Han Solo y
el Sector Corporativo
Michael Allen
Horne
Ya deberías saberlo; para mí, vengarme de alguien
es robarle hasta la ropa interior.
-Han Solo.
Los
siguientes textos son fragmentos de las descripciones dadas por Han Solo a
Voren Na’al sobre distintos aspectos del Sector Corporativo.
Historia
del Sector Corporativo
El Sector corporativo no ha sido siempre lo que es
en la actualidad. En los viejos tiempos era simplemente un lugar donde los
negocios podían llegar y lograr unos cuantos créditos sin que se interpusieran
demasiados burócratas. Como hombre de negocios emprendedor, semejante situación
es muy de agradecer.
Eso fue cuando la República aún era algo respetado,
y los negocios se mantenían a raya. Pero las cosas cambiaron... la República se
volvió anticuada, perezosa, corrupta. Tipos como el Barón Tagge sabían
reconocer una oportunidad cuando la veían. Y, muchacho, el Sector Corporativo
decía “oportunidad” a gritos. Tagge y sus colegas echaron mano al pastel, y
todo lo que Palpatine quería era una buena tajada. Y a los tipos
insignificantes como tú o yo no nos dejaron ni las migas.
El
Sector Corporativo
Se dice que allí no importan tus lealtades. Sólo
tus créditos. Muchos se apuntan, esperan los meses preceptivos, soportan las
comprobaciones de seguridad habituales y pagan las considerables tarifas para
conseguir esos largamente ansiados permisos de trabajo, y el Sector Corporativo
los atrae.
Lo que no mencionan en los holofolletos son las
pegas de los contratos o las tasas de procesado ocultas. Es fácil ganar algunos
créditos en el Sector Corporativo, pero sacarlos fuera de la Autoridad para
gastarlos es considerablemente más difícil.
Algunos terminan como servidores ligados por
contrato, siempre faltándoles sólo unos pocos pagos para quedar libres. Otros
acaban simplemente como pienso para banthas. No todos terminan así, claro, pero
Rekkon una vez lo comparó con una cinta de ejercicio invisible: por mucho que
corras en ella, ella correrá más que tú.
Sin embargo, mucha gente continúa yendo al Sector.
Sólo una clase de persona puede medrar allí. Alguien con los talentos adecuados
y habilidad para deformar las normas.
Consumismo
en el Sector Corporativo
El Sector Corporativo es mucho más que minería,
granjas y procesado. Es comercio.
Deja que te diga que ese programa suyo de intercambio de materiales y productos
es un buen trato. Hacen todo el trabajo duro –bueno, en realidad tienen
oficinistas y contables mal pagados para hacer el trabajo duro- y luego pasan
todos los bienes y recursos a las empresas patrocinadoras y las compañías
regulares, a un coste mayor, por supuesto, quienes a su vez lo convierten todo
en miles de millones de objetos diferentes que tú puedes comprar.
Decir que el Sector Corporativo tiene riquezas es
como decir que el espacio está vacío. Desde luego, es acertado, pero es mucho
más que eso. Esas riquezas se expresan de varios modos. Tienes un amplio rango
de productos... de todo, desde deslizadores hasta comunicadores.
No quiero darte la impresión de que el Sector es el
único lugar donde puedes encontrar cualquiera de estas cosas; la galaxia es grande. Si te esfuerzas lo bastante en
buscar y tienes paciencia, puedes encontrar montones de productos. Es sólo que
la mayoría de los planetas no tienen acceso a todas estas mercancías, especialmente
en aquellos días cuando tantos cargueros se ocupaban de transportar material de
guerra. Los objetos de consumo no tenían una prioridad tan elevada. Y luego
están las tarifas y restricciones para ayudar a los mercados indígenas y todo
eso. Si piensas demasiado en ello, te dará dolor de cabeza. Así que todo un
universo de mercancía interesante recibe una distribución limitada. Y ahí es
donde el Sector está más que dispuesto a echarte una mano. Mucho más que
dispuesto. Muchísimo más.
Claro, nada de esto te sirve de nada si eres uno de
los esclavos en una de sus minas de cristal nova, pero si solamente existiera
esa opción, yo no habría tenido ningún interés en ir allí. Hay mucha gente de
clase media. Ratas de centro comercial, nuevos ricos, y el favorito de la
autoridad: el consumidor descerebrado de toda la vida.
El turismo es uno de sus principales esquemas para
amasar créditos, y no se debe a la arquitectura. Te diré a qué se debe: a las
compras. Cada año, billones de personas llegan allí en cruceros de lujo,
lanzaderas de línea o lo que sea. Y todos llegan a las zonas de mercado libre
de Etti IV y Bonadan. Todos buscando la oportunidad de obtener mercancía de
alta calidad; algunos incluso la revenden con comisión.
Es de lo más difícil obtener permiso de trabajo o
de transporte, pero si eres un turista con tantos créditos que no sabes qué
hacer con ellos, entonces el Sector está más que contento de ayudarte. Paquetes
de excursiones y toda clase de incentivos esperan a los turistas y a los
adictos a las compras. El Sector tiene existencias de casi cualquier cosa
disponible en la galaxia, por un precio comparable a lo que pagarías en
cualquier otra parte si compras “vice-descuentos” o “selección de comprador”.
Se esfuerzan por presentar instalaciones de ocio.
Les gusta ser la panza brillante del Nuevo Orden. Curiosamente, parece que
podrían sobrevivirle. No me sorprendería descubrir que la avaricia es más
poderosa que el ansia de conquista.
Realmente no hay ningún otro lugar parecido. Si te
sedaran y te transportaran a un mundo del Sector y entonces te revivieran,
podrías adivinar dónde estás en pocos segundos. Deja que te diga lo primero que
ocurre cuando llega el típico turista recién salido del crucero estelar. Nunca
falla: se pasa los primeros minutos mirando embobado los anuncios. A mí también
me pasó, así que ten por seguro que es cierto. Me refiero a que había visto
todos los glamurosos holoanuncios y los habituales anuncios subliminales en las
películas y holos realizadas en el Sector Corporativo, pero eso no sirvió para
prepararme para cuando realmente estuve allí.
Anuncios con luces, imágenes, aromas, holos tan
reales que jurarías que puedes tocarlos: un asalto a los sentidos, día y noche.
Crea una atmósfera de carnaval, y vende.
Prácticamente todo está cubierto por espacios publicitarios. Mires donde mires
hay holopantallas disparándote sus fatuos mensajes publicitarios, altavoces
diciéndote cómo resolver un millón de problemas de higiene que ni siquiera
sabías que tenías, y cualquier otra cosa que puedas imaginar. En la mitad de
los planetas no puedes ver las estrellas debido a las holoplataformas orbitales
de diez o veinte kilómetros de largo.
Muchos mundos imperiales están bajo algún programa
de austeridad, y los que no tienen el Nuevo Orden grabado en el cerebro. Allí,
no distinguirías un holopanel decente aunque lo vieras. Celanon, Nar Shaddaa,
Ixtlar... muchos mundos muestran una silueta multicolor... pero incluso esos
palidecen ante el brillo de un mundo del Sector Corporativo.
La mayoría de la plebe no tiene acceso a más de
tres tipos de carbosirope; en el Sector hay 12. Todo el mundo se acostumbra a
ello pasado un tiempo, y ya no puede volver a pensar que pueda ser de otra
forma. Personalmente, yo sigo sin soportar cómo las botellas se iluminan al
abrirlas.
Supongo que la clase consumidora siempre tiene algo
que está ansiosa por conseguir. Ellos son los que trabajan allí en empleos
decentes... bueno, supongo que algunos los considerarán decentes, pero yo no
tengo paciencia para quedarme quieto en una cadena de montaje. Les ofrecen todo
en una brillante bandeja de holoanuncios. A veces incluso tienen los créditos
para comprar algunas de esas cosas.
Cadenas de comida rápida, eso es algo en lo que el
Sector destaca. ¡No estoy bromeando! Mira lo bien que le va a una de ellas.
Puedes encontrar galletas blap y pseudo-chudde en cualquier parte, pero en el
Sector vienen con alguna estúpida mascota de holodibujos animados y, ¡bum!,
éxito inmediato. Esas cosas se están extendiendo como termitas de roca.
Otra cosa a la que prestan gran interés es al
entretenimiento. Muchos de los programas que puedas haber visto a lo largo de
los últimos años son un producto del Sector. Especialmente lo relativo al
deporte. A la Autoridad le encanta de veras todo lo que esté repleto de acción
y con mucho contacto. La Autoridad paga grandes sumas por poner equipos en las
ligas imperiales y eso le está comenzando a reportar beneficios. Algunos
puristas dicen que el Sector tiene demasiados equipos en relación a su
población, que todo es alguna clase de reclamo, pero los aficionados siguen
saliendo de todas partes.
