lunes, 19 de mayo de 2014

Fuga Carmesí (25)


25
Esquivas algunos disparos del rodiano mientras te abres paso entre la multitud. Pronto ves ante ti la oficina imperial de aduanas. Irrumpes en la sala principal donde la señorita Carmesí aún está siendo interrogada en el mostrador principal.
-¡Ayúdenme! –gritas-. Que alguien me ayude. Ahí fuera hay un rodiano fuera de sí con un bláster, y está disparando a todo el mundo. Creo que ha tomado a una pobre mujer como rehén.
Casi como si esa fuera su señal, en el pasillo el rodiano disparó varios disparos bláster al aire. La mitad de los soldados de asalto y oficiales de aduanas salieron corriendo a intentar reducir al rodiano.
La señorita Carmesí te ofrece una gran sonrisa y señala con la cabeza a uno de los dos soldados de asalto que la vigilan mientras el oficial de la flota continúa acosándola a preguntas. No estás muy seguro de qué quiere decir con eso, pero entonces ella vuelve a distraerte... ¡justo antes de que choques justo contra ese soldado de asalto en particular!
-Mira por dónde andas –ordena el soldado de asalto. Retrocedes y puedes ver cómo la señorita Carmesí aparta rápidamente sus manos esposadas del cinturón de utilidades del soldado de asalto... ¡sosteniendo las llaves para abrir sus grilletes!
-¡Qué el Creador me proteja! –exclamas-. Lo lamento muchísimo, señor. Debería haber estado mirando por donde iba. Por favor, acepte las humildes disculpas de este terriblemente torpe droide de protocolo. Lo lamento de veras...
Parece que has distraído a los soldados de asalto el tiempo suficiente para que la señorita Carmesí se libre de sus grilletes. Mientras todo el mundo te observa parlotear pidiendo disculpas, ¡la señorita Carmesí agarra los blásters de uno de los soldados de asalto y comienza a disparar en la oficina de aduanas!
Humanos. Son terriblemente irracionales. No estás seguro de cómo consigues soportar sus payasadas heroicas. Uno de estos días van a conseguir que te vuelen en pedazos. Deberías haber supuesto que la señorita Carmesí intentaría una fuga heroica en lugar de tratar de escabullirse sigilosamente con otra distracción. Dispara a los pocos guardias que quedan en la oficina de aduanas, luego te agarra de la mano y tira de ti saliendo al pasillo del puerto estelar, en dirección a su nave.

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