jueves, 12 de mayo de 2016

La amistad en la Orden

La amistad en la Orden
Morrie Mullins

Conforme la guerra se recrudece por toda la galaxia, los Jedi han sido enviados en muchas direcciones a la vez. Algunos, sintiendo la inquietud que recorre la orden, han tomado sobre sus hombros la responsabilidad de recopilar el conocimiento y la filosofía de determinados Jedi y registrarlo para las generaciones futuras. Además de entrevistar a los miembros restantes del Consejo, gran parte de la recopilación, edición y pulido de la información se está haciendo en Almas, muy lejos de las luchas del centro galáctico. Al igual que los Padawans, la facultad de la Academia se ha involucrado de muchas maneras en la recolección y difusión de información.
El Maestro Lanius Qel-Bertuk ha sido entrevistado para este proyecto en varias ocasiones. Aunque sus puntos de vista a menudo son controvertidos, sigue siendo un miembro respetado de la Orden Jedi. Esta transcripción contiene elementos de su pensamiento acerca de un tema que muchos Jedi encuentran raramente confuso: la amistad.

Aparece un holograma del Maestro Lanius. Tiene las manos dobladas bajo la barbilla y los codos apoyados sobre el escritorio. Su mirada está perdida en la distancia en lo que podría ser un trance de la Fuerza. Lentamente, sus ojos vuelven a enfocar, y mira hacia el espectador. Una voz –distinta de la suya- comienza a hablar.

Entrevistador: Hola, Maestro Lanius. Gracias por recibirnos.
Maestro Lanius: El honor es mío. Gracias por pedirme que contribuya.
E: Su reputación es tal que, aunque las circunstancias no hubieran dictado que viniéramos a Almas, habríamos hablado con usted. Simplemente lamentamos lo... inoportuno de esta conversación en concreto.

Lanius asiente, y por un instante un mohín de disgusto asoma en su boca.

ML: Estos son tiempos difíciles para todos. Si acaso, eso hace aún más necesario que grabemos lo que sabemos, así como lo que sentimos.
Q: Usted es un conocido defensor de la Fuerza viva, ¿no es cierto? La idea de que deberíamos confiar en nuestra intuición no siempre es popular.
ML: Supongo que depende de a quién le preguntes. Pero sí, supongo que a menudo comulgo con algunos puntos de vista atípicos. (Sonríe) Si mi atipicidad tiene algo que ver con que esté aquí, en este maravilloso planeta con todos estos maravillosos Padawans, entonces no puedo sino creer que mi propia intuición me ha servido infaliblemente bien.
E: Desde luego. Como alguien que se esfuerza en estar en constante contacto con aquellos que le rodean, y con la galaxia en su conjunto, esto debe causarle gran tensión. ¿Cómo hace uno para mantener el contacto sin crear apegos dañinos?
ML: Eliges palabras interesantes. Apegos “dañinos”. Eso presupone que también existan apegos “inocuos”, y no estoy seguro de estar de acuerdo con eso.
E: Por favor, explíquese.
ML: Con gusto. El concepto de apego es necesitar algo que está fuera de nosotros para sentirnos completos. Pero, conforme crecemos en la Fuerza, aprendemos que no hay nada en el mundo material que “necesitemos”, ni una sola persona sin la cual no podamos existir, en caso de que desaparezca inesperadamente de nuestras vidas. (Cierra los ojos por un instante y asiente para sí mismo, y luego vuelve a abrir los ojos.) Es un desafío. Para todos nosotros. Pero el apego debilita nuestra determinación para hacer lo mejor para todos los seres vivos, y nos hace pensar más en nuestras personas individuales.
E: Entonces, ¿la persona individual no es importante?
ML: Lo es. Todos somos importantes, porque todos somos parte de la Fuerza. He escuchado algo que la Madre Dariana dijo recientemente, tocando un punto sensible. Contó una historia de su niñez acerca de matar a otra criatura con la Fuerza porque estaba demasiado apegada a la idea de vivir.
E: Pero la auto-preservación es natural, y es voluntad de la Fuerza, ¿no?
ML: Tanto la vida como la muerte son voluntad de la Fuerza. A veces, la auto-preservación es correcta. Otras veces, la muerte de uno puede dar un mayor servicio a la mayoría.
E: Cambiemos de tema, volvamos al apego. Usted conoce a muchos Jedi. ¿Considera a algunos de ellos como sus amigos?

Hay una larga pausa mientras el Maestro Lanius considera la respuesta. Mira fijo al frente, con una media sonrisa asomando su rostro, mientras piensa.

