdo -dice Luke.
-Sidney y yo tomaremos mi Cubo de rocas -sugiere Gideon-. Tú puedes seguirnos. Dos naves podrían resultarnos útiles.
Luke sonríe con picardía.
-No creo que eso sea muy inteligente -dice-. Mi nave es un ala-X.
Tanto Gideon como Sidney alzan una ceja. La mayor parte de los pilotos saben que el ala-X es el caza estelar favorito de la Alianza.
-Si viniste en el ala-X... -comienza a preguntar Sidney.
-No hagas al muchacho preguntas que no pueda contestar -interrumpe Gideon-. Pero lo que está claro como una nova es que no podemos dejar esa cosa aquí. No tengo duda de que Parnell volverá.
Sidney ofrece un plan.
-Milton 40.005 está cerca, y tiene muchos cráteres profundos y minas antiguas. Recientemente me detuve allí para reparar el activador del repulsor. Nadie ha tocado su superficie durante décadas.
-Suena bien -dice Luke-. Indica el camino.
Cuando Luke vuelve a su caza estelar, Erredós no para de hacer advertencias y preguntas acerca del general imperial. Mientras se prepara para el lanzamiento, Luke le explica pacientemente lo que ha pasado y que pretende rescatar a Erling. Erredós pita y silba, lanzando comentarios en la videopantalla tan rápidamente que Luke apenas puede leerlos.
-¿Realmente te gusta la idea? -Luke despega. La nave minera con forma de caja de Gideon ya flota sobre Henryson-. Recuérdame que haga que revisen tus circuitos de motivación -dice frívolamente Luke-. Además, tú no vas.
Erredós chirría y sisea enfadado.
-Porque lo digo yo, por eso -responde Luke-. Lo que voy a hacer ya es bastante malo. El general Dodonna se volvería loco si resultas dañado.
El droide permanece en silencio un largo rato, y luego muestra un breve mensaje en la videopantalla.
-¡Eso es chantaje! -exclama Luke-. No te atreverás.
El mensaje permanece.
Luke suspira.
-Vale, pero definitivamente voy a hacer que revisen tus circuitos de motivación. ¿Quién ha oído hablar nunca de un droide con sed de aventuras?
Poco después, Gideon lidera el camino hacia una roca de unos treinta kilómetros de ancho, con forma más o menos cuadrada. Descienden en un pequeño cráter negro, de no más de 20 metros de ancho. De repente se encienden las luces de la parte delantera del Cubo de rocas. El cráter es realmente un profundo túnel que conduce al interior del asteroide. Luke admira la pericia y la confianza de Gideon. La nave del minero apenas tiene dos metros de margen a cada lado.
Finalmente, tras tres tensos minutos, alcanzan un ensanchamiento en el túnel y Gideon hace girar su nave. Luke aterriza el ala-X, se ajusta dentro su traje de vacío, y luego ayuda a Erredós a subir por la rampa de entrada del Cubo de rocas.
El interior de la nave minera de Gideon es oscuro sin llegar a ser tétrico. Como la mayor parte de las naves mineras, la nave de Gideon consiste principalmente en una inmensa y destartalada bahía de carga. Los motores repulsores, lentos pero potentes, quedan justo a popa de la bahía de carga. Los camarotes de la tripulación, que Gideon mantenía inmaculados sin decoraciones extrañas, estaban organizados tanto para la comodidad como para la eficiencia.
-¿Por qué te has traído eso? -pregunta Gideon, señalando a Erredós.
-Es una larga historia -dice Luke-. Pero podría resultar útil. Ya he usado a este pequeñín en situaciones similares.
Gideon refunfuña, sin dejarse impresionar.
-A mí no me gustan demasiado los droides.
Erredós suelta un agudo silbido.
-¿Qué ha dicho? -pregunta Gideon.
Luke se encoge de hombros.
-No puedo entenderle a menos que esté conectado.
En este caso, Luke está seguro de estar tan contento como el propio droide por no poder entenderlo.
Gideon cierra la esclusa de aire y conduce a Luke a un asiento. Poco después, abandonan Milton 40.005 y avanzan lentamente hacia el centro de turistas de Tol Ado.

Recuerda que Luke deja su caza en el asteroide “Milton”. Puede necesitarlo más tarde.

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