Una cosa que me alucina es lo que puedes encontrar
oculto en los programas de deportes y las comedias que exportan al resto de la
galaxia. Si grabas algunos de ellos y vuelves a reproducirlos, encontrarás toda
clase de mensajes extraños. Anuncios, subliminales y no tanto. Como si
necesitaran persuadir a la gente para que fuera al Sector Corporativo... hay
que experimentarlo para creerlo.
División
de seguridad
Lo primero que hay que tener en cuenta cuando estás
en el Sector Corporativo es que los Espos tienen distintas prioridades que los
matones del Imperio propiamente dicho. En el Imperio, por muchas vueltas que le
des, todo es un asunto de política: mantener el Nuevo Orden y la disciplina. El
Imperio quiere controlar la parte del pastel de todos y cada uno de los
individuos particulares. El Sector Corporativo sólo quiere ganar créditos a
espuertas; y la verdad es que lo están haciendo muy bien.
Las fuerzas Espo hacen muchas de las cosas que hacen
la OIS y el Ubictorado, pero por distinta razón. No les importa lo que pienses,
lo que creas o lo que adores; sólo quieren que te mates trabajando para la
compañía. Mientras pagues las tarifas y tasas, nunca tendrás ningún problema,
lo que puede llegar a ser reconfortante. Tienen otras formas de ocuparse de ti.
En el Sector gastan muchos créditos en la
prevención de crímenes. Eso supone controles y chequeos exhaustivos allá donde
vayas. Escáneres de armas hasta en el wagyx, identificadores de ciudadanía,
controles de descargos de naves; todo el arsenal. La mayor parte del equipo de
detección de armas es pasivo, de modo que la mayor parte de la gente ni
siquiera se entera. Compara eso con una barricada de seguridad o un puesto de identificación
imperial estándar. Sin embargo, en el Imperio, a nadie le vaporizan por un
potenciómetro de kiloergios mal sintonizado. Así que elige.
Presta atención a su política de armamento. No
quieren ninguna clase de violencia urbana: los tiroteos, las peleas y cosas
similares ensucian las calles. Así pues, aplican como nadie el control de
armamento. Te guste o no, un mundo residencial cualquiera del Sector tiene unos
estándares más restrictivos que un mundo imperial. La mayor parte de ellos ni
siquiera permiten aturdidores sin un montón de licencias.
No soy muy amigo de ir por ahí sin protección, como
puedes imaginar, pero la mayor parte de las veces intentar colar las armas es
demasiado molesto incluso para mí. Y puedo estar bastante seguro de que el otro
tipo tampoco habrá conseguido ir armado.
Desde luego, sigue habiendo gente que da el Salto
Final, pero nunca delante de los clientes de pago, si entiendes lo que te
quiero decir. En uno de sus mundos capital con clima controlado, uno tiene que
ser realmente sutil si quiere vaporizar a un objetivo. Normalmente te atraen a
un aislado mundo industrial o un complejo comercial fronterizo donde la
seguridad es más laxa.
Otra gran diferencia es la cuestión de la
propaganda. No se molestan en hacer de ti un ejemplo a menos que seas miembro
de la firma. Vamos, que no les interesa dar mucha publicidad a lo duros que son
contra el crimen, porque para empezar eso sería admitir que tienen crímenes.
Los únicos juicios notables que han tenido jamás
fueron para los grandes casos de desfalco en el primer año de la Fundación.
Después de ese circo, decidieron que las buenas noticias son que no haya
noticias. Por otro lado, supongo que el Imperio podría funcionar sin grandes redadas, purgas o sin el Canal de
Ejecuciones, pero de algún modo dejaría de ser divertido para ellos, y lo
saben.
Todo el mundo sabe que la Autoridad tiene grandes
problemas con el crimen organizado y todo eso, pero mientras sean discretos,
pueden hacer la vista gorda. Ahora estoy generalizando; los Directores
Territoriales establecen sus propias prioridades. Algunos, como Odumin, no
dejan que nada se escurra entre sus dedos. Ese tipo sí que los tiene bien
puestos...
¿Eh? Ah, sí, Chewie tiene razón. Como iba diciendo,
el objetivo es amasar una gran cantidad de créditos. Y no se permite que nadie
se interponga en su camino. Podrías decir que la Autoridad está paranoica. Sólo
tienen que echar un vistazo al modo de actuar del Imperio para justificarlo
todo. Puede que obtengan más beneficios que la mayor parte de Supersectores,
pero en cuestión de tamaño no son gran cosa, y lo saben.
El Imperio dice que la Autoridad puede dirigir el
cotarro a su modo, y hay un par de cientos de archivos de datos para
verificarlo. El principal problema es que el Imperio nunca ha tenido demasiado
interés en mantener su palabra. Tengo un amigo que dará fa de ello. Esa es una
razón por la que el Sector trabaja tan duro en el mantenimiento de la ley y el
orden... para que sus hermanos mayores del otro lado de la frontera no tengan que
hacerlo.
Si diriges una actividad ilegal y untas a la gente
adecuada y lo mantienes discretamente, entonces puede que apenas te molesten.
Hasta que aparezca un auditor... o tu contacto favorito quede degradado por
llegar al trabajo cinco segundos tarde y el tipo nuevo decida demostrar lo
eficiente e impoluto que es. A la Autoridad le gusta tenerlo todo bien
organizado y tiende a disparar primero y preguntar después. No andan buscando
traidores; sólo quieren tenerlo todo limpio y ordenado.
¿Cómo meterse en problemas...? Las opciones son
interminables. Comencemos con los identificadores de naves. Aparece en la zona
incorrecta sin los formularios adecuados y estás en un lío. Y en esas
situaciones, tener contactos en las altas esferas tampoco ayuda demasiado, habitualmente.
Y digo “habitualmente”; depende de a quién conozcas y de si les importa.
Culpable o inocente, si no puedes demostrarlo lo bastante rápido, te mandarán
al frío del espacio. Así de simple.
Para empezar, suponen que si has sido lo bastante
estúpido como para cagarla de tal manera, entonces te has ganado un viaje sin
retorno por la esclusa. Nada personal, sólo negocios. Ya encontrarán un novato muerto
de hambre, o novata, o lo que sea, para ocupar tu lugar.
Por otro lado, si eres demasiado avaricioso o te
haces notar demasiado, entonces estás pidiendo que te hagan desaparecer. Los
Espos te atraparán, pero no les interesa que nadie sepa acerca de ello. Nada de
ostentosas confesiones, torturas obligatorias o penas de prisión. Si eres
realmente afortunado, puedes acabar exiliado y reclutado para algún proyecto de
trabajo comunitario imperial.
Pero puede resultar confuso. Gran parte del gentío
que llega por primera vez al Sector espera la vieja rutina de opresión militar
del Imperio. Que no cuenten con ello. Si te vuelves demasiado confiado y
cometes algún error, acabas en un mundo de miseria.
Ejecutivos
y Operativos de la Autoridad
Al hablar de ejecutivos de negocios, la mayoría de
la gente piensa en camisas almidonadas sin rostro ni nombre. En la mayoría de
los casos, tienen razón. Y en la Autoridad, no puedes dar una patada a un dinko
muerto sin golpear a alguno.
Decir que estas personas, y la Autoridad en
general, son gente estirada, es decirlo suavemente. Sin embargo, hay algunas
personas que destacan, para bien o para mal.
Como Hirken, por ejemplo. Era un hombre con una
paranoia de manual. Creía que todo el mundo estaba planeando atacarle. No
merecía la pena. Desde luego, es posible que algunos de los demás ejecutivos
rivales trataran de ponerle la pierna encima y hacerle parecer estúpido, pero
ya hacía un buen trabajo pareciendo estúpido por sí solo. Sin embargo, ¿una
conspiración galáctica? Eso es algo que le escuchas a la gente que pasa
demasiado tiempo en salas de reuniones y no el bastante en la cola de un Barón
Galletas, si entiendes lo que quiero decir.
Algunas de esas personas sí tenían las ideas
claras. Odumin era casi un buen tipo.
Era despiadado, y no aceptaba un “no” por respuesta cuando había beneficios de
por medio, pero al menos se preocupaba.
Luego, incluso había unos pocos como Fiolla. De
algún modo, logró pasar el proceso de filtrado de la Autoridad y consiguió
labrarse una posición sin vender su alma al todopoderoso crédito. Era la clase
de persona que marca la diferencia. Habría sido una gran rebelde, ¿sabes?
