La Ofensiva Kenobi y el Ajuste Ackbar
Eric S. Trautmann
Fragmento de
Tácticas de Flota y Metodología de Combate,
por Ackbar de Calamari.
La historia de la Ofensiva Kenobi es bien conocida:
el legendario Caballero Jedi, el general Obi-Wan Kenobi, desarrolló hace mucho
tiempo un plan de ataque flexible diseñado para que una fuerza de ataque pequeña
y maniobrable se enfrentara al bloqueo de un oponente mayor y mejor armado.
El plan de la Ofensiva Kenobi propone una serie de pequeños
ataques para conseguir sacar de la formación a parte de la fuerza mayor. En el
supuesto de que la fuerza atacante consiga mantenerse alejada de los arcos de
fuego del grueso de los defensores (lo que habitualmente se consigue
reposicionando las naves casi constantemente), a menudo es posible destruir al
menos una de las naves defensoras. En ese momento las naves atacantes pueden
atravesar ese hueco en el perímetro defensivo y comenzar a atacar el bloqueo
desde el interior. En teoría, las naves defensoras tendrán problemas para
disparar a los atacantes debido a la proximidad de naves amigas; demasiados
disparos dentro de su propio perímetro defensivo podrían conducir a daños por
fuego amigo.
Aunque esta es una explicación simplificada de la
Ofensiva Kenobi, la teoría básica es actualmente una doctrina común para la
Alianza Rebelde: descoloca a tu oponente moviéndote donde menos lo esperen, y
atácales desde el interior.
Sin embargo, podría resultar útil un nuevo enfoque
de esta táctica, particularmente contra el poderío de la Armada Imperial. Los
imperiales tienen mayor coordinación y comunicación entre naves, y en
consecuencia operan conjuntamente con mayor facilidad que la flota de la
Alianza. Es necesario un método para mejorar la comunicación entre naves de la
Alianza; dado que la Alianza está enfrentándose a una campaña defensiva, los
ataques y retiradas coordinados están aumentando su importancia.
Reduciendo la capacidad de comunicación de los
imperiales –posiblemente inundando la región inmediata a una zona de combate
con material radioactivo o emisor de partículas-, la Alianza Rebelde puede
eliminar esa ventaja en particular del arsenal del Imperio. Por supuesto, si se
lleva a cabo tal acción, dejará inoperativas las comunicaciones en ambos
mandos. Obviamente, eliminar las comunicaciones en ambos bandos de una acción
militar reduciría la batalla a una simple ecuación: aquel que tenga más
potencia de fuego ganará. Dado que la Alianza Rebelde tiende a tener menos
potencia de fuego durante esas batallas, esta ecuación es inaceptable.
En mi opinión, es posible inundar una región con
emisores de partículas prefabricados (o, de ser necesario, organizar de
antemano las condiciones de la batalla entablándola cerca de una estrella, cuásar
u otro fenómeno similar) que limitarán –pero no eliminarán- las comunicaciones.
Además, creo que desarrollando un sistema que nos permita una comunicación más
rápida entre naves durante tal disrupción, la Alianza puede tener una ligera
ventaja en enfrentamientos a gran escala. Mientras exista un sistema para pasar
mensajes por la flota, las comunicaciones quedarán ralentizadas, pero no
detenidas. Este sistema, si se efectúa adecuadamente, nos permitirá una ventaja
de un 20 a un 50 por ciento en la velocidad de comunicaciones nave a nave,
frente a un oponente que no esté preparado; no es una ventaja tremenda, pero
una fuerza preparada a menudo puede ganar una batalla aprovechando al máximo
cualquier oportunidad.
Asignando a cada nave de la flota una palabra
clave, pueden pasarse mensajes de nave a nave y que alcancen su destinatario previsto,
en el supuesto de que cada nave permanezca al alcance de las comunicaciones de
al menos otra nave. Enlazando los sistemas de comunicaciones con los
ordenadores de combate a bordo de las naves de la Alianza, los mensajes pueden
pasarse de nave a nave hasta que las instrucciones de mando alcancen el destinatario
previsto. Una analogía apropiada para el proceso sería decir que es como hacer
saltar una piedra sobre la superficie de una masa de agua. El mensaje rebota de
nave en nave, hasta que alcanza el otro lado: el receptor previsto.
Los oficiales de comunicaciones de la Flota de la
Alianza ya están siendo entrenados en este sistema, y el ordenador de
comunicaciones de cada nave ha sido programado para ayudar al equipo de
comunicaciones. La Armada Imperial no tiene instaurado ningún sistema similar,
ya que el Imperio no tiene que enfrentarse regularmente a disrupciones de comunicaciones.
Se cree que una disrupción momentánea de las comunicaciones imperiales
permitirá el éxito de más ataques rebeldes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario