miércoles, 30 de septiembre de 2015

Siempre en movimiento está el futuro


Siempre en movimiento está el futuro
Kathy Tyers

Luke estaba de pie detrás de Han en el puente del Halcón. A su lado, Leia se sujetaba al elevado respaldo del asiento de Chewie. Pter Thanas llevaba varios segundos sin hablar.
Luke se inclinó sobre el hombro de Han y se dirigió al micrófono de transmisión del Halcón.
-¿Sigue ahí, comandante Thanas? –preguntó.
-Una pequeña distracción –respondió el comandante imperial-. Si rindo el Dominante, ¿garantiza que dejará en libertad a los miembros de mi tripulación, que se han limitado a obedecer mis órdenes?
-No confíes en él –susurró Han.
Luke empujó el hombro de Han.
-Sí –dijo a Thanas. Se aclaró la garganta-. Enviaremos a todo el personal imperial a un punto de recogida neutral, y permitiremos que regresen a sus hogares...
Leia le tomó la mano y apretó con fuerza.
-A menos que alguno quiera desertar –añadió Luke-. Debe dejarles elegir.
-¡Bien! –le susurró Leia al oído.
-No puedo –respondió Thanas.
-No dejes que se escaquee –murmuró Leia-. Podemos ocuparnos de los detalles.
-Ya me encargaré yo –dijo Luke.
-Muy sencillo –dijo Han, arrastrando las palabras-. Cogemos a todos esos simpáticos imperialitos, y...
-Shh. –Luke agarró la pequeña mano de Leia.
Se hizo el silencio entre las dos naves. Luke se extendió en la Fuerza, tratando de vislumbrar el futuro. Pasó rápidamente por el ojo de su mente, cambiando y alterándose mientras Thanas dudaba. El futuro podía fluir en tantas direcciones...
Abruptamente, vio un momento con claridad cristalina. El comandante Pter Thanas, vestido con ropas civiles, estaba sentado en sofá repulsor azul con cojines, con su muslo pegado al de Gaeriel Captison. El suave mantón había caído del hombro izquierdo de la mujer. Suavemente, Thanas le recorrió con un dedo la curva de la barbilla. Gaeri cerró los ojos con gesto complacido. Abrió los labios...
-De acuerdo. –La voz de Thanas quebró la visión-. Llévenme a la Alianza y trátenme como quieran.
La mano derecha de Luke tembló. Llevaría a Thanas directamente a un calabozo a bordo de alguna nave prisión de la Alianza... lejos de Bakura. Haría que...
No haría tal cosa. Otras voluntades podrían conducir al futuro hacia ese punto, incluyendo la de Gaeriel... y la suya propia.
Aturdido, Luke se dio cuenta de que acababa de enfrentarse de nuevo a la oscuridad: una tentación de controlar el destino de otra gente. Esa no era su misión.
Pero, ¿Gaeri? Y... ¿Thanas?
Exhaló un fuerte suspiro. De pronto no quería tener nada que ver con el comandante Pter Thanas. Pero Dev yacía moribundo, atado con correas a otro de los catres del Halcón, más allá de las capacidades curativas de Luke. La rendición de Thanas podría servir a las necesidades de Dev.
-Acepto su nave –dijo Luke a Thanas, deseando que ese momento le trajera el placer que brillaba en los ojos de Leia. Debería hacerlo. Lo habría hecho...-. Y, de momento, su persona. Venga en lanzadera a mi... –Sonriendo por Leia, volvió a empujar a Han-... a mi nave insignia. Y por favor traiga un médico con usted.

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