Y también están los tipos que te helarían la
sangre. Uul-Rha-Shan y Gallandro. Tipos como esos nunca te dejan olvidar lo
mercenaria que puede llegar a ser la Autoridad.
Personalidades
del Sector
¿Que cómo describiría a la gente que he conocido en
el Sector Corporativo? Fácil... Hay de todo tipo, justo igual que en cualquier
otro lugar.
Encontrarás toda clase de gente en el Sector
Corporativo. Niñatos ricos aburridos del Núcleo, granjeros de la frontera,
investigadores y programadores ambiciosos... todos llegan allí, a veces
buscando conseguir créditos rápidos, a veces buscando simplemente un cambio de
entorno. Por la razón que sea, las oficinas de inmigración de la Autoridad a
menudo están inundadas de solicitudes. Pero eso nunca tuvo ningún efecto en los
espaciantes como yo. Los espos tratan de mantener un control férreo sobre la
Autoridad, algo así como el Núcleo Profundo. Por supuesto, no tienen la
tecnología necesaria para ello, y no les digas que yo te he dicho esto, pero los
créditos no pueden comprarlo todo...
Se esfuerzan realmente mucho para restringir el
acceso. “Proporcionar a los empleados un buen entorno de trabajo...” Si
consideras que unos pelotas a sueldo y unos fastidiosos ejecutivos junior te
aburran hasta la muerte es un “buen entorno”, supongo que la Autoridad es el
lugar adecuado para ti. Quieren asegurarse de que nadie interesante se traslade
jamás allí. Interesante es malo para el negocio, dicen. ¿A mí? A mí me gustan
las cosas interesantes. Dentro de lo razonable, naturalmente.
No importa cómo lo mires, la mayoría de la gente en
el Sector Corporativo está atrapada de algún modo entre los hombres de negocios
y los criminales. Luchan por ganarse la vida y esperan no atravesarse nunca en
el camino de nadie. Llegan allí con una falsa promesa y se quedan atrapados por
culpa de la pobreza y un mal sistema. Sin embargo, la mayoría de ellos son
tipos normales e intentan ser decentes. Algunos incluso lo consiguen.
El
submundo
Sistema a sistema, el Sector Corporativo obtiene
más créditos que otras regiones de la galaxia. Donde tienes tal cantidad de
dinero, tendrás a alguien tratando de sacar tajada sin pagar nada a cambio. Al
igual que en cualquier otro sitio, tendrás Mercados Invisibles y economías
sumergidas. Al Sector Corporativo le gustaría dejarlas fuera de juego.
Hacen un trabajo bastante efectivo, dentro de lo
que cabe. No tienen la clase de potencia de fuego con la que el Imperio puede
ocuparse de sus molestias. Pero sí
que tienen escáneres de armas, chequeos de identidad y quién sabe qué más.
Por supuesto, ninguna de estas minucias consigue
realmente impedir que los personajes de los bajos fondos lleven a cabo sus
operaciones allí. Hay de dos clases: los nómadas y los sedentarios.
Los nómadas vienen sólo por los créditos. No tienen
raíces; sólo avaricia y mala actitud. Como mi viejo colega Zlarb. Salió de la
nada, fue noticia durante unos meses, y luego se fue a otra parte a gastárselo
todo. Los Espos están especializados en atrapar precisamente a estos tipos, y hacen
un trabajo terriblemente bueno, debo decir.
Los sedentarios no cometen esos errores. En vez de
eso, los grandes capos del crimen en el Sector prefieren tomárselo con calma.
Con mucha calma. Nada de golpes llamativos en restaurantes; nada como lo que verías
hacer a los hutts. Llamar la atención de los Espos es la peor de las ideas.
Los sedentarios no se meten en absoluto con la
Autoridad. Se meten con la gente del Sector y, muy amablemente, la Autoridad
mira hacia el otro lado. La Autoridad se dedica a obtener beneficios, de modo
que si puede obtener un beneficio siendo laxo con la aplicación de la ley...
Naves
estelares
Supongo que podrías considerarme un experto en el
tema de transporte espacial. De niño, siempre soñaba con pilotar alguna majestuosa
nave de la flota. Después de todo, así es como siempre se acaba en los holos de
reclutamiento. Creía que no podía ocurrir de otra forma. Luego descubrí la
verdad.
A lo largo de los años, he tenido oportunidad de
manejar casi cualquier cosa que pueda superar la velocidad de la luz. Nombra
algo, que lo habré pilotado.
Incluso he pilotado algunas de las más exóticas; de
esas que ni siquiera tienen interfaces de control estándar y tienes que
pilotarlas retorciendo el cuerpo o moviendo los ojos de una determinada manera.
Algunas están construidas para alienígenas con apéndices más allá de cualquier
descripción.
Volar es instinto, puro y simple. Cuando es tu vida
lo que está en juego, aprendes bajo presión... como una vez que ayudé a “liberar”
un yate espacial hutt de su muelle de repostaje. Olvídate de lo que te dicen en
los manuales. Cualquier día, cualquiera puede aprender a pilotar cualquier
cosa. Sólo tienes que dejar que la nave te diga cómo se supone que debe
hacerse. No hay ningún modo correcto o incorrecto. Demonios, probablemente no
conseguiría la licencia si hiciera hoy el examen, pero eso es porque hago las
cosas a mi modo, no del modo en que
un chupatintas de oficina dice que se
supone que debe hacerse. Pero nadie cree que yo no sepa lo que me hago.
Siente la nave, observa cómo se mueve y cómo
responde, y siempre escucha cómo suena cuando la exprimes a fondo. Ese es mi
secreto para pilotar.
Equipamiento
En un lugar tan orientado al consumidor como el
Sector Corporativo, encuentras un montón de cosas que no encuentras en la
mayoría de los demás sitios. Hay una herramienta para todo.
Para mantener una ventaja competitiva, la Autoridad
dedica una enorme cantidad de créditos a investigación y desarrollo. No se
conforman con producir un chisme útil; tienen que preocuparse por cosas como el
“márquetin” y el “atractivo para el cliente”.
La Autoridad realiza muchas pruebas de campo. Un
producto terminado tarda años en salir al mercado. Por eso puedes ver muchas
novedades en el Sector; algunos objetos nunca se distribuirán en el conjunto de
la economía galáctica. Por supuesto, las novedades no están por todas partes –la
Autoridad recorta costes siempre que puede usando mercancía antigua y de menor calidad-
pero es en esta zona del espacio donde es más probable que te encuentres
mirando al cañón de un nuevo prototipo de bláster.
Droides
Droides, autómatas, mecánicos, como quieras
llamarlos. He trabajado con un puñado. Desde tipos sobrexcitados, como ese par
de dolores de cabeza binarios de Luke, hasta modelos asesinos como IG-88. Ah,
no me hagas hablar...
Durante años me he movido entre ellos. Desde mis
días en la Academia, donde se encontraban pululando por ahí. Nunca les presté
demasiada atención entonces.
No puedo decir que haya muchos de ellos que me
llegaran a caer bien. Siempre se meten en líos y hacen lo que no deberían. Uno
pensaría que se mantendrían apartados de las cosas para las que no están programados,
pero de algún modo tienen un don especial para meterse en problemas. Yo, por mi
parte, ya me meto en bastantes problemas por mí mismo; no necesito ninguna
clase de ayuda para ello.
Desde luego que necesitamos modelos a prueba de
radiación, y sondas sensoras, pero hoy en día la mayoría de la gente se ha
vuelto demasiado holgazana. Yo nunca he tenido mucha necesidad de droides. No
me entiendas mal, no los odio. Nunca he sido uno de esos tipos que quiere que
todos acaben en el chatarrero. Sólo pienso que la gente no sería peor si
hiciera por sí misma las cosas que necesitaba hacer, y dejara que los droides
hicieran las tareas que nadie más puede hacer.
Supongo que eso es lo que me incomoda de ellos...
pueden ser tan serviles a veces. Eh, son capaces de pensar por sí mismo, ¿no?
Entonces, si necesito ayuda, la pido. No me ando con rodeos. Simplemente no
quiero que me vayan siguiendo mientras me preguntan cada pocos minutos qué es
lo que quiero.
Sin embargo, debo confesar que debo mi vida a unos cuantos
de ellos. Y además en más de una ocasión. Por ejemplo, Bollux y Max Azul. Esos
sí que eran un par que sabían trabajar juntos. Aún seguí recibiendo
holopostales de ellos durante un par de años. Cumplieron con su cometido, y de
qué manera. Y a veces me echaba unas buenas risas. Incluso Lingote de Oro
resulta divertido de vez en cuando.
Pero no le digas que te lo he dicho yo...
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