Cuando la escotilla se abrió, Tinian
reconoció al droide de protocolo que los había recibido en los muelles. El
mismo goterón asimétrico de grasa goteaba de su perno de restricción en mitad
del pecho.
-Una Poot ha accedido a reunirse con
ustedes. Síganme.
Cheeve había extraído las piezas de la
armadura de soldado de asalto modificada de Tinian, ocultas en el interior de
su TecladoBase, de Redd Copo de Metal y de la viola de fondo de Yccakic.
Portando su cargamento, siguieron al droide a las profundidades de Estación
Plata.
La "sala de recepción" de Una
Poot parecía un comedor; había mesas frente a frente, de pared a pared. La
vieja arpía estaba sentada a la cabecera de una mesa. Madejas de pelo gris
colgaban sobre sus hombros. Llevaba una túnica verde y un viejo par de
pantalones negros arremangados en su parte superior. Tal vez hubieran formado
parte de las pertenencias de alguna persona más grande.
-Cheeve -exclamó ella con voz ronca-.
Me gustaría tener tiempo para charlar, pero no lo tengo. ¿Qué es lo que crees
que me puede resultar útil?
-Esta es Tinian I'att -dijo Cheeve con
tranquilidad-. Ella tiene... díselo tú, Tinian.
Tinian relató su historia. En el
momento apropiado, Yccakic mostró la vital pareja de circuitos electrónicos de
contrabando.
-Yo sólo espero que alguien pueda
usarlos contra el Imperio -finalizó Tinian.
-Una armadura personalizada no es
barata -espetó Una Poot-. La mayoría de las tropas de la resistencia no puede
permitirse ninguna armadura. ¿Cuál es tu precio?
-Usted no lo entiende. Se lo estoy
dando. Tendrá que analizarlas, y...
-Todo el mundo tiene su precio. Si no
te pago, vendrás a por mí más tarde.
Tinian lo pensó.
-Bueno, hay un favor que podría
hacerme.
-Ja. Siempre hay un precio. Te lo dije.
¿Cuál es ese favor?
-Cuando era una niña...
-Todavía eres una niña.
Tinian se sonrojó. El dolor y la
pérdida la habían hecho madurar. ¿Acaso no se notaba?
-Yo tenía un guardaespaldas wookiee que
murió ayudándome a escapar de los imperiales. Me gustaría encontrar a algún
pariente suyo, para asegurarme de que la memoria de Wrrl sea honrada. Eso
significaría mucho para él.
Una Poot mostró una media sonrisa.
-Ese es un favor inusual, señorita.
Pensaré en ello, si tengo tiempo. Debe de ser agradable ser lo suficientemente
rico como para tener guardaespaldas.
-Lo era -admitió con humildad Tinian-.
Sólo he empezado a darme cuenta de lo agradable que era.
-Bien -cacareó Una Poot-. Cuanto más te
haya arrebatado el Imperio, más fuerte lucharás.
Tinian miró a la anciana.
-En ese caso, están en problemas. Mataron
a mi familia ante mi vista.
Los ojos de Una Poot se oscurecieron.
-Hay mucho más detrás de ese dolor en
tus ojos que tu familia o un guardaespaldas, muchacha. ¿Cómo era él?
¿Él? ¿Cómo lo había adivinado la
anciana? Tinian se imaginó a Daye en su mente: pelo oscuro, un gentil rostro
alargado, y ese extraño trazo gris en el centro de una ceja.
-Era brillante -recordó Tinian-. Muy
trabajador. Y... Nunca le dije a nadie sobre esto en Druckenwell, pero ahora
está muerto, así que no puede hacerle daño, ¿verdad?
-¿Qué no puede hacerle daño? Vamos,
chica. No tengo tiempo para jugar a las adivinanzas.
-Era sensible a la Fuerza. Leía
perfectamente a las personas. Yo incluida. Tenía un espíritu generoso. Siempre
trataba de complacer.
Una Poot frunció el ceño.
-Parece que el Imperio te ha convertido
en su enemiga, señorita. Avisaré a los barcos atracados aquí y veré si alguien
sabe quién podría ser pariente de ese guardaespaldas tuyo. ¿Cuál era su nombre?
¿Wrr?
-Wrrl. Abreviatura de Wrrlevgebev.
-Wrrlevgebev -repitió Una Poot-. Pero
no trates de contactarme. Yo contactaré contigo. Ah, y gracias por los
circuitos electrónicos. Es una posibilidad remota, pero...
-Lo entiendo -dijo Tinian.
***
Una Poot se quedó mirando a Cheeve y a
la niña rica refugiada que había adoptado. ¿La tecnología que habían traído?
Equipamiento estrambótico para unidades uniformadas adineradas. Ahora bien, si
hubieran podido resucitar al amorcito sensible a la Fuerza de Tinian, eso
podría haberle resuelto una crisis. Una necesitaba encontrar a alguien
sensible, como lo había sido su primer hombre, Drogue. Sus carabinas bláster
debían llegar a las personas adecuadas en Monor. Era un sistema difícil para
negociar.
Pero Drogue llevaba 30 años muerto, y
evidentemente éste se había ido, también.
Y ella nunca había rechazado una
ganancia inesperada. Arrojó las contribuciones de Cheeve en una caja, y luego
tomó su comunicador. Un wookiee estacionado en Plata conocía a todos los
clanes. Podía pagar esas piezas con sólo hacer una llamada.
Pulsó el comunicador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario