martes, 31 de mayo de 2016

Habla Thurm Loogg

Habla Thurm Loogg
Morrie Mullins

Thurm Loogg y el Cártel Metatherano no han disfrutado de mucha popularidad en Cularin durante los últimos años. Después de la debacle de la arboleda Ch’hala (considerada públicamente por el Cártel como una “pesadilla”, aunque no queda claro si usan esta palabra en términos de relaciones públicas o por los efectos reales de sus acciones), Loogg ascendió al mando del Cártel en Cularin. Su predecesor, el difunto Velin Wir, hizo mucho para dañar la imagen del Cártel... y, por algún motivo, Loogg aún tiene que deshacer el daño causado. Si creía que la transmisión simultánea del siguiente mensaje en cada dispositivo receptor del sistema podría ayudar a la imagen del Cártel, sigue siendo (como muchas de las cosas que rodean al Cártel) un misterio.

¡Hola, Cularin! Soy yo, el caritativo Thurm Loogg, representante del  omnibenevolente Cártel Metatherano, y estoy aquí para hablaros.
Bueno, ya sé lo que estaréis diciendo. “¿Por qué Thurm Loogg ha aparecido tan de repente en mi tableta de datos, o en mi holovídeo? ¿Es posible que este rostro amable se encuentre donde no creía que pudiera estar?”
¡Anímate, Cularin, porque el Cártel está en todas partes! Esta transmisión es nuestro modo de agradeceros todo lo que habéis hecho por el Cártel, y de recordaros lo mucho, mucho que el Cártel ama Cularin.
¿Cuánto os amamos? Os lo diré. Escuchad. Hace algún tiempo, descubrimos que se había desarrollado cierto problema en la holored de Cularin. Hay, por así decirlo, una brecha de seguridad. ¡Oh, es cierto, es cierto! Algo de lo más temible, una brecha de seguridad, especialmente una que permite que alguien con el equipamiento adecuado acceda a tantos flujos de datos. Cuando el Cártel descubrió la situación, hablamos acerca de qué hacer, y se decidió que no podíamos permitir que Cularin continuara de ese modo. Sería malo para todos nosotros si alguien llegara a descubrir demasiado o a ver demasiado. Muy malo.
Así que, para mostrar cuánto os amamos y cuánto nos preocupamos, hoy explotamos la debilidad del sistema simplemente para demostrar lo imperfecto que es. ¡En efecto, os queremos tanto como para explotar debilidades en vuestras defensas!
Pero sólo para ayudar, por supuesto. Nunca, nunca usaríamos ninguna información que obtuviéramos de las políticas financieras de la administración del gobernador Chistor en nuestro propio beneficio. ¡Cielos, no! Y ciertamente nunca pensaríamos en capturar datos encriptados enviados desde la academia Jedi al Consejo Jedi de Coruscant, desencriptarlos, y venderlos a un tercero. ¡No, el Cártel no! Y huelga decir que ni siquiera consideraríamos prestar atención a las transmisiones de las naves del clemente Lord Nirama a su líder, en las que describen debilidades en el perímetro thaereiano alrededor del sistema. ¡Sería de mala educación!
Le debemos demasiado a Cularin y a sus héroes. ¡Todo lo que habéis hecho por el Cártel no se olvida! Vaya, algunos de vosotros habéis visitado Caarimon, y pocos en la galaxia pueden afirmar tal cosa. Caarimon, hermoso Caarimon. Entendemos que algunos de vosotros incluso queráis casaros con la sociedad caarita, volveros más como nosotros.
No puedo culparos. Ser un caarita es casi ser parte del Cártel, y debe de ser realmente muy difícil ver cómo el Cártel, en su benevolencia, trabaja en Cularin, y saber que no puedes formar parte de él.
Me entristece que la galaxia se encuentre en tal torbellino que nuestro plan de permitiros invertir en el Cártel nunca pudo llegar a buen término. Habríais ganado tantas créditos, ¡que no sabríais qué hacer con ellos! Habríais tenido el capital incluso para ir a un cirujano y así comenzar a pareceros más a un miembro del Cártel. Habrían mejorado tantas cosas, pero no pudo ser. Una lástima.
Al menos algunos de vosotros habéis comenzado a realizar contratas para nosotros. Eso es bueno. Nos inquieta que no habléis de ello con vuestros compañeros de nave o vuestros vecinos, pero no pasa nada. Comprendemos que todavía hay mucho rencor por los árboles que mi muy poco sabio predecesor arrancó de Cularin, y que sintáis que debéis ocultar vuestra lealtad al Cártel, aunque os duela en el corazón.
Estoy seguro de que os decís a vosotros mismos: “¿Esto es todo lo que el magnánimo Thurm Loogg tiene que decirme? ¿Sólo va a hablar y a hablar sin decir nada sobre los asuntos actuales?”
