viernes, 17 de octubre de 2008

La sopa está lista: El relato del fumador de pipa (I)

La sopa está lista: El relato del fumador de pipa
de Jennifer Roberson


Dolor-placer... placer-dolor. Inseparables. Indescriptibles. Ineludibles.
...más cerca, un poco más cerca...
Tatooine. Mos Eisley. Una cloaca de planeta, una cloaca de espaciopuerto, que ofrecen poco para el no iniciado, salvo quizá la pérdida de dinero, de extremidades, de la vida, pero más abundantes que otros lugares en riesgo, en Oportunidades, en Suerte, en el infinito milagro de la esperanza... ilícita, ilegal, completamente embriagadora.
...más cerca, si no te importa...
Para mí, al igual que para mis compañeros de camada, hermanos de sangre, Tatooine y Mos Eisley son aún más abundantes en potencial: de carne, de sangre, de vísceras, de la abrumadora promesa de riesgos ya tomados y riesgos a ser tomados; en lo inefable e indefinible que los de mi raza llamamos sopa.
Placer-dolor... dolor-placer. En lo profundo de los bolsillos de carne junto a mis fosas nasales, ocultas por sutiles solapas entre los rasgos por lo demás humanoides, las probóscides se estremecen.
...aún más cerca... aún más...
Eso es por lo que vivo, por lo que pesco, lo que cazo. El aroma de la sopa, y luego la sopa misma, corriendo cálida, y rápida, y dulce en los rincones de las venas, las arterias, el cerebro. En los rincones de la carne.
Eso nos presta a la leyenda. Nos convierte en un mito. Nos hace parecer demonios de sueños: No te portes mal o un anzat te atrapará y te sorberá toda la sangre.
Pero no es sangre en absoluto.
...casi al alcance...
En el brillo orgulloso del implacable mediodía de Tatooine no existen las sombras. Sólo la osadía del día, la magnificada munificencia de los soles gemelos, y el resplandor aún más brillante de la gloria de mi necesidad.
...ha pasado mucho tiempo, demasiado...
Mos Eisley nunca deja de estar abarrotado, pero aquellos que comprenden el carácter temerario de Tatooine comprenden también su malignidad, su malvado propósito: asar, cocer, freír. Y por eso huyen, aquellos que lo saben, hacia el huraño cobijo de los refugios barridos por la arena y desollados por el sol.
¿Para qué necesito sombras cuando la propia luz del día, y la temeridad, harán que los hombres se precipiten de cabeza huyendo de ella?
...tres pasos más...
Humanoide. Puedo olerle... saborearle, ahí, justo ahí; medido en todas las medidas posibles: un matiz, un tono, un suspiro, un beso... un soupçon*, si se me permite la expresión, de una pequeña excrecencia, el vapor de la sopa hervida dentro del cuerpo, indetectable para todas las razas humanoides salvo la mía.
...dos más...
No es un loco, no por completo; los locos mueren mucho antes de encontrarse con gente como yo, lo que nos evita algunos pequeños problemas. Es mucho mejor dejar que la vida se encargue de hacer la selección. Para cuando la gente llega a Tatooine, los locos de verdad ya están muertos. Aquellos que han sobrevivido a la llegada tienen alguna pequeña medida de inteligencia, talento, habilidad, de significativa destreza física... y una gran dosis de Suerte.
Un intangible, es la Suerte; un atributo que uno no puede comprar, ni robar, ni fabricar. Pero es finita, y completamente inconstante. Sólo que vosotros nunca lo sabéis.
Sólo yo lo sé. Yo soy Dannik Jerriko, y soy el Devorador de Suerte.
...un paso más...
...SÍ...

Él es bueno. Es rápido. Pero yo soy mejor, y más veloz.
Sólo una imagen; estoy demasiado perdido, demasiado hambriento: el velo negro cegador de la sorpresa en sus ojos, desnudos y obscenos para aquellos que entienden; pero él no entiende, no comprende nada. No sabe ni quién ni qué soy, sólo que soy... y soy alguien que ha colocado las manos sobre sus orejas y ha agarrado su cráneo para mantenerlo cara a cara en un ávido abrazo.
...cálida, dulce sopa...
Él podría luchar, si le dejase, extender la invitación. Y yo le dejo, extiendo la invitación –completo terror ondula la sopa– brevemente, oh, muy brevemente, para hacerle pensar que es mejor que yo; que la Oportunidad es su confidente y que la Suerte sigue siendo su amante. Pero no es miedo lo que deseo, ni cobardía, ni valor. El descarado deseo de caminar en el filo poniendo en riesgo una vida, vuestra vida, confiando en que la habilidad y la Oportunidad y la Suerte extiendan la red de seguridad.
Él es bueno, es rápido, desea caminar en el filo; y de hecho lo hace: saltando, inclinándose, tambaleándose... pero nadie es mejor o más rápido que yo, y yo he retirado la red. La Oportunidad y la Suerte, antes convocadas, se han retirado ante mi presencia: soy un anzati después de todo.
Se hizo simple y rápidamente con la manifiesta eficiencia de mi especie: probóscides prensiles se desenrollan desde las bolsas de la mejilla, primero se insertan y luego de abren camino por las fosas nasales hasta el cerebro. Paraliza instantáneamente.
Devoré su Suerte. Bebí su sopa. Dejé caer su cuerpo.
No sabrán dónde encontrarle; nunca lo hacen al principio. Eso llega más tarde, después, y sólo si alguien se preocupa lo suficiente como para hacer un escaneo en su busca. Yo tejo mi propia pesadilla, creo mi propia mitología. Una muerte rápida, limpia; sin alboroto, sin desorden.
Pero los asesinos a sueldo no tienen amigos, ni nadie que se preocupe lo suficiente por ellos. Por eso mato a los asesinos.
Exterminador. Aniquilador. Asesino de asesinos.
La sopa siempre es sopa, pero la más dulce es la del envase más alejado en el estante.
...oh... es dulce...
Pero la dulzura –como la Suerte, como la Oportunidad– es finita. Siempre. Y así el ciclo comienza, termina, comienza de nuevo, y termina; pero siempre hay otro comienzo.
Soy un anzat, de los anzati. Ahora me conocéis como Dannik Jerriko, pero tengo muchos nombres.
Los conocisteis todos de niños, los olvidasteis de adultos. La leyenda es ficción, el mito irreal; es más fácil dejar a un lado las cosas infantiles en la falsa iluminación de la madurez, porque los miedos de la niñez siempre se componen de verdades. Algunas verdades son más duras que otras. Algunos cuentos populares mucho más aterradores.
No dejéis que haya miedo. Miedo no es lo que ansío, ni lo que deseo. Es corrosivo al paladar, como vinagre en lugar de vino.
Dejad que haya valor, no cobardía; dejad que abunde la arrogancia. Confianza, no duda en uno mismo; seguridad en las capacidades de uno. Y la buena disposición, incansable, la ilimitada fisicalidad de la única constante: la prueba de las limitaciones de uno. Asunción de riesgos, no reticencia. El desafío a la Oportunidad.
No me hagáis predicciones. No me escribáis profecías. Permitidme tomar lo mejor de vosotros, lo mejor en vosotros.
Dejadme liberarlo. En mí viviréis para siempre.


* Sospecha. En francés en el original. Probablemente, el autor realiza un juego de palabras entre esta palabra y la inglesa soup, sopa, que aparece constantemente en el texto. En inglés se utiliza la palabra francesa con el significado de "pizca", una pizca de algo (N. del T.)

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