ML: Cada Jedi –cada Maestro, cada Caballero, y cada Padawan- es mi amigo. Hay muy pocos seres que abracen el lado luminoso de la Fuerza –o que, al menos, rechacen el lado oscuro- a los que no llame “amigo”. Pero la pregunta que me haces va más allá de eso, y toca un punto clave en nuestra cisión de cómo debemos servir a la galaxia. Ya que llamamos “amigos” a algunos seres, ¿entonces no estamos implicando que tenemos cierto apego hacia ellos, que los amamos y valoramos sus vidas? (Se inclina hacia delante, con las manos entrelazadas.) Y, si ese es el caso, ¿no es esa una debilidad que puede entonces ser explotadas? ¿No estamos fracasando en nuestro intento de servir a la voluntad de la Fuerza lo mejor que podamos?
E: Esas son sus preguntas, no las nuestras.
ML: He pasado mucho tiempo pensando en estas cosas. He hablado de ellas con individuos que vinieron a mí desde fuera de la Orden, tratando de explicarles el Código Jedi. Es muy difícil ayudar a entender el significado del Código a alguien que no ha intentado vivir según sus preceptos. No somos criaturas desprovistas de emociones. Sentimos. Ser Jedi no nos priva de las emociones con las que nacimos. Simplemente ya no estamos dominados por ellas.
”Sí. Amo a mis amigos. Los Jedi son mis amigos. Muchos no-Jedi son mis amigos. Los amo a todos por igual, o tan por igual como es capaz de hacer un ser falible.
E: ¿Y no hay apego, con este amor?
ML: Si lo hay, entonces se convierte en apego a todos los seres vivos, a toda la vida. La clase de apego problemática, la que enseñamos a nuestros Padawans a evitar, es el apego a una persona, a una cosa, a costa de cualquier otra.
E: ¿Incluso a uno mismo?
ML: Había una historia que escuché una vez acerca de un hombre que quería encontrar la Fuerza. Creía que podía alcanzar un lugar en un planeta lejano, o tal vez una luna, donde encontraría un torbellino de nubes blancas hechas de pura energía de la Fuerza. Viajó por la galaxia de un lado a otro buscando su remolino de nubes blancas. Dejó atrás su vida, dejó atrás su familia, y dejó atrás a sus hijos. Todos sus amigos, todos sus bienes, todo lo que alguna vez había significado algo para él. Viajó en cargueros, haciendo trabajos a bordo mientras saltaba de un planeta al siguiente. Salía al planeta, hacía preguntas, describía la nube, y luego buscaba otro carguero. Nunca cedió ante las decepciones, aunque hubo muchas. No puedo ni imaginar cuántos planetas visitó, cuántos lenguajes debió hablar, cuántas veces debió haberse obligado a seguir e intentarlo al menos en un mundo más, porque allí podría hallar la Fuerza.
E: ¿Y lo hizo? ¿Existe esa nube?
ML: No sé si la nube existe. Pero sé que nunca la encontró, y que murió viejo y decepcionado. ¿Sabéis por qué nunca la encontró?
E: Nos habla como si fuéramos Padawans.
ML: No, os hablo como si fuerais Jedi. ¿Por qué nunca la encontró?
E: Porque estaba en su interior en todo momento.

Lanius inclina la cabeza y ríe entre dientes.

ML: Sea lo que sea la Fuerza, venga de donde venga, puedo garantizarte que no es un remolino de nubes blancas dentro de ninguna persona en concreto.
E: Pero la Fuerza está dentro de todos nosotros.
ML: Correcto. Pero esa no es la razón por la que él no la encontró.
E: Entonces, ¿por qué?
ML: Porque, a pesar de todas sus despedidas, a pesar de todas las cosas que eliminó de su vida, mantuvo un apego, una cosa que valoraba por encima de todas las demás. Irónicamente, su apego era a la propia Fuerza, y por ella renunció a lo que podía haber sido una vida productiva para perseguir un sueño por toda la galaxia.
(Se inclina hacia delante.) La amistad en la Orden Jedi es un aspecto de nuestra filosofía. Todos somos parte de la Fuerza. Como dice el Maestro Yoda, nos rodea y penetra en nosotros. En todos nosotros. Lo mismo debería ocurrir con las amistades que tenemos. Así que no: la amistad no está prohibida. Es parte de quienes somos, de lo que somos. Trabajamos juntos. A veces, podemos luchar juntos. A veces, incluso morimos juntos. Pero no morimos para salvar a otro Jedi. Morimos –si es necesario- sabedores de que toda vida es sacrosanta. Todos somos, cada uno de nosotros, vitales para la voluntad de la Fuerza.

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