¡Por supuesto que diré algo! Muchas cosas no están bien ahora mismo, pero el Cártel desea mejorarlas. Por eso hemos comenzado otra celebración. El Cártel disfruta de las celebraciones, y hemos visto lo catárticas que son para vosotros. Vaya, hace tan sólo un año que muchos de vosotros disfrutasteis disparando a un droide a mi imagen y semejanza.
Me siento muy halagado. Significa mucho para mí que dediquéis parte del tiempo de vuestro ajetreado horario de cazar Sith y luchar contra amenazas del otro lado de la galaxia para disparar una efigie de mi humilde figura. Es una señal de vuestro afecto hacia mí, lo sé, y es algo que os devuelvo con todo mi corazón.
Os devuelvo el afecto, por supuesto. No el deseo de dispararos. Nunca querría dispararos... ¡Ni siquiera sé disparar, así que no serviría de nada! No soy más capaz de disparar un bláster que la adorable senadora Wren o el honorable gobernador Chistor o el respetado Maestro Lanius. Aquellos de nosotros que nos encontramos con tantas vidas bajo nuestro control nunca pensaríamos en blandir un bláster contra aquellos que tanto nos necesitan. Sería una estupidez. No nos querríais tanto si os disparásemos.
Ha quedado claro para el Cártel que muchos de vosotros deseáis un objetivo para vuestra hostilidad. Cularin es un lugar bastante hostil, ¿no es cierto? Pero bueno, la galaxia es un lugar bastante hostil. Pero la galaxia es la galaxia, y esto es vuestro hogar. Desde luego, uno siempre debería defender su propio hogar. ¿Pero de quién lo defendéis?
Yo, Thurm Loogg, ofreceré sugerencias. Primero, deberíais defender vuestro hogar de cualquier Sith al que se le ocurra venir a Cularin.
Los Sith son malos. No deberíais quererlos aquí. Deberían ser vuestra primera prioridad a la hora de eliminar amenazas. ¡Cuidado con los Sith, porque son escurridizos! Podrían encontrarse ya entre nosotros, así que deberíais buscarlos. Gastad gran cantidad de tiempo buscándolos, y cuanto más busquéis, más pensará cualquier Sith: “Oye, en Cularin no aprecian a los Sith. Tal vez debería irme”. Y entonces se irán, y estaréis a salvo.
¿No os parece buena idea?
Oh, ¿puedo mencionar que jamás ha existido un Señor del Sith caarita?
Creo que también deberíais defenderos de los ejércitos droide de los separatistas. ¡Malvados separatistas! El maligno conde Dooku ha dividido la galaxia. ¡Es un hombre malo! Si el maligno conde Dooku viene a Cularin, ¡deberíais darle caza! Si los ejércitos droide de los separatistas vienen a Cularin, ¡deberíais destruirlos!
Después de todo, ya hemos visto que los valientes ciudadanos de Cularin destacan disparando contra droides.
En realidad, no hay muchas cosas contra las que los ciudadanos de Cularin no destaquen disparando, ¿verdad?
¡Es una broma! Sólo os estoy provocando. Hay cosas contra las que sois muy malos disparando. Árboles. Rocas. Pequeñas criaturas peludas.
Por cierto, ¿he mencionado que el Cártel apoya firmemente al canciller supremo Palpatine? ¡Los separatistas son malos! ¡Abajo los separatistas! Los clones son nuestros amigos. ¡El Cártel ama a los clones!
También merece mucho la pena que dediquéis vuestro tiempo a defender Cularin de los gundarks furiosos. Ahora puedo escucharos diciendo: “Pero Thurm Loogg, hemos visto muy pocos gundarks en Cularin. ¿Por qué deberíamos preocuparnos por ellos?” Yo os pregunto esto, Cularin: ¿Habéis visto alguna vez la devastación que puede provocar un gundark furioso? Si no lo habéis hecho, tendréis que aceptar mi palabra. No queréis un gundark furioso suelto en Cularin. ¡Evitad los gundarks rabiosos, defended vuestras fronteras contra su entrada!
Me siento obligado a señalar que el Cártel jamás ha traficado con gundarks, ni ahora ni nunca.
Puede que a estas alturas ya hayáis comprendido lo que quiero decir. Espero que lo hayáis hecho. ¡El Cártel no es una amenaza para Cularin! ¡Los rumores que hayáis podido escuchar sobre el Cártel trabajando con los thaereianos son simplemente inciertos! Debemos pasar nuestros bienes a través de su perímetro, pero lo hacemos igual que cualquier otro negocio legítimo. Con sobornos y contrabando.
¡Es una broma! El Cártel nunca será atrapado sobornando o contrabandeando. Aparte de esa ocasión con los árboles ch’hala, pero eso no fue realmente el Cártel propiamente dicho. Sólo un pobre y equivocado individuo enloquecido por demasiado tiempo en el hiperespacio.
Bueno, por mucho que me duela decirlo, mis expertos técnicos del Cártel me dicen que varios individuos del sistema han accedido a nuestra transmisión y, mientras hablo, están tratando de cerrar los problemas de seguridad que han permitido que esta transmisión fuera posible. Así que os deseo buenas noches. Que la Fuer...

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